𝙵 𝚕 𝚘 𝚠 𝚎 𝚛 𝚜 [𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚄𝚗𝚒𝚌𝚘]
[...]
Mañanas... Momento perfecto y cálido.
Las mañanas empiezan dando comienzo a un nuevo día en el cual estar vivos.. Toda la naturaleza fluye y se regocija ante la luz solar que la llena sin detenimiento.
Las flores diurnas.. disfrutaban del momento divino, dando a conocer su interior y belleza a todo aquel que se tomará el tiempo de observarlas.
Y Kendo... era experta en ser esa persona.
Una chica de brillantes cabellos naranja y ojos de un acuoso cerceta, era aquella que se encontraba frente a al mostrador de una pequeña tienda.
La chica regaba tranquilamente una maceta llena de Rosas Caninas, proclamadas como las favoritas de la joven, siendo la flor más duradera y fuerte de todas... cosas de plantas para ella.
Ya había acabado de regar todo la tienda, y como todas las mañanas..
¡Ya era hora de abrir!
Los minutos pasaron y sin mucho tiempo perdido, comenzaron a llegar clientes
—Buenos días, bienvenidos al "Jardín Divino" ¿en que le puedo servirles el día de hoy?
Y con esa frase dicha, su jornada laboral había dado inicio.
Consistía en entregar pedidos de flores, dar a conocer a los inexpertos, y mantener siempre una sonrisa.
En sí le era fácil, amaba las flores desde que tenía uso de razón y hacer todo esto era parte de su gusto... Solo había algo que internamente le disgustaba.
—Disfrute, y que tenga un excelente día.— el cliente asintió con una sonrisa para abandonar el lugar... Ya era su hora de descanso.
Podía llegar a ser un poco cansado, pero era algo que podía soportar.
Se dejó caer en una silla junto al mostrador y suspiró profundamente, no la malinterpreten, estaba feliz por el día de hoy, hubo mucha clientela y había captado el interés de algunas personas al hablarle de flores.
Su mente se desconectó unos instantes divagando por la habitación, pensado en todo y detallando en lo que se había convertido el lugar.
Antes solo era un cuarto no muy vacío y con poca iluminación.
Ella y su madre de a poco lo fueron remodelando, dándole personalidad y pensando en algo bueno para el futuro... Algo con que ayudar a los demás.
Y de ahí, nació el lugar que con tanto cariño cuidaba...
Vaya que recordar eso la hacía feliz.
Saliendo de su ensoñación, se levantó en dirección a las puertas, las volvería a abrir cuando regresara de su descanso.
Y cuando estuvo a punto de cerrar con llave.
—¡ESPERA!— En un abrumador segundo, un chico se apegó al cristal tomándola por sorpresa.— Por favor, se que es tu hora de descanso pero necesito tu ayuda con urgencia.— su desesperación se hacía sentir.
La chica se encontraba un poco incomoda con el actuar del sujeto, era un tanto raro... Pero no podía negarse a ayudarlo, después de todo, si se trataba de flores, su cuerpo se movía por inercia.
Llenándose de serenidad encaró al desconocido.
—C-como mencionas, es mi hora de descanso, debe ser bastante importante si vienes de esa forma tan escandalosa.— respondió directa, ¿quizás había sonado un poco dura? si.
—Lo sé, y lo siento mucho.— rápidamente se inclinó en una reverencia.— Ya con esto te estoy importunando.— una amarga risa escapó de sus labios.
La guardia de la chica bajó un poco. Se detuvo a analizarlo, vaya que era una cara nueva e interesante.
Ojos de un esmeralda intenso reflejaban una mezcla de nervios y ansiedad junto a esa sonrisa vacilante.
Sus revoltosos cabellos eran de un verde oscuro con mechones negros que nunca había visto.
Y ahora que su memoria empezaba a moverse, ya lo había visto antes, era uno de los vecinos de la zona... Desde que vio aquel llamativo ser, tenía ganas de hablar con el, solo que nunca supo como acercarse, y dudaba que hablar de flores fuese su más grande gusto.
Verlo completo, la hacía sonrojarse, así que evitó hacerlo para risa del chico que antes de cualquier rapidez mental, el ya no se veía nervioso para nada, y el ver los nervios de su contraria lo ayudaron a calmarse un poco.
Se veía linda.
—Bueno, será mejor decirte porque vine.— Detenía el tren mental que tenían volviendo al grano.— Estoy buscando flores para... Alguien especial.— explicó profundizando sus últimos palabras mientras deslizaba su mirada por los alrededores.
—Bien, creo ya tener una idea, pero dime, ¿Tenías algo en mente?- Un par de ideas se plasmaban en su cabeza rápidamente.
—Algo así, la chica es... La viva imagen de la estación veraniega.— su respuesta era interesante, cómo útil a la vez.
Quizás era su imaginación, era imposible que lo estuviese diciendo por la misma razón que ella pensaba, pero no podía negar que la estaba sorprendiendo.
