Prólogo
-¿Por qué? ¡¿Por qué tuviste que nacer como un omega?! ¡¿Por qué me traes la desgracia?! ¡Me hubiera sentido feliz si hubieras sido un beta! -
Cada vez que soñaba con esas palabras, Naruto se despertaba con un gran grito y un sudor frio caía por su espalda.
Ante sus ojos, sin embargo, hay una habitación vacía y espaciosa, el suelo y las paredes estaban salpicadas con restos de manchas de sangre. En una mesa de madera había distintos tipos de cuchillo junto con cuerdas para evitar que las personas se muevan al azar y una cama especial.
Naruto ya lleva más de dos días encerrado en esta habitación. Ante la conquista de su aldea, varios omegas fueron capturados y llevados a la gran ciudad Hongse. No fueron traídos para vivir como civiles sino como entretenimiento para los alfas, en pocas palabras son prostitutos.
Esta habitación servía para quitar lo único que los hacia omega. No seria bueno que uno de los prisioneros saliera con un hijo.
"Seria lo mejor" pensó, toda su infancia lo vivió solo, su madre al no soportar que fuera omega, se quito la vida con el pretexto de no ver a su hijo sufrir. Más bien, no podía criar a un hombre omega sola, ya que las personas lo ven como una aberración.
¿Qué grato es ver un pene en una apariencia femenina? ¿Dónde están los pechos? Es desagradable.
Naruto soporto todo tipo de comentarios por su bienestar, en su mente sabia que no servía para nada, no podía usar la espada porque se le hacia muy pesado y tampoco podía ir a la guerra, ya que seria una presa fácil para los alfas.
Ahora con la caída de su aldea, solo le quedaba esperar su destino y solo tal vez la muerte llegaría más rápido. Varias veces trato de quitarse la vida, pero fue muy cobarde para ahorcarse o cortarse las venas.
Admiro la valentía de su madre por quitarse la vida.
Silenciosamente dejo escapar un suspiro. Sus piernas y manos seguían atadas y no había nadie en la habitación. La entrada también era muy ruidosa.
-¡Ordenes son ordenes! -
Alguien dijo antes de que la puerta se abriera de golpe.
Una mujer mayor con ojos negros y cabello lavanda recogido en un moño apareció de nuevo en la visión de Naruto. Era la misma mujer que lo compro y lo encerró en esta habitación.
La mujer aparto la vista rápidamente del omega y miro las herramientas y las manchas de sangre en la pared.
-¿Ya lo operaste? -
El hombre que la acompañaba contesto - No, eso estaba a punto de hacer -
-Bien -
La mujer se acerco al rubio y lo tomo del brazo - Levántate, puede que hoy sea tu día de suerte -
Naruto sin entender sus palabras, obedeció aunque casi no podía caminar por las sogas.
-¡¿Qué haces mirando como idiota?! ¡Quítale las cuerdas! -
-Si, anciana Chiyo - el hombre obedeció y se acerco al omega.
Con una navaja corto las cuerdas y le dio una palmada en el trasero.
La anciana no dijo nada y arrastro al omega hacia la salida.
-¿Qué esta pasando? - pregunto Naruto.
Chiyo lo miro de reojo - No tienes derecho a cuestionar, guarda silencio y obedece todo lo que te digan -
Naruto estaba muy confundido, de repente vio a unos pocos eunucos parados como estatuas frente a la puerta del gran salón.
El rubio se alarmo. Naturalmente, sabia que los eunucos trabajaban para el emperador y si ellos estaban aquí...
-¿Es el último? - pregunto un eunuco al ver a la anciana arrastrando a un omega.
-Si es el último - respondió la anciana.
-Mmm - el eunuco observo de pies a cabeza al rubio y se froto la barbilla - Si, estoy seguro que se adaptara al gusto de su majestad - dijo y abrio la puerta.
Chiyo hizo una leve inclinación y empujo a Naruto hacia adentro. Cuando la puerta se cerro, se dio cuenta que no era el único omega en esta sala; seis omegas que venían de su aldea estaban arrodillados con la cabeza inclinada.
-¡Arrodíllate e inclina tu cabeza! - grito una voz desde afuera.
Naruto obedeció y se arrodillo a lado de un omega de cabello gris.
-¿Qué esta sucediendo? - susurro.
El omega lo miro de reojo - No lo se, nadie nos dice -
-De seguro nos van a matar -
-O nos van a cambiar de dueño -
-Es lo más posible -
En el momento en que los omegas estaba armando bullicio, se escucho débilmente un grito de alarma de los eunucos y el consiguiente clamor que lo siguió.
- ¡El emperador ha llegado! -
De repente la puerta se abrio y los omegas guardaron silencio, ninguno se atrevía a alzar la mirada.
-¿Son todos? - pregunto una voz gruesa.
-Así es majestad - respondió Chiyo.
El emperador no pregunto más y camino lentamente observando cada delgado cuerpo que se escondía detrás de los harapos.
Los omegas solo podían mirar sus zapatos oscuros.
Naruto se mordió los labios, cada paso que daba se volvía una tortura para él. No sabia que les iban a hacer o que propósito el emperador estaba en este lugar, pero fuera lo que fuere de seguro iba a hacer algo malo.
El emperador se detuvo frente al rubio - Alza tu cabeza - dijo.
Naruto miro fijamente sus zapatos, aturdido mientras levantaba la cabeza. El estaba frente al emperador.
Las cejas del hombre eran densas y elegantes, su nariz recta y sus labios finos. Su cabello negro estaba peinado sin un pelo fuera de lugar, estaba vestido con una túnica negra dorada en los bordes, toda su cara parecía solemne.
-¿Cómo te llamas? - pregunto el emperador.
Naruto no aguanto mucho su mirada y bajo la cabeza - Mi nombres es Naruto... Naruto Uzumaki, majestad -
El hombre frunció el ceño mientras miraba la figura del omega, puso ambas manos detrás de su espalda.
-Bien, Naruto ¿Eres virgen? -
Naruto alzo la mirada sorprendido y al ver que la pregunta es seria, respondió - Si, su majestad - su rostro se puso rojo.
El emperador asintió con la cabeza - Preparen la habitación, me lo llevare - hizo una pausa - También quiero que él este deslumbrante -
**********
Espero que les guste y si hay un fanfic igual a este, me avisan para que lo borre.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro