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Capítulo 17: La cita acordada

Un entusiasmado joven de cabello alborotado, tras tomar su desayuno, salió presuroso de la casa de su abuelo, mientras este lo miraba intrigado, partir.

Nos vemos en el almuerzo abuelito, dijo Gokú, antes de cerrar la puerta.

¿Qué le estará pasando?, lleva dos días portándose un tanto extraño, es más ni siquiera lo he visto cumplir su función de sombra de la princesa, ¿será que finalmente la princesa Milk logro aburrir a mi nieto como lo hizo con los otros apoyos que tuve?, pero si es así, ¿Qué ha estado haciendo Gokú en estos dos días?, después de todo sale muy temprano de casa, solo regresa para almorzar, cenar o dormir, pensaba el adorable hombre mayor.

1 hora después: "Sala principal del castillo"

Princesa Milk ¡buenos días! decía el adorable anciano.

¡Abuelo! ¿Cómo ha estado?, contesto la joven princesa tomando las manos del hombre mayor.

Bien princesa Milk, bien, ¿y usted cómo ha estado?, agrego el abuelo Gohan.

Entrenando arduamente, aunque creo que necesito entrenar con alguien más, dijo Milk.

Pensé que Gokú la estaba apoyando con su entrenamiento princesa Milk, contesto sorprendido el anciano.

No, abuelo, él no me apoya en mi entrenamiento, a él le doy otras funciones, dijo la joven princesa.

Pues mi nieto es tan bueno como yo en las artes marciales, es más podría garantizarte que es mucho mejor oponente que yo para ti,..., respondía el adorable anciano.

Le creo, pronunció Milk, con cierta molestia.

¿Si se lo dijo princesa Milk?, contesto el abuelo Gohan.

¡Eh! claro, respondió la joven princesa.

¿Y por qué no aprovecha el talento de mi nieto para que usted siga desarrollando su talento?, ¿o es qué Gokú se ha negado a enseñarle?, añadió preocupado el abuelo.

¿Negado?, claro que no, él tiene mucha disposición para enseñarme, pero la verdad yo no me siento muy cómoda teniendo a un compañero de entrenamiento tan joven, yo prefiero a alguien mayor que yo, que no solo me ayude en mi entrenamiento, sino además que con la experiencia que otorgan los años me hable de sus experiencias,..., decía Milk.

Claro comprendo princesa Milk, contesto el abuelo Gohan, haciendo una pausa para acotar con nostalgia: Lamento no haberle encontrado la persona idónea para cubrir mis funciones con usted.

¡Eh! no, no diga eso abuelo, su nieto me es de mucha ayuda, dijo Milk con calma, mientras pensaba: No puedo decirle al abuelo que su nieto es un dolor de cabeza para mí.

Me alegra oír ello hija, pero te aseguro que lo sería más, si aprovechas el talento de mi nieto para las artes marciales, pero si no sientes comodidad entrenando con alguien tan joven, tendré que volver a entrenar contigo cuando gustes, acoto el anciano.

Ello sería maravilloso abuelo, respondió Milk con dulzura.

Entonces cuando necesites un compañero de entrenamiento, avíseme princesa Milk, añadió el adorable anciano.

Así lo haré abuelito, contesto la joven princesa.

Creo que no fue tan buena idea que Gokú me supla, aunque la princesa Milk no me lo diga, siento que algo está pasando entre ellos dos, solo espero que no sea lo que estoy imaginando o tendré que pedirle al rey que deje sin trabajo a mi nieto, y pedirle a Gokú que regrese a la Capital Central, pensó el adorable anciano.

En tanto:

Un apuesto jovencito de cabello alborotado se encontraba acomodando bajo la sombra de un frondoso árbol, todo lo necesario para su cita de la tarde, mientras pensaba: Solo me faltaría colocar el trapecio, y todo habrá quedado listo.

En tanto: "Capital Central"

Un grupo de jóvenes platicaban mientras bebían unos refrescos en el cafetín de su centro de trabajo.

No sean mal pensados, esas cosas no eran para mí, sino para Gokú, decía un calvo.

