Todo por culpa de mi hermano
—Por como se ven las casas parece que el duque ha llevado al territorio a la prosperidad. —dice mi hermano Alfonso sorprendido mientras mira por la ventana.
—Compórtate. —le dice mi padre con dureza.
Mi hermano se dejó seducir por el mundo de las apuestas, las dejó cuando vio su vida en peligro. Papá pagó por su vida, también liquidó las deudas, pero caíamos en la ruina. Para completar, la mayoría de cultivos del territorio fueron consumidos por plagas. Teníamos guardadas algunas cantidades de cosechas, así que se logró alimentar a bastantes familias, si seguimos así habrá más bajas.
—Lo siento. —recupera la postura, mirada al frente y sin decir más.
Mi hermano buscaba como recuperar el dinero, logró vender algunas de sus cosas: espadas, abrigos, sombreros y caballos, pero eso no es suficiente para cubrir todo. Así que buscó otra solución: un matrimonio conveniente para nosotros, ¿pero quién querría a un noble camino a la ruina? Envió cartas, pero ningún padre lo aceptó tras conocerse su mal hábito de apostar. La otra opción era dar a una de las mujeres de la familia, dado que mi hermana tiene 10 años yo soy la más apropiada por tener 20 años. Intentó encontrar a un hombre adecuado y con dinero, respondieron varios hombres mayores que no le convencieron, estaban casi en la misma situación que nosotros. Hasta que un día llegó una carta de un joven duque, conocido por el apoyo que dio en batalla, de reputación famosa entre las mujeres por su apariencia y dinero, por lo mismo se dice que tiene varios hijos no reconocidos y por eso no se ha casado, pues ¿qué padre quiere que su hija esté con un hombre tan libre sexualmente? ... podría estar enfermo y contagiar o que los hijos se tengan que enfrentar a los bastardos, es mejor evitar problemas. Lo malo es que el primero en leer la aceptación fue mi padre.
—Debería evitar esto. —mi padre rompió el silencio.
—¿Por qué?, ¿no es un buen hombre?—preguntó curiosa mi hermanita Inés.
—Lo es, de lo contrario no la dejaríamos ir. —dijo mi mamá con su voz melodiosa que te hace olvidar cualquier problema.
—¡Esto es por tu culpa Alfonso!— le gritó a mi hermano y golpeó su muslo.
—Cariño, basta, despertarás al bebé.
Alonso es el más pequeño de la familia, nació el día que recibimos la noticia de que mi hermano fue capturado por vendedores de esclavos. Mi mamá se preocupó tanto que el parto se adelantó, por lo menos todo salió bien.
Todos nos quedamos callados, no es momento de alterarnos, después de todo ... son de los últimos momentos juntos. Hoy llegaremos a la casa de mi prometido, mañana será la boda y el regreso de mi familia, pues no deben estar fuera, hay cosas que atender.
Me quedé dormida, mi padre me despertó antes de que abrieran la puerta y me viera con la baba escurriendo.
—Bienvenidos. —el rostro del anciano decía lo contrario.
Bajamos y vimos a las personas juzgando con la mirada. Era de esperar, no estamos usando ropa elegante ni nuestro transporte se ve bien, ¿quién querría que su señor se case con alguien casi en ruina?, pero es lo que hay. Así seguimos hasta la puerta.
—María les mostrará su habitación, ya que solo esperábamos a la joven.
—Muchas gracias, sentimos las molestias. —respondió mi madre.
—No lo creo. —nos dio la espalda y se retiró.
La mujer se veía molesta, tras de nosotros azotó la puerta. Papá cada vez mira peor a mi hermano, el recibimiento nos da una pista de mi futuro: no soy importante, seguro el duque solo me usará como coartada. El duque no se presentó a saludar ni nada, tampoco nos dieron algún mensaje.
La noche llegó y no nos llamaron para comer ni nada, lo cual molestó a mi padre, pues mamá lo necesita. Mi hermano se quedó dormido en el sillón, mi madre en la cama con mi hermanito, papá en la alfombra al lado de la cama, mi hermana y yo en otros sillones que juntamos. En sí no podía dormir, escuchaba como pasaban frente a la puerta y de vez en cuando la abrían para espiar.
