Capítulo 35: Ansiedad y temor
(Últimos capítulos)
Un ojeroso y apuesto jovencito de cabello alborotado giraba de un lado a otro en una cama, tratando de conciliar el sueño, aunque ello le era imposible tras enterarse que tenía un fuerte rival con quién luchar por el amor de la niña que amaba.
Milk, tú dijiste que no te gustaría perder ante tu pueblo, ello significa que lucharas con todas tus fuerzas contra Isamu, ¿verdad?, ¿o dejarás que él te derrote solo para que le concedas una cita?, pensaba Gokú, mientras su rostro se tornaba nostálgico.
Habitación de Milk:
Un pelinegra se encontraba parada en su balcón viendo el anochecer, mientras pensaba: Cuando te vi por primera vez, soñé con este momento por muchos días, incluso la barrera que puse para poder conceder una cita a un príncipe la tome aún más en serió, pues solo quería que seas tú quién venga a retarme y me derrotes, pues note que eras muy talentoso para las artes marciales; sin embargo pasaba el tiempo, empecé a resignarme y aceptar la idea de que tú nunca vendrías al castillo de mi padre, como consecuencia, decidí aceptar los sentimientos de alguien que no es un príncipe, aunque lo parezca físicamente, de alguien que a pesar de mis no rotundos ante sus insinuaciones, iba entrando día a día en mi corazón con sus acciones, a pesar de que yo no quisiera aceptarlo, y ahora estás aquí, para llenar mi cabeza de confusión.
A la mente de la joven princesa vinieron los rostros del príncipe Isamu y de Gokú, aumentando su confusión y dolor.
¿Qué se sentiré si Isamu me besa?, ¿un beso de Isamu provocará en mí el mismo impacto que un beso de Gokú?, pensó Milk.
Habitación de Isamu:
Mañana, escuchaba el príncipe rubio.
Sí, al amanecer, en el jardín del castillo de Fripan, así lo quiso mi futura reina, decía Isamu, mientras platicaba por celular.
Entonces no podré presenciar tu batalla amigo, no me dará el tiempo, escucho.
Lo imagine, no te preocupes, yo te llamo para confirmarte que obtuve mi primera cita con esa hermosa princesita, acoto el rubio.
Al día siguiente: "Habitación de Milk"
Una pelinegra se miraba a un espejo, mientras se ataba su cinturón de color azul, sobre su gi de color rojo.
Llego el momento de ir, dijo Milk en voz baja, luego de ello empezó a caminar hacia la salida de su habitación.
Minutos después:
¿Lista hija?, decía un emocionado rey.
Sí padre, contesto la pelinegra.
Es él, ¿verdad?, agrego el rey.
¿Qué?, dijo confundida la joven princesa.
El príncipe que esperabas, contesto el rey.
Que cosas dices papá, respondió Milk, un tanto nerviosa.
Me parece un gran muchacho, además se le nota el interés en ti, me dijo que desde que te vio luchar en la fiesta de la princesa Cirys se tomó mucho más en serio sus entrenamientos en las artes marciales, pues quería ganarte para poder tener la oportunidad de conquistarte, y hacerte su reina, agrego el rey.
La pelinegra no contesto nada, solo bajo la mirada, y continúo caminando junto a su padre, quién seguía hablando de lo bien que le cayó el príncipe Isamu.
En tanto:
Un apuesto jovencito de cabello alborotado se colocaba una gorra y lentes, mientras su abuelo lo miraba intrigado.
El día está un poco nublado hijo, decía el abuelo Gohan.
Es por precaución abuelo, contesto un nostálgico Gokú.
¿Precaución?, respondió el hombre mayor.
Ya debe haber mucha gente, agrego el apuesto jovencito con nostalgia.
De seguro que si hijo, el rumor de que la princesa de nuestro reino tendrá un combate hoy se extendió rápidamente en todo el pueblo, y como ya debes intuir, no hay nadie en el pueblo que quiera perderse este combate, pues todos los pobladores queremos que nuestra princesa encuentre al príncipe que junto a ella gobernaran a futuro este reino, decía el abuelo Gohan, mientras el joven de cabello alborotado bajaba la mirada.
Voy avanzando abuelo, pronunció Gokú conteniendo las ganas de llorar, mientras pensaba: Isamu no está al nivel de Milk, sin embargo, pudo haber entrenado para este día, por ello se atrevió a retarla.
Espérame hijo, yo también voy, dijo el abuelo.
Mientras tanto:
Un rubio de ojos azules hacía una rutina de ejercicios de calentamiento, bajo la mirada de una multitud de personas que murmuraban entre ellos sobre el atractivo del apuesto príncipe.
Ahora soy de verdad perfecto, tengo la apariencia perfecta y además soy buenísimos en las artes marciales, pensaba Isamu, cuando escucho un comentario que le causo fastidio y cierta preocupación.
Si es bello el príncipe, pero yo conozco a alguien que, sin ser un príncipe, es tan bello como él, y sin tener ojos azules ni cabello rubio, además es muy bueno para las artes marciales, por ello la princesa Milk permitió que sea su maestro por unos días, decía una mujer uniformada.
Un plebeyo que sea tan perfecto como yo, eso no es posible, pensaba Isamu, mientras agudizaba su sentido de audición, para seguir escuchando la plática que sostenían un grupo de empleadas del castillo.
Te refieres al bello nieto del maestro Gohan, ¿verdad?, decía otra uniformada.
Por supuesto, ¿a poco Gokusito no parece un príncipe?, acotaba la otra uniformada.
Claro que parece un príncipe, respondieron a coro otras uniformadas suspirando.
¿Gokusito?, no, no puede ser el mismo plebeyo que me suplanto, ¿o sí?, ese chiquillo a pesar de ser un plebeyo, era tan apuesto como yo, por lo mismo le fue sencillo suplirme, además es un prodigio en las artes marciales, pensaba preocupado Isamu, cuando escucho decir algo que lo hizo salir de sus pensamientos.
El rey y la princesa Milk, ya están aquí, decía un uniformado, mientras el rey tomaba su ubicación, y la princesa caminaba hacia el lugar donde estaba el rubio.
Tu belleza es tanta que aún con gi, te vez tan bella, decía Isamu, tomando la mano de la pelinegra, para depositar un beso en la misma.
Hagamos el saludo protocolar, pronunció la joven princesa con seriedad.
Claro, dijo Isamu, al tiempo que el joven de cabello alborotado y su abuelo llegaron al lugar.
Voy con el rey, expreso el abuelo.
Bien, contesto Gokú, mientras observaba a la joven princesa y al príncipe rubio hacer el saludo respectivo antes de dar inicio a su combate.
El combate dio inicio, y ambos príncipes empezaron a dar muestra de todas sus habilidades y destrezas adquiridas, mientras los presentes miraban expectantes y un ansioso joven de cabello alborotado jugueteaba con sus manos.
Lo que Krilín me comento fue cierto, el maestro Roshi estuvo entrenando al príncipe de la Capital Central, y ese príncipe resulto ser Isamu, sin duda el maestro es muy bueno, logro que Isamu mejorara considerablemente, pensaba Gokú, mientras miraba con preocupación a la pelinegra que por poco cae al pasto.
Minutos después:
Sin duda eres fantástica Milk, pero yo también soy bueno, ¿no lo crees?, decía Isamu, envolviendo en sus brazos a la pelinegra, generando inquietud en ella, mientras el jovencito de cabello alborotado, sentía molestia.
Creo que esta vez nuestra princesa no la tiene tan sencillo, ¿no lo crees amigo?, pronunció un hombre de vestimenta sencilla, que estaba junto a Gokú, que llevaba gorra y lentes.
Eso parece, respondió el joven de cabello alborotado, mientras miraba preocupado el combate.
Escuche que ese príncipe es el heredero de los reyes de la Capital Central, agrego el hombre de vestimenta sencilla, haciendo una pausa para añadir: Sin duda es un buen candidato para futuro rey de Fripan, además es tan hermoso como nuestra princesa, sin duda serán los reyes perfectos.
Si ella pierde solo le dará una cita, dijo Gokú con firmeza.
Pues por las citas se empiezan las relaciones, ¿no?, contesto el hombre, mientras el apuesto jovencito de cabello alborotado, empuñaba sus manos, mientras observaba el parejo combate que sostenía su amada con el príncipe rubio.
Así no podrás derrotarme, decía Isamu, tras deshacerse de una maniobra que le había aplicado la pelinegra.
Sí, ya me di cuenta, creo que es momento de usar una de las técnicas del abuelo Gohan, puesto que las técnicas que Gokú me enseño del maestro Roshi, las conoce a la perfección, pensaba Milk.
Toda la noche estuve planificando nuestra primera cita, dijo Isamu, provocando la desconcentración de la pelinegra.
¿Qué?, dijo nerviosa la joven princesa, tambaleando tras recibir con sus brazos el golpe con su puño que el príncipe rubio le dio.
Ante ello, Isamu la tomo de la mano, para evitar su aparatosa caída y debido a la fuerza con que lo hizo para atraerla hacia él, hizo que sus labios y los de ella se juntaran en un fugaz beso, que causo la sorpresa y suspiros del público, y un terrible dolor en el corazón del joven de cabello alborotado.
La pelinegra se alejó rápidamente del príncipe rubio, pero debió a lo confundida que estaba con lo sucedido dejo caer su cuerpo al piso, mientras Isamu la miraba mientras una sonrisa se plasmaba en su rostro, al tiempo que los murmullos de que la princesa acepto su derrota tras el beso corrían como pólvora entre los presentes.
Eso fue inesperado, decía el abuelo Gohan.
Cierto, pero tal vez fue lo mejor, todo iba muy parejo, respondió el rey.
Princesa Milk, ponte de pie, dijo Gokú con todas sus fuerzas entre la multitud, pero la pelinegra parecía no escucharlo.
¿Qué paso?, ¿Nos besamos frente a todos?, pensaba una apenada princesa, mientras se cubría su rostro con sus manos.
Creo que ya termino, ¿no?, pronunció Isamu, mirando al encargado de supervisar que las reglas del combate real se cumplan.
El hombre miro al rey, y este asintió, dándole a entender que todo había concluido.
El combate concluyo, el ganador fue el príncipe de la Capital Central, el príncipe Isamu, dijo el uniformado, mientras los presentes aplaudían, excepto uno, que su mirada se tornó aún más preocupada, mientras observaba al príncipe rubio acercarse a la niña que amaba.
Fue un gran combate, pero ya acabo, decía Isamu, estirando su mano, haciendo reaccionar a la pelinegra.
Ya acabo, pronunció Milk con nostalgia, que pasó desapercibida por el príncipe rubio.
Sí hermosa, todo termino, ahora solo queda ponernos de acuerdo con la fecha de la cita, decía Isamu, mientras tomaba la mano de la pelinegra, que bajaba la mirada. No me hubiera gustado que nuestro primer beso fuera así frente a todos, pero fue algo que se dio casualmente, pero prometo que nuestro próximo beso será en un lugar en donde solo estemos los dos, acoto.
La pelinegra no respondió nada, solo acepto el apoyo del rubio para ponerse de pie, luego de ello, los príncipes junto al rey empezaron a caminar hacia el castillo, mientras las personas presentes abandonaban este.
Esto no pudo pasar, debo estar soñando, pensaba Gokú, mientras unas lágrimas salían de sus ojos.
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