Capítulo 4: En busca de mi destino
El sonido de un tren despertó de su profundo sueño a una pelinegra, quien aturdida miro a todos lados, al ver que las personas que viajaban en el tren se ponían de pie, comprendió que había llegado a su destino, entonces se puso también de pie para bajar.
Una situación similar vivía un apuesto joven de cabello alborotado quién viajaba junto a su amigo en otro tren.
Me quede dormido, decía Gokú, tras abrir sus parpados.
Nos quedamos dormidos, contesto un calvo sonriendo.
Creo que ya llegamos a la Capital Oriente, agrego Gokú.
Pues bajemos por el encargo de tus padres y de allí a nuestro verdadero destino, acoto Krilín.
Así es, respondió el joven de cabello alborotado, con una amplia sonrisa en su rostro.
En tanto:
Una pelinegra abordaba el carruaje que la llevaría al castillo de su padre.
¡Gracias! pronunció Milk, tras tomar asiento en el mismo.
Tras algunos segundos el carruaje emprendió camino. La joven princesa iba viendo el paisaje, mientras un pensamiento vino a su mente: Tal vez deba decirle a papá que invite al príncipe de la Capital Central a nuestro castillo, así podría volver a verlo, y él podría conocerme. No, no, no puedo hacer ello, sería vergonzoso, mejor le pediré a mi padre que otro día me lleve de nuevo a la Capital Central, así tengo opción para volverlo a ver, sí, eso haré, pero, ¿Qué pretexto usar?, ya le dije que tengo muchos vestidos, además ya compre suficientes gi de entrenamiento...
Princesa Milk, ya llegamos escucho.
¡Eh! dijo la pelinegra.
Ya está en su castillo princesa, agregaba un hombre mayor de uniforme.
Capital Oriente:
Un calvo miraba a su amigo que estaba platicando por celular, a unos metros de distancia suyo.
Entonces no estás en el castillo, decía Gokú con la mayor calma que pudo.
No hijo, me encuentro en otro pueblo, volveré en 3 días, escucho.
Tres días, dijo Gokú.
Así es hijo, ¿por qué?, escucho.
Es qué iba en camino a Fripan, aunque por ahora estoy en la Capital Oriente, contesto Gokú.
¿En la Capital Oriente?, escucho.
Sí, es que papá y mamá, me encargaron algo para ti de este pueblo, y justo acabo de recogerlo, y me estaba dirigiendo con mi amigo a Fripan, pero si no estás no podré llegar aún al castillo, añadió con cierta nostalgia Gokú.
Hijo, en tres días estaré de regreso, mientras tanto ve mostrándole a tu amigo el pueblo, escucho.
Sí ello haré abuelo, contesto el apuesto joven de cabello alborotado.
Tras algunos minutos concluyo la llamada, y camino hacia el lugar donde estaba su amigo, una vez que estuvo al frente de este dijo: Hoy nos quedaremos en este pueblo, y mañana nos marchamos a Fripan, aunque por unos días nos quedaremos en una habitación del pueblo.
Fripan:
Me alegra que hayas disfrutado tanto de la fiesta como de las tiendas de Capital Central, hija, decía un gigantesco rey, tras escuchar todo lo que su hija le había contado de su viaje.
Sí, me encantaron las tiendas, pero no llegue a ir a todas, contesto la pelinegra con cierta nostalgia en su voz.
En otra oportunidad iremos a ellas, ¿te parece?, respondió el señor Ox.
Claro, papá, contesto la pelinegra con una amplia sonrisa en su rostro, haciendo una pausa para agregar: Antes de venir al despacho, decidí ir a la casa del abuelo, pero está cerrada con candado.
El maestro Gohan se fue de viaje hija, respondió con calma el rey.
De viaje, ¿a dónde?, ¿acaso fue a ver a su familia?, dijo Milk intrigada.
No hija, fue por algo que le encargue, pero en tres días volverá, agrego el rey.
¡Qué bueno! porque le traje un regalito también a él, añadió la pelinegra sonriendo.
Horas después:
La princesa pelinegra miraba através del balcón de su habitación hacia el jardín del castillo, mientras pensaba: Papá prometió que iríamos a la Capital Central, ello significa que podré volverte a ver.
