La clase estaba siendo molesta. Para empezar la maestra no había asistido y ahora los niños a su alrededor sólo se dedicaban a saltar, gritar y empujar a los demás.

Menos uno, Chuuya Nakahara, su amigo desde que nació, gracias a que sus padres eran grandes conocidos de la escuela. Eso no le molestaba en lo más mínimo, pues la compañía de Chuuya era lo más preciado para él.

Sabía las cosas que le molestaban, las que le gustaban, sabía cómo tratarlo y lograba entender su forma de ser, sin mencionar que nunca que le mostró desprecio y hasta parecía valorarlo. Así que él también hacía lo mismo.

—¿Qué haces Chuuya?— preguntó el castaño mirando los crayones de todos los colores regados por su mesa de trabajo.

—¡Estoy dibujando!— dijo sin despegar la vista de su hoja de papel.

—¿Qué dibujas?— insistió.

—Las.cosas que me gustan... o las que son preciadas para mí, supongo.— esta vez sí miró a los ojos a Dazai, sonriendo por solo pensar en que su dibujo le estaba quedando muy lindo por el simple hecho de tener cosas que le gustan. —Mira, este es papá, este es un sombrero, y el jugo de uva que más me gusta.— nombró uno por uno, haciendo sonreír a su amigo en el proceso. —Y este eres tú, aunque todavía no te termino de dibujar...

Dazai se ruborizó un poco de sus mejillas.

—¿Yo le gusto a Chuuya?— agarrando la punta de su uniforme del jardín de niños algo penoso e inseguro por la respuesta.

—¡Claro!— exclamó con todo el entusiasmo digno de alguien de su edad. —¡Hasta me casaría contigo!— sonrió en su inocencia.

Dazai dudó.

—¿Qué significa casarse, Chuuya?— pensó, pues había escuchado el termino y el significado pero no estaba seguro de que eso entrara en su conversación.

—Pues...— Chuuya colocó un dedo sombre su barbilla apoyando su codo con au otra mano. —¿No es cuando amas a una persona tanto tanto tanto que quieres estar siempre con ella?

—¿Eso aplica para nosotros también?

—¿Y por qué no?

Aunque Dazai se matara tratando de pensar en todo, las respuestas simples que Chuuya le otorgaba cuando le preguntaba algo; eso de cierta forma lo tranquilizaba.

Tal vez Chuuya era el único capaz de acallar au mente.

—Porque somos niños.— dijo con un puchero. Entonces la cara de Chuuya cambió por una expresión de sorpresa.

Cuando lo volvió a ver, él ya se encontraba con una hoja nueva de papel, solo alcanzó a observar los miles de dobleces que Chuuya hacía.

—Toma. Esto es para ti.— Chuuya agarró la mano de Dazai para poner en su dedo índice un anillo hecho de papel. —Mi tía me enseñó a hacerlos.

—¿Qué es esto?— preguntó Dazai curioso por el esfuerzo que su amigo había hecho en hacerlos.

—Un anillo.— sonrió escondiendo sus manos detrás de sí. —Los adultos se casan con anillos de adultos. Así que como somos niños pensé que nos debíamos casar con anillos de niños.

—Entonces, ¿me dejarías hacer a mí tu anillo?— le sonrió Dazai con sinceridad, algo que era muy difícil de ver en él. —Para que estemos iguales.

—¡Si, yo te enseño!

🌿 Día 12; completo ✓
Quería hacer algo así, aunque siento que pudo ser mejor, no le veía la necesidad de que fuera más largo.

⊙⊙← Gracias por leer.