Una vez más había sucedido.

Un mes entero con este tipo de cosas, Blom ya no sabía qué pensar.

Si era una broma, era la broma más larga y cuidadosa que pudiera haber existido.

Trece ramitos de pequeñas flores estaban descansando sobre el lugar de Blom y él sólo podía mirarlas con una mirada llena de confusión y preocupación.

Alguien se estaba burlando de él, estaba seguro de ello.

Tomó el listón y lo leyó una vez más.

"Tus ojos cafés, tu cabello chocolate, tus labios rojos como fresas. Pareces delicioso".

Bueno, sí, lo describía a él.

Ojos marrones, cabello marrón y labios rojos por tanto mordérselos.

Volvió a atar las flores y las guardó en su mochila.