Estoy trabajando como conserje en un edificio que se encuentra en la zona occidental de una gran ciudad al occidente del planeta Marte, tratando de vivir al día después de que dejé aquel trabajo de recuperación de la Unión Terrana. Aquel incidente dejó marcas físicas como emocionales. Pero las que más duelen son las físicas por el clima. El brazo izquierdo fue apenas salvado y un mal golpe en la columna hizo que perdiera sensibilidad y motriz del lado derecho de la cintura hacia abajo, solo me quedó conseguir lo que pudiera darme un seguro médico gratuito por mi trabajo ya que los tratamientos y medicamentos cuestan más lejos de la Tierra.

Mi día a día va de despertar, echar en la mochila el almuerzo, salir al transporte, trabajo y de vuelta a "casa" a descansar un poco y ver alguna película o serie o ya de menos escuchar música vieja del siglo 20 y 21 porque esa época fue la mejor y no han vuelto bandas o cantantes te hicieran sentir la música. Perdonen estoy divagando... Llevo 15 años sobreviviendo porque vivirlos sería como era antes de aquel día, esperando a no se que pueda llevarme de nuevo al espacio pero sin el dinero para un traje especial que ayude a mi movilidad ya que son el salario de 10 años de mi actual empleo. La tecnología solo es para los que tienen la capacidad económica o militares, mientras tanto uso una chatarra hechiza con basura pero al menos puedo moverme.

Una tarde llegando del trabajo me dió por revisar correos en mi tableta electrónica antes de buscar algo de entretenimiento. Por lo general son correo basura de publicidad, estafas, cobranza, pero uno me llamó la atención ya que tenía el nombre de ella, Quilla T'ikakuna. Me quedé frío ya que había perdido contacto con ella hace muchos años ya que se comprometió y me rompió el corazón. Se había ido hasta Europa aquella luna del planeta Júpiter un lugar al cual a menos que seas de alto poder económico o una persona que hace negocios turbios podría visitar. En esencia turística y vivienda exclusiva con poblados para los trabajadores donde allí llegan los que hacen negocios debajo del agua.

En resumen lo que decía el correo es que necesitaba verme y estará en la ciudad donde vivo por algo importante y necesita de mi ayuda en algo. Revisando la fecha el correo había llegado la semana pasada y tenía que estar en cierto lugar en 2 horas, dejó un número de frecuencia así que...

- Hola Quilla - vaya saludo frío di.

- ¿Dano? - así me llamaba ella - Creí que no querrías verme ya no esperaba me llamaras - dijo en un tono de alivio aunque se le escucha preocupación por algo más.

- Llegaré lo más rápido que pueda, ya hablaremos cuando esté allí - dije en urgencia colocándome la chatarra para poder caminar y ropa limpia - el baño puede esperar.

- ¿Qué cosa? - pregunta desconcertada sin saber de qué hablaba.

- Nada nada, ya voy saliendo.

Corté la llamada, solo me puse un poco de desodorante, medio me di una peinada al cabello y obviamente ropa limpia. Salí como pude lo más rápido hacia donde la tengo que encontrar. Usando transporte público ya que mi vehículo está jodido y la reparación está a la mitad en mi garage. Entre el tren y autobuses el recorrido es lento y la hora del tránsito pesado no ayuda. En mi pecho se siente palpitaciones aceleradas no era por ir apurado, es por ella. Volver a ver esos ojos café claro que a cierta luz de día llegan a verse como si fueran verdes. En todo el camino voy recordando esa sonrisa cuando reía por mis ocurrencias o veía algo hermoso. Trato de calmar mis pensamientos por ella sabiendo que es inalcanzable, que solo soy y seré un amigo pero nunca pude y no podré ya que ese sentimiento es muy fuerte aunque no esté ni sepa de ella.

Así pasaron las 2 horas del trayecto, las 2 horas más largas en muchos años. Entre pensar en ella y que carajos iba decirle al verla me tenía con la ansiedad al máximo. La mente es cruel cuando tienes mucho tiempo para pensar y peor aún cuando es en camino a ver a esa mujer. Ahora en algún lugar de ésta ciudad está esperándome, ¿para qué? No tengo idea pero siempre es algo importante y para mí ella siempre ha sido importante.