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Poliamor

AU Moderno

-Buenas días amor- le saludo Aioria entre bostezos a su novio Angelo, quien estaba haciendo el desayuno en la cocina.

-Buen día- contestó el saludo sin dejar de trabajar en la estufa.

Aioria entonces se acerco y tomo un poco de la comida que estaba preparando.

-No- le dijo Angelo mientras le daba un manotazo para que deje de agarrar comida.

-Ah vamos, solo un poco, tengo hambre- le regó el castaño haciendo cara de perrito.

-Espera un poco, ya casi esta- le contestó din dejarse manipular con esa cara tierna.

-Por fis- le pidió otra vez pero cambiando su táctica.

Pego su cuerpo a la espalda de su novio y empezó a dar besos en el cuello.

-Así los quería agarrar- se escuchó detrás de ellos- ¿por qué no me invitan?- dijo cambiando su tono de serio a divertido y coqueto.

-Pues ven y únete Milo- le dijo el castaño haciendo un gesto con la mano para que se acerque.

-No necesito que me lo digas 2 veces- dijo Milo entre risas.

Corrió hacia la pareja y Aioria lo recibió con muchos besos.

-Bueno ya es suficiente, los quiero fuera de mi cocina- dijo Angelo con cierta molestia por lo acaramelados que estaban los otros.

-Uy creo que amanecio de mal humor- comentó Milo en tono de broma.

-Solo cuando estas cerca- escupió Angelo sin siquiera mirarlo. Estaba muy ocupado con la comida.

-Asi pues-

-Ya es suficiente- intervino Aioria a tiempo- Milo, ya deja tus bromas y Angelo, sé mas cortes con él por favor- le pidió a ambos con un tono y actitud firme.

-Bien- aceptaron ambos bajando las cabezas.

-Te dejamos tranquilo- le habló a Angelo- vamos Milo- le dijo tomandolo po el hombro para sacarlo de la cocina.

-No se tú, pero creo que no le agrado- comentó Milo rascandose el cuello.

Ya llevaba 3 meses en esta onda del poliamor con Aioria y Angelo, y aunque tenía buena relación con Aioria, Angelo era otra historia. No parecía feliz con su llegada a la relación. Al contrario, siempre se le mostraba molestó cuando estaba cerca. No es que fuera grosero tal cual o tuviera actitudes pasivo agresivos. Hasta eso era respetuoso y algo bromista con él, pero ciertamente se sentía un muro entre ellos.

-Sólo dale un poco de tiempo ¿esta bien?- le dijo Aioria tratando de calmar a su compañero- esto es nuevo para él y se esta adaptando-le dijo mientras le tomaba la mano como muestra de apoyo.

-Creo que fuimos muy rápido con todo eato- dijo Milo con una mueca desanimada.

- Hablare con él-

-De hecho- habló Milo para sorpresa del castaño- quisiera pedirte que nos dejaras a solas un par de horas, para que podamos hablar, si no tienes problemas con eso-

-Para nada, confió en los 2- respondió Aioria- solo te pido que controles un poco tu lengua- le pidió conociendo bien como el peliazul de cabello largo podía ser igual de hiriente que Angelo cuando se enojaba.

-Tranquilo leoncito, todo saldra bien- le aseguró. En ese momento Angelo salió de la cocina con el desayuno.
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-¿Y Aioria?- preguntó Angelo llegando de trabajar y solo encontrandose con Milo en la sala.

-Estoy bien gracias guapo- le saludó Milo en tono coqueto- Aioria salió y dijo que regresaria en un rato-

-Estare en mi cuarto- le avisó sin animos.

Ya estaba por salir de la sala cuando Milo se interpuso.

-Dejame pasar por favor- le pidio haciendose a un lado, pero Milo lo intercepto y no lo deja pasar. Por mas que Angelo intentara esquivarlo Milo se seguía poniendo en su camino.

-¿Bailamos Angelo?- preguntó Milo divertido.

-¿Qué quieres Milo?- le preguntó deteniendose en seco y cruzandose de brazos.

-Vamos ¿necesitó alguna razón para coquetear contigo?- le preguntó sonriendo de forma seductora.

-Aioria no esta, no tienes que fingir que te gustó o que siquiera te agradó- le dijo para terminar con la farza del otro.

-¿Eh?- exclamó Milo desconsertado- ¿de qué hablas?- le preguntó confundido.

-No finjas, sé que no te agrado y solo estas aquí por Aioria, así que deba de hacerte el inocente- le confronto- si acepté esto fue para hacer a Aioria feliz, pero mucho cuidado con intentar alejarme de él ¿te quedó claro?- le advirtió empujandolo para poder irse por fin.

Milo no pudo responder ante todo eso. No fue hasta que sintió ese empujón que reaccionó.

-Pero tú tambien me gustas- soltó sin pensar.

Eso detuvo a Angelo. Ahora el co fundido era él.

-¿Qué?- preguntó volteando a ver a Milo que termino tumbado en el sillón.
-Tú me gustas Angelo- le dijo levantandose otra vez- y mucho- admitió eso último con cierta pena.

-¿Por qué?-

-Bueno eras bien parecido y me gusta tú carácter, es mas divertido tratar contigo que con Aioria- le contestó pasando de la sorpresa a simplemente confesar lo que sentía por Angelo.

Angelo solo lo miraba extrañado. No era para nada un buen partido ¿por qué alguien como Milo se fijaria en él?

-Además cocinas delicioso y eres una buena persona, aunque esa expresión tuya de la impresión de todo lo contrario- poco a poco Milo se fue acercando a Angelo hasta solo quedar a unos centímetros del mayor.

-¿Hablas en serio?- preguntó Angelo desviando la mirada. Toda esta situacion lo ponía muy nervioso, solo que no de forma incómoda como con casi todos, sino con cierto agrado, como con Aioria.

Milo entonces lo besó. Él era firme creyente que una acción vale mas que las palabras.

Ese beso empezó de forma casta pero Milo aumento la intencidad al notar que Angelo no oponía resistencia.

Era un beso delicioso a su parecer. Muy diferente a los de Aioria. No se equivocó cuando puso sus ojos en el peliazul de cabello corto.

Milo no lo resistió y comenzó a usar las manos para tocar al otro. Sus brazos, su cintura, hasta su firme trasero, donde aprovechó para manosearlo un poco. Ya tenía ganas de poder tocarlo a gusto desde hace rato.

-¿Eso responde tu pregunta?- le dijo Milo mordiendose el labio inferior en completo éxtasis. Ese beso supo mil veces mejor de lo que imaginaba.

Por su parte, Angelo no dijo nada, solo evito su mirada.

-Oye ¿estas bien?- le preguntó Milo preocupado. No esperaba esa respuesta de parte del mayor- mira, lamentó si eso te hizo sentir incómodo, te aseguro que esa no fue mi intención- le dijo apenado.

- No es eso- le aclaró Angelo aún sin mirarle- de hecho me gustó mucho-

-¿Entonces?- Milo no entendía nada.

-Tengo miedo- le confesó- tengo miedo de dejar de amar a Aioria, no quiero perder lo que tenemos- por primera vez fue honesto con Milo desde que empezaron a vivir juntos los tres.

-Tranquilo, eso no pasara- le acarició una mejilla- y Aioria tampoco te va a dejar por algo tan pequeño, te ama demasiado- le empezó a hablar- sé que esto del poliamor es raro y puede crear dudas e inseguridades- le contó- pero no lo veas cómo que Aioria te esta dejando de amar por mi o que tú dejaras de hacerlo por darme afecto porque no es así. Asi como él nos ama, yo los amo y, si te soy sincero, quiero que me ames como a él- le pidió tomando sus manos- hace tanto tiempo que deseó poder amarte como ustedes lo hacen-

-Es que se siente raro- le dijo Angelo bajando la cabeza- siento que ahora solo soy uno del montón en el harén de Aioria- le confesó avergonzado.

-Tienes que dejar de ver ese tipo de setie- se rió Milo enternecido- no somos el harén de Aioria- le aclaró levantando un dedo- veelo mas bien como que todos somos el heren del otro. Si tu y yo somo el de Aioria, él y yo somos el tuyo, y claro, él es parte del tuyo ¿me dejas formar parte del ese harén Angelo?- le preguntó tomandolo de ambas manos y haciendo un gesto sumiso, pero atractivo.

-Eres muy raro- comentó- pero creo que eso me gusta de ti- le sonrío con un gesto able- ¿puedes darme otro beso?- le pidió un poco apenado.

-Todos lo que hagan falta para recuperar el tiempo perdido-

Milo se lanzó sobre Angelo y lo beso con hambre. Agelo obviamente respondió gustoso.

-¿No invitan?- se escucho la voz de Aioria quien acaba de entrar a casa.

-Espera tu turno gato- contestó Milo entre besos- necesito igualar el marcador-

Aioria negó la cabeza divertido.

Ya estaba por irse cuando Angelo estiro un brazo, ofreciendole la mano para no dejarlo ir tampoco. No porque aceptara sus sentimientos pot Milo significaba que iba dejar a su gatito en el olvido. Los iba amar por igual.

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