En una tarde tranquila en el hogar de los Rengoku.

Tanjirou estaba llenó de emoción al ver a Kyojurou comer con felicidad. - ¡K-Kyojurou-san por favor come más! - decía motivado, pues la comida la había preparado él, especialmente para su alfa.

Kyojurou quería elogiar a su omega por tal maravillosa comida pero el menor lo impedía al llenar su boca. Senjurou preocupado por su hermano trataba de aguantar la risa al igual que Nezuko, en cambió Shinjuro miró preocupado al omega.

- Tanjirou deberías comer en ves de darle a Kyojurou - dijo Shinjuro algo enojado.

En ese momento Nezuko y Senjurou voltearon a ver a Tanjirou, quien se mostraba apenado: realmente no había comido nada por estar entretenido con Kyojurou. Y en ese mismo momento empezó ser regañado por los menores. Kyojurou mostró una expresión algo tranquila por lo que le tocaba ahora él, darle de comer a su omega. En cuanto lo hizo Tanjirou se sonrojó demasiado.

- ¡Mi Tanjirou tiene que comer mucho más que yo para tener a un bebé fuerte y sanó! - exclamó con una sonrisa. Ahora siendo el quien alimentará a su pareja, podía ver las mejillas llenas del omega.

- ¡Kyojurou-san tiene razón hermano! ¡Piensa en mi sobrino! - agrego Nezuko entusiasmada al pensar en el hijo de su hermano.

- ¡¿Y si resulta ser una niña?! - preguntó Senjurou con una sonrisa.

- Sería impresionante ver una niña - comentó Shinjuro.

- ¿Eh? - aquello atrajo la atención de Tanjirou.

- ¿Por qué dice eso, Shinjuro-san? - cuestiono impresionada Nezuko.

- La familia Rengoku no ha tenido niñas... bueno es lo que yo sé - respondió la pregunta Senjurou, mirando a su padre que asentía.

En cambio Kyojurou por distraerse, dejo caer la comida en la ropa de su pareja, he inmediatamente trato de limpiar casi empeorando lo, al ver la cara de su omega toda roja.

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Tanjirou miraba el techo con preocupación, evitando hacer una mueca por no saber cómo sentirse. Miró de reojo al alfa, poco a poco se acercaba a él para dormir juntos en el futón. El pelirojo sentía aún nervios al dormir con su pareja.

Estando los dos casi pegados Kyojurou decidió acariciar el cabello rojizo del omega - quien se sonrojaba -. Tanjirou volteo bruscamente para quedar de frente al rubio, con su mano derecha acaricio su rostro hasta llegar a la venda que cubría la mitad de su cara. Suavemente introdujo su dedo índice en el vendaje, para retirar con cuidado la venda de su rostro. Kyojurou no se movió en apsoluto.

- Kyojurou-san... ¿Puede ver? - pregunto algo torpe, picando con suavidad el ojo que había sido cubierto del alfa. De un momento a otro acariciaba de forma recta el "rasguño",la palma de su mano cubrió su ojo de nuevo, esperando que se esfumará la cicatriz (lo cual no sería imposible).

- Un poco - sonrió -, fue mi culpa. Accidentalmente no calculé las cosas y paso ésto - contó deteniendo el movimiento del omega y besar su mano -. No te preocupes Tanjirou.

- Uhm… Kyojurou-san…

- ¿Mmm? - miró curioso al omega -. ¿Pasa algo? - acarició suavemente el vientre de Tanjirou. Anhelaba ver la pansita redonda del omega para sentir a su bebé moverse.

Asintió -. Ah… bueno… ¿si llegara a nacer una niña… no me odiaría?

- Pff - aguantó un poco la risa, solo pudo negar con la cabeza, para poner su rostro en el pecho abultado del pelirrojo -. ¡No importa! ¡Sea niño o niña, igual es nuestro hijo!… solo deseó que se parezca más a ti. - susurro lo último.

Tanjirou no podía saber con exactitud su su cara estaba totalmente roja como su cuerpo, cuidadoso abrazó al alfa evitando ahogarlo en su pecho. Sus dedos se enredaban por el cabello rubio del alfa, quería sentir su olor más de cerca. Los brazos del mayor rodearon la cintura del menor, he ahí cuando Kyojurou pudo oler por primera vez las feromonas del omega (sin aquel horroso olor a sangre), eran dulces pero para nada empalagosas. Un olor llamativo era una combinación de flores y frutos rojos.

- Kyojurou-san - susurro -. Lo amo…

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Nota: Ya estamos en el climax ¿? Jajaja... ay ;;
Espero hayan disfrutado el capítulo.