Giyuu pudo lograr llegar a la finca tirando de un golpe a Kyojurou a la cama que le había ordenado a Shinobu. En la mente del omega gritaba : "¿Por qué tiene que ser tan jodidamente pesado este hombre?".

La cara del alfa estaba totalmente roja y sus venas resaltaban un poco pues fruncía el ceño por una gran molestia. La beta mirando como Kyojurou no habría los ojos y estaba hiperventilando por la fiebre. Llamó a sus niñas para darles unas instrucciones.

- Pareciera que Rengoku-san estubiera en celo pero... - mirando al pelinegro con una sonrisa algo débil de reojo miro a Aoi quien esperaba una orden -, Tomioka-san, ¿Puedo pedir que me ayudes a cargarlo de nuevo? - pidió con una cara bastante preocupada.

Giyuu en verdad sintió su ama irse. Pero asintió.

- Ah... Kocho... - frunciendo los labios miró a Kyojurou quien comenzaba a toser.

«Si me acerco otra vez a él, puede que me alteré, y no es un buen momento para que ocurra eso.»

- Bien. Te diré en que momento... - fue interrumpida por Kanao.

- ¡Sensei! ¡Tengen-san está aquí!

Ahora su alma sintió un alivio.

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La batalla de Muichiro fue bastante exaltante, casi pudo ser consumido por el veneno si no fuera por la ayuda de Kanamori; quien le lanzó su nueva nichirin que esperaba departe de su antiguo herrero.

Muichiro tenía ahora más claro su motivo de trabajo y ese era el deber de proteger a lo demás. Gracias a sus recuerdos recuperados, fue bastante para que pudiera tener la fuerza con la que fue bendecido para derrotar al demonio.

Ahora el omega de puntas color menta descansaba sin perder la conciencia de lado izquierdo para evitar que se ahogara con la espuma que emanaba de su boca. Con suaves parpadeos escuchaba unas palabras dichas por Kyojurou, casi nublado su visión pudo ver a sus padres junto a su hermano.

‹Buen trabajo›

Muichiro no pudo evitar derramar unas cuántas lágrimas.

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Si bien ellos darán todo (si aquello significaba la vida), para derrotar a los demonios.

Karonji Mitsuri había corrido mucho para ayudar a la aldea de los herreros, aún así no contaba con aquel demonio que habían enfrentado los menores.
Aquel mounstro se había funcionado a la fuerza por lo irritante que de encontraba, tomando la apariencia de un niño.

En actos desesperados por ver qué había dejado inconsciente a la mayor, los tres se abalanzaron sobre ella.

Ella era su única salvación.

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Volviendo con Kyojurou.

Un baño tibio lo esperaba con la medicina en ella, por lo que sin ayuda de Giyuu, Uzui pudo colocarlo en el agua, por lo que el único trabajo de Giyuu era desvestir a Kyojurou y cuidarlo - para evitar que se ahogará-. Se negó en un principio pero fue mejor que hablar sobre: "¡¿Por qué eres un omega?! ¡Juraría que eras beta o delta! ¡¿Has vuelto a tener celo?!".