🌿Alerta🌿
• Este capítulo puede contener spoilers/referencias a la novela ligera Storm Bringer, aunque son nulas sí menciono datos importantes en algunos momentos.
• También cambié algunos hecho de la novela.

Dazai estaba perdiendo el interés en la vida. Realmente no recuerda haberle tenido ningún interés en particular. Vivía sin motivación, imitando las acciones de las personas que lo rodeaban. También pensó que eso cambiaría cuando conoció a un doctor de la mafia, Ougai Mori, quien después lo reclutaría para usarlo de testigo en un caso de homicidio a sus tempranos catorce años de edad.

Por contradictorio que sonara, nunca le tuvo resentimiento a Mori por ello, fue su decisión, él no era estúpido y sabía en lo que se metía, de todos modos, él ya estaba planeando terminar con su vida.

Pero incluso después de un año de lo sucedido, aún respiraba, seguía vivo y creciendo. Y mientras más tiempo pasaba, más vacío se sentía.

Todo eso cambió cuando conoció al Rey de las ovejas, Nakahara Chuuya. Su actitud y personalidad le desagradaron de primer momento, odiaba que los humanos presumieran sus talentos como si los demás no tuvieran. Pero al mismo tiempo le dio curiosidad todo de él; su interés por un caso que escaseaba en pruebas y aumentaba en incógnitas. Su lealtad a quienes fueron importantes para él. Y por sobre todo eso, su amor por la vida, su perseverancia al no querer desistir con su humanidad.

Después de todo, el cuerpo de Chuuya era indigno de ser humano, y Dazai estaba corrompido por la tristeza.

Sus combates juntos fueron adrenalina pura, a veces se divertía tanto junto a Chuuya que le parecía una mentira inverosímil, sin poder dejar de preguntarse si lo que estaba viviendo era real o no. Porque Chuuya a su vista parecía un ángel vestido de demonio.

Pues el pelirrojo era esa clase de personas que no abandonaría a sus compañeros por nada, y por ello estaría dispuesto a matar a quien se le cruzara en el camino.

Él veía la vida como una oportunidad otorgada para cada quien, algo que se debe respetar, aunque mata, él tenía su sentido de justicia.

Un hombre con voluntad inquebrantable, ese era Chuuya.

Pero Dazai era todo lo contrario.

Con una motivación nula para seguir adelante, cada día le costaba más levantarse, cada día le dolía la cabeza de solo pensar en tener que seguir en este mundo. Su soledad era inmensa, pero opacada al momento de verlo sólo a él, como si Chuuya sacara todas sus preocupaciones, a veces intencionalmente y otras no tanto.

Era como si su existencia le llenara de lirísmo la vida, esa que todos juraban tener cuando conocían wl amor verdadero, o mejor dicho a su alma gemela.

¿Chuuya podría ser su alma gemela?

Un alma dividida y repartida en dos cuerpos diferentes, sólo eso explicaba porqué se complementan perfectamente. Un doble negro.

La compañía de Chuuya era cada vez más preciosa y válida para él, pues sentimientos más allá de la intriga y la curiosidad nacían por su compañero. Eso que siempre le fue un enigma aún con todo su potencial intelectual.

El ser humano necesita amor para seguir viviendo.

Tal vez eso fue lo que le faltó todo este tiempo, pero se preguntaba si Chuuya sentía lo mismo. ¿Era posible que alguien como Chuuya amara a alguien como Dazai?

No lo quería descubrir.

Al menos no por ahora.

Así, los comportamientos de Dazai empezaron a ser dignos de un adolescente enamorado. Molestaba a Chuuya cuando tenía oportunidad, no obstante, cuando conoció a sus amigos en The flags, se sintió celoso de todo el tiempo que pasaban con Chuuya. Más que nadie, de Albatross, siempre lo llevaba de un lado a otro, lo metía en problemas y lo ponía en situaciones riesgosas.

Aún así, Chuuya se encargaba de recalcar lo preciado que podía ser para él. Obviamente nunca lo dijo, mas sus acciones hacia Dazai le demostraron eso.

Si Dazai se pudo enamorar de alguien como Chuuya, ¿por qué Chuuya no podía corresponderle?

Fue en una misión, donde Chuuya casi pierde el control de la Corrupción, y con ella su vida, que Dazai se dio cuenta que realmente lo amaba y que de pasarle algo él volvería a su miserable vida otra vez. Ese día, una angustia le exasperó el corazón, el sentimiento de perder a Chuuya lo hizo actuar impulsivamente, como jamás se imaginaría que el metódico Dazai Osamu lo podría hacer.

Al parecer, el amor mueve el corazón de las personas.

Cuando se descubrió la verdad sobre Chuuya, con todo el apoyo del mundo le dijo;

—No importa si eres humano o no, sigues siendo tú, Chuuya.

Era lo que pensaría, hoy y siempre, pues jamás había conocido una persona tan digna del renombre Humano, como lo era Chuuya.

Sus peleas y bromas pesadas siguieron igual después del conflicto con el Rey de los asesinos, cada quien encontró nuevos amigos, pero nunca se dejaron de ver.

Con el tiempo, Dazai se dio cuenta de que no sólo quería ser amigo; y con ayuda de Sakunosuke y Sakaguchi encontró respuestas de cómo confesarle sus sentimientos.

Citó a Chuuya un día en su cuarto, le pidió que claramente fuera solo, y se lo dijo.

—Chuuya, yo... er... yo... Te amo Chuuya, más de lo que puedas pensar.

Recordaría la cara de Chuuya por siempre, pues tal parece que al principio pensó se trataba una broma de mal gusto, pero notó de inmediato que no era el caso, para nada.

Dazai le había otorgado la llave a su corazón con esas palabras.

—Yo también te amo, maldito Dazai.

“Yo guardaré la llave de tu corazón en el mio, y tú guardarás mi llave en el tuyo.”

Era una promesa que solo las almas gemelas podrían cumplir.

—¡Vivan los novios!— se escuchó una voz detrás de la puerta de la habitación de Osamu, seguido de un golpe.

Chuuya abrió la puerta, pues reconocería esas voces y acciones donde fuera, Albatross, Lippman, Pianoman, Doc y Iceman, todos ellos cayeron boca abajo dejando en claro que estaban recargados en la puerta escuchando su conversación.

—Felicidades, Chuuya.— dijo Lippman sonriéndole, disimulando que tenía un para de personas aplastándolo.

Chuuya bufó.

—Tus amigos sí que son descarados, ¿no Chuuya?— sonrió burlándose, al fin y al cabo, su actitud no cambiaría.

—Oh, veo que llegamos tarde.— pronunció un hombre entrando a la habitación robándose las miradas de un momento a otro, Oda Sakunosuke.

—De todos modos, no creo que sea buena idea espiar a Dazai-kun en su confesión.— replicó su acompañante, Ango Sakaguchi.

—¿Decías?— burló Chuuya esta vez.

🌿 Día 15; completo ✓
Soukoku canon, change my mind.

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socks_dx ♡