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12. Tulipan Amarillo: amistad

Ranma no dejó de suspirar durante las clases, mientras Akane lo observaba como si se tratara de un fantasma.

—Con que así es Ranma enamorado —se dijo a sí misma, algo triste y resignada.

Quería llorar a cántaros, refugiarse en su cama y abrazar a P-chan. No quería estar allí en esos momentos, pero era fuerte. Nunca se permitiría ser débil delante de un hombre, y menos de Ranma, así que simplemente alzaría la cabeza y actuaría como si nada hubiera pasado.

Ranma, por su parte, se sentía sumergido en la incertidumbre. Todo esto debía acabar, pero ¿cómo?

Sin lugar a dudas, debía enfrentar la situación, reuniendo toda la valentía que le quedaba. Jugaría a ser el cobarde con una valentía tan frágil como el cristal.

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Ryoga había reunido fuerzas durante toda la tarde para hablar con Akane, aunque el miedo y los nervios lo invadían.

—A-a-Akane, yo... yo quiero... yo... yo debo preguntarte tú...

—¿Hablarás con Akane sobre la chica misteriosa?

—¡¡¡Aaaaaah!!! —gritó aterrorizado cuando Kasumi apareció de la nada.

—Sí, hoy se lo preguntaré.

—Qué bueno.

—Sí...

—Oye, Ryoga... ¿Tú sigues sintiendo cosas por Akane? —soltó.

—Yo...

El ruido de la puerta los alertó de que no estaban solos, y Ryoga suspiró.

—¡Ya regresamos! —escucharon una voz femenina.

Ambos fueron a recibirlos. Tanto Ranma como Akane guardaban un aura extraña, como si estuvieran tristes por algo.

—Por lo visto te acostumbraste a vivir aquí, Ryoga. Te vamos a cobrar por...

Un maletín en la cabeza lo hizo callar.

—¡A ti también te debería cobrar por vivir aquí, Ranma!

Genma apareció transformado en panda con un cartel que decía "Por favor, no nos dejen en la calle", y Ranma le dio un golpe.

—Todos pueden quedarse el tiempo que quieran —dijo Soun—. Ryoga, siempre serás bienvenido. Eres un chico bien portado y de buen corazón. Además, mi hija y tú son grandes amigos.

—E-estoy muy agradecido, señor Tendo —dijo haciendo una reverencia.

Ranma observaba la situación con un chichón en la cabeza. Solo había querido hacer un chiste...

—A-Akane, debo... debo hablar contigo —dijo Ryoga, y ella asintió.

Se dirigieron a la habitación de entrenamiento, y Akane se aseguró de que nadie espiara, inclusive Ranma.

—Dime de qué quieres hablar.

—¿Po-por qué, Akane? Tú... Aiko... Aiko me ha dicho que tú fuiste la última persona que compró esa flor extraña llamada grabiolu o graniolo o como se llame —dijo.

—Gradiolo —corrigió—. Y sí, fui yo... —admitió.

Ryoga se quedó boquiabierto; sus sospechas se confirmaban, y Akane ni siquiera había querido ocultarlo.

—¡¿Por qué?! Es decir, ¿tú no gustas de Ranma? Tú no...

—Shhh, habla más bajo o nos oirán.

—Akane, tú... tú y Ranma...

—No hay nada, no sé de qué hablas —dijo con un nudo en la garganta y lágrimas que amenazaban con salir.

—¿Por qué lo hiciste? ¿Acaso tú...?

—Yo no soy la verdadera chica misteriosa, Ryoga. Alguien más lo es. Yo solo... intenté descubrir su identidad y no medí las consecuencias de jugar con tus sentimientos. Lo siento, Ryoga... me siento tan culpable y lo peor es que no sirvió de nada. Saber la respuesta solo me hace querer... querer... —Su voz comenzó a agitarse y las lágrimas empezaron a caer.

Era inevitable. Era obvio que pasaría. Se sentía... rota.

—A-Akane... —Ryoga vio a la chica desplomarse en segundos. Era la primera vez que la veía así, y lo desconcertaba.

El chico vio cómo las lágrimas salían incontrolablemente y, de forma sutil, se acercó hasta ella, apoyando la cabeza de la chica en su hombro. Era un abrazo, pero Ryoga no podía evitar querer respetar el espacio personal de Akane.

—Perdón, Ryoga... perdón. Tú estás realmente ilusionado con esa persona, y yo solo jugué a la detective —habló, aferrándose a la camisa de Ryoga y acercándose aún más al abrazo.

Ryoga no sabía muy bien cómo consolar a las personas, y mucho menos a una chica, pero si algo sabía era que Akane no era de las que admitían su vulnerabilidad fácilmente. Debía sentirse realmente mal para aferrarse a él de esa manera.

—Akane... ¿Qué ocurre? —Le preguntó mientras su mano se posaba lentamente en la nuca de la chica, y sus dedos se hundían en su cabello.

—Yo... —Se separó de él y se secó las lágrimas—. No... no es nada, en serio, Ryoga, no te preocupes.

—Akane, sabes que puedes confiar en mí. Soy tu amigo —dijo, brindándole confianza.

—Yo... Ranma... yo...

No, por más frustración que tuviera y por más dolor que le generara ver cómo Ranma sentía cosas por alguien más, ella no debía ser quien le dijera la verdad.

—¿Ranma?

—¡E-es que recordé que debía decirle algo muy importante! Ja, ja, si me disculpas, debo ir a...

—Espera.

Akane vio cómo Ryoga le sujetaba el brazo y la miraba fijamente.

—¿Tú sigues... amando a Ranma?

Esa pregunta la congeló. ¿Por qué le preguntaba algo así en esos momentos?

Un ambiente tenso y cargado de dudas no se hizo esperar hasta que Akane decidió contestar:

—Sí —confesó—, pero me atrevo a decir que alguien más ya ocupa un lugar en el corazón de Ranma, y esa no soy yo —. Las palabras le dolían, pero debía aceptarlo y seguir adelante. Era la única opción.

Ryoga soltó el agarre y la miró atónito. ¿Por qué Akane decía eso? ¿Alguien habitaba el corazón de Ranma?

¿Shampoo? ¿Ukyo? ¿La loca de la hermana de Kuno? ¡¿O acaso sería el mismísimo Kuno?! No, eso último no era una opción.

"—Ryoga, no mientas. Tú no me amas, y lo sé muy bien. Me atrevo a decir que alguien más ya habita ese lugar en tu corazón." Qué curioso... Aiko le había dicho algo similar.

Sintió la puerta cerrarse y fue tarde para reaccionar: Akane se había marchado.

Lo que ninguno de los dos notó es que Ranma los había escuchado todo ese tiempo. No por nada era un maestro en escabullirse.

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La pelirroja suspiró mientras se disponia a caminar por las calles de Nerima. Su tarde estaba siendo horrenda: al llegar su viejo lo arrojó al estanque diciendo estupideces como "un artista marcial siempre debe estar alerta", luego decidió ir a espiar a Akane y apenas había escuchado algunas cosas. ¿Por qué Akane lloraba y Ryoga la consolaba? ¿Por qué estaban abrazados? Qué situación tan extraña...

Lo único que logro escuchar con claridad es Akane diciéndole que alguien más habitaba en su corazón pero no lograba entender muy bien a que de refería.

En todo caso... hoy se acaba toda esa farsa.

Miró al cielo y suspiró, lo mejor sería ser directo con Ryoga.

—¡Hola!

—¡¡¡Aaah!!! —gritó espantado.

Esa aparición había sido tan repentina que lo sacó de una cachetada de sus pensamientos.

—Lo siento, no quería asustarte —dijo la castaña sonriéndo y con la cara machada de tierra.

