¡Flowers! Único
¡Flowers!
"Yoongi le manda flores anónimas a Jimin"
— Te digo que siguen apareciendo en la puerta de mi casa, Joder, ahora son tres ramos. — sonrió inconscientemente al tocar los pétalos de los preciosos lirios mientras hablaba por teléfono con JeongGuk.
No sabía quien le mandaba aquellas hermosas e inmaculadas flores, pero no dejaban de aparecer desde hace tres meses, sin aviso, patrón, pista, o pero, sin firma, de forma anónima.
A veces lirios, otras rosas, jazmines, girasoles, tulipanes, hortensias, camelias, todo tipo de flores alegres, y a Jimin eso le encantaba, pero le encantaría aún más saber quién le mandaba tales preciosidades, seguramente una persona realmente encantadora.
— Busca entre las ultimas flores, quizás tenga una dedicatoria, una nota, algo.
— Ya te eh dicho que busqué miles de veces, ¿eres imbécil o?-, ¡oh, aquí hay algo! — abrió los ojos sorprendido y su boquita se convirtió en una forma de "o" al ver la pequeña tarjeta blanca firmada con dos letras, al parecer las iniciales de la persona responsable que su departamento pareciera más bien un jardín. — qué raro, es una Y.G pero, no tiene ninguna dirección, que estafa, siempre fracaso en la vida.
— Deja de exagerar y déjame pensar, esas letras se me hacen conocidas...— hubo una pequeño silencio en la línea que desespero a Jimin. — ¿Y.G dijiste? — Jimin asintió como si JeongGuk lo viera a través del teléfono. — Ugh, Y.G...conozco una persona llamada Min Yoongi, ¡oye, curiosamente es un florista! Pero lo veo muy improbable, Yoongi Hyung vive en Daegu.
— ¿Heee? — dijo alargando la vocal a mas no poder. — Pero está lejos de Busan.
— ¿quieres conocerlo o no?
— ¡por supuesto que sí!
— Entonces ve y conócelo, ¡vamos, es realmente lindo! Cuando lo visite por última vez era rubio al igual que tú, un poco más bajito que tú y siempre atiende el mostrador, es el que arma los ramos de flores.
— ¿Por qué mierda no me dijiste eso hace tres putos meses?
— o me respetas o no te digo la dirección, y te quedas sin tu niño flor.
— Bien, bien. — JeongGuk le dio la dirección y Jimin colgó inmediatamente, sonrió y por inercia sus ojitos se achicaron, dio varios saltitos emocionado por su encuentro y se tiró a su cama mirando al techo como si fuera lo más interesante del mundo, finalmente mañana, en cuanto sus ojos se abrieran, iría corriendo a montarse en un autobús hacia Daegu a ver y conocer al dulce chico que le había estado mandando flores.
Estaba asustado, sudado y despeinado, se odiaba por emocionarse de más y haber corrido cinco calles donde lo dejó el bus, ¡ahora no estaba presentable para conocer a su niño florista! ¿Y si ahora no se interesaba en él? ¡No! Jimin alejo esos pensamientos negativos y se miró por el pequeño espejo de la tienda.
Se peinó con sus manos lo mejor que pudo, suspiro con ganas y se armó de valor.
Empujó la puerta y la pequeña campanilla sonó, alertando a un lindo pálido, rubio y calmado muchacho, quien volteó y sonrió de forma melosa y particular, con sus encías sobresaliendo como una gomita, el corazón de Jimin palpitó tan fuerte que temió que se escapara de su pecho.
— Buenas, ah, ¿Tu?... ¡Ah, tu! — Jimin se mordió el labio para no soltar una risilla al ver al pálido taparse la boca todo colorado, negando eh inclinándose ante el en forma de disculpa. — Lo, lo lamento tanto, ¡discúlpeme joven! ¿Usted, que...desea?
Sus ojos no podían conectar con los suyos, por alguna razón no podía mirarlo sin desviar la mirada avergonzado, Jimin sonrió.
— Quiero un ramo de azucenas.
— Oh, ya veo, ¿es para, para tu novia? — preguntó, Jimin podía jurar que al final de la oración su voz se oía apagada y apunto de quebrarse.
— No, es para un chico que me gusta mucho, siempre me manda flores, así que quiero hacer lo mismo.
— Entiendo. — Jimin suspiró mentalmente aliviado al ver la preciosa sonrisa de Yoongi regresar a su carita.
Se fue del mostrador unos momentos y regresó con un gran ramo de camelias y azucenas, sujetándolas fuerte para no dejarlas caer. Tan tímido y cabizbajo, mirando sus zapatos, balanceándose con sus pies de atrás hacia delante. Hasta que al fin se dignó a mirarlo.
