❇️7❇️
Senjurou verificaba a Tanjirou antes de irse hacer sus labores. Dentro de del armario, él pelirojo estaba durmiendo cómodamente entre la ropa de Kyojurou. Con una sonrisa cerro el armario, ahora solo esperaba y deseaba qué su padre no encontrará al pequeño demonio.
Por parte de Kyojurou se encontraba haciendo su trabajo de cazador cómo es debido. Y del otro lado su padre no se encontraba en la casa; pues fue por alcohol.
.❇️.
Tratando de terminar sus labores lo más rápido posible para estar al pendiente del omega, sintió un leve empujón por parte de su padre. Miró a su progenitor, alzó los hombros dándole igual para seguir barriendo... aún que eso no duró mucho, quedando viendo al suelo, pudo estremecerse por el pensamiento del miedo, esa sensación le recorrió asta la espina de la columna. Nego con la cabeza, Senjurou definitivamente no quería pensar algo que atraiga la mala suerte.
Después de terminar de barrer la entrada, pudo ver a su hermano llegar con una caja en sus manos. Juraba reconocerla pero su hermano con una sonrisa saludo acariciando su cabeza.
- ¡Mi pequeño hermano!... ¡¿Cómo está Tanjirou?! - con entusiasmo miró a su hermanito para esperar su respuesta.
El pequeño le iba a responder su duda pero un estruendoso sonido proveniente dentro de la casa lo detuvo. Los pensamiento negativos de antes lo acorralaron, Senjurou sintió desmayarse por qué él sabía el descuidó que se le escapó por el momento.
Kyojurou atrapó a su pequeño hermano - tambaleaba por el error cometido -, sintiendo una pulsada en su pecho lo cargó para adentrarse a su hogar.
Entrando escucho los quejidos de Tanjirou, sintiendo pulsadas más fuertes en el pecho al igual un sabor amargo haciendo que hierva en cólera.
Estando enfrente de su habitación donde claramente venían esos ruidos que tanto lo hacían llenar de rabia, dejo a Senjurou aún lado con la caja de Tanjirou - la cual siempre carga su hermana Nezuko; para transportarle a dónde vaya -. Con las venas resaltando en su rostro tomo de la orilla la puerta que estaba algo entre abierta, presionandolo con toda su fuerza escuchándose un crujido la azotó.
Al abrir la y casi zafandola de su lugar. Miró a su padre que sujetaba las ropas de Tanjirou obligándolo a salir del armario. El omega estaba se sujetaba de los lados clavando sus uñas, su aroma empezó a intensificarse al sentirse desprotegido.
Kyojurou golpeó las manos de su padre quitándole el agarre del pelirrojo. Shinjuro Rengoku, padre de ambos chicos miró al mayor sorprendido.
- ¡¿Qué demonios haces?! - le interrogó con cierta rabia contagiada.
Con el ceño fruncido presionando la mandíbula - ¡¡Protegiendo a mi Omega!! ¡¿Qué más debería estar haciendo?!
- ¡¿Pero que idioteces dices?! ¡De verdad que eres un inútil de hijo! - le gritó abofeteandolo - ¡¿Proteger esa bestia?! ¡Deberías suicidarte por tus delirios!
Shinjuro le volvió a abofetear, Kyojurou no hizo nada más que seguir protegiendo a Tanjirou. El hombre mayor miró al omega para volverlo a a tomar de sus prendas pero Kyojurou lo impidió lanandose hacia él haciendo un forcejeó con su padre casi rodando toda la habitación.
El pequeño pelirrojo quería ayudarlo, le dolía ver a su alfa ser golpeado sin defenderse. Las lágrimas no trataron en caer en su rostro.
Senjurou que miraba un poco solo se tensó haciéndole señas a Tanjirou de que no salga por el momento (faltaba poco para que anocheciera), la inquietud de Tanjirou era bastante notoria, tanto que rompió el lazo que sostenía su bozal.
Mostrando sus dientesitos y aquellos colmillos afilados sus sollozos pudieron escucharse mejor. Senjurou quedó impresionado al ver a Tanjirou llorar, rasgando y golpear el suelo con sus manitas.
- A-Alfa... K-Kyo... KyoKyo... ¡Kyojurou! - dijo entre sollozos casi como balbuceos.
El menor trago en seco, pues su padre dejo de golpear a su hermano quedando impresionado por ver a Tanjirou llorar,
- ¿Qué carajos?
Kyojurou sintiendo un impulso de llamado quitó a su padre de encima. Tanjirou mirando al alfa menor quiso gatear.
- ¡Quédate ahí! ¡Yo voy! - le dijo, siendo él quien gateara hacia el omega. Entrando casi al armario Tanjirou balbuceó algunas cosas, las manos del alfa lo abrazaron acomodandolo en su regazo, cubriéndolo con su haori. Sintiendo como temblaba su omega acaricio de la cabeza a la espalda -. Shh... todo está bien. Tranquilo mi pequeño... ya estoy aquí.
Shinjuro levantándose del suelo se comenzó acercarse a su hijo mayor. Senjurou camino con rapidez hacia su hermano para cubrir también a Tanjirou. Su padre se había vuelto un hombre amargo, sumergiéndose sus penas en el alcohol.
Kyojurou le miró de reojo - No voy a dejar que lo toques.
- ¡Y-Yo tampoco! - dijo Senjurou tartamudeando un poco.
- Tch... - con una mueca siguió acercandose -. Déjame verlo.
- ¡No! - negó Kyojurou ocultando más a Tanjirou, quien se había quedado dormido -. ¡¿Crees que confío en ti?! ¡¿Después de esto?! ¡¿Enserio lo crees?! ¡Te he perdonado muchas veces, pero no puedo dejar que le hagas tales cosas a mi omega! ¡¿Entiendes?! ¡MI OMEGA!
Algo dentro de Shinjuro hizo la sensación de una espada clavada en el pecho.
- ¡¿Cómo puedes estar tocando lo que es mío, como un simple papel?! ¡Deberías darte cuenta por el olfato que Tanjirou no solo tiene su aroma! ¡Él también posee el mío y mi marca!
- ¿Tú qué?
- ¡Lo marqué!
- ¡¿Eres un imbécil?! ¡¿Sabes que pasa cuando te enlazas a alguien?!
- ¡Lo sé! ¡Y me importa muy poco! ¡Si me importará no lo hubiera marcado! ¡Él es mi omega destinado!
- ¡¿Crees en esa idiotez?!
- ¡Sí!
- ¡¿Acaso mamá no era tú pareja destinada?! ¡¿Eso fue una mentira?! - le gritó Senjurou. El pobre pequeño se sentía sentido por la presión de no poder hacer algo -. ¡Mamá siempre decía que algún día encontraríamos a nuestra pareja destinada aunque seamos betas! ¡No importará como fuera o quién era, el instinto nunca se equivoca!
Shinjuro se quedó sin palabras.
Sus dos hijos lloraban. Kyojurou cargaba a su omega y Senjurou estaba sentado presionando sus ropa de potencia.
- ¡Eres tan cruel!
- Hace unos meses estuve apunto de morir y me insultaste - evitando tartamudear le recalcó -. ¡Yo siempre pido por su salud, por qué te quiero padre! ¿Es tan injusto pedir un trato agradable?
El hombre bajo la mirada para retirarse de la habitación. Saliendo al patio tracero se sentó dónde siempre junto a su alcohol. Tratando de tomar un trago de este, termino por aventralo; quebrando lo de esa manera, no era lo único que se quebró. Sus lágrimas estancadas desbordaron de sus párpados inferiores dejándolas caer.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro