Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🌿 Día 0;08 Balie lento

Un muchacho de cabello rojo cobrizo y ojos azules se encontraba corriendo en dirección al barrio mortero de la para nada pacífica ciudad de Yokohama.

El frío de esa época le impedía respirar del todo bien y sus piernas se enfriaban cada vez más. Sin otra opción aparente decidió descansar en cuento divisó una pila de chatarra con tejado.

Mientras veía a todos aquellos quienes no tenían ni hogar ni familia se sintió culpable por abandonar la oportunidad de tener eso. Pero Chuuya ya no podía soportar el trato que estaba recibiendo, sus tíos, después de la muerte de sus padres, lo trataban sin amor, había días sonde le dejaban sin comida, lo hacían dormir en lugares incómodos. La imagen era muy triste.

—Perdón, papá, mamá.— habló el chico mientras juntaba sus rodillas con sus rostro para intentar calentarse.

Objetivo que no logró cuando escuchó cómo alguien estaba peleando cerca de ahí. Con cuidado, Chuuya salió de su escondite logrando divisar a un chico de cabello castaño con un golpe reciente en su mejilla. El cobrizo no iba a meter sus narices donde no lo llamaban, era impulsivo, mas no idiota. No obtante, ignorarlo no fue una opción cuando vio cómo un tipo mucho más grande que el laguciento castaño preparaba un segundo puño mientras el contrario no se movía en lo absoluto, solo miraba el puño con sus ojos mortecinos.

—¡Oye!— gritó en medio de su misma sorpresa al notar que realmente pudo detener al idiota mayor. —¡Deja al chico en paz!

El grandullón se echó a reír mientras le repartía un golpe a cada quien para después irse. Chuuya estaba enojado, pero no tenía energías para pelear con nadie, mucho menos alguien más grande que él.

—Serás estúpido.— dijo el castaño tirado a un costado suyo.

—¡Y una mierda!— gritó en respuesta. —Se dice "gracias por salvarme la vida".

—Yo no te pedí que me ayudaras, si así le llamas a eso.

Chuuya solo calló, acostado viendo el cielo nocturno, las estrellas lo alegraban de cierta forma, tanto así que no sentía el frío del que hace un rato se estaría quejando.

Aunque, probablemente no sabía que la calidez que sentía era la de estar acompañado en un lugar como ese. La sensación de no estar solo era plácida donde sea que fuese.

—¿Qué hace un niño como tú en este lugar?— preguntó el castaño sabiendo que ninguno de los dos se había movido de su lugar desde hace unos minutos. —Y además en una fecha como esta ¿No deberías estar con tu familia?

—-Lo mismo pregunto.— dijo tratando de evadir la pregunta cambiando el tema.

—Me perdí de camino a la casa de mi madre...— su voz sonaba calma como si realmente no le importara ese hecho. Lo que confirmó cuando siguió hablando. —a propósito.

Chuuya quiso reír.

—Yo me alejé un poco de mi casa.— dijo con un tono que revelaba la verdad entre su broma.

Ambos chicos empezaron a reír sin ningún motivo aparente, no es como si la conversación fuera de lo más normal de lo que alguien pudiese hablar, pero la fluidez con la que lo hacían parecía de alguien a quien conoces de años, no con la que le hablas a un completo desconocido.

Mientras más noche se hacía, más frío tenían, sin embargo ninguno de los dos optó por moverse. Cuando pensaron que la situación no podría ser más cómoda, una leve tonada de música surgió de alguna casa vecina.

—Sabes, siempre quise aprender a bailar.— dijo el castaño al aire, tal vez instando al chico a que bailara con él. -Enséñame algún día.

Chuuya miró a quien unos momentos atrás se presentó como Dazai Osamu.

—¿Por qué no ahora?— preguntó mientras se sentaba en el mismo lugar y volteaba su torso en dirección a Dazai.

—¿Qué?— Dazai no pudo responder cuando Chuuya se levantó y rodeó si cuerpo para agarrarlo de ambas manos y levantarlo del frío piso. Pensó que era alguna clase de anomalía que un chico de su tamaño pudiese guardar una fuerza descomunal. —¿De verdad quieres hacerlo ahora?

Preguntó una vez que Chuuya sujetó la mano del castaño y la puso en sobre el hombro del cobrizo, así él posó su mano en la cintura del mayor uniendo las manos libres en un agarre firme sin llegar a herirse.

—Solo mira mis movimientos e intenta repetirlos— dijo Chuuya mirándolo fijamente con sus orbes zafiro, penetrantes como su actitud pero igual de generosos como su personalidad.

Dazai juraba estar viendo el cielo —en más de un sentido— pues se sumió en un estado de encantamiento que lo hizo mover sus pies automáticamente en cuento el contrario comenzó a bailar. Juraría que Chuuya poseía algún tipo de magia, pues en sus dieciséis había intentado aprender, no obtante con Chuuya, pareciera que sabía cómo moverse desde niño.

Ambos se dejaron embelesar por la música iluminando al extraño con nombre, aún no se conocían del todo, pero si alguien los viera podría asegurar que son pareja, porque la forma en que se miraban era digna de una.

🌿 Día 08; completo ✓
No me gustó mucho, pero he aquí el día 8.
Si llegó notificación doble de este capítulo a alguien fue por un error de dedo, mil disculpas.

⊙⊙← Gracias por leer.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro