
9.Orquídea
》La orquídea representa el amor.
Y con esta flor confieso estar perdidamente enamorado de usted.
Malditamente enamorado.
Todo de ti me atrae.
Tu hermosa sonrisa.
Tus bellos ojos dorados.
Tu dulce voz.
Tengo también que admitir que al principio pensaba que usted estaba casada, pero luego de ver a Andy salir con el doctor Cullen, su hermano, me tranquilizó.
Aunque no niego que debe haber hombres que quieren conquistar su corazón.
Ya que usted es una mujer asombrosa, nunca me cansaré de decirlo.
T.《
Esme frunció el ceño confundida, leyendo varias veces la nota, dándose cuenta de un dato importante.
—¡Andy!— gritó Esme, yendo al despacho de Carlisle sabiendo que la humana estaría con el.— ¡Oh por Dios!
—¡Mierda!— gritó Andy cayéndose del regazo de Carlisle, que el rubio no logró atraparla a tiempo al verla saltar como un gato asustado.
—¡Andy!— gritó preocupado el vampiro, ayudándola a levantarse.
— ¡Oh por dios! Lo siento... lo siento, no vi nada... no vi nada...
Andy se encontraba roja como un tomate, intentando con sus manos temblorosas colocarse la remera sobre su torso semidesnudo.
—¡Tranquila Esme no pasaba nada!— chilló nerviosa la humana, al haber terminado de colocarse su remera para luego hacerse un intento de coleta.
—¿No pasaba nada?— preguntó molesto el doctor Cullen.— Obviamente estaba pasando algo.
—Carlisle.— le reprochó avergonzada, y acalorada al ver como el rubio solo rió divertido dándole un guiño.
—Justo cuando realmente parecía que Carlitos estaba dando el paso.— pensó un poco frustrada por la interrupción.
—Lo lamento...— murmuró avergonzada Esme.
—No importa ya... olvidemos esto, ¿Si?— se acercó hacia la vampira, intentando controlar el calor en su cuerpo al sentir todavía la mirada dorada del doctor sobre ella.— ¿Para qué soy buena? ¿En qué me necesitabas?
—Él te conoce.— le entregó la nota.
La humana frunció el ceño, ignorando el aliento frío del Cullen detrás suyo y leyó la nota del misterioso hombre que le entregaba flores a Esme.
—Vaya... puede ser otra Andrómeda.
—¿Cuántas Andrómedas existen que sale con el doctor Cullen?— preguntó burlón el rubio, besando la mejilla de su humana.
—Mmm... cierto.— murmuró.— lo lamento estoy algo tonta.
—¿No sabes quién puede ser? Las notas siempre tienen el aroma de las flores y no logro oler el de él.
Andy negó con la cabeza sin llegarle a nadie a la mente. Conocía muchas personas ya que era muy sociable y le agradaba a la mayoría. Además nadie va diciendo que le está entregando flores y notas, o café y notas a la persona que le gusta.
—¿T?— pensó la morocha, observando la firma.— y antes había firmado con ¿E?
—¡Bueno!— aplaudió Andy con una sonrisa en sus labios.
—Conozco esa sonrisa...— murmuró divertido el rubio, abrazando por detrás a la humana.— ¿En qué estás pensando?
—Oye...— se quejó.— ¡Estoy pensando que es hora de jugar al detective!
Esme rió.
—Está bien... no estoy tan desesperada para saber quién es.
—¿En serio?— preguntó incrédula la morocha.— nos acabas de interrumpir en nuestra sesión de mimos.
—Oh...— murmuró avergonzada Esme.— si, lo siento... bueno... puede que realmente quiera saber quién es.
》Pero esperaré un poco más, hasta que él me lo diga.《
—Esta bien.— sonrió Andy.
—Ya me voy... sigan con lo suyo.— habló con diversión la vampira al ver como Andy se volvía una vez más roja como un tomate.
Esme salió del despacho con una sonrisa de feliz cumpleaños al leer una vez más la nota.
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