Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

II


Infernos le hacía honor a su nombre; era un infierno de lugar, un tugurio inmenso de ventanas tapeadas y enormes filas en las tres puertas de acceso que temblaban con la música que se escapaba del interior.

Taehyung se toqueteó los bolsillos de la chaqueta y el pantalón, dando un cuarto vistazo al interior del auto con ojos al borde de las lágrimas; había perdido su ticket de entrada. Para Kook, de seguro que lo había dejado caer mientras estaban en el autoservicio para pagar por el combustible cargado al carro. Había jugueteado tanto con el pequeño papelito entre los dedos que al momento de pagar lo había metido a la rápida en un bolsillo.

—Te juro que ha de estar por aquí. Espérame. —rogó Tae otra vez revolviéndose y tanteándose como si tuviese fuego que apagar de sus ropas.

—Para mí que ya es caso perdido. Mejor volvamos a casa, comemos algo ligero y nos vamos a la cama, así mañana...

Tae lo fulminó con la mirada, cortando sus palabras. Kook levantó las manos y caminó hacia la puerta que tenía una pequeña alfombra roja en el piso. Se centró en los tipejos fuera de la puerta más grande, asediados por tipos con cámaras, posando ante los flashes. ¿Famosos? ¿En serio? Él no ubicaba los rostros.

—¡Ya está, te dije que la encontraría! —Tae le golpeó la nuca con la mano al pasar por su lado. —Vente anciana, te invitaré un vaso de leche en la barra.

El guardia de la entrada ni siquiera les pidió identificaciones, revisó sus tickets y marcó sus muñecas con brazaletes neón. El local por dentro estaba en su apogeo. Luces láser, pintura flúor arrojada desde los tres escenarios con vedettes bailando y un mar de cuerpos que se apretujaban y movían al ritmo de la música hasta el bar atendido por un alto y rubio chico en nada más que una tanga dorada.

La verdad fuese dicha, Jungkook no podía quejarse de lo que veía.

Taehyung se hizo rápido con unos tragos y se unieron al baile, sin embargo, aunque su amigo parecía estar concentrado en las chicas a su alrededor, Kook notaba que la cabeza de él iba de aquí para allá. Buscando.

—¿Esperas a alguien? —Le gritó sobre el ruido de la música.

Tae negó, pegándose a su oído para hablar.

—Se supone que ahora es cuando te pido algo... Respecto al trato que hice para conseguir las entradas... Hay alguien a quien quiero que conozcas.

Intrigado, Kook lo siguió hasta un sector con apartados tapados por gruesas cortinas de terciopelo rojo. Su estómago se apretó ligeramente. Él no era un virgen ni mucho menos, pero todo el mundo sabía para lo que existía un apartado como ese en cualquier lugar. Si Kook no lo conociera mejor, diría que Tae intentaba seducirlo. El lugar estaba vacío a su espera, una botella de espumante descansaba en la mesa baja dentro de un barril con hielo, copas a un lado y un par de cervezas. Y no estaría desencaminado. Ellos tomaron asiento en los sofás de exquisito cuero negro.

—Verás —comenzó Tae volteándose a mirarlo a los ojos. —¿Recuerdas a Yoongi, de la clase de historia? —Kook asintió. —Bien, pues trabaja en la productora de eventos que está promoviendo a Infernos y su show especial de vedettos esta noche.

Kook arqueó una ceja ante eso, cada vez se sorprendía más de lo informado que estaba su amigo respecto al mundo homosexual. Él torpemente había llegado a pensar que Taehyung era un ignorante hasta en los asuntos hetero. Su novia se había quejado de ello de hecho. Al menos tenía que descartar el hecho de que quisiera seducirlo, lo que era un alivio, salir con Tae sería como incesto y él no le iban a esas cosas. Gracias, pero no gracias.

—¿Y en qué momento entro yo en juego? —preguntó alejando sus pensamientos.

Tae le sonrió maliciosamente.

—La cosa es que conseguí las entradas siempre y cuando "alguien", o sea tú, charle, baile o haga lo que sea su regalada gana con el hermanito de Yoongi, quien resulta ser adorablemente gay. ¿No es eso genial? ¡Te he conseguido sexo fácil, no me lo agradezcas!

Mmm.

Había que ir por partes...

A Yoongi, Kook lo recordaba de la secundaria. Habían compartido un par de clases y en la actualidad compartían Historia en la universidad; hasta habían jugado uno o dos juegos juntos, pero no por eso conocía al chico, solo podía decir que era agradable. Del hermano pequeño de él no tenía memoria. Es decir, recordaba un chiquillo pequeño y castaño correteando un par de veces detrás de él por ahí, nada más. Habían pasado un par de años de eso; ni siquiera debía de tener la mayoría de edad aún.

A veces, Tae tenía pésimas ideas.

Ni siquiera se recuperaba del incesto y ahora iba a la pedofilia, dónde iría a parar de seguir así.

—Creo que podías haberme consultado eso antes de ver a...

—Jimin. —Tae facilitó.

—Sí, Jimin. ¿Yoongi no tiene problemas con eso de "hacer lo que quiera" con su hermanito pequeño?

Tae se rio. Fuerte.

—Oh, vamos. Que no estamos hablando de un crío ni tu eres tan puritano como te estás mostrando. ¿Qué puede salir mal? Solo te conseguí una cita a ciegas. No es como si te fueras a enamorar del tipo o algo por el estilo.

