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❀ Capítulo 33


Jimin se sentía tan tonto y tan inútil por haber bebido y no acordarse de nada. Por no acordarse de como había tocado ese cuerpo y como... dejémoslo ahí.

Ahora, días después, permanecía en su mundo mientras sus dos amigos desayunaban en una cafetería cercana al apartamento del mayor.

— Deja de pensar en que te acostaste con Jungkook. —Atacó Taehyung.

— Me odio tanto por no recordar nada.

— Eso te pasa por beber. —Añadió el mayor mirando a ambos—. Y a tí también, Taehyung, no creas que me olvidé de como llegaste a casa.

— ¡Pero Taehyung solo se besó con un Beta, yo me acosté con Jungkook!

Seokjin se hizo el sorprendido y miró confundido a Taehyung.

— ¿Que hiciste qué?

— ¡No lo recuerdo! —Se excusó—. Si no lo recuerdo, no pasó. Yo te quiero a tí, lo juro.

Jimin se cruzó de brazos y se dejó caer en la silla mientras Taehyung miraba suplicante a Seokjin y éste fingía estar dolido y enfadado.

— No me creo que me hayas sido infiel.

— ¡No fui yo, fue el Taehyung ebrio! —Bufó—. Encima no lo recuerdo y fue Jimin quien me dijo.

— ¿Y quién le dijo a Jimin, si se puede saber? —Arqueó una ceja—. Porque Jimin iba igual o peor bebido que tú.

— Amor... por favor, dejemos esta charla para después, en casa, donde no hay nadie escuchando ni observando, ¿está bien?

— ¿No quieres que la gente se entere de lo sinvergüenza que fuiste al serme infiel la otra noche por ir borracho? —Preguntó ofendido.

— ¡No digas eso! No te fui infiel, solo me pasé un poco con el alcohol, pero nada del otro mundo, no recuerdo, eso no se vale.

— Lo que digas.

Seokjin empezó a reír entonces como desquiciado. Taehyung y Jimin cruzaron miradas confundidas y el menor de ambos golpeó el hombro del Delta.

— ¿Ahora que demonios te pasa? ¿O qué hice ese día para que te hayas acordado ahora?

— Ahg.... —Suspiró—. Sois tan inocentes.

— ¡Pero habla!

— Nada de lo que pensáis pasó. —Miró a Jimin—. Ni tú te acostaste con Jungkook ni Taehyung besó a alguien más.

— Pero... Jungkook me dio su camiseta, dormí con ella y además había un condón usado...

— Su envoltorio quisiste decir. —Rió—. Tranquilo, fue solo un plan para asustaros y que dejarais de beber hasta olvidar vuestros nombres.

Taehyjng le miró confundido.

— ¿Entonces no besé a nadie? —Seokjin negó y el Omega suspiró.

— Jungkook estaba conmigo cuando tú mismo me llamaste por lo ebrio que ibais, se ofreció a recogerlos junto a mí y pensó que estaría bien un castigo para ambos. —Se encogió de hombros y miró a Jimin—. Supongo que fue una pequeña venganza personal, estoy seguro que después de eso no le importaría hablar contigo de nuevo.

— Y-Yo... ¿Qué hago ahora?

— Te aconsejo que vayas al local de tatuajes donde lo vimos y preguntes por él. Te explicará mejor todo con claridad. —Jimin se levantó de inmediato de su asiento y Seokjin se sobresaltó—. ¡No me refería ahora!

— Quiero hablar con él y que me explique todo. Tengo la cabeza hecha un lío desde ese maldito día.

— ¿Jungkook se inventó también que me besé con alguien más? —Seokjin asintió—. Ahg, creo que esa venganza también iba para mí.

— No estoy tan seguro de que te perdone tan rápido como puede hacerlo con Jimin. —Suspiró—. Puedes ir, Jimin, que te pase su número o algo para no estar buscándolo por todo el mundo cada vez que queremos hablar con él.

El peligris asintió y depositó un billete en la mesa para salir de aquella cafetería.

Mientras, al otro lado de la ciudad, un Omega miraba a su alrededor, intentando recordar si era esa calle o era la siguiente la que le llevaba a la galería de arte, pero en cuanto deslumbró a un chico fumando en la puerta de un local de tatuajes, se acercó a él.

— Perdona... ¿Jeon Jungkook? —El de pelo amarillo levantó su mirada confundido.

— No sé quién es. —Se encogió de hombros.

— El otro día vino a hacerse un tatuaje creo yo...

— No te prometo nada, pero iré a preguntar al jefe. —Jimin asintió sonriendo y el chico se adentró en el local.

Pocos minutos después, volvió junto a... ¿ese era Namjoon?

— Jimin, hola. —Habló sorprendido.

— ¿Sabes donde puedo buscar a Jungkook? —Namjoon negó mientras hacia una mueca con sus labios.

— No puedo darle su ubicación a nadie, tampoco su teléfono. —Confesó—. Pero puedo llamarle y citarle aquí para que venga.

— Me harías un favor.

— ¿Qué le digo? —Preguntó sacando el teléfono.

— Dile que... Jimin está en el local de tatuajes pidiendo explicaciones. —Namjoon rió y asintió mientras buscaba el contacto.

Tras ello, más tarde, Jimin se encontraba mirando los dibujos pegados en la cristalera del local cuando una mano se posó en su hombro y le hizo sobresaltarse. Jungkook le miraba burlón.

— Vayamos a mi coche para poder explicarte mejor. —El peligris asintió y le acompañó hasta el auto a unos metros de ellos—. ¿Qué quieres saber?

— En un principio, ¿por qué haces esto? ¿Por qué estás aquí si desde que me viste el otro día me dejaste en claro que no querías verme?

— Nunca dije eso. —Se encogió de hombros—. Me encontraba dolido y algo en shock de volver a verte, nunca dije lo contrario.

— Está bien, digamos que te creo eso, entonces... ¿me puedes explicar qué pasó el último día?

— Oh, eso fue divertido. —Rió—. ¿La versión real esta vez?

— Por favor.

— Está bien. —Apoyó su mano en el control de marchas—. Acompañé a Seokjin y como no podía ni con Taehyung, decidí ayudarle a llevarte a casa. Les llevé a ambos a su apartamento y luego le dije que te quedarías conmigo para darte un susto en la mañana. —Rió—. Tu cara al despertar fue épica. Luego de llegar a mi antiguo apartamento vomitaste, manchaste tu ropa y la mía, así que no tuve más remedio que dejarte una de las pocas camisetas que me quedaban ahí y yo también buscar nuevas prendas para mí.

Jimin le miraba atento. Jungkook continuó.

— Te quedaste dormido en mi cama recién tocar las sábanas, murmurabas algo de que el aroma de mi camiseta era relajante. Al día siguiente, desperté una hora antes que tú y seguí con mi plan, abrí un condón y dejé el envoltorio a tu lado para que pensaras cosas que no habían pasado. —Le miró—. Nunca podría aprovecharme de alguien en estado de ebriedad. Y desde ahí todo lo conoces. Taehyung nunca se besó con ningún Beta ni nosotros estuvimos bailando en medio de la gente.

Park golpeó su hombro sin fuerzas.

— ¡Eres un imbécil! —Gruñó—. ¿Sabes lo que me hiciste pasar todos estos días? ¡Pensaba todo el rato en eso cuando era un invento tuyo!

— Bienvenido al club, nene. —Sonrió de lado—. Uno a uno.

— ¿Eso significa que...?

— Estamos en paz. —Tendió su mano—. ¿Empezamos de cero?

¿Acaso Jimin estaba soñando?

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