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Ropa Combinada


AU Moderno

-No puede ser- exclamo Aioria sin poder creer lo que estaba viendo

-Esto, esto es incomodo- comento Ángelo con una gota de sudor en la frente.

-Aquí esta tu bebida- hablo Kanon llegando a lado de Milo con un vaso para él y otro para si mismo- ¿eh, de qué me perdí?- pregunto a su compañero al no recibir respuesta de este.

-Míralo por ti mismo- le señalo hacia donde Aioria y Ángelo estaban haciendo una "escena".

Kanon miro a Milo confundido, pero miro hacia donde señalaba y simplemente no podía creer lo que estaba frente a sus ojos.

Tanto el castaño, como el peliazul de pelo corto llevaban la misma exacta ropa, solo que con los colores invertidos. Si bien era cierto que esa reunión de trabajo, por ser formal, no daba para mucha variedad de atuendos y colores era demasiado extraño que justamente ese par, que era bien sabido que no se llevaban bien, usaran trajes con el mismo corte y que además combinara entre ellos. Rayos, hasta las corbatas hacían juego uno con el otro.

Cualquiera que los viera y no supiera como era su relación, creería que eran una pareja que se puso de acuerdo para lucir en conjunto.

Era tan irreal lo que estaba viendo, que Kanon no pudo hacer otra cosa que reír a todo pulmón. Obviamente todos los presentes, incluyendo a Aioria y Angelo, voltearon a verlo. El silencio que había en ese momento era tan grande que era imposible que no se escuchara, incluso si hubiera tratado de reír en voz baja.

Angelo solo pudo sentir que su cara se ponía igual que un tomate antes de irse de ahí lo más rápido posible, sin verse desesperado, ya se sentía lo suficientemente humillado como para que Kanon lo terminara de fulminar con esa risa escandalosa.

Salió de la sala que su empresa rento esa noche para festejar el fin de otro año productivo totalmente furioso. Necesitaba salir de ahí a fumar un cigarrillo. Por suerte, el lugar tenía una zona al aire libre para poder pensar en que hacer. Claramente su noche estaba arruinada y eso que ni siquiera habían servido la cena, la única razón por la que decidió ir en primer lugar a esa reunión social.

Angelo encendió un cigarro y se soba la sien con su mano libre. ¿Por qué el universo era tan cruel con él? De todas las noches del año en que pudo lucir su elegante traje azul y su nueva camisa color vino tuvo que ser en la misma exacta noche en la que al gato se le ocurre traer el mismo traje solo que de color vino y con una camisa celeste.

Tan solo recordar eso e imaginar lo que todos los de la oficina pensaron en ese momento lo hicieron querer que se lo tragara la tierra o que lo partiera un rayo. Ahora no podría volver a la cena sin ser la comidilla de todos ahí.

Estaba tan frustrado que no dejaba de tallarse la cara molestó. Lo único que le quedaba era irse de ahí sin decir ni una palabra. De todos modos la asistencia no era obligatoria y podía llamarle al jefe para decirle que se sintió mal o que le llegó una llamada de emergencia y tuvo que irse temprano. Así tendría que verle la cara a ninguno de esos payasos hasta que regresarán de vacaciones luego de fin de año. Si, ese era el único plan que sonaba bien en esos momentos. Claro, se perdería la cena y el alcohol gratis, pero no es como si no pudiera irse a otro lado a comer y beber antes de volver a casa.

Estaba tan centrado en su idea que no noto que ya no estaba solo en el lugar hasta que sintió unos golpecitos en el hombro.

-Ahhh- gritó el peliazul mientras saltaba como un gato asustado.

-Oh, lo lamento mucho, no quise asustarte- le dijo la persona que le llamó.

-Ah solo eres tú- dijo Angelo desganado tras darse cuenta que se trataba de Aioria.

-¿Estas bien? Te veo un poco alterado- le pregunto el castaño levantando una ceja.

-¿Tu crees?- le contesto con un evidente sarcasmo- pues no lo se, tal vez sea el hecho que la única ocasión que intento ser un buen compañero de trabajo y verme como un ser humano normal paso la mas grandes de la humillaciones de mi vida- le dijo enojado mientras tiraba su cigarro al suelo para luego pisarlo con fuerza.

-Entiendo que estes impactado por esto que pasó, yo también lo estoy, pero eso no te exime de ser un cretino y enojarte conmigo- le dijo Aioria cruzando los brazos. No iba a permitir que el otro lo regañara de algo en lo que no tuvo culpa ¿o acaso crees que yo planee esto?-

-Yo no dije eso- contesto el peliazul a la defensiva.

-Pero lo pensaste- le dijo señalándolo con un dedo.

-¡¿Qué?! ¡No! Ni siquiera- se detuvo un momento tratando de entender como es que el castaño supo lo que pensaba- ¿cómo es que?-

-Siempre haces eso de torcer tu ceja izquierda cuando crees que alguien hizo algo para molestarte- le respondió Aioria adelantándose a la pregunta de su compañero.

Angelo entonces quedo mudo, simplemente no le salieron las palabras e inconscientemente puso su mano en el lugar que le dijo Aioria ¿cómo es que sabía eso de la ceja? No era un gesto muy obvio, según él, uno tendría que poner mucha atención para notarlo.

-Tuvo que verlo mucho tiempo para notarlo- con ese pensamiento Angelo miro fijamente a Aioria y luego se formó una enorme sonrisa en su cara sin dejar de mirar al castaño.

Aioria entonces su puso nervioso, también conocía el significado de esa sonrisa tan particular en el peliazul. No era una sonrisa cualquiera, era una que cargaba malicia, crueldad y una retorcida satisfacción para su dueño. Angelo estaba pensando en algo para molestarlo, estaba seguro.

Sus sospechas se hicieron mas claras cuando vio que este se acercaba a él con grandes zancadas.

-Así que tanto te obsesionó ¿eh?- le dijo a pocos céntimos de su cara.

-¿Qué?- preguntó Aioria sintiendo un fuerte calor de pronto.

-Tú me has estado viendo mucho ¿no es así?- le dijo disfrutando como la cara de Aioria se sonrojaba- eso de mi ceja no es algo que la gente note- le explico para dejar acorralado al otro- ¿tanto te gusto?- le preguntó con el tono mas provocativo que tenía.

-Yo- ahora el que no podía hablar era Aioria. Lo cierto es que si le gustaba mucho el peliazul desde hace algunos meses, solo que no sabía como acercarse. No tuvieron una buena primera impresión uno del otro por cosas ajenas a ellos, pero conforme mas tiempo pasaba con él durante el trabajo y lo miraba en la hora de comida. Se dio cuenta que no era un mal tipo y hasta era lindo cuando no estaba todo estresado por culpa de la montaña de papeleo que debía revisar a cada rato.

Angelo lo miro unos instantes para ver su reacción. No podía negar que esa expresión en el castaño era muy adorable.

Entonces cerró el especio entre ambos y lo beso en la boca. No fue mas que un beso inocente que no duro mucho en realidad, pero por la expresión de ambos, era claro que les hubiera gustado que fuera mas.

-Ahora estamos a mano- habló Angelo con una sonrisa burlesca.

-Yo no planee esto- le dijo Aioria desviando su mirada al suelo- lo juro-

-Te creo- dijo Angelo obligándolo a levantar la cara para verlo- solo te estaba fastidiando un poco- dijo guiñándole un ojo.

-Que alivio- dijo Aioria pasando una mano por su frente como si se quitara sudor de ella- y ¿quieres volver a la reunión o prefieres que nos vayamos de aquí?- le preguntó regresando al asunto que los trajo a ese punto.

-Creo que debemos regresar- le dijo tras unos segundos en silencio- dicen que habrá crepas flameadas y no quiero perderme eso-

-¿y qué haremos con esto?- pregunto señalando la ropa de ambos- si quieres puedo quitarme el caso o la corbata- le sugirió con una ideas. No es que le importara lo que pensaran de él por esto, de hecho, le daba igual. Sin embargo, Angelo parecía muy afectado por todo el asunto.

-No, así quédate-

-¿No te preocupa que piensen que somos pareja o algo así?- le preguntó sorprendido por la respuesta del peliazul luego de como se fue de la reunión.

-Aioria, acabamos de besarnos- le recordó- y al menos a mi me gusto mucho-

-A mi también- le interrumpió. No quería que hubiera malos entendidos entre ellos, otra vez.

-Entonces que digan lo que quieran, ya me da igual, es mas quiero sentarme contigo durante la cena- le dijo tomándolo de la mano y jalándolo en dirección a la reunión.

-¿Y qué les decimos si nos hacen alguna pregunta rara sobre nuestra ropa?- pregunto con una marea de emociones. Por un lado estaba emocionado y feliz, pero por otro esto iba muy rápido para él.

-Pues les decimos que somos novios y que decidimos hacerles una broma entre los dos- le contestó como si fuera super obvio.

-¿Novios?- exclamo Aioria sintiendo que su cara se ponía roja de golpe- pero todavía no hemos tenido una cita- le dijo nervioso.

-El orden de los factores no altera el producto- le explico levantando el dedo- ¿o tu que dices?- le pregunto con una sonrisa hermosa.

-Creo que tienes razón- comentó Aioria tras entender a que se refería el peliazul. Que importaba si primero iban a citas o se declaraban novios, igual iban a hacer las dos cosas tarde o temprano.

Ambos se rieron y entraron a la reunión sin soltarse las manos para sorpresa de todos los presentes...excepto de cierto peliazul que se burló de ellos un rato atrás. Ya era hora que ese par diera por fin se diera cuenta lo mucho que se gustaban. La elección de colores en su ropa no era una simple casualidad, de forma inconsciente pensaron en el otro cuando la escogieron.

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