—Estás de suerte, tenemos muchas de esa estación recientemente, podemos hacer un bonito arreglo con ello.— Esta era su parte favorita.— alguna id-
—Perfecto, ¡espera! ¿Podrías añadirle rosas caninas? dan un toque único.
Kendo estaba bastante sorprendida y extrañamente emocionada por lo que escuchaba, aquel nombre era la versión científica de la flor.
La duda de si era como ella estaba aumentando.
Siendo lo que sea... le gustaba.
Luego de un rato de charla, uno que otro chiste y un envoltorio, consiguió su arreglo floral.
—¡Listo!, te lo agradezco inmensamente, eres una heroína.— Estaba contento con las flores que tenía en sus manos, una gran sonrisa se manifestó en el.
Aquella dulce sonrisa no fue dejada pasar por la joven, quien siendo contagiada sonrió feliz del resultado que habían logrado, y por si fuese poco también consiguió a alguien que le seguía el paso en sus conversaciones sobre flores.
El carmín tiñó su rostro de un momento a otro, esto era nuevo.
—No es para tanto, es mi trabajo de todas formas.— infló su pecho orgullosa, se consideraba una buena experta.
—Pues... No me importaría pasar un rato de vez en cuando, digo, ¿nunca se tiene suficientes flores o si?.— Sus miradas se encontraron, terminando con el guiñándole.
Era mucho que procesar para la joven amante de las flores.
¿Le estaban coqueteando?
—Enséñame más sobre flores, ¿Si?.— Y cómo si nada hubiese ocurrido, volvió a aquella actitud calmada para desconcierto de la pobre chica.
Parecía a una de sus queridas amapolas.
Se sintió un poco desilusiona... Pero era mejor que nada.
—Bueno, fue un gusto y todo, pero ya me tengo que ir.— se detuvo en la salida.— reza por mí, ya nos veremos en otra ocasión.— dijo antes de irse, deteniéndose en seco.— Cierto.
Regresando, se detuvo frente a ella dándole de las flores que tenía consigo.
Ten, un recordatorio de que volveré. Puedes tomarlas, no creo que te vayan a morder.— Aquel chiste despertó una risa en ambos, que le encantó mucho a la chica.
—P-pues gracias, lo esperaré.— Tomó las flores con una dulce sonrisa.
Y con una última mirada... El chico se fue.
Dejando otra vez a la chica íntegramente sola... Solo ella y sus flores que le habían dado.
—....¿E-es, enserio?-—decía por lo bajo mientras miraba las flores en sus manos.
Uno de los más profundos sueños de Kendo... Era que un chico le regalara flores.. y más si eran de sus favoritas.
Estaba acostumbrada a darle flores a otros... E irónicamente, nunca hubieron para ella.
Y con esto... Todo el aliento y atención se lo llevó para no regresarlo, el chico de cabello y ojos esmeralda.
Desde ese entonces... Todas las temporadas era iguales.
El venía a verme y a hablar conmigo, siempre con el motivo de necesitar flores
En primavera vino a pedir Lirios y Amapolas... Siempre me encantaron sobre todo por sus colores.
Me quedé con varias de ellas... Me gustaba.
En verano vino por las mismas rosas, era tierno cuando hacía chistes de las plantas, pero no le diré eso.
Y creo tampoco le preguntaré del porque siempre darme de las flores que compra... Aunque no me quejo
En el frío de otoño.. no hubo mucha clientela, me sentía un poco mal.
Pero contra todo pronóstico.. el seguía ahí queriendo más, de mi?.
Si es así.. puedo seguir con todo
Pidió Malvones... Decía que en cierto punto se parecían s mí, tal vez por el color naranja de algunas.
—Ten, una linda flor, para otra mucho más linda.— el chico se acercó y dejó una de las flores en su cabello armando el mismo.
Los colores oscuros de la tarde... Y el resplandor del Sol entrando por las vitrinas... Tal vez era broma de el, pero
Se veía hermosa.
—Eres... Hermosa.— soltó sin pensarlo más, de a poco.. cortaba la distancia entre ambos.
Ella por inercia y un sentir raro, se dejaba llevar repitiendo la misma acción.
Su sonrojo adornaba su bello rostro, y eso le gustaba a el.
—Tu eres... muy lindo.— absorta entre sus pensamientos y los susurros de su corazón, Kendo articulaba lo que en su mente desde hace tanto tiempo.
Un calor los rodeaba.. y eso les gustaba.
A centímetros de los labios del otro, se vieron una última vez...
—Gracias..— Sus labios llegaron a su oído, donde susurró aquellas palabras.
Se encontraba desorientada y muy nerviosa... ¿Que estaba pasando?
—¿Q-que?.- dijo en una especie de shock mientras el chico le sonreía.
—Dije que gracias, me ayudaste aquella vez, en la cual te dije que iba a volver a agradecerte.— decía con los ojos cerrados.— Eres la mejor..
Itsuka Kendo.
El ambiente volvió a ser frío... no había diferencia a las frías calles que habían del otro lado del cristal.
El corazón de la chica estaba cálido y latía a mil por hora por lo casi pasado mientras..
El de el... era un completo misterio.
—Bueno... ¡nos vemos después!— y con un ademán...
Se fue..
Duré un tiempo distante y pensando las cosas... ¿Solo jugaba conmigo?
Tenía sentido, su actitud era así siempre, nada me decía que fuera así con todos.
Aparte... También estaba la persona a la que le llevaba las flores.
Eso la tenía un poco mal... Pero no iba a dejar que se muestre
En invierno... La tienda cerró por las fechas.. no había flores para pedir
No lo vi.. por el tiempo, y eso me desilusiona más.
Me hubiera gustado verlo.. aunque sea para desearle feliz navidad.
—!?— se preguntaba ella al ver una caja bajo el árbol de su casa.
Ya había intercambiado regalos con su familia hace rato... Era un poco raro ver otra más, y más que tuviera mi nombre.
Sin pensar mucho, la abrí.
Me llevé... Una gran sorpresa.
Era, un pequeño porta retratos de color naranja, tenía la inicial K en una esquina mientras dentro de él había una foto mía sonriendo... Un día que fue con una cámara y sin darme cuenta me sacó una foto.
Je, tal parece no me hizo caso cuando le dije que la borrara..
Y también.. una carta.
Me senté en un lugar apartado, abriendo la carta en mis manos.
—Hola naranja, espero estés bien... espero que el regalo te haya gustado, aunque no es mucho, creo que significará mucho para ti en un futuro.
Att: I.M
Con eso... Soltó unas cuantas lágrimas..
Fue una buena Navidad...
Meses después volví a mi trabajo... La gente estuvo muy activa los primeros meses dejándome más que agotada.
Las visitas de él se volvían constantes, de a poco pasaba más tiempo, y fue ayudándola haciendo el trabajo, más rápido.
Hasta el último día del mes, habíamos hecho un trabajo estupendo y nos encontramos descansado luego de todo.
—Creo...creo lo logramos.— decía la chica recuperando el aliento perdido por todo el esfuerzo.
—Tal parece si.— decía el chico más calmado.— Ahora tienes tiempo para otras cosas.— reía un poco junto a su respuesta.
—Si, veré en que invierto mi tiempo ahora.
—¡Espera! Ya vuelvo.— dijo para desaparecer del sitio, dejando confundida a la chica.
Luego de un rato regresó a paso lento.
—Esto... Es para ti.— reveló que traía entre manos.
Se encontraba una maceta verde con un pequeño tallo que crecía.
—Oww, no debiste.— decía la chica enternecida mientras agarraba la maceta.
—Cuando se trata de flores, para ti es lo mejor.— sonreía al decir eso.— Sabes ... Esa pequeño brote es especial.— cierto aire de intimidad se mezclaba con la seriedad que manifestaba el joven.
—¿Ah si? ¿Que lo hace ser especial?— preguntaba curiosa, la planta era tan pequeña que no podía distinguir qué tipo era.
—Es una Agapanto... Mejor conocida como.— Al escuchar aquel nombre, la chica volteó a mirarlo.
La Flor del Amor
Lo... ¿Lo va a hacer?
—Sabes... Desde que te conocí, las flores de volvieron parte fundamental de mi vida... Conozco más de estos seres que de mi propia vida jaja.
Es un poco raro todo... Pero, la razón del porque todo esto
Es por ti... Te quiero.. como no tienes una idea.
Cada parte de ti... Pétalo naciente, aroma singular y forma única... Te hace la flor más hermosa de todas.
Tal vez no sea el jardinero que bus.- y fue callado abruptamente por un beso.
Se sentía el frenesí del mismo, una nube de cariño y amor era demostrada por la chica a la cual... Le correspondieron el beso.
Todo lo que fueron sembrando.. y cuidando hasta ahora... Había dado frutos.
Separándose del beso.— Si no lo hacía, ¿ibas a seguir con referencias a la jardinería?— reía dulcemente al gesto.
—Tal vez... Pero solo diré esto una vez.—Junto sus frentes cortando la distancia entre ellos.
—Permiteme... Plantar y cultivar este amor... Hasta las raíces.
—... Hagamos de este amor la flor más hermosa de todas.— y con eso dicho, la nueva pareja volvieron a juntar sus labios.
Ahora juntos
Las flores crecerían con el amor de dos personas.
𝙻𝚘𝚟𝚎𝚛𝚜
𝙵𝚕𝚘𝚠𝚎𝚛𝚜
𝚏𝚒𝚗.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Y aquí... Algo que tenía desde hace tiempo para sacar.
Espero lo hayan disfrutado...
Con eso, me despido ;)
Wlad se despide
¡Hasta entonces!
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