Baile de mascaras
La música termino, la gente que bailaba daba una última reverencia a a su pareja de baile.
Oficialmente, el baile de máscaras de ese año había terminado.
El anfitrion agradeció la asistencia de todos sus invitados y estos empezaron a irse ordenadamente o reunirse en pequeños grupos a esperar su transporte.
Ajenos a todo este movimiento, había una pareja que se negaba a soltarse de las manos. Mas bien, uno de ellos no quería soltar a su pareja de esa noche.
-Por favor, sueltame- le pidió gentilmente a su compañero de baile.
-No puedo- se negó el otro a tal petición.
-Tus acompañantes te esperan- dijo el primero volteando la cabeza a un par de invitados que los miraban desde el otro lado del salón.
-No voy a soltarte- comentó apretando la mano que aún a su compañero.
-Veo que haces honor al animal que representa tu mascara- se rió el hombre- el poderoso rey de la selva que se niega a soltar a su presa- elogió mientras pasaba su mano libre en la mejilla de su pareja con sumo cuidado.
-Te amo- susurró al sentir el toque del otro.
-Si me amas, dejame ir-
-No- negó el de mascara de león desesperado. Sabía que si lo soltaba ahora no lo volvería a ver- no hasta que me dejes ver tu rostro-
-No puedo hacer eso, va en contra de la etiqueta de los bailes de disfraces. Es como si me desnudara frente a todos- se explicó calmado.
-No me importa- dijo molesto- no puedo perderte ahora que te conocí, morire si no vuelvo a verte- estaba desesperado y no le importaba perder los estribos en un lugar público.
-No digas eso. Seguro me olvidaras en una semana. Ese es el objetivo de este tipo de fiestas-
-Lo sé- le dio la razon con tristeza- por eso quiero ver tu verdadero rostro. No quiero olvidarme de ti. Quiero seguir amandote con tanta fuerza como ahora- el de antifiza no pudo evitar llorar.
Parecera tonto y ridículo porque solo lo conocía desde hace unas horas, cuando se separó de sus amigos en esa fiesta y se topó con ese hombre por accidente. Por accidente derramo un poco de su vino sobre su ropa, pero en vez de hacerle un escandalo, solo le pidió un baile en compensación.
De ahí, no se separaron en toda la noche. Es increible cómo pudo surgir un sentimiento tan fuerte como el amor en él en tampoco tiempo y menos cuando no podía ver nada mas que sus bellos ojos azules tras esa máscara color nacar.
Si al menos tuviera un antifaz tendría cierta idea de cómo se vería el hombre que lo enamoró sólo con su labia y personalidad, pero no, tuvo que tortutarlo de esa forma con una máscara completa, que ni dejaba ver su boca. Fue una suerte que pudieran hablarse sin ningún problema en toda la noche.
Ése hombre era un completó enigma en todo sentido. No podría ni siquiera reconocer su voz si algún día se cruzaban.
-Créeme, lo mejor es que me olvides- le dijo al ver la lagrima que logró caer por la parte libre del antifaz- no soy digno de tus lagrimas- le limpio dicha lágrima con su pulgar.
-Necesito saber quien eres- suplicó desesperado. El tiempo se le acababa.
-Es el problema mi bello león- le volvió acariciar el rostro. En parte para calmar al muchacho del antifaz, en parte para grabar esa suave piel su memoria- este soy yo, mi verdadera máscara esta debajo de este rostro que vez- señalo su mascara.
-No lo entiendo- dijo el de antifaz confundido.
-Si solo vivo en tu memoria una semana, que así sea- finalmente pudo soltarse del agarre del otro- guardame en tu corazón con cariño, tal cómo lo haré yo contigo-
El muchacho, al escuchar eso, estuvo a punto de quitarse su antifaz para que él pudiera verlo.
-Le ruego que no lo haga- lo detuvo justo a tiempo.
-Esa es mi decision- le dijo con cierta molestia. Su amado no le dejaba opciones. Que injusto era ese hombre.
- Lo sé, pero si lo haces no podre verte el próximo año- le contestó para calmarlo- el dueño de esta casa es muy estricto con estas cosas-
-¿Podre volver a verte?- sus ojos se iluminaron con tales palabras.
-Es lo que mas deseó- asintió ligeramente la cabeza.
-Muy bien, qué así sea- acepto finalmente.
-Gracias mi rey- le dijo con una reverencia y comenzo a alejarse.
-Ah, espera- le llamó al recordar algo.
-¿Qué pasa?- se detuvo para escucharlo.
-Al menos dime ¿cómo te llamas?-
-¿Nunca te rindes verdad?- dijo divertido. Esa era una de las cosas que mas amaba de ese joven león, su persistencia.
-Nunca- sonrío orgulloso.
El de la mascara cubierta guardo silencio unos segundos antes de responder.
-DeathMask, me llamó DeathMask- con esas palabras siguio su camino sin detenerse. Incluso si su pareja le hubiera gritado nuevamente para detenerlo.
Por suerte para él, de mascara de león no le dijo nada más. Solo lo vio irse a hacía la puerta principal con un aire orgulloso y fuerte, magnifico a su parecer.
-DeathMask- dijo en un susurro, disfrutando pronunciar ese nombre. Era obvio que se trataba de un apodo, pero era era mas que suficiente pa él. Su amado ya no solo era una figura enigmática. Era un ser real y con nombre- hasta el proximo baile- sonrio feliz y emocionado por volver a reunirse con su amado nuevamente.
Puso la mano en su corazón y rogó porque ese reencuentro sucediera otra vez. Sino se podía en la realidad, que al menos pasara en sus sueños, en la mas hermosa de las mentiras.
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