Blom y un amigo suyo se habían reunido en la biblioteca para hacer deberes juntos.

Ambos estaban concentrados en sus cosas, hasta que una chica de otra mesa se acercó y les habló.

—Hola, chicos, ¿tienen algún lapicero que les sobre?

Blom asintió y se dispuso a buscarlo en su mochila, buscó su estuche entre sus libros y lo encontró. Sacó el estuche, luego el lapicero y se lo entregó a la chica.

—Muchas gracias, en un momento te lo regreso -dijo ella.

—No te preocupes, te lo puedes quedar -le respondió Blom.

Ella le agradeció de nuevo y se fue.

Blom se dispuso a guardar sus cosas de nuevo en su mochila, pero al mover unas libretas encontró una sola flor atada con un lazo rojo.

Ya sabía qué significaba esto.

Las horas pasaron y Blom llegó a su casa.

Rápidamente sacó la flor, y tomó el listón.

"Tengo una a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, o, p, q, r, s, v, w, x, y, z. ¿Te diste cuenta de lo único que me falta?"

Blom se preguntaba por el remitente de las flores y notas.

¿Siquiera eran realmente para él?

Seguramente es una broma.