Ulises 

Dejé de recibir cartas de Gisela, mi amiga dijo que fue a casa de mi padre a pedir dinero por las apuestas de su hermano y no regresó. Un día después recibí una de mi padre hablando sobre mi esposa y de una supuesta infidelidad. Lo primero que pensé fue en ese maldito rubio, seguro le puso una trampa, no creo que Gisela lo hiciera con alguien más, no es posible, no creo en eso. Decidí regresar, escapé del campamento, si me atrapaban me mantendrían más vigilado, pero yo necesitaba estar en casa, para atender mi asunto familiar. 

—¿Dónde está mi esposa? —fue lo que le pregunté a mi padre al entrar en su estudio.

—No sé, escapó y no la encontramos. Lo cuál me alegra, no me hacía feliz la idea de que lastimaran a una embarazada, aunque lo merece por humillar a la familia. 

—¿Por qué dices que me fue infiel?, ¿cuales son las pruebas?

—Su vientre hablaba por si solo, las fechas indicaban que se embarazó durante tu ausencia.

—Es tu oportunidad, ¿verdad?, quieres que ese niño ocupe mi lugar, lo sé, has enviado a matarme tantas veces, pero siempre fracasan. ¿Por qué?

—Me siento culpable por haber disparado, es la forma en que estaría en paz. 

No dije más, si Gisela tiene un bebé en su interior, entonces corresponde con la primera vez que lo intentamos. 

Salí de ahí, quiero ver la cara de ese rubio, seguro puedo sacarle información a golpes si lo quiere. Corrí por los arcos hasta esa casa. 

Es de noche, toco y al no abrirme tiro la puerta. 

—Que agresivo —me dijo sentado cerca a su chimenea sin prestarme atención. 

—¿Dónde está mi esposa?

—No sé o tal vez sí, pero ¿para qué la quieres?, te ha sido infiel, cargando con la semilla de otro hombre para alejarse de ti.

—Quiero que hables —estrello su florero contra el suelo para que me mire. 

—¿De verdad la quieres?, ¿aunque lleva el hijo de alguien más? —me inspecciona—, ¿cuál es la diferencia de esta mujer con mi hermana?

Decirle que confío en Gisela podría ser contraproducente, sus ojos se ven con malicia, sabe donde está, es probable que alguien esté cerca esperando alguna señal. 

—Tú hermana no me quería, por eso fue tras mi padre cuando pensó que no regresaría. 

—¿Y tu esposa? fue obligada a casarse contigo, no hay diferencia —saca una pistola y apunta en mi dirección. 

—¿Qué dirás?

—El duque Ulises se suicidó al enterarse de la infidelidad de su esposa.

Bueno, si esto hará que esté él en paz y mi esposa esté tranquila ... que valga la pena mi muerte. 

—Suficiente tío —el niño entra detrás de mí.

—Hijo, ¿qué escuchaste?

—Todo —se acerca a él—. Dijiste que mi padre era Ulises, creí que era este hombre, pero resulta que el abuelito amable es mi verdadero progenitor. Me has estado mintiendo, he crecido con resentimiento, preguntándome la razón por la cual no debía acercarme a él cuando somos tan parecidos, ahora lo entiendo y es gracioso porque no veo maldad en sus ojos, no veo lo que hay en los tuyos. Acéptalo, nosotros somos los que no deberíamos estar aquí.

—Vamos pequeño, tu verdadero padre te apoya.

—Lo sé y muchos igual —me mira—. Hay dos opciones.

—Entiendo, menciónalas. 

—Desaparece y no vuelvas o muere ahora.

—¿Cómo explicarán mi desaparición?

—Muerte en combate, lo más común. Dado que tu esposa te engañó no recibirá la herencia, no la buscarán y no descubrirán nada más —me guiña el ojo. 

—Bien, di eso, solo quiero estar con mi esposa. 

—Me alegra, se ve que es una chica sincera, espero la cuides y no repitas los errores de nuestro querido padre. Tío, dale la dirección y déjalo ir. 

—Podría regresar en un futuro, reclamar ... 

—No lo hará, tiene cosas más importantes que atender, que cuidar, que proteger. 

Me dieron un papel con los datos. Salí de ahí y tomé un caballo para ir tras mi familia.

Adiós a mis tierras, mi gente, mi casa, ya mi papel aquí terminó, logré levantarlo, fue mi orgullo, pero debo soltarlo para seguir con lo que realmente importa: mi familia. 

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Gisela

Descubrieron mi vientre mientras me bañaba, una mujer entró y gritó. Mi suegro quería llevarme a juicio para que me cortaran un dedo de la mano y los labios. El rubio me sacó a tiempo con la condición de no aparecer de nuevo. Creyó que mi bebé no era del duque y era parte de mi plan para alejarme de mi matrimonio, así que me dio un poco de dinero para que toda mi familia saliera de su territorio. 

Papá al enterarse de todo vendió la casa para pagar las deudas de mi hermano mayor y nos fuimos. Mamá regañó a mi hermano y ya no lo dejaron salir sin mi padre, todo el tiempo lo vigilan, no confiamos en él. 

Ahora trabajamos nuestro huerto en casa, papá pone a mi hermano a cargo de eso, así que termina super cansado y sin ganas de salir de noche, es bueno, así no se mete en problemas.

No sé que sea del duque Ulises, supongo que cuando regrese le dirán que fui infiel y desaparecí, así podrá volverse a casar con alguien más valiente. 

—¡Hermana!, ¡ven! —me toma de la mano y me lleva un poco rápido, tengo ya cinco meses, así que voy con cuidado.

—¿Qué sucede? —llegamos a la sala.

—Hola —el duque Ulises está sentado con mi padre, al verme se levanta y me da un beso en la mejilla, me da un ramo de flores de nubes.

—¿Cómo llegaste aquí?

—He renunciado a esas tierras, mi padre apoya al niño, no tengo porque esforzarme cuando ya tengo personas que de verdad me quieren —pone su mano en mi vientre. 

—¿No dudas de mí?

—Claro que no, cuando me dijiste que me detuviera ya había sido tarde, solo no te lo dije para no asustarte. No creí que tardaría tanto, por eso te escribía, en la última carta sospeché que algo iba mal, pero no podía regresar, después me llegaron malas noticias. 

—Me alegra verte aquí —lo abrazo y él también.   

FIN. 

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¿qué les pareció?

Gracias por tu tiempo :D