Capital Oriente:
Un apuesto joven de cabello alborotado miraba a través de la ventana de la habitación que había alquilado el anochecer, mientras pensaba: No puedo ir al castillo aún, no tengo un pretexto para llegar a este, mi abuelo no está, y yo no soy empleado del mismo, sin embargo, estaré en el pueblo, muy cerca de ti, además recuerdo perfectamente cada uno de tus lugares favoritos de Fripan, podría ir a ellos, no solo para que Krilín conozca un poco más del pueblo, sino también para probar suerte, y tal vez pueda verte antes de llegar al castillo.
Tras algunos minutos, el joven decidió caminar hacia la pequeña cama que había en la habitación, y se acostó en esta.
Al día siguiente:
Tras desayunar Gokú y Krilín fueron a la estación para abordar el tren que los llevaría ahora si a su destino, "Fripan".
Luego de más de hora y media de viaje, el par de jóvenes bajaron en la estación de Fripan, y tras algunos minutos abandonaron la misma, para ir en busca de alguna habitación donde alojarse por algunos días.
En tanto una pelinegra corría por un bosque que estaba dentro del territorio del castillo de su padre en busca de su lugar favorito de entrenamiento, el lugar de las flores silvestres, este lugar era mágico según la joven princesa, pues en este encontraba variedad de flores, de diversos colores y aromas, los cuales bordeaban cual bordes de alguna plataforma de gimnasio, un área de pastizal verdoso que cual alfombra tenía el área perfecta para que la joven princesa realice el entrenamiento del deporte que tanto amaba, a unos metros más allá, había una bella laguna, en donde la princesa se refrescaba tras sus largas horas de entrenamiento.
Milk como siempre lo hacía empezó a entrenar sola, al hacerlo, imágenes del día anterior vinieron a su mente, en esta un apuesto joven rubio de antifaz, combatía con otro joven de antifaz y cabello de flama sobre una plataforma, cada uno dando muestra de su gran talento para las artes marciales.
Ambos son fantásticos, aunque el estilo de lucha de Isamu me recuerda al de mi maestro, fresco, ágil, con mucha técnica más que fuerza, y gracias a esa agilidad él termino siendo el vencedor, bueno a lo mejor lo entrena alguien que perteneció a la escuela de maestro, si eso debe ser, pensaba Milk, mientras empezaba a dar de golpecitos con sus puños al aire.
En tanto:
¿Qué te parece esta?, decía un apuesto joven de cabello alborotado.
Creo que está bien, además su costo es módico, contesto un calvo.
Sí, es cierto, respondió sonriendo Gokú.
Entonces apartémoslas de una vez, para poder empezar a conocer este hermoso pueblo, agregaba Krilín.
Sí hagámoslo, y luego de que dejemos nuestros equipajes empezare con tu tour por el pueblo, contesto el apuesto jovencito sonriendo.
Bien, me parece bien, dijo el calvo.
1 hora después:
Vaya no solo cautivas en la Capital Central, sino también en este pueblo, decía el calvo, mientras llevaba un helado a su boca.
¿Por qué dices eso?, contesto con calma Gokú, mientras llevaba su helado a su boca.
Para ti chico lindo, una porción más, agrego Krilín, tratando de imitar la voz de una joven que minutos antes les había vendido un par de helado.
Ja ja ja, se oye gracioso, respondió el apuesto jovencito de cabello alborotado.
Ya, ya, no te burles, yo solo repetía lo que esa señorita dijo, pronunció el calvo.
Bueno yo no tengo la culpa de haber sido tan favorecido por la naturaleza, contesto sonriendo Gokú.
Eso es cierto, pareces un príncipe, vestido con ropa de mendigo, respondió Krilín riendo.
Tampoco es así, que yo no visto como mendigo, aunque si parezco un príncipe, contesto Gokú sonriendo.
Pero que muchachito tan vanidoso, dijo el calvo, con una sonrisa en su rostro.
¿Vanidoso yo?, ¡claro que no! yo solo estoy repitiendo lo que mis fans me han dicho, respondió Gokú sonriendo.
Claro, claro amigo, acoto Krilín mirando el lugar donde estaban, haciendo una pausa para añadir: Si este pueblo me gusta, la próxima vez traeré a mi rubiecita conmigo, ya sabes que a ella le gusta viajar.
