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El olor del omega abundaba por toda la habitación, conbinandose con el del alfa que le acariciaba asta dejarlo dormido... aún que esto fuera algo imposible -, puesto el nudo que yacía dentro de él no lo dejaba en paz, provocadole una incomodidad al omega.
Aquella parejita estaba recostada en la cama de la habitación con la ropa regada por los lados, sin olvidar los pedazillos del bozal de bambú.
Tanjirou sin saber qué hacer más que estar pegado al alfa, lo miro jugando con mechones de su cabello. Kyojurou reía mirando al pequeño pelirrojo que hacía un tierno puchero dejando ver sus labios rojizos que se llevaban de saliva asta caer en el pecho desnudo del alfa.
El menor vió su pequeño desastre, comenzando así a besar la parte mojada del pecho duro del alfa. Kyojurou se sonrojo; mirara al pequeño omega así era un deleite par sus ojos.
- Tanjirou - susurro acariciando sus cabellos.
El omega detuvo su acción para mirarlo de frente, sus manitas acariciaron del pecho a sus mejillas para presionarlas. Su boca esperaba un beso y claramente el pilar se lo dió.
- KyoKyo...
- Tanjirou.
- Kyo.~ - jadeo al moverse algo brusco para besar le.
- Tanjirou, no te muevas tanto o puedes lastimarte. Solo espera un poquito para que el nudo se desaparezca.
- Hermana - pronunció.
- ¿Uh? ¿Nezuko?... - con una pequeña sonrisa acaricio su espalda estremeciendolo por el tacto -. Tú hermanita está en una misión. Pero no te preocupes que Uzui-san está con ella. Seguro la protegerá.
Tanjirou no dijo nada más. Ronroneando se recostó para tener una mejor posición para dormir; realmente estaba agotado.
Un golpe en seco se escuchó al igual que la puerta que fue azotada por nada más y nada menos que la pilar del insecto.
El rubio inmediatamente cubrió todo su cuerpo junto al del pequeño demonio, pero el menor quitaba la manta pues sentía asfixiarse. Shinobu había quedado perpleja por la escena, tardo en minutos para volver entrar y acercarse a la pareja "unida"
- ¡Shinobu! - exclamó sorprendido el alfa -, ¿Shinobu por qué entras a estas horas?
- ... bueno, era muy raro escuchar un tal "KyoKyo"
- Shinobu... no le digas a nadie.
- ¡Hump! Rengoku-san ha hecho un acto impuro que puede ser imperdonable.
- Lo siento...
- De igual manera veo que Tanjirou no necesita más supresores. Pues tú has hecho el trabajo, ahora solo hay que ver la manera de que no quede preñado.
- Shinobu... eso sonó grosero.
La ojimorada rió acariciando a Tanjirou que trataba de dormir.
- Este secreto se queda entre nosotros Rengoku-san - giñó el ojo, para retirase de la habitación con la cara totalmente roja.
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