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❀ Capítulo 36


Jimin ya se encontraba cerrando su local como cualquier día laboral cuando deslumbró a Jungkook a lo lejos.

Le sorprendió bastante que pasara por ahí, pero no iba solo. Una chica alta y de pelo largo y negro iba a su lado mientras intentaba tomar su mano y él hacía como el que no se daba cuenta.

— ¿Puedo llevarme una Rosa? —Preguntó Soobin haciendo que saliera de su ensoñación. Asintió repetidas veces.

— ¿Y eso por qué? —Le preguntó con una sonrisa, Soobin bajó la mirada avergonzado.

— Tengo una cita con un Beta esta noche. —Sonrió. Jimin no dudó en abrazarlo.

— ¡Felicidades Soobin! ¡Espero que todo salga bien!

— Gracias, estoy muy feliz.

Entonces, un carraspeo les hizo separarse a ambos. Jimin se giró enfrentando a Jungkook y la chica que la acompañaba, éste le miraba con el entrecejo fruncido.

— Hola. —Saludó—. Hola, Soobin.

— ¿Quién es él y por qué sabe mi nombre? —Se giró asustado a Jimin y éste rió—. Un momento, ¿tú no eres el Alfa que fue novio de Jimin?

— Sí, algo así. —Rió.

— ¿Qué te dieron de comer?

Jimin intervino en ambos y empujó levemente a Soobin.

— Ve a prepararte o llegarás tarde a la cita.

— ¡Cierto! —Exclamó y se despidió de todos con la mano—. ¡Adiós!

Cuando se fue, Jimin pudo suspirar.

— Está tan contento por la cita que no se dio cuenta de que quedan demasiadas horas para ella. —Rió y miró a la chica—. ¿Quién es ella?

— Sinceramente no lo sé. —Se encogió de hombros.

— ¿Cómo que no lo sabes? —Preguntó ofendida la chica—. ¿Ni siquiera recuerdas mi nombre, idiota?

Jungkook rodó los ojos, siempre igual.

— Eras tú la que me vienes persiguiendo todo el camino.

— ¡Porque me dijiste que me llamarías y no lo hiciste! —Jimin miraba callado la escena.

— Nunca lo hago. —Suspiró—. Ahora, vete y déjame en paz de una vez, por favor.

— ¡Eres insufrible! —Gritó alejándose de ambos.

Park le miró con las cejas alzadas buscando una explicación.

— Fue una conquista de la semana pasada que no deja de perseguirme porque le prometí llamarla. —Explicó rápidamente.

— Ajá.

— ¿Necesitas que te ayude en algo? —Jimin negó.

— ¿Qué haces por aquí?

— Vine a recoger los cereales y batidos que compré la última vez, también quería pasar a ver tus flores y a ti, claro. —Miró a su alrededor—. Hace mucho que no vengo.

— Estaba cerrando para irme a casa. —Jungkook asintió.

— ¿Te apetece tomar algo en la cafetería? Yo invito.

Jimin le miró desconfiado y casi sonriendo.

— ¿No te da miedo que Taehyung llegue en cualquier lugar? —Jungkook lo pensó y le tendió la mano—. ¿A dónde iremos?

— ¿Confías en mí?

— Claro.

— Está bien, pasaremos por un restaurante de comida rápida e iremos por mi auto. —Le tendió la mano—. Vamos, acompáñame.

Jimin acabó tomándola.

Y ambos aparecieron con el pasar de los minutos en un sendero olvidado.

— Es fascinante. —Habló mirando el paisaje frente a sus ojos.

— Lo es.

Luego de pasar a comprar algunas hamburguesas, Jungkook condujo hasta el lado más dejado de la ciudad; un puente en medio de muchos árboles, donde los autos pitaban a veces desde la autopista de debajo.

Mantenía unas vistas alucinantes, y se podía distinguir perfectamente donde comenzaría a esconderse el Sol y dónde saldría la Luna más tarde. Espectacular belleza natural.

— ¿Sabes? —Habló Jungkook con su hamburguesa en mano y sentándose en el suelo mientras miraba a los autos bajo sus pies—. Aquel día te mentí, estaba enfurecido y solo quería olvidar que te conocía.

Jimin le siguió los pasos y se sentó junto a él.

— Te dije que te olvidaría fácilmente porque no éramos destinados. —Dijo—. No es verdad, mi lobo... mi lobo si lo siente.