De seguro te gustará, es más empezaremos el tour yendo a la montaña, desde ella podremos apreciar el pueblo y también el castillo,..., decía Gokú.
Pues vayamos entonces, contesto Krilín.
Si nos da el tiempo quisiera ir a un lugar especial, agrego el joven de cabello alborotado.
Ya imagino a dónde quieres ir, de seguro al lugar donde está la niña que te gusta, ¿verdad?, añadió el calvo con una sonrisa pícara.
Así es, quiero ir al lugar de las flores silvestres, si ella sigue teniendo su misma rutina diaria, de seguro la encontraremos aún allá, contesto Gokú suspirando.
Vaya que estás enamorado, lo que si me sorprende es que mantengan en tu corazón ese amor, si han pasado muchos años, incluso pudo haber cambiado y no solo me refiero a gustos sino a su físico, pronunció el calvo.
No, ella no cambiado sus gustos, ella sigue amando las artes marciales, lo sé por mi abuelo, respondió el apuesto joven.
Gokú y su amigo, empezaron su tour yendo a la montaña, el camino hacia ella no era nada sencillo, sin embargo, el par de jóvenes, llegaron hasta la cima, y desde esta observaron no solo el pueblo, sino el gigantesco castillo Ox.
Allí trabaja mi abuelo, pronunció Gokú, mientras señalaba con su mano desde lo alto al castillo.
¡Es enorme! dijo Krilín, haciendo una pausa para agregar: ¿Y qué hace allí precisamente tu abuelo?, tu nunca nos lo has comentado, solo nos dijiste que él era maestro de artes marciales, y que fue quién te enseño todo lo que sabes de ellas.
Mi abuelo fue maestro de artes marciales del rey Ox Satán, y años después se convirtió en maestro de la bella hija de este, dijo Gokú suspirando.
Espera, espera, espera, la niña de la que estás enamorado es la hija del rey de este pueblo, contesto sorprendido el calvo.
Así es, respondió Gokú.
Tú sí que estás loco, dijo Krilín.
¿Por qué?, contesto el joven de cabello alborotado.
Ella es una princesa, acoto el calvo.
Lo sé, respondió con calma el joven de cabello alborotado.
Y tú eres un plebeyo, dijo Krilín.
Así es, contesto Gokú.
¿Entonces?, añadió el calvo.
Ello es lo de menos Krilín, lo que importa es el amor, además no se te olvide que yo tengo mi propio encanto, se que podré conquistarla, aprendí mucho sobre como conquistar a una chica, gracias a las chicas con las que estuve en la Capital Central, dijo el apuesto jovencito con seguridad.
Claro ellas eran tu entrenamiento para convertirte en un gran conquistador, respondió el calvo.
Así es, además no comprendo porque haces tanto escándalo, si tú eres la clara muestra de que todo puede ser posible, contesto Gokú, con una sonrisa en su rostro.
¿Qué quieres decir con ello Gokú?, dijo el calvo mirándolo intrigado.
¿Quién es tú novia?, respondió Gokú.
Dieciocho, por supuesto, agrego Krilín.
¿E hija de quienes es?, agrego el apuesto joven de cabello alborotado.
Pues de los dueños de Android Technology, respondió el calvo.
Allí lo tienes, si tú con tu paciencia y perseverancia, lograste conquistar a Dieciocho Android, la hija de los dueños de una de las industrias de tecnología más grandes del país, ¿por qué yo no podría conquistar a una princesa?, contesto Gokú con amplia sonrisa en su rostro.
Creo que tienes razón, además tú tienes muchas más cualidades físicas que yo para conquistar a la chica que desees, respondió Krilín sonriendo.
No digas eso amigo, tú tienes lo tuyo, de lo contrario Dieciocho no te hubiera elegido por encima de sus pretendientes, contesto Gokú con calma.
Es que ella valoro mis cualidades internas, dijo el calvo sonriendo.
Pues no todo es lo externo amigo, y esas cualidades internas son las que harán que ella también me elija a mí, respondió Gokú con calma.
¿Quién mi Dieciocho?, pronunció aterrado el calvo.
Claro que no, mi princesita, dijo Gokú sonriendo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro