Capítulo 15
Julián Clifford
Miro el reloj, ya está más cerca la hora de la cena. Hoy vienen Jazmín y su familia, estoy feliz y ansioso.
La puerta de mi cuarto se abre y por ella entra Adela. Al verme traga en seco.
—Buenas tardes, joven —alzo una ceja.
Ella está vestida con unos jeans, una blusa de tiritas negra y unos vans del mismo color.
—¿Desde cuando dejaste de tutearme? —ella suspira.
—Desde que me di cuenta que somos de mundos diferentes, tú eres el hijo del dueño y yo la hija de la empleada —ruedo los ojos.
—¿Y eso qué? Éramos amigos y me dejaste de hablar —mira al suelo.
—Tenía que poner diferencias entre los dos —susurra.
—¿Por qué? Yo no te lo pedí —quiero que me mire a los ojos.
—Ya no me sentía bien frecuentándote —se encoje de hombros.
Está mintiendo. Me siento en mi cama.
—A ti nunca te importó que no fuéramos de la misma clase social y a mí tampoco. Siempre extrañé tu presencia —vuele a mirarme.
—No deberías extrañar mi presencia si tienes novia —alzo una ceja.
—Jazmín es mi novia, sí, pero tú eres mi amiga y sabes que no tengo amigos. Eras mi única compañía —rueda los ojos.
—Ya no estás solo, la tienes a ella —me pongo en pie.
—¿Ya no quieres ser mi amiga? —pregunto y ella suspira.
—Quiero muchas cosas que no pueden ser —su mirada se suaviza.
Jazmín tenía razón, le gustas.
—Podemos seguir siendo amigos, ¿si? —se queda callada —. Podemos salir un día, Jazmín, tú y yo. A ella le caíste bien.
—Ella también me agradó... Está bien, seamos amigos —sonrío.
Ella también sonríe.
—Hoy le aviso a ella y cuadramos para quedar, ¿te parece?
—Sí, claro —suena el tiembre.
—Te dejo hacer tu trabajo —beso su mejilla y salgo de mi habitación.
Cuando bajo las escaleras veo a la familia Anderson entrar. Jazmín me mira y sonríe. Saludo a todos y a mi novia le doy un beso en la boca.
—¿Cómo te sientes? —pregunto en un susurro.
—Mejor... —su madre la interrumpe.
—No tienen que susurrar, me enteré de que se resfrió y te está diciendo mentiras, esta mañana tuvo fiebre nuevamente —se cruza de brazos Arely.
Jazmín la mira mal y Sam se ríe, al igual que su padre.
—Mamá —se queja.
—Odio las mentiras y lo sabes —la apunta con su dedo.
—No tienes que mentirme, florecita —suspira y me mira.
—No quería preocuparte —beso su frente.
—No me ocultes nada, por favor —asiente.
Escuchamos los pasos de mi padre y me separo de Jazmín.
—Buenas tardes —saluda.
—Él es mi padre, Alexander Cliffrod. Ellos son, Esteban, Arely y Samantha Anderson —los presento.
—Es un gusto conocerlos a todos —Alexander les ofrece su mano.
—También es grato conocerlo —responde el padre de Jazmín.
—No es necesario usar formalidades, ¿cierto? —pregunta Sam.
Su madre la mira con advertencia.
—Samantha —la regaña.
—No es necesario, Samantha —responde mi padre y ella sonríe.
—Solo Sam —aclara y mi padre asiente.
—Pasen, no nos quedemos aquí —caminamos hasta la sala y Azucena trae unas botanas.
—Gracias, Azucena —dice Jazmín y Azucena le sonríe.
—Hoy hablé con Adela y está de acuerdo en que salgamos un día los tres.
—Hablemos con ella, ¿donde está? —pregunta curiosa.
—Te llevo —nos disculpamos.
—Llevenme con ustedes, los adultos son un poco aburridos —dice Sam.
—Hija, tú eres una adulta también —le recuerda su padre.
—Pero de esta época, ustedes ya parecen ancianos —intento no reír.
—Samantha, sé más respetuosa, por Dios —Alexander sonríe.
—Es la verdad, mamá —su madre suspira.
—Desaparece de mi vista —ella se ríe ante las palabras de su madre.
—Los dejamos que se conozcan —digo y nos vamos de allí.
—Eres una pesada —le dice Jazmín.
—¿Dije algo que no fuera cierto?
—No, todo lo contrario —respondo y Jazmín me mira alzando una ceja.
Suelto una carcajada y ella no puede evitar hacerlo también.
Vamos a la habitación de Adela y toco la puerta, ella abre y nos sonríe.
—Hola, espero que no te hayamos interrumpido —dice Jazmín.
—No lo hicieron, adelante —nos sentamos en un sillón —. Me enteré de lo que te ocurrió, ¿estás bien?
—Lo estoy, gracias por preguntar. Ella es mi hermana —la señala.
—Samantha.
—Adela —se dan la mano.
—Organicemos un picnic, ¿les parece? —sugiero.
—¿Estoy invitada? —pregunta Sam.
—Te autoinvitaste cuando decidiste venir —responde su hermana.
—Muy bien, yo opino que sí y que sea en el high park —sonrío.
—Estoy de acuerdo —responde Adela.
Seguimos armando el plan.
—Creo que ya debemos ir con nuestros padres. ¿No quieres venir con nosotros? —pregunta Jazmín.
—No, gracias. Prefiero cenar con mi mamá, no es nada personal —aclara.
—Fue un gusto verte —le da un beso en la mejilla y Adela sonríe.
—Me caíste bien, chica —se despide Sam.
—Lo mismo digo —Sam sale de la habitación.
—Ahora nos vemos —le digo y asiente.
Jazmín me abraza y salimos los tres de allí.
La cena se pasa entre risas gracias a la presencia de Sam. Es una chica muy graciosa y no hace ningún esfuerzo por parecerlo. A Alexander le pareció muy simpática la familia de mi novia y me da gusto que sea así.
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