—¿Segura que son nobles?
—En ruinas, por eso están acostumbrados a dormir en cualquier cosa.
—Además esa chica no es linda, a diferencia de la señorita Darla que tiene un hermoso cabello rubio claro y una sonrisa hermosa.
—Sí, debe estar destrozada, cualquiera diría que sería la señora de la casa, pero no fue.
Hablan varias mujeres desde la puerta. Es obvio que ya tenían en mente a una mujer para el duque, ¿entonces por qué yo? Tarde o temprano lo sabré. Lo mejor es dormir, en sí no espero nada de amor en este trato.
—Buenos días. —la puerta se abrió de par en par y una voz muy enérgica nos despertó—Disculpen, no sabía que seguían durmiendo ni que eran tantos, creí que ya se estaban preparando. —me costó un poco enfocar, pero por el cuadro que nos enviaron pude entender que era el duque. Su cabello es café chocolate, hacen juego con sus ojos.
—Buenos días duque. —dijo mi padre levantándose rápido del piso.
—Supongo que todos quisieron quedarse con su hija y por eso no se fueron a sus respectivos cuartos. —dijo y todos nos quedamos viendo al anciano a su lado.
—Yo insistí, les dije que nos habíamos esforzado por poner las otras habitaciones pero no quisieron. — dijo con reproche.
—Ja. — mi hermano se estiró — Y no hemos comido nada desde que llegamos porque no queremos molestar. —sonrío con la naturalidad de mi madre y siguió mirando al anciano.
—Ya veo. — el duque miró al anciano — Desayunaré con ellos, así que traigan aquí la comida. —le dijo de forma amable.
—Si señor. —nos vio con odio.
—Lo siento, ayer fue un día muy ocupado y no pude recibirlos.
—El mensaje fue recibido de otra forma duque. —mi padre respondió tratando de esconder su furia.
—No era mi intención. — la voz alegre se volvió seria.
—Lo siento, por las mañanas estamos a la defensiva. —intervino mi madre — Como padre le preocupa el futuro de nuestra hija y como notó estamos empezando mal. —creí que trataría de ignorar el tema pero no, apoyó a mi padre.
—Aquí está señor. —entró el anciano junto a otras mujeres con la comida y las pusieron en mesas pequeñas que pusieron otros jóvenes.
—Gracias.— les dijo y salieron— Bueno, coman y prepárense. Tengo asuntos pendientes que atender. —salió por la ventana y nos quedamos sorprendidos.
—Sabe muy rico. —dijo mi hermanita que en cuanto vio la comida se sentó, ignorando el ambiente tenso.
Empezamos a comer, yo poco para que entre en el vestido.
Mi madre me ayudó a vestir, corrió a las mujeres al notar como hablaban mal de mí, es verdad que no soy una gran belleza, mi cabello no es rubio claro y mis ojos son azules pero nada fuera de lo común en estos lugares.
—Listo. —me giró al espejo.
No estoy sonriendo, en si no soñaba casarme por amor ni nada por el estilo, eso solo puedo leerlo en las novelas. Tal vez debería estar agradecida, no es un hombre viejo que morirá pronto ... creo que era mejor eso, así viviría por poco tiempo, no que el duque se ve sano y tendré que soportar las infidelidades.
—Es hora. —María entro y me vio con desaprobación.
Mi madre me dio una palmada en la espalda para que sonriera y puso en mis manos un ramo de flores de nube.
No hubo invitados, lo que indica que quiere pasar esto desapercibido. Está bien, mejor para mí, así no debo fingir tanto tiempo.
—¡Qué!—mi padre gritó llamando la atención de los presentes —¿Es verdad?
—Aquí vamos. —el duque seguía manteniendo una sonrisa en la cara—¿A qué quiere que responda?
—Una de sus amantes se suicidó en el cuarto en que nos quedamos?—mi padre tenía el rostro rojo de furia.
—Así es.
Mi familia se quedó helada, el mensaje es claro: no me importan.
—De ser así entonces es mejor cancelar esta boda.
—Por mí no hay problema. Regrésenme el dinero que me solicitaron.
—¿Qué dinero?, eso hoy no lo iba a dar después de la boda.
—Recibí una carta hace unos días solicitándolo por anticipado. —seguía tranquilo.
La mirada fue directo a mi hermano y tras de eso una cachetada.
—Dime que no lo gastaste.
—Lo siento, creí que podría recuperarlo.
—¡Pero que sucede contigo!
—Discúlpenme, ¿entonces continuamos?—el duque quería reírse al igual que los demás presentes.
—No hay opción. —dijo mi padre con pesar.
Después de la comida mi familia se fue. Mi hermano estaba con la vista en el piso, mi hermanita no parecía entender que pasaba, hasta abrazó al duque y le dijo que me cuidara mucho, él le dijo que sí. Mis padres me abrazaron y me dieron un beso en la cabeza.
Me quedé en el camino hasta que perdí de vista el carruaje.
—¿Vas a seguir ahí?—el duque me asustó
—No, ya iba a entrar.
Lo seguí, el vestido pesa y cuesta seguirle el paso.
—Está será tu recamara. —abrió una puerta, era más pequeña que la otra pero me sentí bien, no me gusta estar sola en espacios grandes.
—Gracias.
—Prepararon una tina con agua, báñate y duerme.
—Sí.
Con mucho trabajo logre quitarme todas las torturas y entré al agua. Cerré los ojos para relajarme, escuché que abrieron, supongo que una de las mujeres vino a verme para burlarse de mí. No dijo nada y no quiero verla, esas caras de asco me molestan, pero debo mantenerme amable sin importar nada. No debo causar problemas.
El agua ya está fría, así que estiro mi mano para ponerme la bata.
—Creí que te quedarías ahí.
—Pero ¿qué?—estaba el duque frente a mí.
—Ayer tuve un contratiempo y no pude recibirlos y todos aquí aprovecharon para hacerlos sentir mal y darles esa habitación, más todavía creyeron que frenarían la boda si les revelaban ese detalle. —me enredó en la toalla—En realidad no me quieren aquí, me odian por lo mismo de la chica muerta.—lo dice como si fuera una exageración— Me puse a pensar y lo mejor es que seamos un equipo. —notó que no le entiendo—Piénsalo, ambos somos odiados pero si nos apoyamos podemos sacar provecho. Yo conservar mis tierras y que dejen de hablar mal de tu familia.
—Mi hermano ...
—Podría traerlo aquí para vigilarlo y evitar más tonterías.
—¿Qué quieres a cambio?
—Bueno ...—me mira de forma extraña—Consumar nuestro matrimonio, necesito un heredero.
—No lo veo necesario. Puedes reconocer alguno de tus hijos y lo aceptaré.
—Jajaja, veo que los rumores corrieron muy rápido, con razón ningún noble aceptaba mi propuesta de matrimonio. —deja de reír—Son mentiras para arruinar mi reputación.
—No creo, ¿qué hay de la muerta?
—Yo ni estaba aquí cuando ocurrió.—se molestó—¿Entonces?
—No me siento dispuesta.
—Entiendo, no sientes nada por mí, trabajaré en ello, pero ten la seguridad de que nos están espiando, si no lo hacemos te trataran peor.
—Podré soportarlo. —no llegué creyendo que me tratarían bien, que importa lo que piensen.
—Aunque sea dormir en el mismo cuarto. —levanta las manos en rendición.
—Pido el sillón.
—Tienen llaves, pueden entrar en cualquier momento. Vernos en la misma cama los hará ver que nos apoyamos.
—Bien, solo me pondré ropa.—camino al cuarto y veo mi camisón sobre la cama, es transparente. Volteo y noto que está mirándome—Date la vuelta.
—Vamos, te vi en el agua.—sigo mirándolo—Bien, yo también debo cambiarme.
Me meto a la cama mirando hacia la ventana. Sentí cuando se acostó a un lado, mantuvo su distancia.
—Buenas noches Gisela.
—Descanse duque.
—¿Qué?, ¿no me llamarás por mi nombre?—no respondo—Supongo que debo ganármelo.
Me alegra que no me forzara a decir su nombre, la verdad ni presté atención en la ceremonia ni en las conversaciones de mi padre, es decir ... no sé su nombre.
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Próximamente.
será muy corta :)
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