29. Notas de amor
Ship: Dohko x Shion
Universo de Saint Seiya.// Headcanon.// Drabble.
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Ya habían llegado todos los caballeros dorados de la generación en turno, era cuestión de tiempo para que Athena también lo hiciera. Así que debía comenzar a prepararse cuánto antes.
Buscando algunas cosas, como la cuna destinada a su diosa en cuanto descendiera a la Tierra, encontró en un viejo y empolvado baúl un pequeño montón de cartas.
Los sobres estaban ya abiertos, y el papel amarillento y consumido por el tiempo, pero apenas verlos, reconoció de qué se trataba, y una sonrisa nostálgica y enamorada se dibujó en sus labios.
Eran cartas que Dohko le había enviado hace más de dos siglos, cuando eran apenas unos jovencitos recién ascendidos a santos dorados, y por un tiempo más, después de finalizada la guerra santa y cada uno asignado a una tarea.
Dohko solía dejarle algunos poemas chinos en su templo, como "un admirador secreto", antes de decidir revelar su identidad y declarar sus sentimientos de forma directa.
Ninguno esperaba conseguir salir vivo de ese enfrentamiento divino, así que trataron de disfrutar su amor de todas las formas posibles. Y una costumbre personal de ambos, era constantemente dejar una pequeña nota en el templo del otro.
A veces una carta extremadamente elaborada, otras un poema, otras un simple halago... Pero todas eran recibidas con infinito amor.
Luego de sobrevivir y ser asignados a una tarea, forzados a separarse, ese intercambio de notas no desapareció, al contrario.
Sabiendo que no podían dejar sus deberes como Patriarca y guardián de la cascada de Rozan, las cartas fueron su salvación.
Claro que con el correr de los años y el aumento de responsabilidades, la cantidad de notas fue disminuyendo, hasta ser una o máximo dos por mes. Optando por recurrir mayormente a la telepatía que habían logrado perfeccionar hace ya un buen tiempo.
Sin embargo, esas cartas siempre serían un enorme e invaluable tesoro. Al parecer incluso el tiempo lo sabía, y le había ayudado a resguardarlas de mayores daños a pesar de su descuido.
Un eterno recordatorio de un amor que había perdurado por más de doscientos años, que había conseguido sobrevivir a una batalla mitológica entre dioses, visto a varias generaciones nacer y morir, y que, a pesar de todos los obstáculos, seguía siendo tan fuerte como el primer día.
Quizás debía escribir una nueva carta y enviarla a los cinco picos en ese momento, para recordar sus años de juventud y celebrar sus vidas compartidas el uno con el otro.
Después de todo, nadie sabía en qué momento llegaría la muerte para reclamar sus vidas.
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