Flores de Sangre
Aclaración: Harry Potter no me pertenece, únicamente esta historia.
Neville Longbottom no se consideraba a sí mismo un mago excepcional. Sin embargo, él reconocía que en Herbología era uno de los mejores estudiantes que podía haber.
Dejando de lado su habitual torpeza, era muy habilidoso en el cuidado de las plantas. Su nivel de conocimiento tanto teórico como práctico lograba superar al de Hermione en ocasiones.
Era tal su pasión por la materia que devoraba libros enteros de la misma y pasaba horas en los invernaderos. Estas costumbres se volvieron un refugio después de la guerra como un medio de escape para sobrellevar sus propios traumas.
Fue por ello que no le costó identificar el Hanahaki Disease cuando conectó los puntos. Honestamente, le sorprendió que a nadie le pareciera extraño que Draco Malfoy estuviera tosiendo pétalos de flores en medio del pasillo mientras Parkinson buscaba posibles culpables de una maldición arrojada por la espalda y Zabini se arrodillaba junto al rubio tratando de ayudarlo y cubrirlo del mundo al mismo tiempo.
Detrás de él pudo escuchar a Hermione regañando a Ron por reírse de la situación. Neville no lo culpaba, si no supiera lo que sabe ahora, él también lo habría hecho porque lo habría tomado como una maldición infantil, un karma inofensivo comparado a todo el daño que había hecho el heredero Malfoy en todos esos años.
Nadie hizo nada, por supuesto. Varios Slytherin estaban en libertad condicional o períodos de prueba, no podían arriesgarse a atacar de vuelta.
Muchos dijeron que era justicia divina que las tornas hubieran dado vuelta y los hijos de mortífagos merecían el acoso actual.
Neville, al igual que otros, le pareció que esos pensamientos eran comprensibles puesto que las heridas de la guerra estaban frescas, muchos necesitaban a quien culpar; pero, a su vez, creía que ello era una estupidez que no conduciría a nada bueno si se dejaba seguir sin poner un alto. Sin embargo, decidió no involucrarse, quería un año tranquilo y sin ser parte de problemas ajenos. Harry era de la misma idea, o eso parecía.
Por el rostro de Malfoy, él tampoco sabía que los pétalos que escupía iban más allá de un simple hechizo. Cuando los Slytherin se retiraron, los pocos curiosos que había se esparcieron rápidamente. Neville se acercó a uno de los pétalos que quedaron rezagados y con su varita decidió levitarlo y guardarlo entre las hojas de uno de sus libros.
"Neville, eso es asqueroso. Tiene la saliva de Malfoy." Comentó Ron detrás de él, con una mueca de desagrado.
"Oh déjalo Ron, entiendo a Neville. Nunca había visto una maldición de este tipo, y ya que contiene componentes de Herbología imagino que sería algo curioso para él. Es más, creo que yo también le preguntaré a la profesora Sprout sobre ello..."
Mientras la joven Gryffindor continuaba hablando del tema, Neville se preguntó qué tan rápido llegaría a la misma conclusión que él, si es que se interesaba realmente en investigar el problema. Con ese pensamiento en mente y un repentino destello de lo que podría haber sido, o no, compasión; Neville decidió ir a la biblioteca.
"Espera, Neville" llamó la voz de Harry detrás de él "¿Tú sabes cuál fue la maldición que le lanzaron a Malfoy?"
Longbottom dio gracias a Merlín porque Harry no podía ver su expresión, no era bueno en mentir a sus amigos y estaba seguro que el chico de ojos verdes podía ver la tensión en su espalda. "No conozco ninguna maldición que haga lo que acabamos de ver, Harry. Lo siento."
Técnicamente, eso era verdad. No conocía ningún hechizo que tuviera los mismos efectos que el Hanahaki Disease. Aún así, decidió marcharse antes de que Harry pudiera decir o preguntar algo de nuevo.
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Madame Prince no le dio una segunda mirada pese a que él estaba seguro de que la bruja se había sorprendido cuando sacó un libro de cuentos para niños utilizando uno de los raros permisos de larga duración que le había dado la profesora Sprout. Mientras guardaba el objeto en su mochila de camino al comedor, Neville se preguntó por qué le estaba haciendo ese favor a su matón de la infancia.
Compasión por los moribundos, pensó en una posibilidad.
Aún así, sabía que no era del todo correcto. Pues en realidad era muy poco probable que a Hermione se le ocurriera que la respuesta de lo que le pasaba a Malfoy no estaba en un libro de Herbología, Maldiciones o Enfermedades; sino en un pequeño cuento de hadas como parte de algunas leyendas olvidadas del Mundo Mágico.
Casi le pareció un poco gracioso que los Sangre Pura extremistas fueran los únicos que expresaran abiertamente un miedo que tenían todas las familias más antiguas pero que decidían callarlo. Fue irrisorio que tuvieran razón en algo que los demás no querían admitir por temor a ser clasificados como mortífagos o puristas.
Estaban perdiendo su cultura.
Por supuesto, Neville y su abuela habían conversado en algún momento sobre ello. Esa había sido una gran pelea en su infancia porque en ese entonces veía el mundo en blanco y negro, sin entender todo el razonamiento detrás de lo que había dicho la mujer y acusándola de ser como los mortífagos que torturaron a sus padres al tener esa clase de creencias.
Su abuela, siendo la mujer elegante que era, le dio un golpe en la cabeza con su abanico y le exigió que se sentara, hiciera gala de la educación que se le había dado y escuchara antes de condenarla. Ella estaba a favor de mantener distancia entre la cultura Muggle y la del Mundo Mágico, no por motivos de discriminación, sino por preservación.
Lady Longbottom le hizo ver que muchos de ellos estaban adoptando costumbres de los Muggle, lo que no estaba mal en su opinión pero eran muy pocos los magos y brujas del Mundo Muggle que decidían abrazar las costumbres mágicas. No era del todo culpa de ellos, por supuesto, pues no se podía aprender de algo que desconoces su existencia, sin embargo la mujer culpó al gobierno y al sistema educativo que permitía que sus creencias se desvanecieran con el tiempo mientras se enfocan en enseñar sobre el Mundo Muggle.
Un desequilibrio que Neville, como heredero de una noble y antigua casa, pudo entender más adelante. Puesto que si no fuera por el tipo de crianza que tenía, no sabría mucho de su propio mundo o la importancia de los rituales en ciertas fechas. Obviamente y al igual que su abuela, no estaba de acuerdo con los extremos a los que llegaban los puristas, aún así podía entender algunos de sus miedos.
Sin embargo, podían ser abordados de una manera diferente y más pacífica. En realidad, ese era un proyecto que se había propuesto presentar al graduarse, ya que su abuela le empezaría a entregar el mando de su hogar ancestral y su título.
Supuso que, en parte, esos pensamientos lo estaban impulsando a sus acciones actuales.
Hanahaki era una enfermedad mítica actualmente. De hecho, Neville ni siquiera sabría de ella si no fuera por ese libro de cuentos que había leído en su primer año mientras se escondía en la biblioteca de algunos chicos mayores que pertenecían a la casa de las serpientes.
Un poco irónico que gracias a esos desagradables momentos de su infancia supiera lo que le estaba pasando al Príncipe de Slytherin.
Suspiró antes de frotarse el cuello, dudaba que Malfoy supiera del Hanahaki pese a su educación ya que prácticamente no existían registros de la enfermedad más allá de un solo cuento impopular. Neville incluso había preguntado con curiosidad a Madame Pomfrey cuando era niño, recibiendo una risa y una mano en su cabello por tener tanta creatividad.
"Flores que crecen dentro por un amor no correspondido", había repetido la enfermera con una sonrisa divertida mientras negaba con la cabeza "tienes una imaginación muy grande, joven."
Ni siquiera su abuela sabía sobre ello, y ella tenía una extensa colección de libros de Medicina Mágica que había adquirido cuando su hijo y nuera habían sido internados en San Mungo, con la esperanza de encontrar una cura o tratamiento por sí misma.
Claro que Longbottom recordaría más tarde que Hermione no solo poseía recursos en libros, sino en varios de sus amigos que sabían del Mundo Mágico casi tanto como él.
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Neville había procurado mantener una vigilancia disimulada en el rubio cada vez que coincidían en una clase o comida. El joven ex-mortífago debía tener un orgullo bastante grande a pesar de todo lo que le había pasado como para mantener una fachada tranquila y aparentemente sana. El joven Gryffindor le creyó cuando el Slytherin le dijo a una preocupada Pansy que se encontraba bien y había hecho un ademán desdeñoso con la mano cuando se mencionaron los pétalos que había expulsado el mes anterior de sus labios.
Longbottom casi creyó que se había equivocado al diagnosticar una enfermedad inexistente.
Casi, hasta que caminando por un pasillo del segundo piso había escuchado el llanto de Myrtle. Normalmente, la hubiera ignorado como el resto de estudiantes sin embargo el fantasma parecía verdaderamente abatido mirando hacia el interior del baño. El joven león sopesó sus opciones pues faltaba media hora para el toque de queda.
Su instinto le pidió quedarse.
Su cerebro le pidió irse.
Su corazón le dijo que hiciera lo que creía correcto.
Entonces, se acercó al fantasma con la mayor calma y paciencia que pudo reunir. Supo que su instinto tenía razón cuando Myrtle hizo caso omiso de su presencia mientras repetía: "No otra vez, no otra vez..."
"¿Myrtle?"
"Solo son flores..."
"Myrtle"
"Las flores no pueden hacer daño..."
"¡Myrtle!"
El espíritu se sobresaltó y lo miró con expresión asustada antes de taparse la boca con temor de haber hablado de más. Antes de que Neville pudiese parpadear, la chica había flotado rápidamente al interior de su lugar de muerte.
Y el Gryffindor la siguió, obviamente.
Dentro del baño, no pudo encontrar rastro de la joven, alzó los hombros con intención de irse hasta que unos sollozos llamaron su atención y rodeó silenciosamente los lavabos.
Lo que sea que haya estado esperando, Neville no pensó que encontraría a Draco Malfoy de rodillas con la cabeza gacha mientras sollozaba entre respiraciones ásperas y con sus manos sosteniendo en un agarre mortal el lavabo manchado de sangre y repleto de flores amarillas que reconoció como jacintos. El lenguaje de las flores, en su opinión, era algo complicado de aprender ya que el significado cambiaba según el contexto, cantidad y color. Los jacintos podían significar desde el gozo rebosante del corazón hasta el odio más profundo, siendo este último uno de los significados del amarillo. Sin embargo, en el Hanahaki los significados se veían bastante limitados por la situación.
"Celos y envidia" murmuró sin quitar la vista de las flores.
El rubio alzó bruscamente la cabeza mirando con odio a su acompañante no deseado, para Neville fue chocante ver su apariencia desgastada, piel pálida en un color enfermizo y ojeras marcadas. "Un glamour", fue lo que proporcionó su mente al preguntarse cómo era posible si se había visto bien hasta hace unas horas.
"Primero Potter y ahora tú, ¿es que no puedo llorar en paz o también vienes a intentar matarme?" se quejó el chico de ojos plateados pasando una de sus mangas rápidamente por su cara. "Solo lárgate, Longbottom."
El Gryffindor no necesitó ser amigo cercano del rubio para ver lo mal que estaba el chico si ni siquiera lo estaba amenazando con la varita o insultando a sus ancestros para hacer que se fuera. Ni siquiera le importaba lo vulnerable que estaba, si la desesperación mal disimulada en su cara era un indicativo.
"¿Ya sabes lo que es?" le preguntó mientras lo veía desaparecer las flores antes de abrir la llave para lavarse la cara y dejar que arrastre la sangre.
"Una estúpida maldición que no se quita con nada, eso es" respondió con brusquedad antes de toser por unos segundos y frotar su garganta. "Estúpidas flores."
"Deberías ir a la enfermería"
"Gran idea, Longbottom, ¿cómo no se me había ocurrido?" cuestionó con sarcasmo "¿Quizás porque cuando fui me dijeron que ya pasaría y solo me dieron una poción de pimienta? De todas formas, esto no te incumbe, vete y déjame en paz" declaró fulminando con la mirada al león.
Neville alzó las manos en señal de rendición, sin molestarse por el tono despectivo que estaba acostumbrado a oír del rubio. Sin decir nada, sacó el libro que llevaba cargando un mes en su mochila y lo puso a un lado del fregadero bajo la mirada confundida del ex-mortífago. Se dio la vuelta y se fue.
Uno se preguntaría por qué estaba ayudando a alguien que lo trataba tan mal, Neville respondería que si estuviera en la misma situación que Malfoy, le gustaría saber de qué está muriendo.
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Todo el mundo era consciente de la aversión que existía entre los Gryffindor y los Slytherin. Era extraño encontrarlos convivir a menos de un metro entre sí de forma voluntaria, era antinatural verlos hablar sin ninguna clase de animosidad, burla o enojo en sus caras; así como era inaudito, por no decir imposible, que uno pidiera ayuda al otro incluso en su lecho de muerte.
Por esos mismos motivos, muchos creyeron estar alucinando cuando Draco Malfoy se acercó tranquila y resueltamente a Neville Longbottom frente a todo el comedor y lo tomó del brazo antes de jalarlo hacia la puerta después de dejar impactado a su público con una sola frase.
"Ven conmigo, Longbottom, necesito tu ayuda."
El joven mago pensó que podía identificarse plenamente con Harry cuando lo vio atragantarse con su jugo de calabaza.
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Malfoy lo llevó a una de las aulas vacías antes de poner hechizos en la puerta para evitar que los oyeran. Neville tuvo el pensamiento lejano de cómo se podría malinterpretar la situación para alguien que no tuviera el contexto completo.
"Bien, habla, ¿qué sabes?" exigió el rubio apuntando su varita hacia él.
"No mucho más que el libro sobre el Hanahaki, si a eso te refieres" dijo sin amedrentarse por las acciones de su compañero de clase, podía ver el miedo filtrarse a través de la fachada amenazante. "Si es sobre tí, sé que estás tosiendo flores, que estás fingiendo estar bien, usas glamour, tienes un amor no correspondido y te estás muriendo."
No servía de nada disfrazar los hechos, además Malfoy probablemente solo estaba buscando una confirmación. Su suposición fue acertada cuando lo vio bajar la varita para después sentarse en una de las sillas polvorientas mientras se agarraba el cabello con pura angustia.
El león suspiró con cansancio antes de tomar asiento frente a la serpiente.
"Sobreviví al Señor Oscuro, me salvé de ir a Azkaban y ahora voy a morir por unas putas flores en mis pulmones" se rió con incredulidad, casi rayando en la histeria.
"Malfoy," llamó, sacando al chico de sus pensamientos y que lo miraba como si hubiese olvidado que estaba ahí "según ese libro, podrías salvarte si eres correspondido..."
"Y también decía que si me rechazan, moriré en el acto." Interrumpió Draco cortante. "También leí el final del cuento, Longbottom", le recordó.
Un silencio pesado se instaló entre ellos antes de que Neville volviera a hablar.
"¿Sabes quién es?" cuestionó con sincera curiosidad ya que la protagonista del cuento no se había dado cuenta de a quién era su amada hasta la mitad de la historia.
El rubio se rió con amargura "No lo sé, no tengo idea de quién es."
Neville no supo si estaba mintiendo o diciendo la verdad
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Era interesante como la perspectiva cercana de la muerte podía cambiar las relaciones entre las personas. Para el mes siguiente a la primera reunión entre el Gryffindor y el Slytherin, se había vuelto normal la extraña vista del rubio secuestrando al amante de las plantas en momentos aleatorios de la semana, estuviera acompañado o no, para preguntarle cosas acerca del Hanahaki que Longbottom apenas y podía responder.
Hoy, fue uno de esos días, al parecer.
Neville había estado platicando con Hermione sobre el nuevo proyecto de Herbología, con Harry y Ron holgazaneando cerca de ellos. Supo que el chico de ojos grises estaba cerca cuando Weasley se levantó de un salto en guardia.
"¿Qué quieres, Hurón?"
Draco ignoró resueltamente al pelirrojo y al pelinegro. El león rubio se sintió igual de perdido que sus dos amigos cuando vio a Malfoy asentir en reconocimiento silencioso a Granger, quien le correspondió de la misma manera.
"Ven conmigo, Longbottom, te necesito ahora mismo"
El aludido no opuso resistencia al estar procesando lo que acababa de pasar.
Simplemente, ¿qué diablos acababa de ver?
"Espera, Malfoy. No puedes llevarte a Neville cuando te plazca." Escuchó a Harry oponerse cuando finalmente reaccionó.
"Métete en tus propios asuntos, Cara Rajada."
Cuando vió a Harry fruncir el ceño y empezar a acercarse hacia ellos no pudo evitar gemir internamente al encontrarse entre una de las peleas habituales entre Harry y Malfoy. Aunque, ahora que lo pensaba, esta era la primera pelea que veía entre los dos en todo el año.
"Son mis asuntos cuando arrastras a mis amigos a quien sabe dónde a hacerles solo Merlín sabe qué."
"¿Longbottom tiene que pedirte permiso para convivir con otros, Potter? ¿O sólo estás celoso de que te esté quitando su atención? ¿No tienes suficiente con tu novia la Comadrejilla o qué?"
"¡No llames a Ginny así!" gritó Ron acercándose peligrosamente, antes de ser detenido por su mejor amigo.
"Déjalo Ron, solo está celoso de que yo reciba toda la atención mientras él debe venir a mendigarla porque Parkinson y Zabini ya no lo soportan"
El joven herbolario pudo ver que Harry había dado en el clavo con sus palabras cuando vió a Malfoy apretar los dientes, estaba esperando oír una de las réplicas igual de hirientes cuando el rubio abrió la boca pero una ataque de tos repentina reemplazó cualquier cosa que fuera a decir. Draco se giró para darles la espalda tratando de contener su tos infructuosamente, Neville apenas se dio cuenta de que había dado un paso cerca del rubio para protegerlo de la vista del trío dorado.
Cuando vio que Harry tenía intención de acercarse, improvisó.
"Eh, ¿saben qué? Olvidé que tenía que ayudar a Malfoy con algo importante" dijo tomando al chico por los hombros y empezando a caminar a ritmo rápido hacia un área menos concurrida.
"Espe-"
"Nos vemos en la cena, chicos" se despidió sin darles tiempo a seguirlos.
Apenas habían alcanzado a llegar detrás de uno de los pilares cuando el Slytherin no pudo más y sus piernas cedieron mientras expulsaba los pétalos junto con una flor entera de caléndula bañada en sangre.
Celos, crueldad, dolor y pasión; pensó viendo la flor antes de que sus ojos se abrieran por la sorpresa.
No fue difícil sumar dos más dos.
Sus ojos y los de Malfoy se encontraron, la serpiente desvió la mirada avergonzada. "No se lo diré a nadie" prometió recibiendo una mirada de sorpresa a cambio.
"Yo... Gracias, Longbottom."
Neville tuvo la sensación de que ese agradecimiento era por mucho más que aquella promesa.
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Puede decirse que las cosas cambiaron con aquel descubrimiento.
Al día siguiente, el Slytherin lo había arrastrado a la biblioteca y le había mostrado todos los pergaminos que guardaba en su mochila. El amante de las plantas no era un genio en Pociones pero podía reconocer matrices y formulaciones cuando las veía, en especial si estas estaban plagadas con ingredientes que principalmente eran plantas. Pudo ver varios pergaminos tachados o garabateados mientras otros estaban incompletos.
Entendió de qué se trataba todo cuando identificó que dos de los ingredientes en común en todas las preparaciones eran el clavel estriado y el clavel amarillo.
Rechazo y desprecio.
"Consideré poner lirios naranjas pero al tener dos significados contradictorios podría no resultar como quiero" murmuró la serpiente con la cabeza apoyada en la mesa y evidente cansancio en su voz.
"Simboliza odio y amor ardiente a la vez, podrías tener un filtro de amor diluido en lugar de uno de odio profundo" concluyó revisando uno que contenía varias flores antes de pasar al siguiente pergamino. "Malfoy, no creo que una poción pueda curar el Hanahaki."
"Lo sé," suspiró el rubio con desgana "solo quiero más tiempo."
Neville tarareó frente a la respuesta antes de revisar una lista con nombres de flores, ninguna de ellas estaba en las fórmulas que había leído. Repasó la lista traduciendo los significados en su mente.
Jacintos amarillos (Celos y envidia).
Camelia rosa (Anhelo).
Hortensia azul (Remordimiento).
Caléndula (Celos, crueldad, dolor y pasión).
Clavel rojo (Admiración, afecto y pasión).
"Los más comunes son los jacintos" habló Draco desde el otro lado de la mesa con aburrimiento resignado.
No necesitó preguntar la razón ya que Ginny solía estar con Harry tanto tiempo como podía a diario.
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No debería haberse sorprendido cuando Parkinson lo acorraló en uno de los pasillos del tercer piso, aún así la mujer era una fuerza a tener en cuenta por cómo podía transmitir la sensación de peligro sólo con la mirada.
"¡Confiesa, ¿qué demonios está pasando con Draco?!"
"Pansy..." llamó Zabini detrás de ella mientras Nott se masajeaba el entrecejo.
"Nada de Pansy, probamos con su estúpido método de esperar a que Draco nos diga qué le pasa y solo se alejó de nosotros. Es el turno de probar mis métodos y eso incluye hacer hablar a la Rana Madre." Declaró con ira antes de apuntar su varita al cuello del Gryffindor. "Ahora, Longbottom, es momento de que empieces a aflojar la lengua..."
"¿O si no qué, Parkinson? Estás en libertad condicional, no puedes hacer nada."
"Como si eso me importara, al menos esta vez me encarcelarán por un delito real."
"Entonces hazlo, no diré nada."
"Tú, pequeño-"
"Basta", exclamó Nott apartando a la pelinegra con suavidad y firmeza a pesar de las quejas de la chica. "Escucha, Longbottom, solo estamos preocupados por Draco, no sabemos qué le pasa y actualmente con el único que habla es contigo, por favor dinos qué le está pasando."
Evaluando al grupo de verde y plata, él pudo ver las genuinas expresiones de preocupación tras la fachada tranquila de Zabini y Nott, así como la frustración detrás de la ira de Parkinson. De alguna manera, le recordaron a Ron y Hermione.
"No puedo decirles," suspiró, apresurándose a explicar cuando vio la intención asesina en los ojos de la mujer "es algo que deben hablar con Malfoy, no me corresponde a mí revelar sus secretos."
Él se alejó del grupo, en el siguiente pasillo volteó hacia atrás esperando a que Parkinson lo abordase con más preguntas pero no vió a nadie.
Fue extraño, por un segundo creyó haber escuchado pasos detrás de él.
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Si alguna vez le hubiesen dicho de niño que llegaría a encontrar agradable al grupo de Slytherin cuyos miembros habían sido sus matones de infancia, él habría tartamudeado que dejaran de decir tonterías.
Incluso ahora, no se lo creía. Él había pensado que cuando las serpientes descubrieran lo que le ocurría a su príncipe caído, ese sería el fin de la extraña relación que había tenido con el ex-mortífago.
Nunca se había equivocado tanto.
Unos días después de que el trío de Slytherins lo hubiesen acorralado, el problema finalmente explotó en el Gran Comedor, nada menos. Neville había estado sirviéndose un poco de ensalada en el almuerzo cuando se escucharon pasos rápidos acercarse.
"¡Pansy, espera!"
La mujer uniformada de verde entró seguida de sus dos amigos sin prestar atención a sus palabras. El león que observaba desde lejos sintió sus ojos abrirse al reconocer el color peculiar del libro que la pelinegra apretaba con fuerza entre sus dedos.
"Neville, ¿qué ocurre?"
No pudo responder, Parkinson lanzó el libro en la mesa frente a un pálido Draco Malfoy con un resonar tan fuerte del golpe combinado con la magia descontrolada de la chica por la ira cruda que silenció todo el lugar. Los profesores observaron atónitos en sus lugares.
Resultó que el rubio tenía un temperamento similar al de su amiga que demostró al recomponer su expresión en una especie de furia fría que hizo alejarse a sus compañeros de casa como si ya tuvieran una especie de protocolo para la situación.
"No tenías ningún derecho a esculcar mis cosas."
Fue como ver estallar el Pandemonium. Era la primera vez que veían al famoso cuarteto de serpientes comportarse de una manera tan emocional. El Gryffindor ni siquiera sabría decir en qué momento terminó acercándose con la intención de calmar al grupo para después terminar discutiendo a gritos con Zabini.
Para cuando estuvieron en detención, todos agradecieron a Merlín que por lo menos no habían dicho nada revelador acerca de la enfermedad de Draco y que Nott haya tenido la cabeza lo suficientemente fría como para recoger y alejar el libro de ojos curiosos cuando la directora finalmente reaccionó y les ordenó esperar en su oficina.
A pesar de todo, ninguno estuvo dispuesto a delatar a Draco cuando McGonagall les exigió revelar la causa del altercado, ni siquiera cuando la anciana le quitó el glamour al rubio y jadeó por lo demacrado y enfermizo que se veía en realidad.
Aunque Neville había visto el deterioro de cerca, aún le sorprendía la apariencia que había llegado a desarrollar. Por otra parte, la expresión en shock de los otros tres jóvenes en la habitación fue algo interesante de ver.
Él entendió al grupo, pudo ver en sus caras cómo se asentaba el hecho de que la mierda absoluta que conformaba el Hanahaki era real. Pudo ver cómo en sus cerebros se taladraba la idea de que en verdad había flores que estaban matando a uno de sus amigos por dentro.
Fue un camino silencioso a la enfermería.
Poppy regañó a Draco por no ir a verla antes, Neville se sorprendió de que el rubio no le sacara en cara que ella misma le había dicho que no era nada. La directora y la enfermera se retiraron a la oficina dentro del departamento médico para hablar en privado, aunque en realidad Longbottom dudaba de que alguna de ellas tuviera idea de lo que pasaba.
Los minutos pasaron sin que alguno de los adolescentes dijera una palabra, hasta que Nott decidió hacerlo después de un largo, cansado y tembloroso suspiro.
"¿Quién es?"
"No sé." Respondió el chico en la camilla demasiado rápido.
"Eso es una mierda y lo sabes, Draco."
"¿Qué importa de todas formas?" Murmuró con desdén.
"Importa porque esa persona te está matando, Draco. ¿Quién es?" Repitió tratando de contener sus propios reclamos.
El rubio apretó los labios negándose a hablar. Parkinson se levantó de su asiento y empezó a pasearse en círculos mientras una de sus manos desordenaba su pulcro peinado con agitación. Abrió y cerró la boca varias veces antes de soltar una especie de gruñido herido mientras tomaba una de las almohadas y la arrojaba a alguna parte del lugar.
"Ninguna clase de amor vale la pena como para dejarte morir, Draco."
"¿Crees que yo quiero algo de esto, Theo? ¡Lo intenté! ¡Intenté buscar una forma de parar esto y nada funcionó!"
"¡Entonces déjanos ayudarte y dinos quién es!" Exigió, la pelinegra.
El ex-mortífago suspiró masajeando su entrecejo. "No servirá de nada, Pans, incluso si se los dijera.. ¿qué podrían hacer?", susurró como si pidiera una esperanza.
"¡No sé! ¡Tal vez podríamos obligarla a que te corresponda! ¡Podríamos usar Amortentia o algo así!"
"O podrían terminar ofendiendo a la magia y haciendo que Malfoy muera en ese instante." Suministró el león interrumpiendo la escena por primera vez recibiendo el triple de miradas fulminantes junto a una agradecida.
El italiano se pasó la mano por su rostro con frustración. "¿Entonces, qué? ¿Te dejamos morir y ya?"
"¿No hay posibilidad de que ella te corresponda?"
Malfoy soltó una risa amarga. "No, no la hay. Yo mismo me encargué de que él nunca pudiera amarme. Ni siquiera yo me habría dado cuenta de mis sentimientos si no fuera por estas estúpidas flores."
Un nuevo silencio de asimilación por el uso del pronombre masculino cubrió el ambiente por unos segundos. La mujer se sentó nuevamente con expresión aturdida.
"Es Potter, ¿no?"
La tos que siguió ante la mención del nombre resolvió cualquier duda de las serpientes.
"No debería estar tan sorprendido y aún así lo estoy", comentó Nott digiriendo la información sacando un resoplido inesperado y divertido a su amigo moribundo.
"Bueno, mierda..."
Neville pensó que no había mejor descripción para este retorcido espectáculo.
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Como se mencionó anteriormente, Neville, de corazón, creyó que una vez se hubo reconciliado el cuarteto de Slytherin, su vida volvería a la relativa normalidad.
Pansy se encargó de romper esas expectativas cuando, en una especie de deja vú, se acercó a él mientras desayunaba y sin decir palabra se lo llevó de la mesa apenas poblada frente a una incrédula Ginny y una sonriente Luna que lo despidió con alegría. Minutos después se encontró siendo interrogado en la biblioteca con las mismas preguntas que Malfoy le había hecho sobre el Hanahaki junto con la adición de varias nuevas inquietudes que incluso a él no se le habían pasado por la mente.
El siguiente fue Zabini, quien de forma cortés le pidió que lo acompañara en su investigación después de solicitarle a una ruborizada Romilda que lo llamara frente al retrato que protegía la entrada de Gryffindor. Cuando Nott ingresó al campo de Quidditch en la siguiente ocasión, Longbottom ya había empezado a recoger sus cosas bajo la mirada curiosa de sus amigos.
"Nev, ¿qué tanto estás haciendo con ellos?"
"Nada de lo que debas preocuparte, Hermione", le aseguró con una sonrisa tranquilizadora.
Con el tiempo, la vista del león junto al grupo de serpientes dejó de ser novedad así como las visitas de Draco a la enfermería. Los cuatro se sabían el guión de memoria a esas alturas.
Cada viernes en la tarde, Poppy le quitaría el glamour al rubio antes de examinarlo e indicar, sin sorpresa, el declive de su salud; ella, y a veces Minerva, intentarían convencerlo de ir a San Mungo o al menos traer doctores externos para tratarlo. El heredero Malfoy les daba un contundente "no" como respuesta, ellas amenazarían con decírselo a Narcissa y él les recordaría que ya era mayor de edad y la magia en el secreto profesional las obligaba a guardar silencio sobre su salud mientras él no permitiera que hablaran de ello con alguien más.
Ellos solo verían en silencio. Ya habían intentado convencerlo la primera vez que se sugirió una investigación en San Mungo, la respuesta de Draco evitó que volvieran a preguntar.
"No voy a morir como si fuera una rata de laboratorio."
Así que decidieron esperar para luego fingir que esa discusión nunca había pasado.
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El león se dió cuenta de que las serpientes comenzaron a aceptar el destino cuando, durante sus acostumbradas reuniones en biblioteca, a veces sorprendía a uno de ellos mirando fijamente uno de los libros sin leerlo realmente, con desesperanza en sus ojos. Una tarde en que se encontraba a solas con el rubio en uno de los invernaderos cultivando tulipanes como parte de un trabajo en grupo, salió el tema.
"¿Por qué los estás dejando hacer esto?"
"¿A qué te refieres?"
"Desgastarse buscando una solución que no existe."
Draco miró pensativo los bulbos de la flor antes de retirarse los guantes y sentarse apoyando su espalda en uno de los soportes.
"Lo necesitan, creo. Al menos como yo necesité hacerlo antes", confesó "ellos aún piensan que existe alguna manera de evitar el final, entonces debo dejarles revisar todas las opciones que puedan para que entiendan que no es así."
"Eso es un poco cruel."
"Tal vez", admitió "sin embargo, de esa manera espero que, cuando me haya ido, no se atormenten con lo que pudieron haber hecho para ayudarm-"
El golpe de una pala al caer interrumpió su conversación, ambos dirigieron su mirada al origen del sonido. Neville no vio nada, una especie de murmullo divertido de parte de Draco llamó su atención y alcanzó a ver por unos segundos una mirada entre fastidiada y cariñosa en el rostro de rubio, similar a las que le daba a Pansy, antes de que un ataque de tos se apoderase del cuerpo del joven de ojos plateados.
Apenas alcanzó a guiarlo a un bote de basura antes de que el rubio no pudiera contenerse más y empezara a vomitar sangre y flores de su boca. Longbottom creyó escuchar la puerta abrirse bruscamente pero no vio a nadie ingresar al lugar así que siguió dando palmadas en la espalda del rubio en una especie de consuelo mientras observaba algo fascinado las flores sin entender el motivo del ataque reciente.
Lirios naranjas.
Él se preguntó en qué estaba pensando Draco para sentir amor y odio al mismo tiempo por Harry.
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Fue en una noche de insomnio generada por una pesadilla bastante desagradable sobre la guerra que, recorriendo pasillos al azar, encontró a un trío de Slytherin con varitas en mano buscando en las diferentes aulas vacías. Al verlo, Blaise se acercó con algo de urgencia en su mirada.
"Longbottom, ¿has visto a Draco?"
"No", respondió empezando a preocuparse por las expresiones de los Slytherin "¿qué pasó?"
"No está en nuestra habitación, normalmente no estaríamos tan preocupados pero..."
"Vimos a la Comadrejilla y a Potter, en uno de los pasillos besándose después de la cena." Explicó la pelinegra, Neville no se molestó en corregir el apodo en ese momento. "El ataque de tos fue más rápido y largo, casi no pudimos llegar a un aula vacía antes de que vomitara todo."
"¿Qué flor fue esta vez?"
"Draco dijo que eran crisantemos amarillos."
Neville ya estaba caminando con ellos y buscando en las aulas vacías. Él no tuvo valor para expresar la línea de pensamientos que estaba corriendo en su cabeza pese a las miradas disimuladamente alarmadas de las serpientes. No quería aterrarlos más de lo que ya estaban porque no estaba seguro si una "sensación de rechazo indirecto" serviría para matar a Malfoy.
Pasaron por las cocinas justo a tiempo para ver a Harry salir, deteniéndose en seco cuando se dió cuenta de las cuatro personas que se le acercaban.
"Harry", llamó con urgencia "¿has visto a Malfoy por aquí?" Honestamente, si alguien podría saber dónde estaba el heredero rubio, ese era el Elegido. A nadie le pasó desapercibido su obsesión por el ex-mortífago en sexto año.
"Ah..." Harry hizo un movimiento nervioso, como si se estuviera conteniendo de hacer algo. "No, no lo he visto. ¿Por qué?"
"Si no lo sabes, no es de tu incumbencia, Potter" gruñó Pansy dándole una mirada fulminante tan intensa que incluso Harry alzó una ceja sorprendido por el odio y rencor que veía. Neville suspiró, era injusta la reacción de la mujer por algo que no era culpa del Gryffindor, pero comprendía a Pansy.
Si uno de los amigos cercanos de Longbottom estuviera en la misma situación, probablemente también sentiría desagrado por la persona causante de los sentimientos que provocaron el Hanahaki. Quizás no la odiaría, aún así sentiría repulsión por la sola existencia de la persona por la que un ser querido está muriendo.
Los sentimientos son algo complejo, ¿de acuerdo?
"De todas formas, gracias Harry. Descansa." Se despidió empujando a la pelinegra con ayuda de los otros dos chicos hacia un pasillo aleatorio para evitar una confrontación.
"Claro, de nada." Fue la respuesta rápida que escuchó a sus espaldas.
A una parte del Gryffindor rubio le pareció ligeramente sospechoso que el Salvador del Mundo Mágico se mantuviera al margen de la situación, en especial cuando Longbottom sabía lo entrometido que era el joven de la cicatriz y aún más cuando se trataba del Príncipe de las Serpientes. Esa idea se desplazó a lo más profundo de su mente apenas encontraron a Draco una hora después, sonrojado y molesto, sentado en una de las ventanas cerca del aula de Encantamientos. El rubio lucía tranquilo a pesar de los regaños que los cuatro le dieron por haberlos asustado.
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Tal vez no debió descartar el pensamiento de la noche anterior porque sus sospechas se dispararon cuando de la nada, a la mañana siguiente en clase de Pociones, Harry se sentó junto a Draco para absoluto horror de Pansy y confusión de Neville, quien tuvo que buscar asiento junto a ella, al ver su lugar habitual ocupado. Nott y Zabini permanecían tranquilos aunque la tensión en sus rostros delataba que estaban en guardia. Hermione lucía contemplativa y la expresión de Ron era un reflejo idéntico a la de Parkinson.
La mirada molesta del ex-mortífago y la desafiante del Salvador del Mundo Mágico chocaron, el dueño de los ojos esmeralda dejó salir una sonrisa triunfante y su compañero solo suspiró con resignación antes de preparar su poción. Tanto leones como serpientes se miraron entre sí, sin entender qué demonios acababa de pasar.
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Curiosamente, fue el Gryffindor amante de las plantas quien jaló al rubio para un interrogatorio ni bien lo vió terminar su poción y guardar sus cosas. Interrumpió, sin arrepentimientos, la pequeña discusión a susurros que Harry y Draco parecían mantener. El pelinegro pareció sorprendido y ofendido de que se lo llevara, Neville supuso que su amigo había extrañado pelear con la serpiente o algo así que le diera sensación de normalidad. Sintió tres pares de pasos seguirlos apresuradamente.
"En nombre de Merlín, ¿tienes deseos suicidas o qué?" Soltó cuando estuvieron en el aula vacía más cercana. Nott se encargó de colocar los hechizos silenciadores en ese instante. "Tú mismo dijiste que no te acercarías porque eso sería igual a adelantar tu funeral, entonces por-."
"Primero, yo no causé esto. Potter se empeñó en quedarse en ese asiento pese a que le informé que no era el suyo." Se defendió el rubio ante la acusación.
"Y tú no ibas a ceder, claro", suspiró exasperado y divertido Blaise como si ya hubiera visto ese escenario.
"Yo llegué a ese asiento primero." Replicó con una expresión algo avergonzada por las miradas poco impresionadas que estaba recibiendo.
El león tardó en entender las pequeñas sonrisas cansadas y nostálgicas que tenían las tres serpientes ante su caprichoso líder. Su mente conectó puntos obteniendo la revelación más y, a la vez, menos impactante que pudo haber tenido en su vida.
"No puede ser," exclamó incrédulo "¡le has estado jalando las coletas a Harry por siete años!"
La carcajada sorprendida de Pansy debió escucharse fuera del aula a pesar de los hechizos, Neville estaba seguro. Las risas de Nott y Zabini fueron igual de ruidosas para la eterna mortificación de Draco.
El Gryffindor no pudo evitar unirse a los Slytherin ante el alegre ambiente.
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Para asombro de todos y de nadie, las cosas extrañas no cesaron y Harry Potter continuó siendo compañero de Draco Malfoy, no solo en Pociones sino en todas las clases que compartían. Malfoy les pidió a los cuatro que lo dejaran pasar porque la única diferencia era que su muerte llegaría más rápido, eso y que al menos tendría la oportunidad de estar con la persona que amaba en algo similar a un ambiente normal.
Longbottom se preguntó, mientras los veía discutir a susurros con un Draco falsamente molesto y un Harry muy entretenido en clase de Defensa, si el pelinegro se enteraba de todo lo que estaba pasando realmente, qué haría. Neville conoce a Harry desde los once y si de algo está seguro, es que no se mantendría al margen.
La pequeña sonrisa del Salvador del Mundo ante el resoplido indignado del rubio le dijo que hacían bien en tenerlo a oscuras sobre el problema. Por un lado, porque Harry merecía descansar de todo el drama por una vez y, por otro, debido a que no serviría de mucho y solo agregaría más culpa a la que Harry ya sentía por todos las víctimas de la guerra.
Harry se esforzaba demasiado por salvar a las personas cuando se lo proponía, no obstante no era prudente hacer eso con el Hanahaki puesto que el amor debía ser real y el afectado también debía creerlo, o la magia podría tomar represalias si se trataba de engañarla. Conociendo al joven de la cicatriz, era muy capaz de poner en juego su propia integridad con tal de lograr su objetivo, cosa que asustaba a todos los que lo querían.
Neville estaba descubriendo una nueva faceta del Príncipe de las Serpientes, una que le hubiera gustado conocer desde el principio en lugar de la que siempre les mostró. Sin embargo, el león rubio no era más que leal y Potter era uno de sus amigos más antiguos. Si debía escoger entre los dos, la respuesta era clara.