Kook quería protestar, su experiencia en citas era lamentable. No es que él fuese mal parecido ni nada por el caso, solo que no parecía llegar muy lejos nunca. Había tenido un par de novios en la escuela y otro en la universidad, pero de eso ya hacía al menos un año y si la época de sequía era tremenda, el no tener con quien meterse bajo las mantas y ver sus series favoritas estaba brutal. Él era un tipo de relaciones estables, los líos de una noche se los dejaba a personas más desentendidas.

Quizás sonase extraño, pero a él le gustaba más tener la vaca que solo la leche.

Las cortinas fueron descorridas dejando ver una silueta alargada. Una luz le iluminó desde atrás y Kook juró bajo su aliento.

Frente a él estaba un Jimin enviado directamente del cielo a sus brazos. Ojazos verdes y sonrisa de gato en un rostro de querubín rubio. Mejillas sonrosadas por su escrutinio. Vestido en un atavío negro entallado y botas de motero. Si no se equivocaba había un rastro sutil de maquillaje en sus ojos y labios brillantes.

Kook sonrió y subió sus ojos hasta el chico que acababa de llegar. Y se aventuró sin temor a equivocarse.

—Jimin.

El recién llegado hizo su entrada con seguridad, pasó su mirada de Tae a Kook, diciéndose por este último para alcanzarlo y besar su mejilla. Bueno, eso era inesperado y a Kook le gustó un montón, él no tenía paciencia para la gente que se cohibía. Eso era cosa suya. ¡Si sus mejillas se calentaron con tan simple gesto!

—Jimin, él es Jungkook —presentó Tae poniéndose de pie con una sonrisilla en los labios. Kook le imitó de un salto.

—Un placer —respondió con voz suave el chiquillo que realizaba ahora su propia inspección del exterior de Kook. Algo debió de encontrar ahí que fuese de su gusto porque su sonrisa brillante se acentuó. Él definitivamente llevaba lápiz labial.

Dos chicas; una rubia y otra pelirroja entraron detrás de él tomadas de la mano. Los ojos de Tae centellaron en su dirección, similares a los de los dibujos animados mientras se movía hasta ellas para extender su propia mano.

—Ellas son Da Eun y Ha Eun. —señaló Jimin —Mis mejores amigas. —Las chicas estaban interesadas en Taehyung claramente, ambas levantaron sus pulgares a su amigo con una sonrisa de aprobación. —Están algo aburridas, ¿cierto chicas? ¿crees poder entretenerlas con algo Tae? Tu amigo y yo podríamos tener ganas de conocernos, tal vez. —Él volvió su atención a Jungkook y le regaló una resplandeciente sonrisa. Kook sintió un ligero cosquilleo en la base de su cuello. —¿Bailas?

Él debía decir que no, el baile no era lo suyo. Era pésimo. Su coordinación haría a John Travolta llorar pidiendo que se detuviera. No necesitaba eso sobre sus hombros, pero como un tonto, echó un vistazo a Tae quien le miraba suplicante. Las chicas no eran mejor con una anticipación simpática en su dirección y Jimin... Jimin era hermoso, no había manera que Kook lo dejara escapar. Al diablo tener que llegar temprano a casa y conseguir horas de sueño; ¿de que servía ser un deportista de alto rendimiento si no podía darse relajos de ese tipo? Las Red Bull no habían sido creadas por nada.

—Claro, porqué no.

Jimin pareció satisfecho, sus ojos sin duda maquillados con sombra negra le obsequiaron un guiño pícaro. Se acercó para colocarse a su lado, Kook tuvo que estirar un poco su cuello hacia atrás para mirarle el rostro. Con las plataformas de sus botas era al menos una cabeza más alto que él, ellos lucían como un diez perfecto dada las formas de sus cuerpos.

—Amigo... —Tae hizo un saludo militar y escoltó a las chicas afuera colocando con toda confianza sus manos en sus espaldas bajas para guiarlas.

Ellas le dieron miradas a Jimin con mensajes en código.

Es un bombón, ¡aprovéchalo!

¡No hagas nada que yo no haría en tu lugar!

Jimin se mantuvo estoico, tomando en cuenta que sus amigas eran unas promiscuas, él bien podía saltar sobre el chico a su lado y eso estaría permitido...

—Entonces, ¿qué pasa con ese baile? —Se volteó hacia el chico mayor.

Kook lo miró pestañeando varias veces, pasando sus manos contra el frente de sus jeans. Aw, le había tocado uno tímido. Sus favoritos.

—Te recuero de un par de veces con Yoongi, —habló de nuevo Jimin tomando un paso más cerca solo para tentar al chico nervioso —por aquel entonces no eras tan guapo.

Los labios de Kook temblaron al sonreírle.

—Gracias por eso, y tú... No te recuerdo tan osado.

Bueno, difícilmente se puede ser una diva cuando ni siquiera has cambiado por completo tus dientes de leche.

—Solo era un crío, no sabía muy bien lo que quería.

—¿Acaso ahora sí? —preguntó Kook con su voz impregnada de escepticismo.

Jimin arqueó las cejas, mordisqueando la punta de su lengua entre sus dientes pensando en una respuesta ingeniosa. Se fijó en la forma que la manzana de Adán prominente en el cuello de Kook se movía al tragar. De modo que le afectaba. Era bueno saberlo.

Se enderezó, su mente yendo en otra dirección.

—Dime algo Kook, ¿qué edad tienes?

—Veintitrés. —respondió de inmediato.

—Pues yo tengo casi veintiuno. ¿Alguna vez te has liado con alguien menor?

Los ojos del chico saltaron. Lo tenía justo donde quería.

—No, la verdad. —dijo de todos modos.

Jimin se le acercó lo suficiente para que su hálito le quedara cayendo sobre los labios.

—Qué bien, seré tu primero entonces.

Kook tragó duro.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro