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La sonrisa que me desarma

Hablamos gran parte de la noche y el resto dormimos en turnos para vigilar, aunque los sensores no mostraban animales de gran tamaño, pero igual si pasaba algo inesperado estaba alguien alerta. En mis turnos recordaba algo que le dije a Quilla pero no tuve respuesta, quería saberlo, dijo que en su momento lo sabré. En fin divago mucho, Quilla está por despertar y vamos al último tramo del camino a la montaña para ver las flores que vió, las que habían en los prados o partes abiertas entre tanto bosque donde llega luz de la estrella no eran ni parecidas en figura ni color, tal vez no sea la flor en si sino alguna parte de ella lo que es la que la hace especial para la medicina. Un descubrimiento así o mejor dicho un redescubriendo porque seríamos los que traeríamos de vuelta ese conocimiento.

Una vez despierta, solo faltaba recoger las cosas después de comer algo, durante mis turnos iba por agua para tener que beber en el camino de ida y regreso al punto donde acampamos. La caminata fue de unas horas, como íbamos avanzando fuera del bosque por las llanuras y colinas la flora del lugar era mas ligera. Pastizales, flores enormes parecidas a nuestros girasoles pero de un color púrpura y magenta, llegando a zonas rocosas eran arbustos dispersos pero robustos así como espinosos, aún no aparecía esa flor que ví, pero aquellas que parecían girasoles se veían un poco parecida pero en vez de pétalos largos que terminaban en punta eran curvados haciendo como una especie de remolino como si fuera una manera artística de plasmar la Vía Láctea. Iba recordando la figura y colores, los colores de esa flor aún no los tenía tan claros en mi mente. Llegando a las montañas Quilla me señala la entrada de la cueva, paso a paso en mi cabeza se iba dibujando la flor, desde el tallo hasta los pétalos.

- Princesa.

- ¿Qué sucede Dano?

- Recordé como es la flor casi en su totalidad - dije con alegría.

- ¿Puedes describirla?

- Bueno, espero darme a entender es como un girasol pero con esto especial - dije algo cohibido - El tallo como el sépalo es de un color azul de tono oscuro pero llamativo, la corola es un azul claro, como eléctrico y los pétalos blanco con cobalto en forma de espiral.

- ¿Entonces? - dijo Quilla con la mirada rebosando alegría.

- ¿No entendiste?

- Si entendí - se pasa una mano por los ojos para secar una lágrima - La ví y está cerca de aquí, quise tomar una pero solo por su belleza, no creí que iba a ser más especial que eso.

- Entonces vamos por buen camino Princesa - dije sonriendo - ¿Es facil de ver y tomar?

- Ammmmm...

- Demonios - reaccioné a su expresión, su cara como si hubiera hecho una travesura tremenda.

- Perdona Dano, otra cosa por la que no pude tomarla es que crece dentro de la cueva en lo alto en las paredes donde hay huecos en la bóveda por donde entra la luz y el agua de lluvia.

- Va a estar difícil pero no imposible - dije esperando sea cierto lo que afirmé - En dado caso intentamos sino vamos de regreso al punto de extracción para volver con todos.

- Tienes razón - sonríe de forma maliciosa - vas a intentar bajar y espero que haya la hembra y macho no tan alejadas para que las bajes.

- Si esperemos que no estén aleja... Espera ¿Qué?

- Vamos Dano es por aquí donde se encuentran - dijo apurando el paso con una sonrisa en su cara.

- Me lleva, a esa sonrisa sabe que no le puedo decir "NO" - dije para mí pero en voz alta.

Con un hilo grueso resistente y grapas para clavar en las rocas íbamos haciendo una guía para no perdernos ya que en la oscuridad y partes donde es muy estrecha la cueva no hay mucha referencia. En las habitaciones o como les llamen a las áreas enormes dentro de las cuevas donde el techo está muy alto y hay entradas de luz podemos ver un poco más y préstamos atención al mínimo detalle para localizar esa flor, cuando de repente.

- Dano allí - señala con su dedo hacia lo alto.

- Su puta madre - exclamó el principe, digo exclamé porque si está de la chingada por adentro de la cueva, sería extremadamente difícil llegar hasta allá por afuera, ya que aunque contamos con el equipo sería muy peligroso.

- Es que, es que.

- Bueno, encontraste un par, esperemos haya el macho y hembra juntos sino será tardado esto cariño.

- En lo que tú vas viendo como subir allí voy buscando otra.

- Ok voy arriba, solo enciende tu comunicador para no estar gritando.

- Si, tu ve, mucho cuidado.

- Deja me quito el bolso y me coloco el cinturón con las herramientas para escalar - me hinco en una rodilla para acomodar las cosas.

- No quiero que te excedas - se acerca a mi y me da un beso en la mejilla - si ves que no se puede buscamos otra flor.

- Cla, cla, claro Princesa - quedé todo menso por la sorpresa del beso.

En lo que ella trataba de avistar otro ejemplar de la flor y tomaba datos de cuánta luz necesitan, la temperatura, humedad y viendo si hay insectos que polinicen, yo iba con un par de cuerdas largas, una pistola de clavos de aire y muchos ganchos para afirmarme a la pared. Calculando la altura eran más de sesenta metros, teniendo unos ochenta de cuerda estaremos apenas con lo suficiente para eso, dejo nudos especiales en la para en cuanto baje solo jalo la cuerda para que se suelte. En lo que iba hacia arriba Quilla avista otro par, llevándome casi 2 horas por lo torpe que soy, no quería dar un mal agarre y terminar en piso embarrado. Tomé muestra de la tierra donde está prendida a la pared, jalo la raíz con mucho cuidado para ver qué tan adentro está metida y muestra de las paredes para ver que tipo de minerales necesita para crecer. Voy temblando el doble para bajar para que la flor no se caiga de mi espalda y no resbalar, todo, todo, por la sonrisa que me desarma.

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