Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1. Un obsequio para P-chan

Ranma se había despertado con un ramo de flores dedicado a la chica de cabellos de fuego.

"Oh chica del cabello de fuego, no pude evitar pensar en ti al ver estas flores, espero que te gusten tanto como a mi y sientas todo mi amor.

Atte: El rayo azul de la escuela furinkan, Kuno Tatewaki"

—¿Y a este qué le pasa? —Habló soñoliento mientras veía el ramo de flores rojas bastante ostentoso que le había regalado su odioso admirador. 

Suspiró y las dejó a un lado de la mesa.

—También te llego esto —dijo Nabiki entregándole una caja de chocolates y un osito—. También son de Kuno.

—¿Se levantó con ganas de regalarme cosas o qué? Que tipo raro... —mostraba confusión hasta que abrió la caja de chocolates y una sonrisa se dibujó en su rostro. Se comió uno y sonrió de felicidad. 

Estaban riquísimos, Kuno tenía buen gusto culinario.

—Deberías tener más cuidado con lo que comes y más el día de hoy —advirtió Akane, viendo como el pelinegro devoraba los chocolates.

—Tú por qué estás celosa de que tengo chocolates y tú no —dijo burlón mientras acaba la lengua.

—¡Ay eres un... —intentó calmarse—. Solo lo decía porque hoy es san Valentín.

—¿Y eso qué?

—Akane tiene razón Ranma, tus prometidas son capaces de embrujarte con tal de tenerte —comentó Nabiki.

—Si, es verdad —reflexionó Ranma.

Igualmente si le daban comida seria muy difícil decir que no.
_________________________________________

—¡Oh mi dulce Akane! ¡Mi amorcito! Hoy es San Valentin y he venido solo para poder darte estos regalos. No es mucho y sé que te mereces mucho más pero me harías el hombre más feliz del mundo si aceptas... bueno... si... quieres... yo... una cita...

Y otra pared había sido víctima de él nerviosismo de Ryoga que inconscientemente había empezado a hacer agujeros con su dedo mientras practicaba.

Quería confesarse, decirle a Akane cuanto la amaba y dejar de ser un cobarde de una buena vez por todas, pero era más difícil de lo que creyó.

Suspiró, quizás en otra oportunidad podía ser posible...

Comenzó a caminar y sintió como el suelo temblaba.

¿Qué estaba pasando? ¿La tierra de estaba acabando en ese preciso momento? ¿Era el fin del mundo y él no había podido declararse a la chica que amaba?

Todo era tristeza, dolor y ¿Ranma?

—¡Ryoga ayúdame! ¡Te lo ruego! —gritaba la pelirroja mientras era seguida por unos cuantos hombres detrás. Muchos llevaban ramos de flores y otros chocolates.

Wow, era verdad que Ranma con sus ambas formas era una máquina de atraer pretendientes.

Ryoga notó que la chica estaba cada vez más cerca y supuso lo peor y más probable: Ranma estaba llevando la avalancha hacia él.

No, no quería morir pisoteado.

No tardo mucho tiempo en esconderse en un arbusto. Cuando vio que ya  no había más peligro logró respirar con normalidad.

—Uf que bueno que  encontraste este escondite, ya no sabía que más hacer.

El susto de su vida.

—¿¡Qué haces aquí!?

—Shhh —. Tapo con la mano su boca antes de que Ryoga volviera a hablar. —Si gritas sabrán en donde estamos y créeme que no quieres que vuelvan —susurró.

Ryoga entendia que no debía hablar pero necesitaba que por favor Ranma se diera cuenta de lo cerca que estaba su rostro. Maldición, no era tan sordo.

Ryoga intentó alejarse y la pelirroja lo miró confundido hasta que entendió. Rápidamente se alejó, no se había dado cuenta de que estaban muy... cerca. 

—Respeta el espacio personal, Saotome —susurró.

—Exagerado.

—¿Por qué te siguen tantas personas?

—¿No es obvio? Esos idiotas me aman.

—Maldito egocéntrico.

Ranma realmente hubiera querido mentir pero esa era la verdad. Desde que había ido a la escuela vestido de mujer todo abría marchado de mal a peor. Para empezar nunca tuvo que haber ido como la pelirroja. Eso solo había atraído a Kuno y a gente que nunca había visto en su vida y que por alguna razón le ofrecían comida, flores y cartas.

—No debe ser tan malo, deberías ser más considerado —aconsejó Ryoga.

El no era de recibir muchas cartas u obsequios. A decir verdad, casi ninguno.

—¿Y eso que tienes ahí te lo han dado a ti? Wow si que te quieren P-chan —habló Ranma viendo como el chico cargaba con un ramo de flores muy colorido, una carta perfumada y un osito de peluche.

—Es para Akane —aclaró.

—Ah... ya me parecia. Era raro que le hayan dado algo a alguien tan irritante y feo como tú Ryoga —soltó burlesco, creyendo que su rival había recibido más obsequios de los que admitiría. 

Para Ranma, el chico cerdo solo estaba siendo humilde ya que era imposible que Ryoga no...

—¿Y qué si no recibí nada en todos estos años? Me da igual ¡Yo solo quiero confesarse mi amor a Akane! Así que iré ahora mismo.

¿Qué? ¿Cómo que no había recibido nada en todos estos... años?

—¡Espera Ryoga no fue mi intención! —intentó justificarse y saliendo del arbusto y siguiéndole el paso.

—Ya te dije que no me importa Ranma, tú estás acostumbrado a recibir regalos de todo tipo, en cambio yo solo anhelo un único y preciado regalo: el amor de mi dulce Akane —. Ryoga irradiaba corazones y estrellitas.

—Si, como digas —. Le restó importancia.

Nunca entendería el porqué Ryoga se había enamorado tan perdidamente de Akane pero no es como si le preocupara demasiado.

—¡Tú no la respetas! Ella se merece un prometido que la quiera y no un desconsiderado.

Ranma suspiró: era el mismo cuento de siempre.

—No es mi culpa que ella no te quiera.

A Ryoga las palabras le parecieron frías, pero no le sorprendía viniendo de un idiota.

—¡Yo le diré que la amo y-

Ranma había conseguido un balde de agua de quien sabe donde y no había dudado en arrojarselo.

—Lo siento P-chan, ya no soportaba escuchar tus cursilerias —río disfrutando de las quejas del cerdito.

—¿Ranma?

—¡A-A-Akane! ¿¡Qué haces aquí!? ¿¡Hace cuanto tiempo estás... tú... digo... eh...—dijo sintiendo como casi moría del susto. Y no era el único, el pequeño animalito casi se desmaya al ver a la peliazul.

—¡Oh P-chan tanto tiempo sin verte! —habló abrazándolo.

Ranma volvió a respirar con normalidad, por lo visto la chica no había visto nada.

—¿Qué haces aquí con P-chan? No le habrás hecho nada malo a mi pobre cerdito... —desconfiaba Akane.

—¿Qué estás insinuando? No le hice nada a tu estúpido animal —habló Ranma viendo lo bien que parecía estar pasándola el "inocente" cerdito en el pecho de la chica.

Ryoga le dedicó un a mirada asesina.

Akane lo miró desconfiada pero decidió ignorarlo.

—Oye Akane ¿Qué tienes ahí?

—¡Kasumi me pidió que comprara algo!—. Se apuró a decir apuradamente mientras ocultaba la bolsa detrás suyo. A Saotome le pareció algo extraño pero supuso que no era algo importante.

—¿Quieres qué te ayu-

—No.

Cuando Ranma iba a reclamarle su negativa Akane se adelantó.

—Voy al dojo, Kasumi debe estar esperando con ansias las compras ¡Adiós! —habló alejándose rápidamente y sin esperar una respuesta, llevándose a P-chan en manos.

—Que extraña.

La pelirroja iba a seguirla el paso hasta que una voz aterradora sonó a sus espaldas.

—¡Chica de cabello de fuego!

Debía huir.
_________________________________________

Akane había ingresado a su habitación con el cerdito y bolsa en manos. Al cerrar la puerta no pudo evitar soltar un gran suspiro. Ya no sabía que debía hacer.

—Soy una tonta, una completa y gran tonta —escuchó Ryoga sin entender la situación. Sin embargo, no tardó en comprenderla cuando la chica tomó la bolsa que había arrojado contra la cama y sacando su contenido.

—Ni siquiera me gusta San Valentín es absurdo yo... no sé porque pensé en lago como esto P-chan —dijo hablándole al cerdito que miraba sin saber muy bien que pensar. Algo dentro de sí quería convencerse de que esos chocolates eran para él.

—No puedo darle esto al cretino de Ranma, no sé en qué estaba pensando.

Y Ryoga sintió que su corazón se partía en pedazos.

—¡Tonta, tonta, tonta! —se dijo acostándose boca abajo en su cama bajo la mirada triste del animalito.

Ahora que recordaba... había dejado en él parque su mochila, flores, chocolates y... su confesión escrita. Confesión que no serviría de nada; ya sabía la respuesta. Akane iba a darle los chocolates a Ranma porque él, de alguna manera, él había logrado ganarse su corazón. 

—Creo que me gusta Ranma —pronunció Akane.

El mundo de Ryoga se vino abajo.

_________________________________________

La pelirroja estaba agotada, acostada sobre la rama de un árbol y rogando no ser vista. Haber corrido con la mochila de Ryoga, que ya de por si era pesada, y cargado sus tontos regalos había sido mucho.

—Tonto Ryoga ¿no pudiste conseguir menos flores? Por poco y le regala un jardín —dijo viendo el enorme ramo de flores.

Al observarlo mejor notó como este tenía una carta y decidió abrirla.

—Akane bla bla bla... mi amor... te amo bla bla —leía entretenido mientras su cara se deformaba a un mueca desagrado. Definitivamente era una más de sus confesiones.

Ranma inevitablemente no pudo evitar pensar en el hecho que él no había regalado nada por San Valentín ¿Tuvo que haberle regalado algo a Akane? Ella al fin y al cabo era su prometida y... bueno... agh ¡Ni pensar! Ella de seguro se burlaría. Aunque...

—¿Ryoga?

El color amarillo de su camisa era reconocible a kilómetros. ¿Que hacia allí? Se suponía que debía estar con Akane y no sentándo mirando el atardecer tranquilamente.

Bueno... era Ryoga, tratándose de el de seguro se abría avergonzado tanto que había salido huyendo como un cobarde. De todas formas le devolvería su equipaje y se iría de regreso al dojo, ya había pasado bastante tiempo evitando prometidas y lunáticos.

Caminó hasta allí viendo a Ryoga de espaldas. Ya estando cerca iba a gritarle o hacer una burla, cualquiera de las dos estaría bien, pero se detuvo.

Sollozos y espasmos: Hibiki Ryoga, su rival, estaba llorando.

La pelirroja retrocedió silenciosamente y se oculto en un arbusto que estaba cerca ¿Qué mierda estaba ocurriendo? Esa situación era extraña, por no decir anormal. Decidió volver a dar un vistazo para confirmar que  lo que había visto no se trataba de una alucinación y no, efectivamente no lo era. Ryoga se secaba las lagrimas que corrían sobre sus mejillas y respiraba profundo. Algo en la escena hacia que Ranma se sintiera inquieto y miró el ramo de flores que tenía en sus manos ¿Y si el muy idiota se sentía mal al ver los regalos que le habían hecho a Akane? O tal vez...

—Debe ser eso —dijo triunfante y analizó rápidamente quien podría tener lo necesario para solucionar la situación y dejando las cosas ocultas se dirigió a un puesto en el que vendían algodones de azúcar.

—Oiga señor ¿podría darme un bolígrafo y un papel? —dijo la pelirroja haciendo ojitos y logrando su cometido.

Ahora ya tenía lo necesario, solo debía explotar hasta la última de sus neuronas y... ahora que lo pensaba no era necesario. Él tenía una carta de Kuno, quizás con eso bastaría. Tomó el papel doblado y con resignación tuvo que leer las horrorosamente poéticas palabras del Rayo azul de la escuela Furinkan.

"Oh chica del cabello de fuego, mi querida pelirroja... "

Bueno, no mejor sería saltarse todo eso.

—"Tus ojos son ardientes y apasionados" —leía con asco— pero los de Ryoga no son así... más bien son intensos, insistentes, sinceros y... dulces, asquerosamente dulces —recordó como se ponia el contrario cuando hablaba de la peliazul y sintió escalofríos.

Bueno, eso no sonaba mal.

Agh ¿a quién engañaba? Escribir algo así era estúpido.

—No lo merece —. Arrugó el papel entre sus manos y miró a la lejanía. El chico seguía de espaldas mirando a las parejas felices. Todavía lograba percibir el aura triste que lo rodeaba. Si seguía así haría un gran ataque con el rugido del león.

La inquietud aun no se iba.

—Oye chica, haz estado allí bastante tiempo ¿Deseas escribirle una carta a tú novio? —preguntó el señor que vendía los algodones de azúcar.

Ranma no se había percatado que prácticamente no se había movido del lugar.

—¡Él no es mi novio señor! —aclaró rápidamente.

—Bueno, no sé a quién le estes escribiendo pero hazlo con el corazón, no importa que tan largo o corto sea —aconsejó y Ranma asintió.

Vio el papel arrugado y casi sin pensar su mano se movió, prometiendo que nunca volvería a hacer algo parecido.

Tomó el papel, lo dobló y arrancando un pequeño ramito de flores blancas del pasto se dirigió a buscar las cosas que había ocultado detrás del arbusto.

—¿Qué ha-haces aquí Saotome? —dijo al ver la la silueta de su rival frente suyo.

Ryoga rapidamente tomó compostura y olvidó su tristeza, no podía ser débil frente a su rival.

—Solo pasaba por aquí y te vi —mintió—. Aquí tienes tus cosas, deberías agradecerme que no me comí esos chocolates —habló arrojándole todo bruscamente.

—¡Oye que te-

Se quedó callado.

—No pienses mal. Una chica me las entregó y dijo que eran para ti, debió estar ciega para querer darte algo así, pobre chica —fingió extendiendo el pequeño ramito de flores y el papel, que no sólo estaba mal cortado sino mal doblado.

—¿E-es para mi?

—¿Eres sordo o qué?

Ryoga tomó el obsequio y sonrió. La pelirroja miraba la situación completamente avergonzada e intentando ocultar el sonrojó en sus mejillas.

Que alguien le recordara qué hacía allí.

Ryoga abrió el pequeño papel todo arrugado y sus ojos no pudieron evitar iluminarse.

Extrañamente y contra todo pronóstico, la escena le revolvió el estómago a la pelirroja que observaba expectante.

—¡Bueno ya tienes tú regalo para Akane así que adiós! —dijo Ranma dispuesta a irse.

—Espera.

Ranma tembló.

—Aquí tienes.

—¿Eh?

Ryoga le estaba dando la caja de chocolates.

—No los necesito, tómalo como... agradecimiento por haber cuidado mis cosas fenómeno —volteó la mirada intentado mantener su orgullo.

Ranma ya había tenido que rechazar muchos obsequios el día de hoy. Desde chocolates, cartas, invitaciones a citas, flores, y demás. El regalo de Ryoga no es como si tuviera una connotación romántica o algo así pero podía simplemente rechazarla y...

—Gracias.

¿Por qué no había rechazado su tonta caja de chocolates?

Ranma no quería estar más allí así que con apuro se marchó de allí. Ryoga apretó el puño molesto, él era el causante de su tristeza. 

Si él no estuviera... 

Si Akane no estuviera enamorada de él... 

Quería golpearlo, darle batalla una vez más y lanzarle su furia en un ataque, pero había algo más. Detrás de todo ese odio hacia Ranma, solo había tristeza por no ser correspondido.

Miró el ramito de flores entre sus manos y sonrió.

—¿Quién eres? —preguntó al aire.

Y leyó una vez más lo escrito en ese pequeño papel arrugado.

"Me gustan tus ojos y tú sonrisa porque son sinceros al igual que tú" 

El color subiera a sus mejillas, alzó la mirada y apretando la pequeña carta sobre su pecho miró el atardecer: quizás todo no había sido tan malo.
_________________________________________

Cuando Ranma había decidido cometer la locura de darle ese pequeño regalo a Ryoga... había tenido una justificación.

Para empezar, ver a su rival en ese estado era shockeante ¡por favor! Ryoga era dramático pero ¿llorar en un parque en frente de todos mientras veía parejas felices? Eso era sumamente triste de ver para cualquiera.

Segundo, había llegado a la conclusión de que él quizas estaba así por no haber recibido ningún regalo ese día.

Tercero, no podía pasar nada malo. Era un pequeño y tonto detalle que Ryoga pasaría por alto ya que el estaba sumamente enamorado de Akane.

—Necesito que me ayudes a encontrar a la chica que te dio el papel y las flores. 

O por lo menos eso creyó, sin pensar en ningún momento que Ryoga sería capaz de volver dos semanas después a buscar su ayuda para encontrar a la "chica del papel y las flores"

Genial, se había metido a otra travesía rumbo al desastre.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

¿Otra historia? Si, otra historia ;D

Así que bienvenidos sean al primer capítulo de otra novela de este querido ship ♡!

Puse canción porque me gusta mucha esa colaboración <3

—Lio ☆

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro