Que nadie más lo haga
El aroma a putrefacción inundó mi nariz, apenas iba a decirle a Mia que había encontrado el detonante estaba solo. Ruinas de una ciudad, ya no era mi recuerdo sino el del planeta, quise despertar porque cuando pasa que un lugar tiene recuerdo de lo sucedido se pone más feo que el colectivo de las personas que vivieron allí porque se dispersan o solo queda una que otra atormentada. Pero si el lugar fue el dañado todo cambia y si es el planeta o en éste caso una Luna que para el tamaño que tiene no importa que sea. Tendré que mantenerme vivo, pase lo que pase tengo que salir y avisar para que no entren y Ami los mantenga alejados, fue bueno que me hiciera entrar casi enseguida del primer contacto. Odio, odio, odio realmente ésto, jodidamente lo odio pero quedarían en estado de coma por quien cuánto tiempo el resto de los muchachos. No quiero que entre Ami porque si se pierde no habrá quien la saque, de menos ella puede sacarme si ve que mi vitalidad se desvanece al notar el color en mi piel. Comienzo a caminar con un poco de dudas y demaciado temor, trato de visualizar todo y grabarme los detalles del sitio. Es algo extraño, hay solo rocas y un líquido que no parece ser agua sino algo muy diferente, ésta vez el mismo ente me cubre de la naturaleza, no quiere dañarme. Se siente como una capa que cubre el cuerpo. Calida, pero puedo sentir las texturas de las cosas que toco con las manos. Se siente menos gravedad que la que sentimos al descender a la superficie. Lanzo una roca y vuela demasiado lejos, algo cambió desde ese día al actual. Continúo mi andar, destellos en el cielo, fuego, rocas enormes, caen en todas partes. Aunque el ente me proteje el miedo me invade y tengo la urgencia de correr pero cuando quiero hacerlo pierdo totalmente el movimiento, quedo inerte, quiere que siga mi avance.
Veo que el cielo se abre y las nubes ceden al cielo nocturno y noto algo inquietante, había algo similar a un asteroide enorme, parecido en tamaño a una de las dos que orbitan Marte, volteo a mi alrededor y la ciudad estaba brillante, las personas que habitaban, algo muy extrañas para mi, no parecían nada de lo que conocía, no ave, no mamíferos, ni reptil, no había cabello, pequeños, del tamaño de un niño de diez años que su estatura llega a los un metro y fracción, tecnología que no puedo concebir, ni siquiera se ha imaginado como hacerla la humanidad. Continúo el camino que quiere que siga, hay flora muy diferente a la que vimos al llegar. Solo una flor era muy diferente a todas y esa no la ví en dónde hemos estado, noté algo más en el cielo, la vista del planeta gigante es como si estuviéramos en el centro del planeta, cambió la inclinación. Aquí era el que conocemos como ecuador, y ahora estamos casi en el Polo norte, no casi, si falta mucho pero pues entienden.
Ahora es otra época, estaba inerte el planeta, rocoso, monocromático, naves bajan del cielo. El ente acelera el movimiento, hay una máquina gigantesca, parecida a la que usamos para Terraformar, pero ésta se ve más compleja. Tiene detalles como escritura o figuras, lo más cercano que puedo llegar a decir que es parecido pero ni de broma, es lo Maya. Repito, ni de broma se acerca solo se me hizo algo para que entiendan lo que trato de explicar. Vuelve a acelerar el tiempo, se ve verde, colores de flores y esa flor que abundaba en la segunda visión al centro, de allí se levantan edificios. Sigue adelantando, guerras, esa flor seguía y parece que me da visiones de laboratorios donde la están transformando en algo. Acelera de nuevo, cada que lo hace siento ganas de vomitar por todo lo que veo de golpe ya que no solo acelera lo que pasa sino que a esa velocidad mete información a mi cabeza. Es como hacer el viaje de agujero de gusano, entrar y salir, entrar y salir, una y otra vez sin descanso. Estoy en el laboratorio pero miles de años después, la flor y muchos frascos con la imágen de la flor, parpadeo, estoy en un hospital o algo así, inyectan ese liquido a alguien que parece moribundo y enseguida se sienta por si mismo. Otra vez acelera, demonios estoy por reventar, una guerra más pero ésta es peor, destruyen lo que orbitaba ésta luna, éste ente me puso enviar al inicio de todo y por último mostrarme la destrucción, acelera, ahora una pequeña máquina se enciende...
- Dano vuelve, por favor, Dano - ¿La voz de Quilla?
- Despierta Daniel por favor - ahora es la voz de Ami, espera, ¿No estaba en posición de Inmersión?
- Dano por favor despierta - Otra vez la voz de Quilla pero llorando.
El ente vuelve a acelerar pero pasan unos cientos de años y es cuando todo vuelve a verse verde. Acelera de nuevo, miles de años hasta que llega el primer contacto nuestro a éste lugar. Diez, nueve, ocho, despierta Daniel, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos... Un golpe en la nariz me saca del trance.
- Pero que necesidad ya estaba despertando Mia - dije tomando mi nariz tocando para ver sino sangraba.
- Despertó, despertó - Grita Nana.
- Espera, ¿Nana?, pero si estaba con Mia y... Estamos en el cuarto médico de la nave y no afuera - estaba confundido completamente.
- Dano, nos tenías preocupado - Quilla brinca casi desde la entrada hasta la cama para abrazarme contenta por algo.
- Pero si solo estuve unas horas en ese sitio - dije pensando en el como llegaron tan rápido.
- Lo siento Daniel, te perdí completamente y no fueron horas - veo a Mia con los ojos oscurecidos por falta de sueño y llanto.
- Entonces ¿Cuánto tiempo me fui? - pregunté y al tocar mi barbilla sentí bello facial algo largo.
- Casi dos meses - respondió Rodney - Llegamos y estaban tu Mia en la posición de Inmersión, ella estaba al punto de inanición, tu estabas casi azul. Llegamos al tercer día que llegó el mensaje qué encontraron un Lado Oscuro.
- ¿Casi dos meses? Carajo - estaba atónito - díganme que nadie ha entrado, que nadie más lo haga...
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