s i x t y n i n e.

"estuviste un poco pérdido, michael."

¿pérdido? justo así se sentía, no había palabra que pueda describir de mejor manera lo que sentía en éstos momentos. pérdido y sin rumbo.

"de tus terapias, me refiero. esta sesión se aplazó por varias semanas." el doctor continuó. ajustándose los lentes sobre el tabique de su nariz, atento a su paciente.

"sí, han sido unos días raros." el chico, finalmente, habló por primera vez en la sesión. "difíciles." murmuró. "lo lamento."

el tratante se acomodó en su sillón, abriendo su postura y dejándole saber a michael que estaba esperando un poco más de respuestas de su parte. 

se escuchó un suspiró cuando el oji-verde colocó sus codos en sus rodillas y procedió a refregarse la cara con una notable frustración. luego se rompió con un sollozo bastante audible y el consultorio se inundó con sus lágrimas; o, al menos, eso fue lo que le pareció.

él se sentía ahogado.

ahogado, casi de manera literal, con sus lágrimas. ahogado en un mar de pensamientos que no parecían tener sentido alguno. tratando de salir a flote, pero con tanto miedo que sólo terminaba por hundirse más, acumulando una cantidad absurda de agua en sus pulmones en cada respiración desesperada que daba al tratar de ir hacia la superficie.

no sucedió nada más en los siguientes minutos, michael sólo lloró hasta que se sintió seco -o patético-, y con manos temblorosas le tendió la 'tarea' al doctor.

una hoja que, en su mejor momento, habría sido de un color blanco inmaculado, estaba un poco sucia, machada de tinta y arrugada. claramante, no había sido tratada con cuidado. 

los ojos del señor escanearon con detalle la hoja y su expresión fue completamente neutra al terminar de leer y doblar el papel para guardarlo dentro de su libreta, aunque algo en su mirada se reblandeció, casi mostrando lástima. se levantó y le tendió al chico un pañuelo de papel, acompañado de un vaso de agua. 

"todos tenemos días difíciles, mike, no te avengüences de ellos." seguía de pie, caminando lentamente. "¿qué me dices sobre luke?" 

esperaba que al mencionar al rubio, el conocido brillo en ojos ojos de michael se encendiera mas no fue así. de hecho, pudo ver como el muchacho se  hundía en el sofá y comenzaba a ponerse más ansioso, estirando una banda elástica que portaba en la muñeca, que hasta ese momento no había notado, dejándola estamparse contra su piel con un sordo 'zas'. 

"mis días difíciles no tienen porqué ser también sus días difíciles. no quiero volver su vida difícil." zas. "he estado un poco pérdido." zas.

"la volviste difícil desde el día que te conoció." zas, zas, zas.

negó con la cabeza, tratando de concentrarse en el ardor de su muñeca y no en lo que sus cabeza decía. 

"¿podemos hacer algo, michael?" se puso de cuchillas frente al chico, siendo cauteloso. "¿me puedes entregar esto, por favor?" señaló la banda elástica con un dedo. "te estás haciendo daño." 

zas, zas, zas.

"está bien, lo lamento." y se la tendió sin más. 

"no lo lamentes. estoy acá para ayudarte." el doctor desapareció lo que michael le había entregado una vez lo había tenido en su mano y se incorporó sobre sí. "¿quién vino contigo hoy, michael?"

"mis padres, por desgracia." el escenario que se había montado en su cabeza de ser arrastrado por los pies hasta el consultorio se había vuelto, casi, realidad.

"¿te importaría si los hago pasar? necesito que estén presentes para lo siguiente que tengo que decirles a los tres."