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Ya habían pasado cuatro meses desde la primera vez que vio a Malfoy toser por primera vez aquellos pétalos. Mientras estaba sentado frente al Lago Negro, fijó su mirada contemplativa en el castillo mayormente reconstruido y pensó en cuánto podían cambiar las cosas en tan poco tiempo.
Parkinson le dio un codazo para traerlo de regreso al presente antes de pasarle una de las galletas que habían traído a su improvisado picnic mientras Nott leía en voz alta un novela muggle que Neville había estado cargando hace unas semanas y Zabini, acostado en el regazo de su amigo moribundo, lo interrumpía con comentarios aleatorios sobre lo absurda que era Elizabeth al reaccionar tan mal a la propuesta de Darcy. Draco rió cuando Pansy planteó su propia solución al conflicto pese a la mirada de fingido reproche que les lanzaba Nott por cortar su narración.
"¿Podemos unirnos?"
Neville no va a mentir, casi saltó medio metro del susto ante la voz de Hermione. El resto de sangre pura fueron demasiado buenos para mantener una expresión burlona e indiferente. Era asombroso lo rápido que se colocaban la máscara ante la gente ajena a su círculo de personas cercanas.
Longbottom nunca imaginó estar dentro de ese círculo alguna vez, mucho menos aprender a identificar cuando estaban siendo sinceros con sus palabras y cuando era simple actuación, lo que se esperaba que respondan. Estaba un poco impresionado porque casi todo lo que mostraban en los pasillos era puro espectáculo de perfectos herederos sangre pura, solo se permitían ser vulnerables entre muy pocas y selectas personas.
El silencio fue incómodo para todos, Harry sobre todo parecía molesto de estar ahí y se lo hizo saber a Draco mientras lo veía con el ceño fruncido, el rubio alzó una de sus finas cejas sin entender cómo su presencia ofendía al Elegido. El rubio de verde suspiró haciendo un ademán al espacio vacío junto a ellos.
"Haz lo que quieras, Granger."
La sonrisa de triunfo que le envió la joven de rizos al león pelinegro le dijo a Neville que acercarse había sido idea de ella. Pasado un inicio rígido con conversación educada forzada por parte de Nott y Blaise, las serpientes decidieron volver a su discusión sobre el libro. Longbottom se preguntó qué mal habían hecho las galletas de chocolate para que Potter las comiera de forma tan agresiva, aunque podría tener que ver con que sus mordiscos se volvían un poco más agresivos cada vez que Zabini expresaba su opinión.
"¿Están leyendo Orgullo y Prejuicio?" cuestionó la leona al conectar puntos entre los nombres y el tema de conversación. Había intentado leer de manera disimulada el título del libro pero la mano de Theodore tapaba la mayor parte de las letras.
"¿Lo conoces, Granger?" El amante de las plantas rodó los ojos algo divertido por el tono de Parkinson, confía en un Slytherin para sonar como si supiera algo desde la cuna cuando apenas habían conocido el libro hoy después de rebuscar en el maletín del Gryffindor por puro aburrimiento .
"Sí, me gustan las obras de Jane Austen."
"Entonces, estarás de acuerdo en que la reacción de Elizabeth a la propuesta del señor Darcy es completamente irrazonable." Continuó el italiano siguiéndole el juego a su amiga.
"¿Su reacción..? Ah, te refieres a la primera propuesta." El rubio de rojo se mordió la lengua para no reírse ante la leve indignación en la cara de Theodore, apenas habían llegado a la visita de Elizabeth a Pemberley con sus tíos, no sabían que Darcy se confesaría de nuevo. "La verdad, no. Él la insultó en ese momento, es normal que se enoje."
"El señor Darcy solo dió hechos reales", intervino Malfoy parando de jugar con el cabello de la cabeza en su regazo. "En todo caso, ese matrimonio no es más que ventajoso para los Bennet. Darcy sería quien tendría que resistir las consecuencias sociales de esa acción."
"Sin embargo, independientemente de lo que piense la sociedad, será él quien deba compartir la vida con la persona que será su esposa, no ellos. Si él se atrevió a expresar sus sentimientos es porque le resulta más importante una relación con la persona de la que está enamorado por encima de un matrimonio arreglado."
"Granger, cuando tienes esa clase de responsabilidades con tu legado, la sociedad y tu familia; el amor deja de ser una prioridad, se vuelve un lujo o un caso de suerte si es que la persona con la que se contrae matrimonio llega a quererte y le correspondes. Bien lo has dicho, Darcy se "atrevió", es decir, arriesgó todo y a todos por el amor que siente, lo que en mi opinión es muy irresponsable." Argumentó Theodore.
"Eso es un poco exagerado..."
"En realidad, no lo es si comprendes qué compone este "todo" que está arriesgando." Empezó a hablar el líder de las serpientes. " Al no ser una familia de su mismo estatus, no enriquece en nada su legado de generaciones para dejarlo a la que le sigue, lo que en este caso es la menor de las repercusiones. La censura pública en la que podría verse expuesto podría influenciar negativamente en sus negocios y relaciones con otros nobles, la disminución de recursos si bien no empobrecería drásticamente su fortuna, sí podría provocar el replanteamiento de estrategias económicas y proyectos que tenga, así como en los empleados que dependen de él directamente al ver un sueldo reducido aunque sea un poco o, en caso extremo, en despidos. De igual manera, si Pemberley tiene una influencia fuerte en el sector turístico de la zona podría repercutir un poco en ello, lo que quizás para él no represente gran mella en su economía pero para las personas del pueblo no es así, por lo que tenemos una consecuencia indirecta. Además, dado que el señor Darcy es apegado a su hermana, me sorprende que arriesgara esa relación, las posibilidades de un matrimonio para Georgiana se verían afectadas aunque de forma mínima."
"Bueno, él creyó que Elizabeth aceptaría como lo habría hecho cualquier persona en su sano juicio y sin compromiso alguno, en especial en su posición" añadió Blaise.
"Entonces, ¿no creen en el matrimonio por amor?" cuestionó Harry con sincera curiosidad.
"No es que no creamos, Potter" habló el castaño. "Simplemente, cuando tienes el peso de esa clase de obligaciones en tus hombros, debes pensar mucho más allá de tus propias emociones. El amor solo se vuelve una ventaja adicional que puede presentarse o no."
Neville asintió. "Eso es verdad, cuando tienes las vidas de tantas personas que confían en tí para tener seguridad tanto para ellos como para sus familias, debes aprender a dominar tus emociones para tomar las decisiones más acertadas." Añadió, sabiendo que Harry entendería mejor que nadie esa parte. "Yo no digo que debes dejar el amor de lado, hay muchos casos en los que ese riesgo sale bien bajo esas circunstancias, de hecho yo mismo planeo casarme por amor y no por compromiso. Sin embargo, soy consciente de las consecuencias que eso me puede traer para bien y para mal, lo más importante es que me esforzaré por compensar eso con trabajo duro y también por resistir las críticas tanto positivas como negativas que recibiré. En ello, estoy de acuerdo con Hermione, al final quien se casará soy yo y no ellos, para el final del día y a pesar de todo tendré la seguridad de estar con la persona que amo y en quien me podré apoyar por muy difícil o fácil que sea nuestro futuro."
Ambos Gryffindor parecieron pensativos ante sus perspectivas, el león rubio no los culpó mientras bebía su jugo de calabaza. Esos temas, tratados a profundidad, eran muy complejos ya que no había respuestas correctas.
"Viéndolo así..." concluyó la joven de rizos. "Me sorprende que Darcy se esforzara para impresionarla después del rechazo e incluso dar una segunda propuesta, al principio parecía de carácter práctico pero realmente es muy emocional bajo ese punto de vista. Eso le da más peso a las acciones que realiza por el bien de Elizabeth, hasta muestra un amor mucho más profundo de lo que creí, en especial después de lo de Lydia y Wickham."
Neville disimuló la risita que se le escapó con una tos ante el suspiro silencioso e indignado de Theodore, Nott le envió una mirada disimulada pero fulminante.
"Para ser una bruja en esa época, Austen tenía ideas bastante peculiares sobre esa clase de relaciones." Comentó la pelinegra inocentemente.
Hermione frunció el ceño desconcertada. "Jane Austen no era una bruja."
"Por supuesto que lo era, Granger."
"No, no lo era." Repitió con expresión ofendida frente a la implicación de estar equivocada.
"Sí, sí lo era." Insistió Parkinson con un brillo particular en los ojos que sus amigos conocían muy bien. "Una de las mejores hasta que abandonó el Mundo Mágico." Explicó como si fuera un hecho de cultura general.
Longbottom estaba asombrado de la capacidad de Pansy para lograr plantar la duda en el rostro de la chica de rizos, la joven se levanta con aire determinado prometiendo encontrar pruebas en contra del argumento de la serpiente. Neville podría intervenir y desengañarla de la información de la Slytherin pero la situación estaba resultando demasiado divertida y a Mione le encantaba investigar para demostrar que tiene razón. Todos ganan.
Harry la siguió con algo de renuencia a dejar su lugar. Neville supuso que era porque no tuvo la oportunidad de probar la tarta de melaza.
El silencio se rompió una vez que estuvieron seguros de estar solos de nuevo. Draco sonrió entretenido hacia una muy divertida pelinegra.
"Y Austen de verdad era una bruja excepcional o..."
Pansy alzó los hombros con una sonrisa malvadamente traviesa que los chicos no habían visto desde el inicio del año escolar. "No lo sé, pero es divertido meterse con Granger."
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En este punto Neville debería estar acostumbrado a los sucesos extraños que ocurren en su vida, no obstante, está empezando a creer que debería ir a ver a Madame Pomfrey para asegurarse de que no se había golpeado la cabeza. Aunque dudaba sinceramente que una conmoción cerebral le hiciera imaginarse a Harry Potter y Draco Malfoy bromeando de forma casi amistosa.
"Es raro, ¿no?", expresó Theo a su lado en el campo de Quidditch.
"Eufemismo", resopló Pansy intentando copiar los movimientos que Hermione estaba tratando de enseñarle para tejer una bufanda.
Blaise se rió de la expresión cómica que estaba seguro lo hacía parecer un pescado. Cerró la boca sabiendo que nada de lo que diga le daría más sentido a la imagen.
No sabía cuáles eran las intenciones de Harry y Hermione para insistir en integrarse al grupo. Aún así, fue fascinante ver lo protectoras y cerradas que podían ser las serpientes puesto que no importaba lo enamorado que estuviera Draco del Elegido, eso no significaba que le dieran confianza automática a los leones, en especial cuando uno de ellos está matando con su presencia a su líder.
De alguna manera, los dos tercios del trío dorado lograron imponer su presencia el tiempo suficiente como para que los Slytherin empezaran a acostumbrarse. Lo que tenía un poco desconcertado a Longbottom era la aparente necesidad de Harry de desquitar años de bromas pesadas molestando al rubio. Claro, con mucha más moderación de lo que hizo Malfoy en aquel entonces.
A Hermione debió haberse percatado de ello, por la mirada distraída que mantenía la joven de rizos sobre el chico de ojos verdes que reía por alguna broma hecha mientras competía en vuelo con la escoba junto al ex-buscador de Slytherin. Mientras comía una de las plumas de azúcar que le regaló Luna y sostenía otra para que Pansy pudiera morder el caramelo sin soltar las agujas de tejer, se preguntó dónde estaba Ron.
Tal vez todavía estaba molesto con Harry por cambiar de compañero en algunas de las clases a pesar de que habían pasado casi dos meses de eso.
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Por supuesto, las cosas tenían que complicarse en algún momento.
El león rubio tuvo un nuevo deja vú cuando vió a Myrtle pasar a su lado flotando a gran velocidad y gritando sin parar: "¡Lo están matando!"
El amante de las plantas se acercó corriendo al baño sin percatarse de los pasos que iban detrás de él. Se acercó al cuerpo encorvado de Malfoy que tosía sin parar expulsando flores y coágulos de sangre. Con el glamour desvanecido pudo darse cuenta que Draco se veía mucho peor que la última vez que visitó la enfermería, como si el deterioro se hubiera acelerado de alguna manera. Neville sabía que no podía hacer nada más que sostener el cuerpo del chico quien miraba desesperado el improvisado y sangriento jardín que se estaba formando debajo de él. El Gryffindor no se molestó en identificar qué flores eran expulsadas esta vez debido a que era mucho más importante verificar que Malfoy no muriera ahogado en ese momento.
Sintió que finalmente él mismo podía respirar cuando vió a la serpiente rubia tomar una gran cantidad de aire, jadeando por la excesiva privación de oxígeno.
"¿Qué le está pasando?"
Tanto el cuerpo de Draco como el suyo se tensaron al reconocer la voz a sus espaldas. Tomando una decisión rápida, colocó uno de los brazos del Slytherin sobre su cuello y envolvió su cintura con el otro para ayudarlo a ponerse de pie. Decía mucho del estado de salud del ex-mortífago que ni siquiera pudiera levantar la cabeza aunque sea para mantener la fachada de dignidad. Neville, ya conociendo el carácter del rubio, le lanzó un glamour que disimularía el progreso de la enfermedad hasta que llegaran a su destino, se disculpó mentalmente al sentirlo estremecerse de dolor cuando colocó el hechizo.
"Lo siento, Harry. Necesito llevarlo con Poppy."
Su consciencia se retorció con algo de culpa al pasar junto al pelinegro que los miraba con miedo y confusión. A los pocos metros, vió a Harry alcanzarlos y ayudarlo a llevar a Draco a la enfermería.
Madame los echó a ambos ni bien dejaron a Malfoy en una camilla. Harry se veía demasiado sacudido con los ojos aún en la puerta antes de pasar a una mirada furiosa dirigida hacia su compañero de casa. "¿Esto era lo que estuvieron escondiendo todo el año?", interrogó acercándose "Neville, ¿qué diablos le pasó? ¿Es... Es esa maldición que le lanzaron?"
"Harry, no puedo..."
"¡No! ¡Me estás diciendo ahora mismo qué demonios fue eso!", exclamó ya en el límite de su paciencia. "¡Creí que se estaba muriendo!"
La expresión en su rostro debió haberlo delatado porque no encontraba otra razón para la inhalación brusca de Potter y su mirada impactada por una terrible y repentina comprensión.
"Harry, necesitas calmarte" indicó el rubio después de un silencio inquietante. "Poppy va a revisar a Draco y..." se cortó, porque ni él podía mentir diciendo que el joven de ojos grises iba a estar bien.
"¿Qué le está pasando a Malfoy?", repitió ignorando lo que el otro había dicho.
Longbottom negó suavemente, desviando la mirada "No puedo decirte, Harry. Es algo demasiado personal. Debes pedirle a él que te lo diga." El Gryffindor invocó a su patronus para informarles al trío de serpientes de lo que había pasado bajo la atenta mirada del Niño-que-vivió.
Suspiró. "Ve a descansar, Harry. Poppy no nos dejará verlo hasta mañana" afirmó con la experiencia de haber pasado por ello demasiadas veces.
El león rubio giró y se alejó, cualquier otro día habría ido a los invernaderos para calmarse pero no estaba de humor para ver más flores.
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Los cuatro deberían haber sabido cómo terminaría todo, eran Harry y Draco a fin de cuentas. Aún así, el grupo permaneció estático en la puerta de la enfermería mientras veían a los dos discutir con Madame Pomfrey intentando alejar a Potter.
Todo terminó con el Gryffindor de ojos verdes saliendo furioso de la enfermería después de la rotunda negativa del Slytherin a decirle la verdad. Pasan un minuto apenas antes de que Draco tosiera un poco y un lirio naranja saliera de su boca.
"Masoquista", murmuró Zabini medio en broma tomando asiento junto a la camilla y conociendo el significado de las flores de memoria.
Neville se apoyó en la pared junto a la cabecera con los brazos cruzados. "Sabes que Harry no se va a detener hasta descubrirlo, ¿cierto?"
Una pequeña y triste sonrisa se apoderó de los labios del príncipe caído. "Lo sé."
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No fue Harry quien lo acorraló después de una semana, fue Mione. Bastó con que ella le mostrase el libro desgastado en sus manos.
"¿Cómo...?"
"Resulta que Luna también tiene una copia", respondió. "¿Por qué nos ocultaste algo así, Neville?"
Era evidente que, de alguna forma, Mione se había enterado de que él había pedido prestado el libro y aún no lo había devuelto a la biblioteca. El amante de las plantas tomó la mano de Hermione y la llevó al primer lugar vacío que encontró antes de poner un encantamiento silenciador.
"¿Cuánto sabes, Mione?"
"Todo lo que dice aquí sobre el Hanahaki y antes de que preguntes, creo que Luna también", la joven dejó salir una sonrisa cansada y frustrada. "En realidad, creo que nos lo estuvo diciendo todo el tiempo. Decía que Malfoy estaba enfermo de amor y no la escuchamos."
El león rubio no pudo evitar sonreír con algo de pena, confía en Luna Lovegood para notar lo que los demás no pueden.
Hermione, siendo Hermione y aprovechando su distracción, soltó el golpe directo a la yugular. "Es Harry, ¿verdad?"
Longbottom solo alcanzó a atragantarse y toser al ser tomado con la guardia baja. Hermione se pasó las manos por el pelo de forma casi maniática. "¡Lo sabía! ¡Lo sabía! Tengo que decirle a Harry."
El rubio le bloqueó el paso parándose justo frente a la salida. "No puedes hacer eso" declaró masajeando su garganta para aliviar el ardor.
"Harry debe saberlo, es la única manera de salvar a Malfoy."
"Mione, la única forma de salvar a alguien del Hanahaki es siendo correspondido de verdad, no basta con que Harry mienta diciendo que lo está", regañó con expresión seria.
"Es que no lo entiendes, Neville", defendió la joven genio. "Creo que a Harry le gusta Malfoy."
El silencio llenó la habitación mientras la cabeza de Longbottom procesaba las palabras.
"¿Qué?"
"Que a Harry le gusta Malfoy", repitió más lento.
Tardó otros tres segundos en responder.
"De nuevo, ¿qué?"
"Neville", llamó molesta.
"Pero... pero... ¡Harry está con Ginny!"
La chica de rizos lo miró extrañada. "No, ellos rompieron hace más de dos meses."
El cerebro del Gryffindor finalmente se puso al día y se percató de que no había visto a la pelirroja y al Elegido juntos como al inicio del año. ¿Tan ajeno estaba a sus amigos?
Negó con la cabeza, centrándose de nuevo. "De todas formas no puedes decirle."
"¿Por qué no?" cuestionó enojada, "¡¿Sabes lo nervioso que ha estado Harry por saber qué es lo que está matando a Malfoy?! ¡No me puedes pedir que le oculte esto!", señaló el libro.
"¡Porque van a matar a Draco, por eso!" exclamó, respirando agitado antes de calmar su propio tono. "Mione, lo que exige el Hanahaki como cura va más allá de un: me gustas. Pide un amor igual o mayor al que la víctima siente, y del que el afectado debe estar convencido de que es real. Una mentira sobre ello ofendería a la magia y podría acabar con la vida de Draco en ese mismo instante. Incluso si Harry se propusiera enamorarse de él, ¿crees que lo logrará antes de que las flores lo maten? ¿o vivirá culpándose por su muerte?"
"Pero es que Harry..."
"Hermione," habló con gravedad en su voz, "¿es amor lo que Harry siente por Draco?"
La joven dudó y eso les dió la respuesta a ambos.
Los hombros femeninos cayeron en derrota. "Al menos, déjame decirle sobre la enfermedad."
Neville hizo una mueca antes de asentir. "Tiene que descubrir esa parte tarde o temprano de todas formas."
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A la mañana siguiente, Neville creyó estar reviviendo una escena de su pasado cuando vió a Harry entrar al comedor del mismo modo que lo hizo Pansy seguido de Ron y Hermione que intentaban calmarlo, la diferencia era que la magia que salía de él era mucho más intensa y agresiva. Nadie se cruzó en su camino hacia el ex-mortífago, ni siquiera los profesores reaccionaron cuando se lo llevó casi a rastras hacia afuera. Neville y el trío de serpientes restantes no perdieron tiempo en seguirlos.