— ¿Tu lobo siente que somos destinados? —Preguntó mirándole, Jungkook asintió—. Mi lobo también, pero estaba herido por todas las palabras que dijiste y no me atreví a hablar.

— Lo siento. —Murmuró pegando un bocado a su hamburguesa.

— No lo lamentes, ambos tuvimos culpa. —Suspiró imitando su acción—. Creo que necesitábamos esto para amar de verdad y con más ganas.

Jungkook le miró de soslayo.

— ¿Tú me sigues amando, Jimin?

— Lo hago.

Silencio. Solo el sonido de los pájaros y las hojas moviéndose por el leve viento inundaban el lugar.

— ¿Y tú? —Preguntó el peligris.

— También lo hago.

El Omega asintió mirando al frente y comiendo de su hamburguesa.

— Dicen que las puestas de Sol en este lugar son espectaculares. —Habló Jungkook cambiando de tema.

— Podríamos comprobarlo.

— Quedan horas para eso, Jimin, a penas y son las cinco de la tarde. —Suspiró.

— Cuanto más alto esté la persona, mejores vistas. Estoy seguro que de aquí a dos horas nos encuentra la Luna.

— ¿Cómo si estuviéramos jugando al escondite?

— Como si jugáramos al escondite. —Asintió.

Jeon le tocó el hombro y se levantó, dejando a un lado el papel que envolvía la hamburguesa que recientemente terminó de comer. Jimin no entendió hasta que habló de nuevo.

— Te toca a ti contar.

Y Jimin sonrió.

Hasta que al primer juego perdió y la tomó con Jungkook.

— ¡No vale, eres un tramposo! —Se quejaba el menor refunfuñando—. ¡Me has visto, eso es trampas!

— ¡No seas niño pequeño y acepta que te atrapé!

Jimin llevaba al Alfa tirando de su camiseta hasta la cima del puente. Habían estado por horas jugando al escondite y a pillarse el uno al otro. Escondiéndose como niños pequeños entre los árboles y arbustos de la zona para esperar que el enemigo viniera a por él.

Se la habían pasado tan bien que incluso habían olvidado la hora y que el Sol ya comenzaba a ocultarse. Jimin tenía algún que otro rasguño en la rodilla derecha al haberse caído anteriormente por culpa de una rama en el camino. Jungkook corrió hasta él en cuanto escuchó su caída y fue la primera vez que perdió.

Ahora llegaban de nuevo a lo alto del puente, Jungkook bufando desde atrás de Jimin y éste sonriendo por las pocas veces que había podido ganarle al Alfa.

— Toda la ropa va a ser para tirarla. —Habló Jimin mirando los agujeros en sus rodillas y los arañazos y tirones en su camiseta por el juego previo.

— Pero lo pasamos bien. —Añadió Jeon apoyándose en la barra de seguridad para mirar el cielo—. Wow... mira que bonita se ve la Luna desde aquí.

Jimin miró y sonrió. Si, se veía preciosa desde ahí, como decía el Alfa. Se acercó hasta ponerse a su lado y apoyó su cabeza en el hombro contrario.

— Luna... quiero hacer algo que no se me está permitido. —Murmuró Jungkook—. ¿Crees que pueda hacerlo?

— Ella siempre va a estar contigo tomes la decisión que elijas. —Habló Jimin desde su hombro—. A menos que seas que te quieras tirar desde el puente.

Jungkook rió y abrazó por los hombros a Jimin.

— Hace tanto que no lo hago que... que siento que me volveré loco. —Volvió a hablar mirando el satélite—. ¿Jimin?

— ¿Uhm?

— ¿Está bien si te beso ahora mismo?

— ¿Q-qué? —Le miró.

— No puedo aguantarlo más. —Confesó.

Park había entrado en un estado de shock que no le dejaba pensar con claridad. Los ojos de Jungkook estaban fijos en la Luna aunque le hablaba a él. En un momento se giró y le miró con las pupilas brillantes.

Jimin le mantuvo la mirada y tragó saliva cuando el brazo de Jungkook bajó desde sus hombros a su cintura, acercándole con miedo al no haber recibido aceptación. Le miró a los ojos cuestionándole silenciosamente.

— Si, estaría bien.

Fue lo que le faltaba a Jungkook para terminar con la poca distancia entre sus cuerpos y besar esos abultados labios con los que había soñado cada noche desde hace meses.

El puente existe y está a algunas calles de donde vivo, la imagen de portada es mía.

(En el fondo fondo se puede ver la Luna)

(La unión de la Luna y el Sol en una misma imagen sobre el puente)

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