Vaya Gokú, sigue siendo todo un cazador por lo visto, pronunció un joven.

¿Y ahora quién es su presa?, agrego otro joven.

Oye Majim boo, ¿no deberías ya haberte ido?, pronunció el calvo.

Es que el chisme esta bueno, y yo no me retiro hasta no saber quién es la presa, aunque no se supone que Gokú dejo de dedicarse a este trabajo, añadía el nombrado.

Así es, Gokú ya no se dedica a este trabajo, ahora trabaja con su abuelito pensé que ya sabías ello, contesto el calvo.

Pues apenas me entero de las razones de su renuncia aquí, pero siendo así, todo lo que te vieron comprar Piccolo y Ten, son para una cita campestre, ¿no?, dijo Majim boo, sonriendo.

Amigo, ya deberías irte, pronunció Piccolo, sonriendo.

Aún tengo tiempo, contesto Majim boo, mirando al calvo.

Si, son para una cita campestre, Gokú tendrá una cita con la niña de la que está enamorado, dijo Krilín.

Fri pan:

Milk se encontraba leyendo una revista mientras estaba sentada en una banca de madera que había en la parte trasera del castillo, que daba a uno de los jardines del mismo, mientras un recuerdo vino a su mente.

-.Recuerdo.-

Una pelinegra caminaba por un largo pasillo, cuando de repente alguien tomo su mano y la hizo ingresar a una habitación.

¿Qué te pasa?, ¿por qué haces algo así?, además, ¿Cómo es que estás aquí?, decía molesta la joven princesa.

Ahora respondo a todas tus preguntas mi florecilla silvestre, pero no te molestes, yo solo quería decirte algo, y no podía esperar hasta mañana para decírtelo, contestaba un apuesto jovencito de cabello alborotado, haciendo una breve pausa para agregar: Entre por la puerta de servicio, pero no te preocupes nadie lo noto, ¡ah! te ves muy bella, incluso con pijama.

Ante las palabras del joven, la joven princesa sintió sus mejillas arder y giro su rostro, para que el muchacho no note ello.

Solo quería pedirte que mañana no vayas a entrenar al bosque, acoto Gokú.

¿Por qué?, dijo Milk con seriedad, mientras caminaba hacia un lado.

Mañana es nuestra cita, respondió el joven de cabello alborotado.

No tienes que recordármelo, pues no tengo tan mala memoria, contesto la pelinegra con la mayor calma que pudo.

Necesito la mañana para alistar todo para nuestra cita, añadió Gokú.

¿Qué?, dijo Milk, posando su mirada en el apuesto joven.

Quiero que tengas una cita inolvidable, pronunció el joven de cabello alborotado sonriendo.

-.Fin del recuerdo: Tiempo actual.-

¿Qué pretende?, dijo en tono bajo la pelinegra.

Horas después:

Hijo, come con calma, pronunciaba el adorable anciano, tras ver a su nieto comer de manera rápida.

Es que necesito ganar tiempo, pronunció Gokú con la boca llena.

¿Qué?, contesto el abuelo Gohan.

Necesito ganar tiempo, volvió a decir el apuesto joven, con la boca llena.

Hijo, mejor pasa el alimento, y luego me hablas, no te vayas a ahogar, acoto el abuelo.

Sí, tienes razón abuelito, además no es nada educado hablar con la boca llena, pero en verdad tengo prisa, añadió Gokú, tomando un vaso de agua.

¿Por qué tienes tanta prisa?, dijo el abuelo intrigado.

Deje unos pendientes, y si no los hago la princesa Milk se pondrá como fiera, contesto el joven de cabello alborotado sonriendo.

La princesa Milk tiene un carácter muy agradable hijo, pero extrañamente contigo parece no tenerlo, respondió el adorable anciano, haciendo una pausa para acotar: ¿No le habrás hecho algo hijo?

Claro que no abuelito, dijo Gokú, sonriendo.

Tras la plática con su abuelo, el joven de cabello alborotado se fue al bosque a dar los últimos toques al lugar para su cita.

Mientras tanto:

Una pelinegra se miraba a un espejo, mientras pensaba: Pero, ¿Qué estoy haciendo?, da lo mismo como me vea, no tengo porque vestir diferente.

La joven dejo el vestido que se había estado colocando sobre su cuerpo para verse en el espejo, en la cama, luego tomo su tradicional ropa de artes marciales, y decidió ponérsela.

En tanto:

¿A dónde vas hijo?, decía el abuelo Gohan, mientras miraba intrigado a su nieto, debido a que no vestía como solía hacer habitualmente.

Al pueblo abuelo, contesto Gokú, con una amplia sonrisa en su rostro.

¿A alguna cita?, agrego el adorable anciano.

¿Qué?, dijo Gokú, empezando a toser. Cof cof cof

De razón vas tan arregladito, agrego el abuelo.

No, abuelito, no es eso, voy a...., contestaba Gokú.

Sí, no es que vas tan arregladito por una cita, entonces vas en plan de conquista, añadió el abuelo, haciendo que su nieto se torne más rojo que un tomate.

Abuelo, ¿Qué cosas dices?, pronunció Gokú, sonriendo de manera nerviosa.

Esta vez sí estoy en lo cierto, ¿verdad?, agrego el adorable hombre mayor.

Abuelo, dijo el apuesto jovencito de cabello alborotado.

No te apenes hijo, es normal, eres un jovencito, ya estás en edad de que te guste alguna niña, además no sabes cómo me tranquiliza haber estado equivocado, decía el abuelo, haciendo una pausa para añadir: Cuando tengas algo más formal con esa niña quiero conocerla.

Claro abuelito, contesto Gokú, luego de ello continuó su camino, con un pensamiento en su cabeza: A su abuelo como le dijo alguna vez su amigo Krilín, no le iba a parecer también que él se haya enamorado de la hija del rey, pero ello fue algo que él no pudo evitar, y sabía que su abuelo terminaría entendiéndolo y apoyándolo, porque él se encargaría de hacer que la joven princesa corresponda a sus sentimientos.

Minutos después:

Gokú se encontraba ya en el bosque recolectando algunas flores silvestres para armar un ramo con ellas, mientras tanto Milk llegaba al lugar acordado.

¿Qué es esto?, pronunció Milk, al ver el camino de pétalos de rosas que daban inicio al pie del área de las flores silvestres y que parecían terminar en el área de la laguna.

La sorprendida princesa camino por el camino de pétalos de rosas, hasta llegar al área de la laguna, en esta encontró un mantel de color rojo, un canasto, una botella y un par de copas.

Ya estás aquí, dijo una cálida voz, que produjo una extraña sensación de frio en el cuerpo de la joven princesa, quién giro su rostro lentamente. Para ti, le quite las espinas para que no te vayas a lastimar, agrego un apuesto joven de cabello alborotado, que vestía un traje sport que lo hacían verse mucho más apuesto de lo que era, aunque ello no fue lo que en si llamo la atención de la joven princesa, sino lo que este dijo, pues le recordó al empleado de la casa de su amiga la princesa Cirys.

¡Gracias! aunque hubiera sido mejor que no te molestarás en recolectarlas, respondió Milk, recibiendo las rosas.

No digas eso, las flores son parte de las citas, contesto Gokú con calidez, haciendo una pausa para agregar: Como siempre, luces bella.

¡Eh! yo....., dijo Milk, un tanto apenada por la manera como vino vestida para la cita.

Aquí tendremos nuestra cena, pero como aún es temprano, haremos algunas actividades, acotaba el apuesto jovencito con dulzura, mientras miraba embelesado a la joven princesa.

¿Qué actividades?, estamos en el bosque, lo mucho que podríamos hacer es correr, mirar el atardecer, platicar y nadar, aunque ello por su puesto yo...., decía la pelinegra.

No te preocupes, sé que por ahora no podremos nadar juntos, pero de hecho será una actividad que realizaremos en algún momento, pero si podremos hacer otras actividades, como caminar por el bosque, ver una buena película, pasear en un columpio......

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