Con la mentalidad predispuesta a soportar estar entre tanta gente en la entrada para pedir informes de dónde se encuentran, haciendo respiraciones para calmar la ansiedad, contado con la mente, repitiendo una y otra vez. Las recepciones así no me agradan, demasiada gente, pero debemos esperar a que nos den acceso al jardín de visitas donde hay un gran espacio y cafetería. No sé cómo pero me perdí en los pensamientos cuando de repente.

- Dano ya nos hablaron - me da un leve empujón en el hombro - vamos que ya también quiero salir de aquí.

- Perdón - me rasqué los párpados - estaba perdido.

Caminamos detrás de una de las que trabajan allí de asistente hasta llegar al jardín y allí estaba el par en sillas de ruedas.

- Aguanta la risa - dice Quilla con un golpe duro en mi espalda porque vió como tenía el rostro - si te ries te voy a dar uno más fuerte pero en el estómago.

- Ok ok me calmo, pero mira las caras de pendejos que tienen.

- Si las ví y luego voltee a verte por eso te lo dije.

- Señorita, señor, aquí los dejo - nos dijo la asistente - si necesitan algo estamos en la recepción.

- Muchas gracias señorita, es muy amable - le agradece Quilla y solo solo asentí.

- Ya se fue, dejen de poner esas caras de pendejos par de imbéciles - ladré - tenemos cosas que hacer.

- No jodas Daniel - responde el menos tarado del par, su nombre Rodney Village, un hombre de físico torneado, no se como lo mantiene si no hay gym aquí pero bien por él, corte militar estatura promedio de un metro ochenta y extremadamente peligroso si le das acceso a internet con su computadora.

- Si Daniel, salida bien y danos amor - responde muy coqueto segun él, del par es el mas hijo de puta pero con sus amigos solo bromea, su nombre Octavio Rulo, un hombre de cuerpo regordete, alto, cabello semi ondulado, barba muy bien cuidada y recortada, sin bigote, bonachón con sus amigos y gran habilidad con herramientas y maquinas de tecnología actual.

- ¿Cómo están muchachos? Los extrañé mucho - la única que mostraba ser civilizada de los 4 amigos - Vamos a hacer un viaje largo pero necesito saber antes si pueden o quieren ayudarme.

- ¡Obvio que vamos! - dijeron en unisono el par.

- ¡¿Pero qué?! - pregunté sorprendido por lo rápido que accedieron estos 2.

- Esperamos por ustedes, ví hace una semana tu correo personal y leí el mensaje te dejó Quilla - dijo quitado de la pena Rodney.

- Hijo de puta - solté carcajeando - entonces imagino que ya tienes las salida de ambos lista y solo querían joderme.

- Exactamente Daniel - dijo Octavio - Sabemos lo mal que la pasas entre tanta gente extraña así que en vez de salir de aquí hace cinco días y tocar tu puerta allá en Marte.

- Ok ok ok - suelto un suspiro de frustración - vámonos antes que los envié pero al hospital por sus facturas múltiples cuando se caigan por las escaleras accidentalmente.

- ¡Uy! ¿Don sensible no vino? - dijo jodiendo Rodney - vayan a fuera del edificio, solo vamos por las maletas para partir de ésta roca.

- Por cierto si revisaron mi correo también lo hicieron con Quilla, así no los pongo al día de lo que haremos - dije en retórica.

- No, en el de ella no entramos porque si le tenemos respeto y sobretodo miedo - dijo entre risas Octavio - Aparte que ella si tiene bastante seguridad en su computadora y nos dimos por vencidos en el día 2 y preferimos esperar a que nos dijeras tu en el camino qué vamos a hacer juntos.

- Por cierto Daniel pregunta en recepción donde puedes recoger un paquete grande y pesado - dijo Rodney - en la nave Octavio te ayudará.

- ¿Paquete pesado? ¿Octavio te va a ayudar? - Quilla estaba con curiosidad - ¿No hay algo para mí?

- Lo siento Quilla, el es quien necesita cosas pero sino lo compra por el mismo se queda solo mirando - le responde Octavio - Daniel es de los que cuando tienen un extra en vez de pensar en él busca a quien ayudar.

- Tienen razón - dijo mientras me miraba de reojo - él es así y creo que ni el mismo lo nota, bueno Daniel vamos por eso. Mientras lo pides voy por el transportador de cajas al vehículo y te espero en la entrada del edificio, ustedes dos no se tarden mucho que ya quiero salir de éste hospital.

- A la orden Quilla - dijo Octavio.

- En treinta minutos estamos afuera - responde Rodney.

Una vez que acomodé en la parrilla del vehículo la caja enorme, que no pesaba mucho pero si tenía curiosidad de que era, solo esperamos unos minutos para que llegaran el par de locos.

- Bueno Daniel - Rodney inicia la charla normal ya afuera de la clínica - Tu pierna y brazo se repara fácil.