Caricias en el cabello
-Te ves terrible- dijo DeathMask en cuanto vio a Aioria, quien regresaba de una misión que me había tomado 2 meses.
-No estoy de humor Death- le respondió Aioria con una cara de cansancio muy evidente- solo, solo quiero ir a mi templo a dormir un rato de acuerdo- le explico sobando el tabique de su nariz con su índice y su pulgar.
-¿Por qué no te quedas conmigo?- le sugirió al verlo tan apagado. En serio se veía molido.
-Death- le hablo mientras respiraba profundamente- hablo en serio-
-Yo igual- le contesto para sorpresa del castaño- tengo comida hecha y algo de tu ropa en mi cuarto, puede tomar un baño mientras te caliento algo-
-¿De verdad?- pregunto sin poder creerlo.
-Desprendete de la armadura y entra- le dijo haciendose a un lado para dejar que Aioria entrara al área privada del templo del gran cangrejo.
El griego miro sorprendido, pero tras pensarlo un rato aceptó la propuesta de su novio. Se quito la armadura y la envió a su caja de Pandora en su templo.
-¿Y tu armadura?- pregunto el castaño, no le gustaba el silencio sepulcral que inubdaba al cuarto templo.
-Mu me la pidió- contestó como si nada.
-¿Sufrió de algún daño?-
-Para nada, solo quería usarla para enseñarle no sé que cosa a su alumno-
-Ya veo- suspiró Aioria aliviado. No había tenido noticias de Death desde que se fue a Oriente a una misión y no podía negar que estaba un poco preocupado por su estado.
-No te aflijas gatito, que tienes de novio al santo mas poderoso de todos- dijo con su típico aire de superioridad.
-Soy muy afortunado por eso- río Aioria siguiendole el juego. Esas bromas del peliazul siempre lo ponían de buen humor.
-Bueno bueno, ya fue mucha charla. Ve al baño mientras te preparo algo- dijo el italiano empujandolo al baño suavemente.
-Como órdenes- respondió Aioria antes de entrar al cuarto de Death.
Entonces Death buscó en su refrigerador y puso a calentar la lasaña que había hecho hace unas horas. Preparó una ensalada César y busco la ropa que Aioria había dejado antes de irse a Oriente.
-Aioria, deje tu ropa limpia sobre la cama- le aviso abriendo un poco la puerta del baño.
-Si gracias-
-Y ya esta tu comida-
-Ya salgo-
Death tomó la ropa sucia de Aioria y se la llevo a lavar. Realmente apestaba.
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-Gracias por la cena- dijo Aioria tras terminar el último trozo de lasaña- estuvo deliciosa-
-De nada gatito- contestó DM orgulloso de su comida.
-Creo qué me dio sueño- comentó Aioria sintiendo los ojos pesados.
-Usa mi cama- respondió el italiano mientras recogía la mesa.
-¿No vienes?- le preguntó el griego un poco decepcionado.
-Adelantate- fue lo único que dijo antes de seguir con lo que estaba.
Aioria agacho la cabeza triste y se fue sin decir nada.
Por su parte, DeathMask se quedó limpiando y terminando algunos deberes mas que tenía pendiente.
Cuando por fin terminó vio el reloj y se dio cuenta que ya era tardé, que Aioria ya debía estar profundamente dormido, por lo que decidió que lo mejor era dormir en el sofá. Así no causaria malestar a au novio.
Solo necesitaba entrar al cuarto para tomar una almohada y una cobija o dos.
Abrió la puerta con cuidado y entró lo mas silencioso posible.
-¿Death?- escuchó que Aioria le llamaba.
-Oh perdona ¿te desperté?- susurró el italiano golpeandose internamente.
-No- respondió para sorpresa del peliazul- no puedo dormir-
-¿Y eso?- se acercó a su novio preocupado- pensé que estabas cansado-
-Yo igual- contestó sin animos- ¿me puedes hacer compañia?- preguntó encojiendose un poco.
-Claro, hazte a un lado-
Ambos se acomodaron en la cama, con Aioria recostado sobre el pecho de su pareja.
-Te extrañe- le confesó el griego en un tono muy bajo.
-Yo también- le respondió besandole la cabeza- yo también- sin pensarlo, le comenzó a acariciarle la cabeza. Toques suaves y cariñosos, esperando que sean tan gentiles como los que Aioria le daba luego de una noche alocada entre los dos.
-Death- habló el castaño apenas consciente. Esas caricias eran muy relajantes.
-¿Quieres que me detenga?- preguntó el peliazul un poco preocupado.
Aioria negó con la cabeza, aunque apenas se movió un poco- gracias, eres muy dulce-
-Descansa gatito, te lo has ganado- le dijo sin dejar de acariciarlo en la cabeza. No se detendría hasta que el otro se durmiera, e incluso seguiría otro rato mas después de eso.
Le encantaba sentir ese cabello castaño entre sus dedos. Era suave, muy suave y lindo.
-Te amo gatito- le susurró al ver que Aioria respiraba mas despacio- eres lo mejor que me ha pasado en la vida-
-Tambien te amo- dijo Aioria, bueno, mas bien balbuceo. Ya esta mas dormido que despierto.
Estar con Death era el mejor remedio para descansar de verdad. Lo hacía sentir seguro y querido.
Solo con su hermano se podía sentir, e incluso así era diferente. No era lo mismo el amor franternal, que el amor de pareja. Ese era el sentimiento que embargaba a Aioria cuando estaba con Death, no había duda de eso.
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