"¡Eres un bruto, Potter!" escucharon al rubio gritarle al susodicho mientras se masajeaba la muñeca.
"¡¿Quién es?!"
"¿Quién es qué?" devolvió la serpiente en un pobre intento de mantener su fachada.
"¡La persona por la que te estás muriendo!"
Eso fue muy efectivo para callarlos a todos, Neville pudo darse cuenta de que Ron y Mione mantenían una discusión silenciosa con la mirada. Pansy, Blaise y Theo se colocaron junto a su líder y la expresión del joven se recompuso como si la sola presencia de sus amigos le diera fuerza suficiente para afrontar la situación.
"¿Y entonces qué?" cuestionó con una fría tranquilidad que los Gryffindor no habían visto hacía mucho tiempo.
"¿Eh?"
"Sí, Potter, ¿qué harás si te lo digo? ¿de qué servirá que lo sepas?"
Curiosamente, el león rubio tuvo el presentimiento de que sabía lo que estaba tratando de hacer la serpiente con esa actuación.
"Yo..."
"¿Tu qué? ¿Hablarás con esa persona? ¿Le obligarás a corresponderme? Me imagino que Granger ya debe haberte dicho cuáles son las condiciones del Hanahaki", insistió usando un artículo neutral.
"Morirás."
Draco resopló con burla. "Exactamente, ese es mi punto. Incluso si te dijera de quien me enamoré, igual voy a morir."
"Debe haber algo," rebatió el Salvador con ligera desesperación en su tono frente a la resignación del rubio "quizás si esa persona te conoce mejor."
"¿Qué? ¿Se enamorará de mí de la noche a la mañana?", se rió con tristeza. "Sé que eres tonto, Potter pero no a estos extremos. Esto no es un cuento de amor a primera vista con un final feliz. Me estoy muriendo por un amor no correspondido, de una enfermedad que ni siquiera en una historia para niños termina bien."
Draco intentó irse, el agarre en la manga de su túnica lo detuvo.
"Si da igual, entonces dime el nombre" pidió el Gryffindor.
"¿Y darle leña al fuego de tu complejo de héroe? No lo creo." Draco sonrió con algo de nostalgia amargando su expresión. "Harry," continuó, sorprendiendo a más de uno por usar su nombre de pila "¿alguna vez te has puesto a pensar que yo solo he estado viviendo tiempo prestado?"
El chico de ojos verdes lo soltó, y el príncipe caído no perdió tiempo en escabullirse de la escena con su séquito detrás tan rápido como pudo. Longbottom decidió seguirlos para evitar el interrogatorio del trío de oro tanto como pudiera.
"Eso fue dramático, querido." Comentó Pansy para llenar el ambiente. "Lo llamaste por su nombre." Añadió.
Lo vieron alzarse de hombros de espaldas a ellos mientras caminaban hacia el lago. "No es como si fuera a importar más adelante."
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Neville ha estado empezando a notar que su último año en Hogwarts se está basando en la constante sensación de deja vú. O al menos lo creyó así mientras era arrastrado por el trío más famoso de Gryffindor en dirección a la biblioteca. Madame Prince alzó una ceja al verlo de nuevo, el león rubio estaba seguro de que ella no lo había visto ir tantas veces a ese lugar en todos sus años en el colegio como había estado yendo en los últimos meses.
Fue como revivir una especie de reflejo de la investigación de Pansy, Blaise y Theo. Sorprendentemente, Harry no hizo la temida pregunta que el rubio había estado esperando.
Ron y Hermione, conforme pasaron los días sin encontrar nada sobre el Hanahaki, empezaron a desgastarse tal y como hicieron las serpientes. El Elegido, por el contrario, comenzó a verse cada vez más irritado y frustrado frente al fracaso. No estaba haciendo un muy buen trabajo en ocultar su desesperación.
Longbottom habló con ellos, no dispuesto a dejar que se desgastaran en encontrar una kimera como había hecho Malfoy con sus amigos. Ellos lo escucharon atentamente, no obstante, donde dos de ellos parecieron entender que no había ninguna salida, la terquedad del Niño-que-vivió pareció renovarse, no dispuesto a rendirse.
Los tres leones trataron de convencer al moreno de abandonar el santuario de libros o de mínimo tomar un descanso en los días posteriores, sin éxito alguno.
Ronald y Neville caminaban de regreso a su dormitorio una noche, llevando la cena para Harry. Deteniéndose al percatarse de la silueta de Mione junto a Luna que miraban por la ventana. Ellos siguieron su mirada, sorprendiéndose de encontrar a quien parecía ser Harry a lo lejos junto a la figura delgada que debía ser Draco, parecían estar hablando.
"¿Cómo lo lograste?" el pelirrojo miró con asombro a su novia.
"No fue idea mía" la escucharon murmurar sin despegar su vista de la pareja a lo lejos. "Fue Luna."
La rubia de Ravenclaw los saludó con una sonrisa soñadora para luego volver su mirada al frente. A Neville siempre le había dado la impresión de que Luna nunca veía lo mismo que ellos.
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A cambio de dejar de encerrarse en la biblioteca, Harry empezó a pasar mucho más tiempo con el grupo de Slytherin y, por consiguiente, también Hermione y Ron, aunque este último lo hacía muy a regañadientes. Se unieron a sus descansos frente al lago y a sus reuniones de estudio en la biblioteca. Fue algo fascinante ver a Draco Malfoy y a Hermione Granger discutir apasionadamente sobre un tema en el que no estaban de acuerdo y desconcertante ver sus mentes unirse ante una opinión en común cuya conversación parecía no tener fin.
Pansy y Ronald habían adquirido la misma expresión de horror cuando se dieron cuenta de la terrible idea que había sido juntar a ambos estudiantes ya que ambos estaban demasiado enfrascados en el tema de debate como para ayudarlos en sus tareas. Theo los ignoró por completo haciendo su propio ensayo, en lo que Harry veía su pergamino con el ceño fruncido.
"Neville, pon atención" amonestó el italiano a su lado explicándole sobre la mecánica de una de las pociones que Slughorn había enviado a investigar.
"Eh, sí. Lo siento."
Hacían un grupo extraño de cuatro serpientes y cuatro leones. Extraño, no obstante funcional. Sobre todo cuando los rumores sobre la salud del chico de ojos grises empezaron a rondar el castillo.
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Como en todos los chismes que involucran a una persona, estos se hablan a sus espaldas y él o los involucrados tardan en enterarse. Es por ello que cuando Neville se enteró, fue por puro accidente.
Se atrasaba para clases de encantamientos cuando escuchó las risas en la esquina en la que se detuvo para descansar de su carrera, no reconoció las voces sin embargo sí los nombres que eran pronunciados. Escuchó las voces masculinas burlarse de lo pálido y delgado que se veía Malfoy, de que alguien lo había visto vomitar sangre, de las visitas frecuentes a la enfermería y de cómo parecía que el rubio caería muerto en cualquier momento.
Escuchó la felicidad en las voces que afirmaban que el Slytherin merecía una muerte lenta y dolorosa. Teorizando quien podría ser el genio que le había lanzado aquella maldición y el cómo Harry podía ser tan bueno al acompañar a un moribundo.
"O tal vez solo permanece cerca para ver los resultados de su propio hechizo" soltó con cizaña una de las voces antes de reírse. "De todos modos, ¿cuánto crees que resista Malfoy antes de morir?"
"No lo sé, solo espero que no nos arruine la graduación."
Neville hizo una mueca de desagrado antes de seguir su camino a clase.
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Teniendo en cuenta la clase de rumores que circulaban, a Longbottom no le asombró nada cuando encontró a Harry y a Ronald con moretones siendo atendidos por Poppy, Mione regañandolos por ceder ante sus impulsos con tanta facilidad.
"¿Los leones siendo impulsivos? ¡Inaudito!" se burló Pansy anunciando su entrada. Draco se recargaba en el costado de Blaise con agotamiento quien lo guió hacia una camilla desocupada. Harry parecía molesto por su llegada, aunque su expresión se suavizó al ver que Nott ayudaba a colocar al rubio debajo de las mantas.
"¿Qué le pasó?"
"No te retuerzas las bragas, Potter. Le toca su revisión médica reglamentaria." Informó el italiano a quien Harry fulminó con la mirada.
Al amante de las plantas le daba la sensación de que ese par nunca se llevaría bien.
"Eso y Draco estaba muy cansado antes de venir aquí", explicó el león rubio, revelando la verdadera fuente de preocupación del trío de serpientes.
Poppy pareció inquietarse ante ese nuevo avance en la enfermedad desconocida de su paciente. Se acercó y retiró el glamour para poder hacer su evaluación.
Los jadeos de Weasley y Granger le recordaron a Neville que ellos no habían visto al joven sin el glamour. Potter parecía más preocupado que asombrado, lo que le pareció un poco extraño.
Draco abrió los ojos siendo recibido por la mirada sombría de Madame Pomfrey quien lanzaba distintos hechizos de diagnóstico. "¿Qué tan malo es?"
"Tu cuerpo se está apagando, pronto no tendrás fuerzas ni siquiera para caminar."
Fue un silencio largo de asimilación.
"¿Cuánto?"
"Una semana, dos como máximo. Después tendrás que quedarte aquí."
Malfoy asintió, antes de cerrar los ojos y caer dormido. Dejando un caos detrás de sí.
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Poppy tuvo razón, pasaron diez días hasta que el rubio se desplomó en clase de Pociones y se convirtió en un paciente permanente de enfermería.
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En ocasiones, Neville solía fingir. Cuando visitaba a sus padres, a veces, fingía que ellos habían tenido un accidente y solo se estaban recuperando. Cuando visitaba a Draco, a veces, solía fingir que su ex-abusador solo había tenido un accidente de Quidditch y pronto estaría aterrorizando los pasillos de nuevo.
Esa ilusión se rompía cuando veía a las serpientes recibirlo con agrado en su grupo o al ver a alguno del trío dorado hablando con Draco como si fueran viejos amigos. Hasta ahora el punto ganador en extrañezas se lo llevaba Ronald. Puede que la rivalidad entre Draco y Harry fuera famosa, pero la disputa entre los Weasley y los Malfoy era mucho más antigua y conocida que eso.
Entonces verlos a ambos tranquilos y concentrados en un tablero de ajedrez, no era algo de todos los días.
