Unos días después de haber hablado con Jason y Chris, Quilla y yo pudimos salir a ese lugar, mientras el resto seguía en otras cosas. El campamento estaba más o menos en normalidad, si es que normal nos describe, cada quien con su rareza y manera de ser así como de mostrarse a los demás, si se puede decir normalidad. Una vez que nos dejaron cerca de la zona que Quilla quiere explorar conmigo, dejamos instalado sensor de localizaciones para nuestro regreso porque allí está muy confuso estando dentro de una zona boscosa antes de llegar a las montañas escarpadas. Tan denso que es el bosque que hay poca iluminación natural, hay que ir usando las luces y andar con mucho cuidado. Era caminar díez kilómetros de bosque o bajar de lo alto de las montañas, prefiero lo segundo porque un error allí arriba es fatal, caminando más de ocho kilómetros encontramos un lugar para el campamento. Un área de unos cuarenta metros cuadrados más o menos despejada y plana. Limpiando el suelo de rocas para tener lo más parejo el piso y quede nivelado para la casa de campaña y que allí sea el campamento. Revisando el mapa que trazamos de la zona cuando veníamos en vuelo ésta área se veía cerca de un arroyuelo. En lo que Quilla busca algo de madera para la fogata y tener una fuente de calor para hervir el agua, yo voy por la misma con unas bolsas especiales resistentes a cierto daño de buena capacidad, caminaba con algo de rapidez porque se venía la oscuridad mas larga. De por sí oscuro con luz natural, peor será cuando el planeta quede entre la estrella y nosotros.

Ya de regreso voy pensando que comeré un ramen instantáneo y un buen café. Quilla ya tenía a la mano el recipiente metálico para hervir el agua, una vez saliendo el agua la ponemos en otra bolsa para tener primero la de beber y esté fresca y después ya llena esa bolsa usamos la que va saliendo para los alimentos de la cena.

- Perdona por haber tardado con los muchachos el otro día.

- Yo te lo pedí, no tienes porque disculparte - responde Quilla - Necesitaba que tú hablaras con ellos y soy quién pide que me disculpes, arreglas todo y te encargo lo mas pesado.

- No arreglé nada - dije agachando la cabeza - Es que tienen tantas broncas en la cabeza que solo los escuché.

- Cosa que yo ni siquiera puedo hablar con ellos sin poder quebrarme a su lado - suelta un suspiro - ¿Cómo le haces para no quebrarte? ¿Cómo Dano, cómo?

- Crees que no me quebro, hago lo posible por permanecer estoico - le doy un sorbo a mi sopita caliente - Tengo tanta mierda acumulada de tantas cosas, de tanto tiempo, que, ¡Ay que rica ésta ésta sopa instantánea!

- No cambies el tema Dano - también le da un sorbo al caldito de la sopita.

- Perdón pero está rica ésta sopa - dije después de darle otro sorbo al caldito - Cuesta mucho hablar de eso, por lo general soy quien escucha y no saco lo que tengo en mi sistema.

- Lo siento - agacha la mirada.

- No lo sientas, todo bien - dije tratando de mantener una charla amena.

- Somos egoístas, te pedimos que hagas cosas por nosotros, nos apoyes, me apoyes - enfatiza eso último haciendo señal con sus manos apuntando a su pecho - No sé cómo ayudarte a qué saques tus cosas.

- Es más complicado que hablar - dije tomando un bolso para basura y echar el recipiente de mi sopita - Hablar lo hago, puede que escuchen o puede que hacen que me escuchan.

- Pero, ¿Cómo puedo ayudarte? - pregunta algo tímida.

- Aunque repararon gran parte del sistema nervioso dañado colocando estás piezas metálicas - señalo dando golpecitos en mi pierna derecha con la taza de mi café - Me es complicado decirlo.

- Pues dilo Dano.

- En tantas terapias con psicólogos, psicólogas, psiquiatras, me dijeron que siempre tengo expresar lo que siento...

- Pues hazlo Cariño.

- No es tan fácil - dije soltando una risa de nervios - Termino mal, discutiendo si lo que siento es por enojo y cosas así, triste si saco mis sentimientos amorosos y no soy correspondido.

- ¡Oh! - se sintió mal por la respuesta.

- Mira, no es por ti, bueno una pequeña parte pero no es tu culpa - traté de que no se sintiera culpable - No solo necesito expresar lo bueno sino también que me lo hagan sentir, un abrazo, un beso, el calor de un buen abrazo.

- Es que, es que.

- No te gusta el contacto, lo sé, por eso también digo que no es tu culpa - dije dejando salir una sonrisa - Es porque terminé así, eso no tiene la culpa las personas que amo.

- Pero, ¿Por qué no dijiste eso en su momento? - me mira con los ojos al punto de lágrimas.

- Lo hubiera sentido como a la fuerza - no pude mirarla a los ojos y bajé la cabeza - Se siente cuando es forzado un abrazo, desde pequeño ha sido así, poca muestra de afecto aaah pero pregúntame cuando me denigraban y hacían comentarios tanto racistas como clasistas por mi color de piel y eso que la comunidad estaban más morenos que yo - reí por el recuerdo ese.

- Pero sino lo dices como lo vamos a saber ¿Cómo lo voy a saber? - ya se le escucha frustración - ¿Acaso no tengo derecho de saberlo, no tenía derecho de saber todo eso?

- Lo siento mucho Princesa, aunque siempre te he amado y como ves lo sigo haciendo - suelto un suspiro para agarrar valor y mirarla a los ojos - Sentí que no había caso decirlo porque no estarías conmigo y de por sí cuando desaparecías me quedaba solo con tu recuerdo y el corazón amándote.

- Dame un cigarro por favor.

- Toma - le paso uno encendido y tomo otro para mí - No es una historia donde llego a ayudarte y sanar tus heridas y mágicamente te enamoras de mi - dije sin pensar - Tal vez solo estaré más cerca pero no como quisiera.

- Sabes que te quiero mucho ¿No?

- Si, lo sé Princesa - sonreí.

- Estaremos aquí a oscuras buen rato, hagamos éste momento algo lindo y hablemos de todo lo que pudiera ser - me coloca una manta en la espalda - hace frío, ha de doler mucho por el metal en tu columna.

- Gracias - me la coloco bien mientras ella regresaba a su lugar y se ponía otra frazada - Es bueno tener tiempo así a solas contigo sin que nadie interrumpa, no desearía estar con alguien más que contigo aquí y ahora.