e i g h t e e n.

esa noche, en casa de michael, las cosas no fueron tan bien como en la de luke.

apenas el oji-verde cerró la puerta, observó la figura de su madre frente a él con un semblante serio.

"explícame por qué estás llegando a esta hora en este mismo instante, michael."

"¿podrías dejar de actuar como si realmente te importara?" el chico habló con desgana, abriéndose paso al lado de su progenitora y un quejido salió de sus labios al sentir como ésta lo tomaba de la muñeca y clavaba levemente sus uñas en su pálida piel. "déjame adivinar, alguna de mis tías vino y preguntó por mí, y sólo por eso se dieron cuenta de que yo no estaba en casa. ¿te hice quedar mal de nuevo, mamá?"

"niño insolente." la mujer apretó su mano en la muñeca de su hijo. "¿quién te crees que eres para hablarme así? te recuerdo que siempre voy a ser tu madre, y por ello me debes respeto. claramente, eso no te importa en lo absoluto. mírate, vistiendo esas faldas y llegando mucho después de la hora. ¿estás prostituyéndote por dinero para esas cosas que te gustan?"

"dios mío, ¿acaso te estás escuchando?" se deshizo bruscamente del agarre en su muñeca, sobando la zona enrojecida. "estás completamente loca." corrió escaleras arriba, encerrándose en su habitación y tomando unas respiraciones profundas, controlando de esa manera las lágrimas que humedecían sus ojos, pensando en las cosas buenas que había vivido en el día para no perder la cabeza. "respira, michael, respira."