Mione permaneció cerca, leyendo una novela ligera. El león rubio se sentó a su lado sin perder el espectáculo de vista. "¿Mione?" llamó en un susurro, tratando de pasar desapercibido. "¿De qué me perdí?"
"Nott se cansó de escucharlos pelear por cualquier cosa y los retó a un juego de ajedrez para demostrar quien es el mejor."
Neville suspiró con alivio contenido cuando el juego terminó en empate.
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Pasa casi una semana desde su ingreso definitivo a la enfermería antes de que Malfoy finalmente ceda y deje que llamen a su madre. Esto, más que alegrar a sus amigos de la infancia, sólo los preocupó más.
La directora se esforzó por conseguir un permiso para que la mujer pudiera salir de su arresto domiciliario por unas horas, aún así, su solicitud tardó cinco días en hacerse efectiva. Draco se aseguró de colocarse un glamour el día en que se suponía que recibiría la visita.
McGonagall llegó cerca del mediodía con la mujer detrás suyo, los dos Malfoy parecieron comunicarse con los ojos al verse y el rubio de ojos grises les pidió abandonar la sala a él y a Blaise, los únicos que podían acompañarlo al ser su hora libre. La directora los acompañó a la salida y cerró la puerta con tristeza marcando su expresión.
Horas después, acompañó al trío de serpientes para llevar comida al rubio y a su madre en lugar de los elfos, para tener un pretexto al llegar. Poppy alzó una ceja ante su atrevimiento y negando suavemente con la cabeza, los dejó pasar.
"Niños", resopló con cariño.
Theodore se movió en silencio dejando la bandeja, una sonrisa tranquila se dejó ver en su rostro ante la vista de la madre y el hijo dormidos, envueltos en un abrazo. El Gryffindor se dió cuenta de la falta del glamour en Draco y se alegró por él.
Pomfrey despertó suavemente a Narcissa cuando estaba cerca de la hora permitida que le había dado el Ministerio. La rubia se levantó y se alejó en un movimiento fluido que no despertó a su hijo, como si lo hubiera hecho muchas veces antes.
Ella acarició los cabellos dorados del adolescente antes de darle un beso en la frente y susurrar algo que ellos no pudieron escuchar. Narcissa les dijo una sola cosa a los cuatro antes de irse junto a Minerva.
"Gracias."
Si alguien notó los ojos rojos por el llanto en el rostro de la consorte Malfoy, ninguno lo dijo.
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Todo terminó un día sin mucho aviso, sin campanas o fanfarria alguna. Neville había decidido llevar su tarea de Pociones para pedirle al rubio su ayuda con algunas fórmulas cuando vió a Harry salir a paso rápido y fuerte del departamento médico. Sus puños cerrados alrededor de algo blanco que no alcanzó a identificar.
Al entrar ve a Draco contemplando con expresión triste los lirios blancos en su regazo, ni uno solo de los pétalos o de las sábanas estaban manchadas por sangre. Algo pesado se instaló en el pecho de Longbottom, una sensación de mal augurio que no podía discernir del todo.
"Nunca dijiste nada de los lirios blancos." Comentó sentándose al pie de la camilla y tomando una de las flores sabiendo que no eran un riesgo para su salud.
"Nunca los había visto hasta ahora." Explicó dando vuelta a una de las flores casi con delicadeza mientras las examinaba. "Son bonitas."
Algo estaba mal en la expresión tranquila del Slytherin, algo en su tono relajado era simplemente incorrecto. Malfoy se estiró y rebuscó entre los libros en la mesa junto a él. Le pasó un cuaderno sin título alguno en la portada para después recostarse nuevamente, algunos de los lirios cayeron por el cambio de posición.
"Dáselo a Pansy, por favor. Ella sabrá qué hacer con él."
"¿Draco?" interrogó, confundido por sus acciones.
"Eres un tonto bienechor, Longbottom." Le dijo sin rudeza o condescendencia en su voz, fue casi un susurro, un secreto. "Te has atrapado con las serpientes tú mismo, ahora nunca podrás deshacerte de ellas, en especial de Pansy. Theo y Blaise no podrán mantenerla a raya para siempre." Se rió de sus divagaciones. "¿Cuídalos, quieres? No son Gryffindors pero pueden llegar a ser igual de idiotas a veces."
Neville no supo cómo responder.
"Granger y la Comadreja van a estar ocupados con Potter, conociendo al tonto se va a culpar. Tú y ella hicieron bien en no decirle." Suspiró con evidente cansancio. "Mi varita..."
"Se la daré a tu madre." Terminó por él.
"Gracias por ser un tonto de los buenos, Longbottom."
Neville hizo una mueca que había pretendido ser algo parecido a una sonrisa.
"Descansa, Draco. Yo me encargo del resto."
Vió los ojos grises cerrarse y pocos segundos después los movimientos de su pecho se detuvieron. Uno de los hechizos de Madame Pomfrey debió alertarla porque la mujer llegó corriendo y apartándolo e iniciando el protocolo de resucitación. Él no despegó su vista hasta que la vió detenerse en sus esfuerzos con lágrimas en los ojos al perder a uno de los tantos niños que vió crecer. Poppy pareció darse cuenta de que todavía seguía ahí y se acercó para abrazarlo.
Neville ni siquiera se había dado cuenta de que él mismo estaba llorando.
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Los instantes después de que envió el patronus con la noticia para el trío de plata fueron un caos. Curiosamente, el primero en llegar fue Harry, quien se quedó estático en la entrada y con la mirada fija en el cuerpo bajo la sábana que custodiaba Madame Pomfrey hasta que la directora apareciera. El rubio se preguntó en el fondo de su mente el cómo su amigo se había enterado.
Nott empujó a Potter de la entrada pocos minutos después, seguido de Zabini y Parkinson. El italiano se puso mortalmente pálido y el castaño jadeó, tapando su boca para evitar dejar escapar un grito. La pelinegra fue la única que se acercó y agarró fuertemente el borde de la camilla, dejando salir un sonido herido.
La joven posó su mano sobre la sábana, sin embargo no hizo movimiento alguno para retirarla y ver lo que ocultaba. Los dos amigos que le quedaban se posaron a su lado y ella se echó a llorar sin soltar su agarre en la tela.
Neville empujó suavemente a Harry fuera de la enfermería. Incluso McGonagall le lanzó una mirada fugaz de preocupación al ver su expresión en blanco.
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Él le entregó el cuaderno a Pansy el día del funeral y la varita a la madre destrozada, eran tan pocos los asistentes que ninguno de los sangre pura vió la necesidad de ocultar su dolor. Narcissa lo prefirió así, no quería escuchar murmullos a sus espaldas mientras enterraba a su hijo.
Ronald y Hermione presentaron sus respetos por protocolo, presentándose principalmente por Harry quien había estado inquietantemente tranquilo durante todo eso. Minerva se acercó a la afligida madre y se la llevó dentro de la mansión.
Poppy se acercó a él con sus túnicas oscuras.
"La directora me pidió que los lleve a los cuatro de regreso al castillo. Es muy tarde y deberían descansar, ha sido un largo día." Dijo llevándolo hacia sus compañeros de casa que esperaban en la chimenea de la mansión.
"Los demás..."
"Se quedarán," respondió "pidieron permiso para no dejar a Narcissa sola esta noche."
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El llanto fue lo que los despertó a él y a Ron en la madrugada, vió al pelirrojo saltar de la litera para correr al baño y lo siguió. Sus ojos se abrieron con horror ante la escena.
Había sangre y lirios blancos tanto en el lavabo como en el piso. Ronald estaba arrodillado junto a su mejor amigo tratando de calmarlo. Longbottom no pudo evitar hacer la comparación, si Draco había tenido casi ocho meses para vivir a partir de que comenzó el Hanahaki, ¿cuántos le quedaban a Harry? ¿cuándo empezó?
"Harry, escúchame. Tienes que decirnos quién es", insistió Ron.
El rubio presentía que Weasley ya sabía la respuesta tanto como él, aunque no era posible. Nadie podía alcanzar un nivel tan profundo de amor, un dolor del corazón tan hondo que necesita expresarse físicamente, en unos cuantos meses.
El Gryffindor experto en herbolaria estaba empezando a rezar por no haberse equivocado.
"No lo sé", la respuesta del chico de ojos verdes parecía tan confundida y sincera que no pudieron no creerle.
Un último deja vú asaltó a Longbottom, su mente viendo la flor blanca y traduciendo el significado que por limitaciones de la situación era más que claro. En Draco eran muestra de "amor puro y sincero". Sin embargo, los lirios blancos tenían otro mensaje oculto.
Duelo por un amor perdido.
Tenía que ir por Hermione.
Hanahaki es uno de mis tópicos favoritos, y dentro de todos mis amados fandom, me parece uno de los más aptos para que suceda, en mi opinión. Me gusta dar coherencia a las cosas que narro, temas como este los manejo en mundos donde existe magia y otras cosas. Aquí la magia es parte esencial de los personajes, lo considero casi como el sistema inmune, que puede sufrir alteraciones y mutaciones, por eso elegí este fandom.
Sobre el manejo de Neville, es la primera vez que lo hago y en verdad iba a ser desde el punto de vista de Draco o de Harry, no pude decidirme y decidí que sería interesante hacerlo desde el punto de vista de un tercero. Esta versión narrada desde la perspectiva de Neville fluyó mejor para mí, especialmente al explicar acerca de la cultura mágica desde un punto de vista de alguien que es un sangre pura y heredero de un hogar ancestral, sin llegar a los extremos de los mortífagos y familias aliadas a ellos. En realidad creo que este tema es más complicado de lo que acabo de mostrar en el fanfic y que lo que se muestra a nosotros como blanco y negro en el canon.
Acerca de una secuela, por el momento se quedará como un oneshot y si hay el recibimiento adecuado puede que publique la perspectiva de Harry y también le de una continuación a esto. No sé, solo el tiempo dirá.
Espero abordarlo adecuadamente en mi otro fanfic yque este fic haya sido de su agrado dado que el romance no es mi fuerte pero me estoy esforzando por mejorar eso.
Y sí, sé que tengo otras historias que actualizar pero, meh, detalles.
Con amor,
Miko Eiko
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