❀ 𝐚𝐦𝐡𝐚𝐢𝐧.
"Te daré una flor tejida por cada beso que quiero darte"
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Las flores para Aeri son un símbolo de respeto y admiración.
Esas bellas esculturas de la naturaleza donde nos demuestra cuán maravillosa es.
La alfa en los últimos días ha comenzado a ver tutoriales en internet de "¿cómo tejer estas bellas obras de la madre tierra?", para así poder regalárselas a la omega dueña de su corazón.
Uchinaga Aeri es hater de los alfas, betas u omegas que le regalan flores naturales a sus parejas. ¿Por qué cortar una flor? ¿Qué culpa tiene aquel ser vivo de que tú quieras demostrar amor?
Por eso—y como menciono antes—la nipona pretende conquistar con flores tejidas por ella misma a Yizhuo.
—Mamá, ¿me prestarías dinero?—preguntó temerosa de la respuesta Aeri.
—No.—contestó la mujer viendo de reojo el caldo burbujeante frente a ella.
—Bien, le preguntaré a papá.—hablo, sabiendo que tocó una de las fibras sensibles de su madre.
La alfa apagó la estufa, quito el mandil que le cubría de cualquier mancha traviesa y se movió en dirección a su bolso.
—¿Cuánto necesitas?
—No mucho,—dijo sonriente.—solo para comprar algo de estambre y algodón.
—¿Para qué quieres tú eso?—cuestionó con extrañeza la señora.
—Un proyecto de ciencias.—la menor mintió.
—Es raro, pero lo dejaré pasar porque todo en ti grita fuera de lo normal.—extendió unos cuantos billetes.
—Gracias, ma.—tomó el dinero como si fueran diamantes.
Una vez fuera de la cocina, Aeri fue hasta su habitación en la segunda planta, de ahí tomó su abrigo y teléfono. Se dio una última mirada al espejo y emprendió su camino hasta la mercería.
En su camino a la tienda, llamó a Minjeong, su amiga.
—¿Qué?
—Tu tono de voz me resulta molesto.—se quejó la japonesa.
—Vete a la mierda.
—Uh, es muy lejos ir hasta donde estas tú.
Si, quizás Minjeong solo era una conocida más en la lista de contactos de Aeri.
—¿Qué quieres, imitación de Pucca?
—¿Dónde queda la tienda de tú madre?—preguntó mientras le hacía señas a un taxi de detenerse.
—En el centro, a dos calles de la heladería.—contestó lo solicitado.—¿Para qué quieres saber?
—Curiosidad. —dijo y le colgó.
Aeri sabía que su amiga no se creería aquello. Dio al chofer del transporte la dirección y después de unos minutos llegó a su destino.
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Montones de diferentes tipos de estambres abrumaban a una omega que únicamente había ido a cumplir el pedido de su madre.
—¿Necesita ayuda?—una amable trabajadora se acercó a ella.
Yizhuo asintió con una cara de súplica y mostró el mensaje donde estaba escrito lo requerido.
—Ah, esto está por acá.—señaló la mujer beta.
Yizhuo dio un suspiro de alivio al encontrar su encargo, sin embargo, su felicidad se esfumó al ver a alguien conocida allí.
¿Qué hacía su alfa ahí?
Yizhuo considera a Aeri—sin que ésta lo supiera—su alfa. Total, la risueña omega sabía que esa admirable mujer no le haría caso nunca.
Ning se escondió entre las telas del lugar para no tener que entablar una conversación en la que terminaría con las mejillas rojas, para su mala o buena suerte, la vendedora le entregó su pedido justo después que Aeri se haya ido.
El lobo de Yizhuo se movió contentó al percibir el aroma de su alfa.
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Un lunes por la mañana~
Aeri tenía en sus manos un precioso ramo de flores tejidas. Añadió—a sugerencia de un comentario en Internet—fotos de la cuenta de Instagram de la omega. Aunque está solo tenia fotos de paisajes.
Las había impreso en ese papel parecido al cromacote, miraba con felicidad su obsequio y si somos realistas, Aeri no pensaba que le saldría así de lindo.
—¿Qué es eso?—Minjeong le cuestionó.
—Un ramo de flores.—Aeri respondió con simpleza.
—Ya sé, a lo que voy es... ¿Pará quién? —indagó nerviosa la omega de carácter bipolar.
Minjeong tenía un gusto secreto por aquella alfa y creía que al tratarla de esa forma arisca, llamaría su atención.
Lamentablemente eso no daba resultado por dos razones.
La primera es que Aeri está perdidamente enamorada de Yizhuo, y la segunda...bueno, no existe una segunda.
—Lo hice para mi omega.—habló eufórica.
Minjeong siguió la mirada de la alfa y se detuvo al ver de quien se trataba. Era su vecina Yizhuo.
Mientras tanto, Aeri avanzó nerviosa hacia la omega que usaba unos pasadores en forma de nube, cumpliendo su función de detener el sedoso cabello.
<<Se ve preciosa.>>dijo su lobo y Aeri estuvo completamente de acuerdo.
Por otro lado tenemos a una Yizhuo temblando por los nervios, su alfa se acercaba a ella.
—Buen día, ¿me permites hablar contigo?
Yizhuo quería decirle que si le pedía matrimonio justo ahora, diría sí.
—Claro.
Una vez llegaron a una de las bancas cercanas a la fuente, la alfa habló.
—Esto es para ti.
Yizhuo quería llorar ahí mismo, ese era el detalle más hermoso que a su edad alguien le había dado.
—Gracias—agachó la mirada con un sonrojo pintando sus cachetes.
—Yizhuo, ¿podría esta intento de alfa cortejarte?
La respuesta le asustaba a Aeri, si bien tenía la esperanza de que la chica frente a ella hubiera sentido esa conexión especial, no se confiaba del todo.
—Y-yo...—Yizhuo tomó un respiro intentado aclarar sus pensamientos. Ning no pensaba ser notada por su alfa y mucho menos que ésta le pidiera cortejo. Sin duda la madre luna le estaba cumpliendo su deseo.—Acepto, Aeri, puedes cortejarme.
La alfa se atrevió a darle un abrazo a la omega con olor a rosas, segundos después el timbre de inicio de clases sono y Yizhuo lo maldijo en los dos idiomas que sabía.
—Gracias por aceptar, prometo hacerte feliz.—despidió la alfa.
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Yizhuo tenía en su escritorio cada día una nueva flor tejida de diferentes tonos de rosado, independientemente de los otros regalos que la alfa le obsequiaba, éstos eran los más preciosos para ella.
—¿Qué me intentas decir con tantas flores, Aeri? —se preguntó la omega con curiosidad.
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Un día en la temporada más alta de lluvias, bajo un paraguas de color morado, dos personas se abrazaban.
—Omega, ¿me darías un beso?
—Gigi, es un pedido muy bonito, pero no. —se oculto más en el cuello de su alfa.
Sí, su alfa.
—Toma.—de una de las bolsas de su gabardina café, Aeri sacó una flor tejida.
Yizhuo miró con adoración ese bello obsequio.
—¿Por qué me sigues dando estas maravillosas flores?
—Te daré una flor tejida por cada beso que quiero darte.—respondió feliz.
Yizhuo se sintió desfallecer, amaba tanto a Aeri, que ni lo pensó y se lanzó a darle un beso.
—Te amo alfa.
—Te amo omega de mi corazón.
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Gracias a miuwwmiuw por autorizar la adaptación de la historia 🌸
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