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12

Desde lejos se podía ver su expresión de muerto en viva. Conciente que relativamente cerca de él seguían discutiendo sobre su persona. Sorprendidos, confundidos y a la vez analíticos. La rutina desde hace años, desde que tenía la cicatriz en su labio básicamente.

Esa cicatriz era casi un símbolo de lo que valía en ese asqueroso lugar, de haber sobrevivo a lo que cualquier otro solo hubiera muerto. Y a su vez la razón del porqué lo querían cerca del clan, aprovechando su misterioso caso. La restricción celestial.

Debería hacerlo sentir especial pero solo le generaba una fuerte apatía. Era consciente de que ellos lo tratarian peor, mucho peor si no tuviera dicha habilidad.

Bostezo con pereza. Sentía que no tardaría en caer dormido, así que espero aunque nunca llegó. Solo se levantó de su asiento una vez escucho repetidos golpes cerca de él.

— ¿Está mierda que es? — Estaba fuera de su cuarto, para su sorpresa. Apenas tuvo un camino libre una lechuza salió volando por su cuarto entregándole a Toji una carta.

>> ¿Para mí es esto? — Preguntó al aire. Mirando al sobre por cada lado. Decir que no entendía nada se quedaba corto para expresar la consternación que tenía Toji.

¿Quien le pudiera mandar eso? ¿Naoya? Y aun no tendría sentido que venga de el.

La lechuza lo dejo solo cuando noto que abrió la carta. Nuevamente confundiendo a Toji pero agradeciendo que no tendría que enviar una respuesta. A su vez, eso le dejo pensando que podría tratarse de una amenaza o invitación a pelear, mostrándos más interesado aunque la realidad lo dejo en shock.

— <<Joven amo, no se tome esas molestias>> Decían unos cuando quise preguntar por ti. No tuve el tiempo de pedir tu nombre, pero tú apariencia difícilmente la olvidaría. No tanto por tu atractivo y otra cosa similar, si no porque difícilmente olvidaría a un hombre limpio de energía maldita, pero aún así, tatuado con un aura que nunca había conocido. Ni porque se me conozca por mi talento. <<No es algo que valga la pena realmente, ese hombre pertenece al clan Zennit, el cual tiene una larga historia con el nuestro>> decían los más amables en mi clan antes de explicarme lo que más podían. Siendo más confundido para mí. No obstante, tengo muchas forma de conseguir información. Allí me tope contigo. Deseo verte en un futuro, probar tu fuerza, conocerte. Porque entre más información de ti conseguí más me gano ese deseo. Lastimosamente pasará un tiempo para qué eso pase, mientras, te deseo mucha suerte. Y ojalá logré verte como hechicero. — Leyó en voz todo lo que decía, y nuevamente, cualquier palabra solo sería un simple eufenismo para describir el poema que era la cara de Toji tras terminar.

¿Una carta de amor? ¿De un admirador? ¿Un rival? Estaba muy confundido tras leer las intenciones de su admirador. Haciendo un completo mapa mental para buscar quien fue, y solo llegó a la conclusión de su visita al clan Gojo hace unos meses.

¿Satoru Gojo? Un posible candidato ya que era el que más tiempo lo vió. No obstante algo muy descartable porque no tenía nada de sentido. Solo se conformó con destruir la hoja.

A la media hora y como era constumbre Naoya llegó a molestarlo. Solo por olvidarse de esto por una vez acepto párarle bola.

____

La segunda carta llegó cuando menos lo espero. Cómo era de esperarse de cualquiera en su situación, busco olvidarlo porque era posible que no pasará de una carta.

Si podía enviarle 2, era seguro que mandaría más, solo por curiosidad abría y leía cada una.

Le daba miedo lo bien informado que estaba este hombre. Muchas veces era felicitandolo por los logros que acumulada.

Despertando en Toji una incomodidad, por más de una razón.

Apartir de la segunda carta no pudo volverlas a destruir. Guardandolas todas, lo cual para sus adentros sabía que era como firmar sentencia a un juego que desconocía. O por lo menos, eso quería creer.

La segunda carta era un mensaje enfatizando su curiosidad por él, hablando de lo admirable que le parecía, al igual que otros le había saber que no entendía nada de como era posible pero le parecía fascinante.

La tercera que le llegó ya tuvo unos meses de distancia con la primera, y fue una mera y rápida felicitación. Ya tenía unas 7 cartas de ese admirador.

Inconsciente sonreía con ellas. Así que, tomo un paso de confianza y le escribió.

— <<Me inpresionas mucho mocoso. No sé nada de ti, nada de dónde vienes. Tu edad, tu posición, tu clan, y las pocas pistas que me vas no me van muchas opciones. No obstante, tu eres capas de saber mucho de mi. ¿Seguro que no estarás enamorado de mi o eres un acosador? Dime, ¿No te parezco apetecible? A mí me gustaría saber quién es el que está detrás de tanta dedicación con estás cartas, que a estas alturas ya espero con normalidad>> — Fue lo que escribió. Haciéndole ver de forma concisa como se sentía.

Una vez la lechuza se acercó recidio la carta y le dejo la suya para que se le entregará. La respuesta llegó en unas horas.

— Vaya. No sé hizo de rogar para responder, veamos que tiene. — Tomó la carta en una mano y la lechuza en otra. — <<Viéndote solo de cara te metería el diente si pudiera>> — Toji río al leerlo. Muy coqueto su admirador. — <<Pero considero que si alguien tiene que estar conmigo románticamente, debe estar o a mi altura o debe ser muy importante para mí. No sé si cumples con los 2. Si deseas averiguarlo me encantaría>> — Era la primera vez que mostrada síntoma de orgullo. Le causaba más curiosidad cada día. — <<Pero es muy pronto para que nos conozcamos. Quiero seguir comunicándome contigo, y en un futuro que te puedo asegurar será muy próximo, me veas la cara. ¿Podré verte como un hechicero de cargo Especial verdad>>

Lo último le llamo mucho la atención. ¿Que propuesta era esa? ¿Quería verlo allí? No podría lograr eso, o por lo menos tendría problemas de manera mayor a la media para lograrlo.

En parte ya era un adulto. Pero... Pensó en varias posibilidades de forma rápida. Podría tal vez tomar ese trabajo e irse a vivir solo. Claro está, que siendo eso en el caso donde lo logré.

Pensar en sí tomar está indirecta o no le confundía mucho por todo los pros y contras que tenía sobre la mesa. Era como estar en un juego de alzar, todo puede pasar no importa a quien le apueste, pero en este caso sin la confianza que normalmente tenía cuando apostada.

Estaba en jaque.

Tarde unos 4 meses en pensar en todo correctamente. Parándose frente a los liberes de su clan para exigirles su deseo. Recidiendo una risa estruendosa como respuesta.

— Toji, no seas un mono tan iluso. ¿Crees que alguien como tú podría tener ese trabajo? No sabemos ni de cuánto eres capaz. — El contrario reaccionó confiando, su expresión fue sería cuando hablo.

— ¿Alguien como yo? Alguien que sin energía maldita derrotó a un ejército del maldiciones donde lo mandaron a morir, derrotó a cada chamán del clan con él cuál lo enfrentaron, al que han estado usando de experimentó y que ha superado cada prueba para conocer sus límites. — Allí fue cuando sonrió con ladia, mirando desafiante el hombre frente a él. — Usted conoce el poder que tengo dentro. ¿No será que usted tiene miedo de que hunille a cada chamán del clan sin energía maldita siquiera?

— Mucha confianza para alguien que terminara muerto.

— Pruebeme.

— Te obligó a que no seas tan prepotente. Sigo siendo tu padre.

— No lo parece. Yo ya me harté de ser su conejillo de indeas.

— Si logras derrotarme te dejare ¿Deacuerdo?

Fue confiando con la disposición de bajarle los humos a su hijo y termino humillado. Para la completa estupefacción de todo el clan Zennit, pero el orgullo de 2 personas. Satoru y Naoya.

___

Relativamente no fue fácil. Tuvo que llenar muchas expectativas, Yuki fue una amiga interesante porque le dió su voto de fé al conocerlo. Para un adulto no sería tardado, pero el tuvo que pasar pruebas que duraron semanas, como cada una salió satisfactoriamente (Y gracias a presión de la mujer de grado especial) a Toji se le otorgó el trabajo.

Las cartas de su admirador seguían haciéndose presente, y siguieron así hasta que desde la primera carta hasta la última pasaron casi 4 años. Una tradición muy larga a decir verdad.

La lechuza que sirvió de mensajera en ese momento no traía carta, si no que lo tomó de la camisa para pedirle que lo siguiera, llevándolo con su admirador. Estaba de más decir que a Toji casi se le descencajo la mandíbula al verlo allí parado, recto, arrogante, sonriendo como casanova.

— Dios mío, espero no irme preso por hablar como lo hice con un niño. — Lo primero que dijo. Satoru no dió un par de pasos al frente solo para verlo de cerca.

— ¿Niño? No me insultes que soy el rey de los chamanes. — Contraatacó.

— ¿Entonces debería sentirme complacido o halagado de irme preso ir coquetear contigo atraves de cartas? — Satoru rio. — De todas las personas que pensé que serían nunca te espere a ti. Tienes gustos raros.

— Supongo. — Haciéndose el desentendido acarició el pecho del contrario. Mirando fijamente a sus ojos. — Ya que no menti cuando dije que deseada verte, y tampoco menti cuando dije que podría meterte el diente si te tuviera en frente. ¿Te interesa esa cita?

— Solo te aviso no me gusta el alcohol.

— A mí tampoco.

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