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Disculpas

-Soy un idiota- se quejó DeathMask mientras tomaba una taza de café bien cargado mientras tenía una bolsa de hielo en la cabeza. Traía una resaca de los mil demonios.

-¿Qué te hizo pensar eso? ¿el que hicieras la mayor borrachera de tu vida y quede paso te llevaras a casi todos los dorados contigo para hacer el mayor desastre en la historia del Santuario que no involucre una guerra santa? ¿o acaso fue el echo de que te tiraste a Aioria estando bajo en influjo del alcohol?- le enumero Afrodita no muy complacido con tener que atender la resaca de su amigo.

-Oye, yo también estaba borracho así yo no abuse de él, solo fue un error por parte de los dos- se excuso el italiano.

-Sin embargo en cuanto te diste cuenta de lo que paso en vez de quedarte y afrontar lo sucedido como un hombre, decidiste huir como un cobarde y venir a mi templo a esconderte como si fueras un sucia rata- esas palabras fueron un golpe bajo para Death. Afrodita si que podía ser muy cruel sin necesidad de gritar o usar sus puños.

-Ya lo se ¿vale? Es que entre en pánico- grito a la defensiva, al menos hasta que el dolor de cabeza lo hizo callarse y recostarse sobre la mesa- y a todo esto ¿Dónde estabas tú?- le preguntó al darse cuenta que en un momento dado perdió de vista al sueco.

-A diferencia de ti, yo si se cual es mi limite y en cuanto llegué a él decidí retirarme educadamente- contestó el peliceleste acomodándose un mechón de cabello de forma elegante, hasta parecía que ese movimiento hizo que le salieran brillitos del cabello y se viera aun mejor.

-No pues gracias por ser un buen amigo- dijo con sarcasmo. Esto cada vez era mas incomodo para el italiano.

-Ni lo intentes, sabes bien que yo no me meto en los asuntos de otros, y tampoco soy niñero de nadie- le contestó sin dejarse llevar por la obvia manipulación de su amigo- y menos de alguien mayor a mí- eso ultimo volvió a herir el ego de DeathMask.

-Touche- dijo Death todo humillado- ¿qué voy a hacer ahora?- preguntó con sus manos en la cabeza.

-Pues tienes dos opciones- le respondió el doceavo guardián- o te sigues escondiendo hasta que la situación sea insostenible para ti, Aioria y el resto de nosotros y se terminen peleando por querer huir de tus problemas- Death solo lo miro entrecerrando los ojos y con una mueca en la cara. A veces su amigo podía ser todo un fatalista- o puedes intentar arreglarlo hablando con él- le sugirió con un tono mucho mas optimista.

-¿Pero cómo le pido hablar? Él de seguro debe estar furioso ahora y yo no soy bueno con esto de...-

-De entablar una relación humana que no involucre tu sarcasmo o crueldad como la forma de expresarte cada 5 minutos- le interrumpió el sueco con palabras tan precisas que Death sintió que se le clavaban cómo si se trataran de sus rosas daga.

-Si, mas o menos es lo que iba a decir- respondió el peliazul aún bastante golpeado por esas dolorosas palabras- sabes que soy pésimo con eso de la relaciones interpersonales-

-El aislamiento emocional si que te ha causado muchos problemas- le comentó recargando su rostro sobre sus nudillos.

Death solo suspiro pesadamente- es verdad ¿me puedes ayudar?- le pidió casi rogando.

-Pues solo dile lo que me dijiste a mí, que estabas muy borracho y que te asustaste en la mañana-

-No es tan fácil, él y yo nunca hemos tenido una buena relación y no creo que acepte mis disculpas así como así- dijo Death muy afectado por todo el asunto. Afro pudo ver que su amigo en verdad estaba preocupado por hacer la pases con Aioria y no arruinar la relación que habían estado construyendo hasta ese momento. Desde que revivieron gracias a su diosa, Death realmente estaba de enmendar su vida y hacer las pases con todos a los que lastimó, incluido Aioria. De hecho, la fiesta que hizo anoche originalmente era solo una reunión para que los 12 convivieran como amigos, pero se salió de control al poco rato por culpa del alcohol.

-Una voz honesta vale mas que el ruido de una multitud Death- le dijo en forma de consuelo- creo que si de verdad estas arrepentido, tus disculpas llegaran a Aioria. Él ha visto de primera mano como has intentado ser una mejor persona. Confía en que sabrá comprenderte, él es demasiado bondadoso pese a su carácter diga lo contrario- le animo para que fuera y se disculpara lo antes posible.

-Yo...tratare- habló el italiano aún inseguro.

-No intentes, hazlo- esas palabras de parte del peliceleste hicieron que Death finalmente se decidiera por ir a hablar con el castaño del quinto templo.

-Iré a hablar con él, si no me vuelves a ver o escuchas una explosión, ya sabes lo que me pasó- bromeó antes de irse en dirección al templo de Acuario.

Death entonces bajó templo por templo mientras pensaba en que debía decir. ¿Debía empezar con una broma? ¿solo decir que lo sentía y ya? ¿debía pasarse explicándole que pasó en la mañana?

Bueno, todo eso desapareció en cuanto estuvo en frente del templo del león dorado.

Trago grueso y encendió su cosmo para hacerle saber a Aioria que allí estaba para que pudiera hablar con él y no se movería del lugar hasta que el castaño apareciera, incluso si eso significaba quedarse toda la noche esperando.

