Hablamos de lo que sentimos en este momento, sin dejar nada para otro día ni pendiente a menos que haya sido algo que ni ella ni yo tuviéramos culpa y en su debido momento llegarían las confesiones sobre esos temas. Me da la lista de quienes de verdad necesita que se unan al grupo. Veo nombre tras nombre y así como habían algunos que podía tachar también podía agregar según mi criterio. Una vez las adrenalina bajó por tanto que nos dijimos y que solo faltaba nos diéramos con guantes de boxeo pusimos manos a la obra para ir por los seis integrantes que faltaban.

Quilla me mira atenta a cada gesto que hacía por cada nombre que puso, habían veinte personas las cuales estaban más trastornadas que ella y yo juntos. La migraña que estoy sufriendo por ir pensando quien si y quién no así como quien faltaba que por razones extrañas no había escrito o tal vez se le pasó por todo lo que había hecho al estar consiguiendo el transporte y equipo. Me tomo la cara con desespero, exhalo fuerte haciendo muy notable el estrés de la elección.

- Princesa, viendo los nombres y recordando que ha pasado hasta donde supe de ellos - exhalo para tranquilizarme - Lo más seguro que al menos tres sean convictos y cuatro o más estén en un centro de salud mental de baja seguridad.

- ¿Los descartamos? - pregunta sin mostrar preocupación.

- Creí que te molestaría, pero viendo tu expresión...

- Tu date - dejando una sonrisa en su rostro.

- Bueno, luego no quiero que digas que éste si pero se quedó donde estaba - hago una pausa - hay 3 aquí en Marte, los otros 2 están en la Luna.

- ¡¿LA LUNA?! - gritó por la sorpresa.

- Si, allí. Pero sino conseguimos a uno aquí en Marte que es lo más seguro tendremos que ir a Plutón por dos que se encuentran ahí.

- Uta madre - resopla del fastidio - mejor vamos por los que son seguro que nos vayan a seguir.

- Ok Princesa - asentí - primero deja aviso al trabajo y también ir por lo que pueda necesitar de casa.

Hablando con mi ya ex jefe que dejaré prematuramente mi puesto, dando la cara y agradeciendo por los años que estuve allí y de vuelta a mi departamento por lo que era de mi propiedad para llevarlo a un depósito así como algunas cosas que llevaré conmigo como herramientas, así como unas pertenencias que son como unas fotos impresas de bolsillo, cosas que me son de valor sentimental más que monetario.

Mientras tanto que yo estaba haciendo mis pendientes Quilla estaba arreglando todo para la ruta de los viajes. Comunicándonos en ratos para ver como iba con mis pendientes y saber dónde conseguir algunos suministros "no necesarios pero si muy necesarios" para que no falten en la incursión que haríamos. Me avisa que saldrá por las cosas, yo dije que si, pero después me preocupé porque estaba sola en un lugar que hasta para mí me da miedo andar solo. Pero dime para mis adentros, es más peligrosa ella así que solo sino responde posiblemente tenga que ir a pagar fianza o llevar una pala.

Suena mi comunicador.

- ¡DANO! - habla fuerte por el ruido de los vehículos que pasan por la avenida - estoy buscando donde venden las cajas de cigarros pero no doy con el lugar a pesar del GPS.

- Te escucho bien no grites - estaba escuchando música a alto volumen y me aturdió.

- No seas llorón y dime dónde puedo ir.

- Te paso la ubicación y solo sigue las instrucciones, solo por favor no la hagas...

Colgó la llamada, para seguir caminado al otro sitio donde le pasé dirección. Siendo una mujer baja estatura y delgada pudiera verse frágil pero siento yo que es más fuerte que mi prime cuando estaba al cien por cien. Sabiendo como puede salirse con la suya dependiendo la circunstancia, desde usar sus encantos femeninos y/o ternura o de plano su fuerza y caracter fuerte cuando de repente le aparece un tipo que por su apariencia era un dealer pero con intenciones no de vender sino querer aprovecharse de ella.

- A ver niña - entre su error de querer hacerle algo lo peor fue llamarle niña.

- ¡¿A quien le dices niña?! Pendejo - aprovechando que su respuesta lo desconcertó le hizo una llave y dejándolo en el piso con la cara abajo y lo remata con una patada en la cabeza dejándolo fuera de servicio por un tiempo si es que no le causó algo más grave pero no es como si fuera a esperar que se levante.