Estaba asustado. Naruto se paseo por la habitación arrastrando su nuevo kimono. Sabia con seguridad lo que iba a pasar en esta habitación, el perfume y el incienso respondía todas sus preguntas.

Además porque su majestad pregunto si era virgen ¿Si no lo fuera, lo habría elegido? Tal vez se hubiera salvado.

Deslizo la puerta y se topo con dos eunucos.

-¿Deseas algo? - pregunto uno de ellos.

Naruto bajo la cabeza algo avergonzado y contesto - No, todo esta bien - cerro la puerta y camino hacia la cama.

No podía huir y aunque pudiera ¿A dónde iría? Su madre esta muerta y su aldea completamente destruida.

Se sentó en la cama y poso su mirada en la puerta. Odiaba ser omega, odiaba no poder defenderse o tener la fuerza, solo al oler las feromonas de un alfa su cuerpo se pone débil y queda completamente a su merced.

Así que esta noche su cuerpo ya no iba a ser puro.

-¡Su majestad ha llegado! - anunciaron los eunucos.

Naruto se puso más nervioso y bajo la mirada hacia sus pies descalzos.

La puerta se abrio y la habitación se lleno de un olor a sándalo, un aroma dulce y seductor.

El rubio trago grueso y no se atrevió a alzar la mirada.

-¿Es costumbre tuya bajar la cabeza? -

Naruto no respondió.

Escucho un suspiro y los pasos relajados del emperador.

Cuando lo tuvo cerca, el olor fue más penetrante, se sentía mareado y con ganas de vomitar.

Una mano toco su barbilla y lo obligo a alzar la cabeza.

Sus ojos azules chocaron con los ojos negros del emperador. Al ver su rostro más de cerca, se dio tiempo de explorar sus facciones. No tenia ninguna mancha, ni una cicatriz, todo en el es perfecto.

En cambio él, tenia seis cicatrices; tres en cada mejilla eso se debía a que su madre quería desfigurar su rostro para que ningún alfa se fijara en él.

Si lo veía desde esa perspectiva no era una mala idea.

-¿Qué tanto piensas? -

Naruto se sobresalto al escuchar su voz y sintió su rostro arder.

-Lo siento majestad -

-Mmm... no importa - quito su mano - No bajes la cabeza, no hasta que te lo ordene - ordeno.

El omega obedeció y mantuvo su mirada en el emperador.

-Sabes lo que va a suceder esta noche ¿Verdad? -

Claro que lo sabia, pero aun así su rostro se sonrojo de vergüenza y su voz tembló.

-Si, majestad - dudo.

-¿Quieres decirme algo? Te doy permiso de preguntarme lo que sea - mientras decía eso, se empezó a quitar su ropa.

-¿Por que? ¿Por que me eligió a mi? -

El emperador dejo caer su Kimono a un lado, dejando al descubierto un abdomen formado. Cerca de su ombligo había una cicatriz muy grande, que sorprendió al omega.

"Entonces no es tan perfecto como pensé"

-Necesito un heredero, pero no quiero casarme. Bueno, no con la persona que mis padres quieren -

Naruto lo miro fijamente. ¿No era peor estar con un omega que no tenia poder ni familia? A veces no entendía al emperador.

-Entonces ¿Quieres tener a mi bebé? - pregunto el emperador con una voz seria sin sonreír.

-¿...Qué? -

El emperador obligo al omega a levantarse. Se acerco y apretó el trasero de Naruto.

-Estoy preguntando si no quieres tener al hijo del emperador -

¿En realidad su opinión valía algo?

-¿Y si digo que no? -

El emperador hizo una expresión hosca y toco la mejilla de Naruto con su dedo.

-Entonces te quedaras aquí el resto de tu vida, siendo penetrado por diferentes alfas. Dando placer a cualquiera que te solicite no importa si son viejos o jóvenes -

Al imaginar esas escenas, Naruto sacudió la cabeza con la mirada vacía.

-...No...-

No era lo que quería. Antes de llegar aquí, quiso quitarse la vida, pero lo atraparon y le quitaron el cuchillo.

-Bien -

Fue arrojado a la cama. Observando como el alfa se ponía encima de él, el omega se levanto.

-¿Qué estas haciendo? -

-Pero tampoco quiero tener a tu hijo -

El emperador se rio suavemente ante las palabras del omega. Con el sonido de esa risa, Naruto sintió que su pecho se apretaba.

-Entonces ¿Qué quieres? -

Sin dudar, Naruto respondió.

-Quiero morir -

Ante esa respuesta, el emperador borro su sonrisa.

-Tu ya no tienes ese derecho, ahora eres mío y yo sabre cuando matarte -

El emperador agarro el hombro de Naruto y le quito el kimono que estaba usando. Naruto lucho por quitar su mano, pero pronto fue sobrepasado en fuerza y puesto en cama.

El emperador presiono el brazo del omega con su rodilla, se quito las ultimas prendas y las arrojo a un lado. Miro al rubio con ojos fríos. Naruto, quien leyó sus deseos del hombre retorciéndose en esa fría mirada, lucho.

-¡Quiero morir! ¡Solo máteme! -

-No te matare, no por ahora...-

-No quiero -

-No tienes opción -

El emperador llevo la mano del omega hacia su entrepierna.

-Tócame -

-No...-

-No digas que no o usare mis feromonas -

Naruto sabia que si el alfa utilizaba sus feromonas, quedaría completamente a su merced y no le gustaba eso. No quería estar vulnerable, no quería estar embriagado y que su cuerpo se pusiera débil.

-Obedece -

El omega hizo una expresión como si algo asqueroso hubiese tocado su mano. El alfa sonrió suavemente y casi rompió la muñeca de Naruto.

-¡Agh! -

-Es mejor que te acostumbres a tocar mi pene, porque estas noches se repetirán ¿A no ser que quieras tocar diferentes penes por el resto de tu vida? -

-Ugh, duele -

-Hazlo bien -

El emperador soltó su mano. Naruto inclino la cabeza por el dolor de su muñeca torcida y se trago un gemido.

-No inclines la cabeza -

-Esta bien...-

Naruto trago saliva. Movió sus dedos y agarro el pene del alfa y la sacudió.

-Así no ¿Te has masturbado antes? Hazlo como si fuera el tuyo-

El alfa corrigió la postura de la mano de Naruto. Naruto se recostó, desesperadamente mirando hacia otro lado para no hacer contacto visual, sosteniendo el miembro del alfa y moviendo su mano. Pronto su mano estaba pegajosa y húmeda. No podía sostenerlo solo con una mano, ya que se había empezado a hinchar, así que se resbalo de su mano un par de veces.

El emperador levanto su cintura y frunció el ceño.

-Eres pésimo haciendo esto -

Se movió y puso su ingle frente al rostro del rubio.

-Chúpalo -