Afortunadamente para el peliazul, Aioria no tardó en aparecer. Death sonrió aliviado por la oportunidad de disculparse, pero esta se borró cuando vio a su compañero.

Aioria estaba ojeroso, con toda la cara demacrada y no parecía estar bien. ¿Acaso fue cosa de la cruda? ¿o había algo mas? Esperaba que solo fuera el hecho del que el gatito no estaba acostumbrado a ponerse borracho.

-¿Qué quieres Death?- preguntó Aioria tallándose el puente de la nariz cansado- no estoy de humor para que vengas a causar problemas-

-Yo...ehm...¿cómo te sientes? Te vez

-¿Terrible? Si lo sé, gracias por recordármelo- le interrumpió Aioria masajeando su sien.

-No quise insultarte- comentó sin saber que hacer exactamente- ¿ya tomaste algo para esa resaca?- le preguntó tratando de tantear el terreno.

-¿Cómo qué?- preguntó Aioria muy desorientado.

-Te hare algo, para que sientas mejor- se ofreció el italiano empujando a Aioria hacia la cocina y sentarlo mientras buscaba algo que le pudiera servir.

Hirvió un poco de agua y se dio cuenta que Aioria tenía los ingredientes necesarios para hacer su famoso levanta muertos, una receta secreta que él invento para quitar cualquier resaca en poco tiempo. Entonces salió de la cocina y fue al cuarto de Aioria, busco unas cobijas y regreso donde estaba Aioria, lo tapo y se fue a preparar su "pócima mágica".

-Toma Aioria- le ofreció un vaso con un liquido oscuro que no le dio buena pinta al castaño.

-¿Qué rayos es eso?- preguntó mientras veía el vaso con sospecha.

-Te ayudara a quitarte el malestar y ha que recuperes tu energía- le contestó acercando mas el vaso al griego.

-¿Pero de que esta hecho?- preguntó aún sin querer beber esa cosas rara.

-No preguntes, solo tómatelo- le dijo casi como si le hablara a un niño, cosa que Aioria captó y de mala gana se bebió todo el contenido de un sentón

Para sorpresa del griego, no solo no sabía mal sino que además se fue sintiendo mejor con cada trago.

-Guau- exclamó Aioria sorprendido por lo bien que se sentía ahora. Era como si su malestar nunca hubiera existido.

-Lo sé, es una bebida milagrosa- se auto alago un poco el italiano- yo la invente-

-Me hubiera venido bien hace unas horas- comentó sin pensar.

-Lo siento, no debí irme como lo hice en la mañana- se disculpó Death bastante triste y con genuina culpa.

-No, esta bien- contestó Aioria nervioso- si que debió haber sido una experiencia horrible y no culpo por irte-

-¡¿Qué?!- casi gritó.

-Digo, por eso te fuiste ¿no?- dijo Aioria sin entender la reacción del peliazul.

-¿Qué es lo que recuerdas?- esta vez Death su directo con su pregunta.

-Si te soy sincero, casi nada- le confesó el castaño rascándose la nuca- solo recuerdo que coqueteamos con una bebidas, que llegamos aquí y tal vez que te vi desnudo-

.¿Nada mas?- ahora el sorprendido era Death. No espero que el alcohol le pegara tan fuerte a Aioria.

-Pues si, por eso cuando desperté y no te vi imagine que te decepcionó lo que tuvimos- confesó agachando la cabeza apenado. Él no tenía experiencia en ese ámbito y Death parecía ser alguien exigente. Lo mas seguro es que decepciono a su compañero.

-No, en lo absoluto- habló Death atropelladamente- me gusto mucho-

-¿De verdad?- preguntó el castaño sin saber que pensar.

-Puede que no fuera mi mejor noche, pero ambos estábamos borrachos- le explicó- si me fui es porque me asuste, yo no planeé esto de que nos acostáramos, pero no me arrepentí de lo que pasó y me sentí como un degenerado o un pervertido. Yo estaba un poco mas sobrio y no debí haberme aprovechado que apenas estabas consciente y...- apenas se entendía lo que decía el italiano.

-Death, tranquilo- le intentó calmar el griego- no pasa nada-

-Claro que pasa, yo abuse de ti y y-

-No abusaste de mi- le aclaró mientras lo tomaba de los hombros- tú también estabas ebrio, no fue mas que un accidente-

-Pero ni siquiera puedes recordar nada Aioria- le dijo Death en desesperación.

-Recuerdo unas cosas ¿esta bien?- Aioria ya se estaba cansado de lo que el otro decía- recuerdo tus caricias y tus besos, también que me sentía seguro contigo- le contó sonrojado.

-¿Entonces me perdonas?- le pregunto Death también sonrojado.

Aioria lo miró y negó con la cabeza tratando de ahogar una fuerte risa.

-Solo si prometes quedarte para cenar- le dijo con una sonrisa tierna.

-Esta bien, te cocinare para que me perdones- dijo yéndose a la cocina otra vez.

-Eso no fue lo que dije- le grito Aioria para luego correr tras él.

La disculpa termino bien después de todo. Todo el asunto no fue mas que un malentendido que se pudo arreglar gracias a la comunicación entre ambos caballeros. Menos mal Afrodita estaba para ayudar a su amigo y hacer lo correcto.

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