Capitulo 10
-Aprendes rápido -
Naruto estaba de rodillas entre las piernas del emperador, con el cuerpo desnudo, los codos apoyados en la sábana de la cama, no pudo responder por tener la boca ocupada.
De hecho, al omega le costaba bastante sostener el grueso pene del alfa y sus rojos labios estaban completamente abiertos, con las comisuras manchadas. Enterró la cabeza y pudo sentir el pene completamente erecto en su garganta.
Los jadeos del alfa se hicieron más intensos al acariciarlo con más fuerza y sus dedos se clavaron en el cabello de Naruto mientras presionaba su cabeza sin control.
La garganta de Naruto se movió, causando que un líquido caliente se resbalara. Sasuke soltó un gemido y siguió la mandíbula del rubio hasta el discreto bulto que había salido de su garganta y su voz grave contenía una ligera risa mientras preguntaba si podía tragarlo todo.
Naruto levantó sus ojos húmedos para mirar al emperador con cierta pena, antes de retirar lo que tenía en la boca.
El líquido que mojo su barbilla y su cuello, fueron limpiados casualmente por el emperador y sus dedos acariciaron la columna vertebral tanteando bajo al Omega.
Un aroma dulce se mezclo con el olor a menta, inundando completamente la habitación.
A pesar de que el Omega ya estaba preparado, Sasuke no pudo evitar llevar sus dedos al húmedo y mojado agujero del rubio, estaba tan resbaladizo y caliente que sus dedos goteaban y lo retiro lentamente.
-Ya estás muy mojado -
Naruto subió sus manos a los hombros del emperador, su pecho subía y bajaba incontrolablemente en respuesta a sus movimientos y un pequeño zumbido que escapaba de sus fosas nasales no podía ser reprimido.
El alfa beso su pecho delgado y firme, sostuvo su pezón erecto y el aliento quemo su piel. Las pestañas del Omega temblaron suavemente y sus labios se estrecharon, mientras jadeba con impaciencia - Quiero...-
Sasuke alzo una ceja y sonrió - ¿Qué quieres? -
Naruto se sonrojo, ahora mismo su cabeza estaba en blanco y su razón no le respondía. Rodeó el cuello con los brazos, con la cara caliente enterrada en el hombro del azabache y dijo - Quiero tener un hijo contigo -
Entonces, Sasuke acaricio sus nalgas y miro su cuello - Siéntate -
Las delgadas piernas del Omega se colocaron a horcajadas sobre los muslos del alfa. Sasuke rodéo la cintura de Naruto y lamió las cicatrices que tenía el rubio en sus mejillas.
Naruto tapo sus cicatrices con ambas manos - ¿Qué estas haciendo? ¿No te dan asco? -
El emperador dijo lentamente - No me dan asco, se me hacen lindos. Pareces un zorro o un gato - luego beso cada dedo y se llevo la punta de un dedo a la boca - Me llamaste mucha la atención -
Naruto se despejó un poco y pregunto - ¿Por mis cicatrices? -
-Así es -
El Omega sonrió - Entonces la idea de mi madre no funciono -
El emperador no respondió en ese instante, se apretó contra su cintura y se introdujo lentamente en el rubio, cuya suave carne envolvía con fuerza su pene, obligándolo a ir más lento.
-Ah - Naruto no pudo evitar soltar un gemido.
-Tu madre... no tenia buenas ideas - Sasuke reprimió su impulso de ir más profundo y dijo con voz muda - Al contrario te hizo más lindo -
Sasuke se empujo poco a poco, presionando el apretado agujero del Omega hasta que estuvo húmedo y suave, su palma rozó la nuca de éste mientras lo atraía hacia sí mismo y sus ojos albergaban un profundo, oscuro e intenso afecto - Inclina la cabeza -
Naruto rodéo con sus brazos el cuello del alfa y bajo la cabeza como le habían ordenado. Al sentir los dientes del alfa detrás de su cuello, cerro los ojos y contuvo un jadeo.
No estaba seguro si esta vez iba a funcionar.
-¡Auxilio! -
El rubio se sobresalto al escuchar el grito de una mujer y miro hacia el emperador. Este estaba mirando hacia la puerta con el ceño fruncido, apretó su agarre y beso los labios del Omega antes de que la puerta se abriera de golpe.
-¡Majestad! -
Una mujer apareció frente a la puerta, su kimono estaba roto como si una bestia quiso quitárselo a la fuerza, tenia la barbilla pintada de color rojo y bajo sus ojos lineas negras.
Al ver al emperador con un Omega en una posición indecente, se arrodillo y bajo la cabeza.
-¡Le pido que me perdone, por mi grosería! -
Naruto empujo al azabache y miro a la mujer con algo de pánico. "¿Es ella? ¿Es ella la Omega que le trajeron al emperador?" Como había sospechado, es muy bonita. A pesar de su vestimenta rota y su maquillaje corrido, se podía apreciar su piel blanca y sus hermosos ojos verdes, y como estaba ahora, daba ganas de protejerla.
Sasuke no respondió, simplemente tomo las caderas del rubio, y lo empezó a mover de arriba hacia abajo, haciendo que cabalgara sobre él.
-¡Emperador...¿Qué esta... Ah! - el Omega no pudo articular ni una palabra, solo se sostuvo en el cuello del emperador, mientras soltaba gemidos en la oreja del azabache.
Esto estaba mal, no podía hacer esto frente a la Omega elegida por el padre de este, pero las feromonas del alfa lo habían dejado débil y su celo dejo en blanco su razón, llenándose solo de placer y deseo.
La Omega no levanto su cabeza, pero su cuerpo temblaba.
Sasuke metía y sacaba lento, pero profundo haciendo delirar al rubio por las sensaciones. En uno de sus movimientos, el azabache toco el punto exacto que hizo que Naruto soltara un gran gemido.
-¡Majestad! -
-Mierda - El emperador empezó a masturbar el miembro del rubio, olvidándose completamente de la existencia de la mujer. Lo beso, mientras los dos inevitablemente se corrían. Naruto se separo del beso y sintió un liquido inundar su interior, no era la primera vez que sucedía pero se sentía extraño y al recordar lo que sucedió cuando lo dejo solo, le dio algo de miedo.
Sasuke lo abrazo y tomo la cabeza del rubio para que se recostara en su hombro. Suspiro y mordió levemente el lóbulo de la oreja del Omega, luego su mirada se dirigió a la gelatina humana.
No había ningún eunuco ni ningún soldado protegiendo la puerta, pero vio una luz brillante afuera y un olor a humo inundo la habitación.
Los ojos negros del emperador, se pintaron de color carmesí y sonrió - Un incendio... Que listos resultaron ser -
La Omega alzo su cabeza rápidamente -¡Majestad, se equivoca! ¡El canciller quiso aprovecharse de mi!... Yo al querer defenderme tire por accidente una vela, pero fue para proteger mi dignidad - la Omega volvio a bajar la cabeza - ¡Mi vida y mi cuerpo le pertenece a usted! -
-Ja -
El emperador acomodo al Omega y lo recostó suavemente en la cama, tomo su bata que estaba en el suelo y cubrió su cuerpo.
-Tu vida me pertenece, así que puedo hacer lo que se me de la gana contigo -
Tomo la espada que estaba un lado de la mesa y apunto hacia la mujer - La muerte es una de ellas -
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