Compartiendo Ropa
—Recuérdame ¿por qué acepté acompañarte en tu entrenamiento? —preguntó Shion tratando de encontrar algo para ponerse.
—Porque me amas —Shion le lanzó una mirada significativa— y porque prácticamente no te dejé opción —agregó sin remordimiento—, pero ¿qué pasa? —le tomó de las manos y le besó en la cabeza.
—Me quedé sin ropa —señaló hacia el pequeño baúl frente a él.
—Oh, eso, te dije que te podía compartir de la mía, toma lo que quieras —señaló hacia sus cosas.
—Mejor me vuelvo al Santuario —lo miró con seriedad.
—No es opción —se apresuró a responder—, prometiste ayudarme con el entrenamiento, además ¿por qué te preocupas tanto? Aquí mucha ropa no necesitas —Shion lo miró con enojo—. Porque solo vamos a estar nosotros dos y nadie más te va a ver. No seas mal pensado, borreguito —Shion no apartó la mirada de él, Manigoldo rodó los ojos—. Ya, si tanto te preocupa, a una hora hay un pueblo, quizá podamos conseguirte algo, yo lo pago —agregó antes de que lo siguiera acusando con la mirada y eso hizo sonreir a Shion.
—Entonces —se apartó de él y se acercó a dónde estaba su ropa—, tomaré esto —señaló un par de cosas—. Vuelvo en seguida e iremos a ese pueblo —señaló.
Cuatro horas más tarde volvían cargados con algunos fardos.
—¿A eso llamas tú comprarme ropa? —preguntó Shion indignidado una vez que volvieron a la cabaña en la que se alojaban.
—Si la hubiéramos comprado de tu talla, no me hubiese quedado —se defendió Manigoldo—, no tenía para comprar ropa para los dos. Ahora, iré a bañarme y luego prepararé la cena.
—Es lo mínimo que puedes hacer —le recriminó antes de que cerrará la puerta.
Shion sonrió y comenzó a sacar lo que habían comprado, era verdad que casi todo venía de la talla de Manigoldo, pero todo era a gusto de él, así cuando volvieran al Santuario, podía quedarse con todo bajo el pretexto de que solo estaban compartiendo la ropa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro