Tanjirou se alegro bastante al ver a Urokodaki, y cuyo hombre conoció al alfa del omega. No le alegro un poco pero ver en la manera en qué Tanjirou presentaba a Kyojurou, termino por aprobar su relación ¡Pero! Con una condición... que él, cuidara bien de su niño.

Tanjirou quiso jugar hasta quedar exhausto. En el tiempo que estaba quieto tomo su medicina y Kyojurou sabía que era la hora de irse, antes de eso le dió un tierno beso en la frente a su querido omega y dejarle su haori para que no se sintiera tan solo; pues sin duda el omega hizo un berrinche para que no se fuera el alfa.

Ahora él iba directo hacia la recidencia Ubuyashiki.

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Aquel hombre que es adorado por sus hashiras había tomado una gran decisión.

...

Todos los hashiras fueron llamados con urgencia sobre un peligro en la recidencia Ubuyashiki.

Cada uno de ellos estaban con una gran ansiedad por su maestro (aún que no le quedaba casi tiempo de vida), por más que corrieran el objetivo estaba muy lejos, aún que estubiera tan cerca no lo lograrían.

Los ojos estaban mostrando asombro, miedo, coraje... al ver la gran iluminación creada por la explosión. Ellos se llenaron de rabia, mostrando en su rostro una cara aterradora con las venas marcadas, Himejima gritó su nombre; aquel hombre odiado por todos "estaba acorralado".

Todos apunto de atacar con diferentes posturas fueron detenidos por el inmenso cambio de escenario. Ellos podrían pensar que era un cuartel secreto dónde se resguardan los demonios. Y están en lo correcto, aún que en si, es una fortaleza cuya solo entran las lunas y el líder. Pero en este caso, esta fortaleza manejada por una demonio tenía algunas sorpresas para retrasar a los cazadores.

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Nezuko caía de una gran altura. Percatado de de que si no hacía algún movimiento para amortiguar su caída iba a morir.

Una mano agarra su haori.

Al voltearse pronunció a medias - Giy...

Cayó el suelo por el cambió de altura.

- ¡Nezuko! ¡¿Estás bien?!

- ¡Sí! ¡Gracias! ¡Me has...!

- ¡Salvado! - una voz gruesa le interrumpió.

Nezuko utilizando sus técnicas le cortó el cuello. Giyuu le miró preocupado. Salto apresurado para estar a su lado una granezcla entre demonios salió de las puertas. El pilar y la Tsugoku los atacaron.

Nezuko quedó impresionada al ver cómo Giyuu combino los ataques y dar un gran efecto.

La alfa miró al omega que mostró una cara algo "inadecuada en él".

- ¿Pasa algo, Giyuu-san?

«Me preocupa Sanemi»

- No. - cambiando su rostro dió la espalda y dijo -: Vamos. --comento a caminar hacia adelanté.

- ¡Sí! --respondió no tan convencida.

La alfa moviéndose detrás de él, su rostro mostraba preocupación. Ella de alguna manera podía sentir la preocupación del omega. Puede que sea a través de su aroma, pues Giyuu a comenzado a sacar su lado omega.

Algo muy inesperados.

«Giyuu-san, a mi también me preocupa algo.»