— Uh,... ¿nombre? — susurró casi inaudible, de hecho, Jimin no llegó a escucharlo muy bien.
— ¿disculpa?
— Nombre, tú nombre y el de la persona que le pertenece, si quieres.
Jimin pareció pensarlo, posó su mano a su mentón, Yoongi tragó saliva y desvió los ojos con tristeza, mordiendo sus labios o jugando con sus dedos enredándolos o dibujando cosas imaginarias en la madera del mostrador.
— Esta tienda huele realmente bien. — Yoongi subió su mirada desconcertado y confundido, Jimin junto sus manos y aspiró la tienda, sintiendo el olor floral, a caramelo y dulzón, suspiró al sentir el aire acondicionado en su rostro, se sentía bien ya que afuera estaba caluroso, la tienda era bastante agradable, muchísimo más al ver al muchacho que trabajaba allí, al frente de él, sonrojado y avergonzado.
— uh, gracias, soy un poco codicioso con esas cosas.
— ¿Cuántos años tienes?
— ¿eh? Ah, 21...
— ¿enserio? Yo tengo 19, Hyung. — sonrió, de nuevo, el chico era terriblemente lindo, ¿Qué hacer más que reír? Era bajito, adorable, con mejillas regordetas y labios delgados y rosaditos, nunca pensó que fuera mayor que él, que mono, tan lindo. — ¿Cuál es su nombre?
Yoongi tembló y sus mejillas se coloraron aún más, no quería tartamudear, de verdad que no, pero era inevitable. Lo había descubierto.
— Min Yoongi.
— Entonces, pon ese nombre en la tarjeta.
— ¿Qué?
— Gracias, Yoongi Hyung, las flores eran hermosas, pero ahora, yo le comprare muchas, muchas flores.
Yoongi sintió su rostro arder.
— ¿Cómo-
— ¿lo supe? Se le olvidó quitar la tarjeta en uno de los últimos ramos, margaritas, las adoré.
— Me alegra mucho que te gustaran; ¿sabías que, En el lenguaje de las flores, la margarita simboliza la inocencia y la pureza? Las blancas se utilizan para seducir a la persona amada. — el rubio sintió su corazón latir fuerte y descontroladamente, ¡había confesado su amor por error de una manera totalmente cursi! se maldecía internamente, "¡tonto, tonto Yoongi despistado!" pensó. — yo...yo lo siento si te molesté, yo, cuando viajé a Busan para visitar a JeongGuk te vi en el lago y, ¡lo siento mucho! Debiste asustarte mucho, ¿no es así? — Jimin se alertó y asustó al ver las transparentes gotas saladas humedeciendo las rojas mejillas del rubio. — lo lamento, lo siento, lo siento tanto, perdo- ¿estás?, ¡¿estás bien?!.
Vaya, Jimin se sintió como un imbécil al llorar también y es que, al ver llorar a ese ángel, lo afecto un poquito.
— si, lo lamento, cuando veo gente llorar, lloro también. — rió nerviosamente, Yoongi limpió sus lágrimas saladas de Jimin con el borde de su suéter, y Jimin rio, Yoongi era realmente encantador, así que Jimin secó las lágrimas de Yoongi con su suéter.
Un par de lindos enamorados, ayudándose mutuamente.
— ¿no querías que te conociera? Me pusiste las cosas difíciles, Hyung.
— Lo siento, me sentía nervioso e insuficiente, pararía en cuanto viajara a Busan. — "Vaya, yo y mi impulsiva manera de no esperar" pensó Jimin, Yoongi escondió dulcemente la cara en su suéter y se acercó a Jimin. — me alegra que te me adelantaras. — habló aun escondido en su suéter por la vergüenza.
A Jimin le daba tanta, pero tanta ternura Yoongi, cargo al rubio y lo alzó de la cintura, para luego abrazarlo protectoramente.
— Hyung, ¿puedo besarlo? — Yoongi, aun en el pecho de Jimin asintió tímidamente.
Jimin, aun con el mayor en sus brazos, tomó a Yoongi de su cabeza y junto sus frentes, sentían sus respiraciones chocar entre si y su olor floral más fuerte.
Sus labios se unieron lentamente, Saboreando sin prisa la dulzura y calidez contraria, presionando, dulcemente sus esponjosos labios, con los delgados y rositas belfos de Yoongi.
Un beso dulce y sin segundas intenciones, cálido y agradable, sonriendo bobamente al separarse y riendo juntos, abrazados y con sus manos entrelazadas en el cuello del más alto.
— Hoy, quiero ser como las flores y enamorarme de un sol como tú, me siento feliz y emocionado, porque, finalmente te encontré, Yoonie Hyung.
FIN.
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