Único
"Ella huele como a flores y a champán".
La delicada feminidad y suntuosa elegancia que la caracterizaban se combinaban a la perfección dándole forma al aroma que desprendía. Dipper pudo percibirlo al momento de sentir los brazos de la rubia estrecharlo con fuerza en un arranque de alegría, esa noche en que liberaron al espíritu del Leñador.
Él no había podido sacar aquella fragancia de sus sentidos, su mente le jugaba treta tras treta para engañarlo, haciéndole creer a cada instante que la fémina estaba rondando por ahí y que él podía percibir su perfume. Dipper adoptó una postura defensiva ante sus propios pensamientos una vez que tuvo conciencia de éstos, porque antes de entrar en razón ya había escrito tontería y media sobre ella en el diario. El nombre de Pacífica se coló entre las anotaciones que hacía sobre el fantasma categoría 10 y, de repente, se dejó llevar por un tipo de ensoñación extraña que hasta ese momento solo había experimentado al pensar en Wendy.
¿Qué estaba ocurriéndole? Afirmaba para sí que se trataba de la emoción de conseguir un nuevo amigo en un viejo rival. Las cursilerías sobre "la bondad está en todas las personas" eran más un pensamiento de su hermana, pero no podía ocultar el hecho de que le alegraba mucho haber conocido a la verdadera Pacífica, una chica buena que vivía sometida por sus padres y, a veces, por su propio orgullo; una chica que era capaz de dejar sus temores y caprichos de lado para hacer lo que sabía era lo correcto.
Dipper confiaba en que, a partir de ese día, las cosas cambiarían para mejor. Quizás él y su hermana podrían ofrecerle una amistad sincera, si es que ella aceptaba. La conocería mejor e incluso podría llegar a volverse muy cercano a Pacífica...
"¿Cercano? Bah" pensó. No quería hacerse muchas ilusiones. Además, se supone que odiaba el carácter presumido de esa chica, entablar una amistad con ella sería bastante complicado. Porque solo serían amigos, claro, resultaría absurdo que entre ellos hubiera algo más.
Terminó de escribir lo sucedido con Pacífica, y al volverlo a leer se desconcertó por sus propias palabras. Terminó rayando lo escrito al último, aunque le puso especial atención a las letras que quedaron legibles.
"Y supongo que no se ve tan mal con su vestido de noche. Y cuando te abraza huele como a flores y champán y...¿soy yo o tuvimos una vibra especial por ahí?
Sus pensamientos fueron invadidos por la imagen de la rubia, así como su sentido del olfato parecía inundarse de ese mismo aroma tan fino que había descrito, como si la fémina estuviese abrazándolo una segunda vez.
Negó abruptamente y cerró el diario. Todo eso le estaba dando dolor de cabeza, casi fiebre, aunque luego se dio cuenta que esa sensación de calidez en su rostro no era por cansancio, calor, o una enfermedad. Seguía pensando en ella y esa era la reacción que provocaba en su cuerpo.
Sabía lo irracionales que podían llegar a ser los sentimientos, aunque ciertamente se sorprendió por esto. En cuestión de un día el odio que solía sentir por Pacífica cambió radicalmente, siendo reemplazado por simpatía. Quién sabe, a ese paso sus emociones podrían evolucionar hasta convertirse en algo aún más diferente. Pero habría que esperar para ver.
Excepto por Mabel quien, una vez que leyó las anotaciones de su hermano, no puso reparo en molestarlo con que le gustaba aquella chica. Y por más que Dipper lo negara, no podía ni engañarse a él mismo, ya que era plenamente consciente de su creciente atracción por la rubia, incluyendo su perfume a rosas y champán.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro