JAMES
En su carrera de detective, este fue el caso más complicado para James, porque en la ciudad una serie de desapariciones de mujeres jóvenes ocurren dejando únicamente como señal de existencia una elegante rama repleta de orquídeas negras en el suelo, con la siguiente frase "Te he encontrado", escrito en el suelo.
James, sabía que las orquídeas negras están relacionadas con el misterio, la brujería y la mala suerte porque sus padres le inculcaron así desde cuando era un niño pequeño y ahora comprendía, porque sus padres le advirtieron eso como si fuera una premonición de que algo malo podría pasar a una persona.
El detective dejo esos pensamientos a un lado de su mente, salió de su oficina a reunirse con su mejor amigo Eugenio, quien es oficial de policía desde hace cinco años y le ayuda a resolver los crímenes más certeros como asesinatos, robos hasta secuestros. Los dos salieron de la comisaría en la patrulla de su amigo directo a una cafetería que se encontraba a tres cuadras de la instalación con el objetivo de tomar un café.
– ¿Cómo te va con el caso de las desapariciones amigo? –Le pregunto su amigo un poco preocupado mientras tomaba un sorbo de su café.
– Fatal amigo mío – repuso James preocupado mientras daba otro sorbo de su bebida – No he podido encontrar con el responsable de estas desapariciones.
James consideraba a Eugenio como su hermano, el policía era un apoyo sentimental y familiar para el detective, siempre lo apoyaba en todo momento y hablaba con él en los momentos más difíciles. Eugenio se convirtió en el remplazo de su padre, porque desde cuando se murió su madre hace unos meses su padre ha cortado toda comunicación con él.
Lo que dijo James era cierto, cuando había el inicio del caso de desapariciones, se centraron principalmente en los Floristas, los detuvieron por una semana para ver que ocurrían en ese lapso y aun así seguía habiendo las desapariciones de diez jóvenes más. Ese día James se disculpó con los floristas y tuvo que pagar una indemnización de cinco mil dólares a cada uno.
– No lo sé amigo mío, pero a veces las mismas flores dan la respuesta a todo el caso – comentó su amigo con cautela, prendió su mirada verde en los ojos oscuros de James quien se sintió un tanto intimidado – A veces se rumorea que las flores son principales testigos de los eventos – Concluyó su amigo. Los dos salieron y se fueron a sus casas
"Las flores son los principales testigos de los eventos", el comentario de Eugenio resonaba en su cabeza como un eco, estaba de regreso a su casa en medio de la ciudad, se puso a reflexionar las palabras de su amigo, hasta que una familiar flor cayó en el parabrisas de su vehículo. James estacionó a un lado de la carretera su carro, cogió la flor con cuidado de dañarla y vio fijamente que era una orquídea negra, hizo caso a las palabras de su amigo, cogió un arma que estaba guardada en su asiento y llamó a la policía.
Corrió hacía el origen de donde vino la orquídea, era de un conjunto de edificios que proyectaban largas sombras que mezclaba las sombras con los mismos edificios, con todo el valor corrió hasta que divisó entre las cajas parejas una sombra de un hombre con una rama de orquídeas en sus manos.
La policía llego en cuestión de minutos atendiendo su llamada, armados se fueron hacía donde estaba la sombra parada, escribía algo en el suelo y comenzó a cargar un bulto en su espalda, la policía corrió dos cuadras y giró a la izquierda, para ver un hombre de edad avanzada y muy familiar para James cargando en su espalda una chica totalmente inconsciente.
No podía creer quien era el causante de esas desapariciones, era nada menos que su padre, A James se le tensaron los músculos jamás se imaginaba que su padre era el responsable de la desaparición de todas esas jóvenes.
– ¡Manos arriba! – exclamó uno de los policías mientras apuntaba con un arma, su padre trato de escapar pero Eugenio y otro policía más lo tumbaron al suelo y lo metieron a la fuerza en el interior de la patrulla, James observó a la chica inconsciente y desató sus muñecas y brazos, la cargó en su carro hacía la estación policíaca de la ciudad acompañados por las otras tres patrullas que vinieron a ayudarlo.
Al día siguiente James se fue a visitar a su padre quien estaba en una celda, puso el ceño fruncido en su arrugado rostro cuando vio al detective pasar, James le miró con disgustos. Los dos hombres se miraron fríamente con sus oscuros ojos formando un silencio glacial en el lugar.
– ¿Fuiste el responsable del secuestro de estas jóvenes padre? – preguntó James con la voz glacial y tosca hacia el hombre que es su padre. Su padre formo una siniestra sonrisa asintiendo con la cabeza, James jadeó sorprendido, aun así su padre comenzó a hablar.
– Hijo no las secuestraba, solo buscaba a tu madre, sabes hijo tu mamá no se comportaba bien, le cuidaba, la amaba pero ella no me correspondía y la asesinaba, eventualmente yo buscaba de nuevo a tu mamá –Contó el viejo sin ningún signo de resentimiento o culpabilidad por sus actos, más bien su tono de voz era frío y calculador como la de un matemático.
– Mama está muerta hace seis años y tú no pudiste superar su muerte verdad llevándote a la locura que hizo que secuestraras muchachas inocentes y la confinabas en nuestro, o mejor dicho tu hogar – masculló James, mientras agarraba los barrotes la celda con fuerza, tratando de reprimir toda la ira que tenía en su cuerpo, las lágrimas salían de sus ojos negros. Su padre le miró desde lo profundo de su celda con curiosidad a su hijo.
– ¿Cómo me encontraste hijo mío? – pregunto con cautela a su hijo.
– Las flores son los principales testigos de un evento y las negras siempre anuncian algo malo, sobre todo fue gracias a una orquídea negra quien hizo que salvará la vida de una inocente muchacha que creías que era mi madre. –Concluyó James y dejo a su padre en lo más profundo de la celda.
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