Había pasado una semana de la fiesta. First y yo dábamos paseos de vez en cuando por el pueblo. El salió en barco el fin de semana y trajo muchos peces junto a Off.

Asi que obviamente Gun y yo habíamos pasado tiempo juntos.

Según el desde hace tres meses que llegue a la manada. Yo no tenía mucha idea sobre el tiempo desde que llegue.

Una noche luego de cenar a solas cuando el salió a cazar, me quedé dormido en el sofá. La casa era muy grande para mi solo y me daba algo de miedo la parte de arriba.

Asi que dormí en el sofa.

Cuando abrí los ojos por el sonido de la puerta siendo tocada caí en cuenta de que el cómodo sofá no era un sofá ahora.

Si no el cuerpo dormitante de First debajo mío.

Ya había llegado.

Sus brazos rodeaban mi cintura y su olor rodeaba mi cuerpo. Ronronee tranquilo y pase mi nariz por su cuello.

Pero si lo hice iba a ser un secreto solo para mi.

La puerta volvió a ser tocada y eso me hizo gruñir despacio.

Me libere del fuerte abrazo de First y camine hasta la puerta con pereza. La abrí pensando que quizá sea Gun, pero cuando la abrí era un alfa con tres bolsas de ropa.

-Hola, Omega.

Me escondí detrás de la puerta con temor. Pero saque mi cabeza con curiosidad.

-Te traigo tu ropa. La mando a hacer tu alfa.

Mi alfa...

-La dejare aquí y me retirare.

La apoyo en el suelo y se fue. Así que tome las prendas y camine hasta mi habitación.

First seguía durmiendo.

Saque la primera camiseta que encontre. Una camiseta de tela, con mangas cortas. Me gusto y baje con ella.

First ya estaba en la cocina así que entre pensando que le gustaría como se me veía la remera.

Pero cuando me vio su sonrisa calló hasta convertirse en una mirada triste.

-Khao...

Me sentí inseguro y abracé mi cuerpo.

-Lo-lo siento. Pensé... iré a cambiarme.

-No, quédate.

Me toma del brazo y me sienta en una silla de la cocina.

-Te queda hermosa. No pienses que no.

Dijo pero seguía triste y preocupado.

-Tu cara no dice lo mismo.

-Me gusta como te queda. Pero...

Tomo mi brazo delineó una de las pocas cicatrices que adornaban ellos.

Me dio vergüenza.

Tenía en los brazos, en mi cuello y en mi tobillo.

-Las cubriré, lo siento. No son bonitas.

-Son parte de ti, y solo por eso son hermosas. Solo quiero saber que te paso.

Podía contarle eso.

-Solo un incidente con una montaña hace unos años. Aún mi piel estaba sensible por el sol y se rompió fácil. Juro que no me quedaron estas marcas en ninguna otra parte.

El asiente y no era mentira. La mayoría de ellas si eran por esa caída. Solo una me la había cortado el hace mucho, mucho tiempo.

El seguía viendo mi brazo, lo dio vuelta y vio la cicatriz que no debía ver.

-Está es diferente.

Apartó su mano cuando la tocó.

-No es nada.

-Confía en mi. No te juzgare.

-No quiero hablar de eso.

El apunta a mi cuello y toca la quemadura que ya casi no se notaba. Nadie la notaba, casi no se veía y era finita.

-No-no quiero hablar sobre eso.

-Omega.

Mis ojos se humedecen y el aleja la mano de mi cuello.

-Lo siento.

Me dice pero yo ya estoy llorando. Y me siento un idiota por ponerme esta estupida camiseta pensando que le gustaría. El me acerca a su cuerpo y me abraza.

-No llores, perdon. No hablaremos de eso si no quieres.

-No debí ponerme la camisa.

-Te queda muy linda. Me preocupan tus cicatrices, no me molestan, solo quiero saber.

Me abraza hasta que me calmo y luego se separa de mi para lamer delicadamente mis lágrimas. Creo que vi una vez a Off hacerlo con Gun y luego me quedó la duda de porque lo hacían si parecía asqueroso.

Pero cuando First lo hizo solo pude ronronear con los ojos cerrados y en un momento para otro ya me sentía bien otra vez.

-Promete que si te digo no me mirarás diferente. No te comportaras diferente ni me dejarás de tratar así.

-Nunca lo haría. Así como te quiero te voy a seguir queriendo.

Se sintió familiarmente cálido cuando el lo dijo.

-Yo... cuando estaba en mi casa, cuando era un bebé, mi mamá murió y no la recuerdo. Me quedé con mi papá, pero el me dejó de querer cuando maté a mi mamá.

Mis ojos se llenaron de lágrimas.

- Khao, estoy seguro de que tu no mataste a tu mamá.

-Lo hice, ella murió cundo yo nací. Y el me odio por eso.

-Eso no fue tu culpa, omega.

Sorbí mi nariz recordando sus palabras.

-No recuerdo mucho, solo recuerdo que cuando cumplí los cuatro años el trajo una nueva pareja. Pero yo no le gustaba para nada, entonces cuando estábamos ella y yo solos ella me obligaba a limpiar cosas o lavarle los pies. Me escondían de las visitas en el sótano y yo me quedaba ahí hasta el otro día. Para cuando cumplí diez años dejaron de tratarme como hijo de mi padre y decían que era hijo de una empleada y siempre estaba limpiando. Porque si limpiaba ellos me darían comida aunque sea una o dos veces al día. Un día mi padre descubrió que su pareja estaba embarazada y se emborrachó, yo estaba camino al sótano cuando se me cayó un jarrón de la mesa por la obscuridad y el...

-Tranquilo.

Comenzó a acariciar mi espalda.

-El se enojo mucho y me tiro con su vaso de alcohol. No me golpeó pero luego cuando caí al piso me corte el tobillo y el tomo mi brazo y lo corto con un pedazo roto del suelo.

Sorbí la nariz.

-No fue la última vez que me golpeó. A veces mi abuelo o mi tío también me golpeaban. Eran los únicos alfas que conocía. Pero nada que dejara marcas permanentes como mi brazo. Solo moretones y mi cabeza dolía. Yo intenté escapar. Pero la primera vez el me atrapo tratando de salir por la ventana pequeña en el sótano y... Es borroso. No recuerdo donde me llevo pero estaba obscuro y el saco su cadena del cuello, la calento con fuego de la hornalla o la chimenea, no lo se. Y me ahorco con ella diciéndome que si volvía a querer escapar me mataría. Esa noche ellos fueron a una fiesta en la casa de los vecinos. Siempre iban y yo escuchaba la música. Y esa vez decidí escapar así que tome mis pocas cosas y robe toda la comida que pude de la cocina. Traía una botella de agua pero se me rompió cuando caí de la montaña y me hice estas cicatrices. Siempre que dormía en el bosque, siempre, yo pensaba que el estaba viéndome. Que me mataría como dijo. Yo, no puedo más...

Dije rendido y me abrace al cálido cuello de mi alfa. Porque era mi alfa, tenía que serlo y el no era como ellos. El le hacía olvidar de que tenía cicatrices y no tenía palabras suficientes para agradecerle.

Lloro en su hombro y First lo marcó con su olor.

-Nunca nadie mas volverá a hacerte daño. Yo me encargaré de cortarle las manos antes de eso. Nunca, omega. Me aceptes o no como tu alfa, te protegeré hasta mi último latido.

Le creí.

No había razones para no hacerlo.

✨💗 Khao está chiquito, hay que cuidarlo.