Envía flores
AU Moderno
-¿El señor Angelo Cranko?- preguntó un mensajero a una oficina con varios trabajadores presentes.
-Soy yo- levantó la mano un peliazul de cabello corto.
-Paquete para usted- le informo entregándole una tableta para que firmara de recibido.
-Esta bien ¿qué es?- preguntó mientras firmaba. No era tan extraño que la oficina recibiera paquetes de clientes o regalos por algún trato que se realizó.
-Mírelo por usted mismo- le contestó señalando un hermoso arreglo de flores que estaba a su lado.
Angelo lo miro sorprendido, estaba tan ocupado en su trabajo que no noto ese adorno floral, que no era precisamente pequeño. No era exageradamente grande, pero si tenía buen tamaño.
-¿Y quién lo envía?- preguntó intrigado por el remitente de dicho regalo.
-Su nombre esta en esta tarjeta- le entrego una pequeña tarjeta de presentación.
-Vale, gracias- contestó el peliazul extrañado, ningún cliente actúa así, por lo que no entendía que pasaba. ¿acaso era un regalo de parte de su padre o su tío por su cumpleaños? No, ellos no enviarían flores, al menos no ese tipo de flores y menos se lo enviarían a la oficina. Ellos lo enviarían a su casa.
Miro la tarjeta y sus ojos se agrandaron. Ese regalo no era de nadie mas que de su enamorado Aioria Leonis. Ese hermoso hombre cabellos castaños claro, ojos verdes y enormes músculos.
Bueno, eso explicaba el tipo de flores que recibió. En el centro había unos hermosos girasoles, abajo de estas había lirios blancos, y como complemento había unas rosas rosas, lavanda y tulipanes.
Era un arreglo hermoso sin duda alguna. Por lo que Angelo imagino que no debió salir barato y se sonrojo un poco por ese hecho.
¿De verdad Aioria se tomo el tiempo y el dinero para hacerle tal regalo aunque aún no tuvieran una relación formal? Ya llevaban varias (bastantes) citas pero todavía no habían hablado de ser novios o de algo mas serio.
-Vaya, pero que exquisito- comento su compañero y amigo Afrodita- ¿es tuyo Angelo?- preguntó curioso.
-Me lo acaban de dar por paqueteria- contestó evitando miarlo y acarcando mas la tarjeta a su pecho para que no la viera.
-Uhh ¿y quién fue el galán que te la envió? ¿fue tu príncipe de ojos verdes?- le preguntó un poco burlón.
-No lo sé, olvide preguntar quien lo envió y no me dieron remitente- contestó escondiendo bien la tarjeta en su mano.
-Que pena- se lamentó a medias, al menos hasta que notó cierto papel entre los girasoles- pero mira que tenemos aquí- dijo con una sonrisa traviesa- tu admirador misterioso te dejo una carta- dijo tomando el sobre justo antes que Angelo lo hiciera- tiene una letra muy bonita, a diferencia de tus feos garabatos- se jactó al ver lo que tenía escrito.
"Para mi ángel"
-Que romántico- comentó Afrodita enternecido y mas curioso. Angelo no era alguien muy sociable en la oficina y esto era todo un suceso para el peliceleste.
-Ya deja eso- le dijo el peliazul todo abochornado.
-No es egoísta y dejame leer- le dijo apartandose para que el otro nonle quitara la carta- hasta huele a colonia- percibió un fino aroma a madera de cedro en el sobre- si que debes gustarle a quien te envió las flores-
-Devuelvemo Afro- le pidió tratando de no llamar mucho la atención. No quería ser el centro de chismes en el trabajo.
-Bien- aceptó de mala gana a nada de devolverselo- solo deja leo el primer parrafo- dijo retractandose y corriendo al baño.
-Eres un- se contuvo de soltar la última palabra y corrió tras él. Menos mal su jefe no fue ese día a la oficina.
-Querido Angelo, antes que nada quiero desearte feliz cumpleaños y lamento si te envíe mi regalo a tu trabajo en vez de a tu casa, pero apenas me di cuenta que no se tu dirección- leyó Afro en voz alta cuando noto que Angelo lo escuchaba- de cualquier modo, espero que te guste mi elección de flores, recordé que una vez me dijiste que adorabas los lirios blancos- eso último sorprendió a Afro que de inmediato miro a Angelo y levantó una ceja. Era obvio que esa carta no venía de simple admirador. El peliazul por su parte, solo se sonrojo. Al parecer Aioria estaba muy al pendiente de lo que le contaba.
-Y me tome el atrevimiento de poner girasoles en el arreglo para que pienses en mi cuando las veas- Afro no entendió a que se refería con eso, pero Angelo si. Asi como sus flores favoritas eran los lirios blancos, los girasoles eran los favoritos de Aioria. Incluso una voz bromearon en que describía perefectamente a Aioria.
-Solo quiero que sepas cuanto te a..
- Afro se detuvo, cosa que le pareció raro a Angelo- toma- le dio la carta sin ningun truco de por medio.
El peliazul la recuperó y miro a su amigo sin entender.
-No soy un canalla Angelo- respondió el peliceleste a la pregunta que el otro hizo sin hablar- se cuando respetar la intimidad de otros- con esas palabras se retiró a su estación de trabajo.
Angelo entonces termino de leer- solo quiero que sepas cuanto te amo y cuanto deseo que seamos algo mas. Eres la persona con quién me siento mas feliz y pleno. Siento que puedo decirto todo y a la vez no necesitó decir nada para estar cómodo. Me basta con saber que estas a mi lado para saber que todo estara bien. Tal vez suene un tamto cursi, pero podría mirarte por mil años y nunca dejar de sonreír.
Permiteme invitarte a salir hay a nuestro lugar favorito hoy y festejar juntos.
Quiero pasar un día tan importamte contigo y saber si aceptas ser mi novio.
Lo sé, esto debí preguntartelo en persona, pero ya no podía esperar mas mi ángel.
Siempre tuyo
Aioria
Angelo solo pudo apretar la carta contra su pecho e intentar no llorar de la felicidad ya que todavia estaba en el trabajo. Sin embargo, esas palabras lo llenaron de dicha y no podía esperar para la hora del almuerzo para hablarle a Aioria y confirmar su cita con él.
Este iba a ser el mejor cumpleaños de todos.
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