—E-Eres tú... me diste un gran susto.

—Lo siento, es que te vi y te reconocí —dijo Aiko —. Tu eres la chica que me ayudó gracias a tu "intuición femenina" ¡Muchas gracias! Me diste el valor que necesitaba en ese momento —agradeció sonriendo.

—Yo no hice nada, tú fuiste la que pudo enfrentar la situación por si sola —comentó la pelirroja.

Aiko sonrió y luego cambió de expresión repentinamente. Se acercó a ella y la miró cada vez más y más cerca.

—Mmm —murmuraba y Ranma comenzaba a sudar frío.

—¿Qu-Qué pasa?

—¡Tú también estás sufriendo por un chico! Esta vez mi institución femenina es la que habló —dijo como si hubiera descubierto un gran hallazgo.

—No... no es nada.

—¡Claro que es por un chico! Estás triste porque de seguro viste u oíste algo que no te gustó.

Wow, esa chica quizás debería leer el futuro de las personas y ganaría mucho dinero.

—No.

—El hizo algo que te dejó confundida.

—No.

—Y no te lo puedes quitar de la cabeza.

—-No.

—Y ahora debes verlo y hablar con él.

—No.

—Y tienes miedo de que las cosas se pongan feas entre ustedes.

—¡Está bien! ¡Tienes razón en todo, ya deja de adivinar sobre mi! Es... extraño —dijo exaltada.

—¿Y qué piensas hacer? —dijo mientras ambas entraban a la tienda y ella continuaba cambiando de maceta alguna plantas.

—¡No lo sé! Solo sé que tengo que solucionarlo y actuar antes de que todo se desmorone —dijo sentandose al reves en una silla y apoyando su cabeza sobre el respaldo.

—-Tú situación parece complicada chica.

—Ni que lo digas.

—Llévale una flor como regalo. A las personas les gustan las flores, siempre alegran los corazones y hace que salga el sol cuando el día esta gris —dijo—. Dime cual quieres y te la daré, al fin y al cabo, tú me ayudaste la vez pasada.

—Yo... —suspiró— no creo que esa sea la solución.

Regalarle una flor a Ryoga no solucionaría nada porque, para empezar, ese había sido el problema de todo.

—No sé como te sientes pero sé que lo solucionaras, créeme, todo estará bien —dijo Aiko sonriendole y Ranma le correspondió.

—Me gusta esa flor que tienes a tu lado —habló la pelirroja y Aiko miró hacia a donde apuntaba.

—¡Oh! Es un tulipán. Los amarillo significan amistad y, dependiendo de su color, varía su significado ¡Son realmente hermosos!

—Me impresiona que sepas tanto de flores.

Aiko río por el comentario y le dio el tulipan amarillo.

—Espero que todo se solucione —dijo, deseando que así fuese.

—Eso espero —contestó Ranma y sonrió y comenzó a correr. Una vez a la distancia frenó y miró hacia atrás; la castaña aún seguía allí. — ¡¡Oye Aiko, muchas gracias por todo, eres una chica increíble!! —gritó lo suficiente para que la contraria la escuchara y siguió su camino al dojo.

Aiko por su parte sonrió e ingresó a la tienda y una pregunta se hizo presente.

—¿Cómo sabía mi nombre si nunca se lo dije?

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Todos habían cenado, el ambiente era diferente, hasta algo triste. No sabían muy bien la razón pero un aura densa rodeaba a los presentes.

Todos no tardaron en irse a dormir y Ranma le pidió a Ryoga que subiera al techo del dojo y lo esperara allí y este último obedeció algo extrañado por la actitud del pelinegro.

—¿Qué querrá está vez? —susurró para sus adentros.

Se sentía inquieto y Ranma ya se había tomado su tiempo ¿Qué tanto estaba esperando ese idiota?

Escuchó un sonido a sus espaldas y supo que era él. Volteó rápidamente a verlo expectante pero se quedó estático.

Ranma sostenía en su mano un tulipan amarillo y en la otra una nota que por demás ya conocía.

—¿La chica misteriosa vino a estas horas? —preguntó Ryoga sin entender lo que estaba sucediendo. Rápidamente miro hacia abajo y vio que las calles de Nerima se encontraban vacías de gente.

El pelinegro se acercó hasta él sin decir ninguna palabra y se sentó a su lado. Sus manos temblaban de forma casi imperceptible y su corazón no dejaba de latir desenfrenado.

—¿Qué está ocurriendo, fenómeno? —preguntó Ryoga al ver como el contrario le acercaba la flor y la nota.

—Ryoga, antes de golpearme o hacer cualquier cosa... solo... escúchame, por favor —. No era una petición, era una suplica.

Ryoga asintió, desconcertado.

—El dia de San Valentin cuando por fin pude escapar de mis prometidas, te vi. Estabas llorando y jamás te había visto de esa manera. Fue realmente shockeante —confesó —. Y sólo pude pensar que te sentías así porque nadie te había dado una carta, chocolate, regalo o lo que fuese por San Valentín —. Su voz intentaba sonar calmada pero por dentro era un mar de emociones.

—Ranma... ¿Qué quieres decir?

—Y decidí escribirte esa estúpida nota y darte ese rabillo de flores.

Lo había dicho, finalmente lo había confesado y al terminar de pronunciar esas reveladoras palabras alzó la cabeza y aquello que temía se volvió realidad.

Ryoga lo miraba estupefacto. Su rostro demostraba shock y ¿molestia? No sabía como descifrarlo con exactitud.

—Tú... —. Ryoga se reincorporó de inmediato alejándose de Ranma.

—Soy... la chica misteriosa.

Recuerdos pasaron de forma fugaz por su cabeza de Ryoga, atando cabos.

La letra familiar, el que sintiera que las notas las escribía alguien cercana... todo... era porque era él quien las escribía.

"—Solo pasaba por aquí y te vi. Aquí tienes tus cosas, deberías agradecerme que no me comí esos chocolates.

—¡Oye que te...

—No pienses mal. Una chica me las entregó y dijo que eran para ti, debió estar ciega para querer darte algo así, pobre chica"

"Me gustan tus ojos y tú sonrisa porque son sinceros al igual que tú" 

"Incluso en las situaciones más difíciles, sigues adelante. Hay una fuerza en ti que no se quiebra, como si estuvieras hecho para superar cualquier obstáculo.  Sigues de pie y lo intentas nuevamente. No olvides esa fortaleza que te vuelve único Ryoga"

"Eres mucho más fuerte de lo que crees, y aunque a veces lo dudes, siempre te levantas. Hay alguien que admira esa fuerza en ti".

"Eres alegre y optimista como un girasol"

"—Ten, supongo que te gustan más que a mi. Sé que no soy la la chica misteriosa pero... es una flor muy bonita."

"—Ten. No puedo decirte quien es, porque se lo he prometido" le dijo cuando le entrego la rosa roja frente a su narices.

"Lo siento, nunca quise herirte haciéndote pensar que me habías encontrado asi que esta es la despedida, Ryoga".

Y la última nota, aquella que tanto había querido ignorar ahora volvía a su cabeza una vez más:

"No somos la misma persona, Ryoga"

Él, siempre había sido él ¿Por qué? ¿¡Por qué lo habia engañado de esa manera!?

—Hiciste todo esto por ¿Pena? —dedujo Ryoga.

—¡No, por supuesto que no!

—¿¡Entonces por qué lo hiciste Ranma!?

—¡No lo sé!

—¡¡Jugaste conmigo al igual que Akane y lo peor es que tú ni siquiera eres capaz de admitir que esta no fue una más de tus estúpidas bromas!! Ella por lo menos lo hizo para descubrir...

Akane lloraba desconsoladamente porque había descubierto que Ranma era quien le mandaba flores. Claro... era tan obvio...

—¡Maldito imbécil! —gritó lanzando el primer puñetazo.

—¡Espera Ryoga yo...!

—Todo este tiempo me mentiste haciéndome creer que había alguien que apreciaba lo que soy. Sabías que me había ilusionado ¡Y aún así no te importó en absoluto! —. Ryoga quería desahogarse de la rabia que estaba sintiendo en esos momentos.

—¡No eran mentiras Ryoga! Tú eres fuerte, eres resiliente, tenaz, optimista y muchas más cosas ¡Esas notas son verdades que no me atrevía a decirte en persona! —confesó al mismo tiempo que recibió un golpe en la mejilla y las flores que yacían a un lado del combate se marcharon de rojo por su sangre.

—¡Mientes!

—¡No lo hago!

—¡Eras mi amigo, Ranma! Confiaba en tí —expresó.

—¡Y yo tenía miedo de perderte! En este mismo momento yo... no soportaría perderte.

—Pues ya lo hiciste. —Ryoga se volteó, decidido a marcharse, pero la mano de Ranma lo detuvo, aferrándose a su camisa.

—¡Espera! —exclamó Ranma, tirando de de el sin pensar.

Ryoga giró bruscamente para soltarse, pero el movimiento fue demasiado rápido. En el borde del techo, ambos perdieron el equilibrio. Tropezaron en un confuso intento por estabilizarse, y en un instante, cayeron juntos.

Ranma golpeó el suelo primero, con Ryoga aterrizando sobre él. Por un momento, quedaron atrapados en esa posición, respiraciones entrecortadas y miradas fijas. La tensión en el aire era palpable, y ambos sentían el peso del momento, un tirón que iba más allá de la caída accidental.

Ranma, quien se había golpeado la cabeza al caer hacia atrás, abrió los ojos y encontró en los ojos de Ryoga miedo y confusión. Como si no supiera bien que hacer. Estaban a centímetros y sus respiraciones se entrecruzaban, solo hacía una pizca de mala suerte para que todo se terminara, como si fuera posible, una vez más, yendo al carajo.

Quizás en la vida de Ranma Saotome había más caos y rivalidades que tranquilidad, pero si de Ryoga se trataba, su mundo no era menos complicado.

La distancia que normalmente los separaba no era el problema. El verdadero conflicto estaba en esos pocos centímetros que ahora se acortaban con cada respiración. La tensión entre ellos era tangible, una mezcla de desafío y algo más que ninguno quería reconocer.

"Esto es estúpido", pensó Ranma, su mandíbula tensa, luchando contra el impulso de apartarse.

"Esto no está sucediendo", se dijo Ryoga, la confusión y la frustración nublando su mente.

Pero sucedía. Los centímetros desaparecieron, y sus bocas se encontraron en un beso que ambos habían intentado negar durante demasiado tiempo. Era torpe, cargado de rabia contenida y de emociones que ninguno sabía manejar.

"Es solo un roce", intentó convencerse Ranma, pero la intensidad del momento lo traicionaba.

"Debo alejarme", pensó Ryoga, pero su cuerpo no respondía. En lugar de apartarse, se acercaba más, atrapado en un torbellino de sentimientos contradictorios.

Estaban inmóviles, como si el mero contacto de sus labios fuese suficiente para desmoronar todas las barreras que habían levantado. Ranma cerró los ojos, sus manos aferrando la camisa de Ryoga con una mezcla de desesperación y desafío.

"Debería golpearlo", se dijo Ranma, pero no podía. La sensación era demasiado intensa, demasiado real.

"¿Por qué se siente tan... bien?", pensó Ryoga, odiándose por cada segundo que no se apartaba.

El beso continuó, una lucha silenciosa entre el deseo y la negación. Cada movimiento era una batalla, cada segundo una victoria amarga sobre el orgullo y la enemistad. Ranma lo sujetaba con más fuerza, temeroso de perder el control pero incapaz de soltarlo, mientras Ryoga se abandonaba momentáneamente a la sensación, odiándose por cada instante de debilidad.

Mierda, ¿por qué pretendía que no era Ranma el motivo por el que siempre volvía? Ranma era su rival... pero también algo más. Algo que ahora, en este momento de fragilidad compartida, no podía seguir ignorando.

Algo tan difícil de aceptar que... que... ¡¡¡¿¿Aaaah???!!!

La separación fue abrupta, casi como un reflejo instintivo. Un delgado hilo de saliva aún conectaba sus bocas, una evidencia innegable de lo que acababa de ocurrir. Ryoga, con el rostro ardiendo, se puso de pie rápidamente. Su mano temblorosa apretaba el tulipán y la nota mientras sus ojos vacilaban entre la confusión y la necesidad de escapar. Miró a Ranma, quien seguía en el suelo, desordenado, con los labios aún enrojecidos y entreabiertos, respirando pesadamente.

Ryoga quiso decir algo, cualquier cosa que pudiera darle sentido a lo que acababa de suceder, pero las palabras se ahogaron en su garganta. Sin mirar atrás, se giró y, con movimientos rápidos, comenzó a saltar de techo en techo, alejándose de la escena.

Ranma lo observó desaparecer en la distancia, sus pensamientos un caos. No era como aquel beso robado de Mikado, no. Esto era distinto, más intenso, más personal. Su corazón latía con fuerza, y un calor abrasador se extendía por su cuerpo.

Intentó calmarse, pero el temblor en sus manos y el caos en su mente lo traicionaban. Se pasó una mano por el cabello, intentando ordenar sus pensamientos, pero todo lo que podía sentir era el residuo de ese beso, el peso del momento.

—Al parecer, el cerdo no logró besar a la princesa, pero sí al bufón —murmuró con una risa nerviosa, intentando aligerar la carga que sentía en el pecho. —Mí vida es un chiste y uno muy malo...

¿A quién quería engañar? Si pudiera, huiría a un lugar remoto, lejos de todo esto. Pero, en cambio, se quedó allí, anclado al suelo por el peso de sus emociones.

—¿Qué acabo de hacer...? —susurró, su voz apenas audible.

Los ecos de las palabras de su padre resonaron en su mente: "¡Ranma, tú eres un hombre entre hombres, y hasta que no seas digno de ser presentado ante Nodoka, no la volverás a ver!"

Gran momento para recordar eso, justo después de... de... un beso con Ryoga.

Beso. ¡Mierda! Se había besado con Ryoga. La gravedad de lo que eso significaba comenzó a hundirse lentamente en su mente, cada vez más pesada, más real.

—No, no, esto no puede estar pasando —murmuró, sacudiendo la cabeza como si eso pudiera deshacer lo que había ocurrido.

Era solo un estúpido beso, ¿verdad? Un error insignificante. No significaba nada... ¿o sí?

El silencio de la noche fue interrumpido por un suspiro profundo. Ranma miró hacia la luna, sus labios todavía hormigueando por el contacto, mientras un pensamiento cruzaba por su mente:

"Esto no ha terminado, Ryoga..."

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HolaAaaa omg beso sisisi

Les tiro simbolismo epiko: los tulipanes amarillos significan amistad pero los rojos AMOR y cuando pelean a los tulipanes les cae sangre tiñendolos de ROJO justo antes del BESO.

Jdkjdkss perdón soy una boluda explicando esto pero en mi cabeza sonaba mejor y lo quería compartir :"v♡

Bueno ¿Qué creen que pasará? Chan chan chan...

Los quiero un montón y amo que el fandom de Ranma ½ este reviviendo gracias al remake y la relación más cercana que parecen tener Ryoga y Ranma :D♡

Nos vemos en el próximo capítulo!!

—Lio ♡





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