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𝟬𝟬𝟱 aromas peligrosos

CAPÍTULO CINCO:
AROMAS PELIGROSOS.




                    Jasmine Uley observó su reflejo un momento. Ella pensó en los días que había pasado y se descubrió a sí misma admitiendo que no había sido tan malo como había imaginado que sería.

      Ella creyó que los Cullen serían tenebrosos, crueles e incluso debería enfrentar escenas sádicas. Pero la morena no podía estar más equivocada.

      Carlisle y Esme eran unas de las personas más amables que ella había conocido. Ellos eran como la figura paternal para el resto de los vampiros y no podrían ser un mejor ejemplo. Esme siempre se aseguraba de cocinarle algo y que tuviera todo lo que necesitaba en su habitación, mientras que Carlisle siempre se aseguraba de su bienestar a pesar que sabía que ellos no estaban en su mejor momento.

      A pesar que Rosalie era la más hostil de todos, también era amable con la chica. Aunque ella presentía que lo era sólo por compromiso, aún así se sentía bien saber que a la vampira le interesaba lo suficiente como para ofrecerle un buen trato.

      Jasper y Alice no eran los más ruidosos de la casa, aunque Jasmine presentía que se debía a la tensa situación en la que se encontraban. Había descubierto que Alice podía ver el futuro, aunque no podía ver el de Bella desde que se embarazó, y Jasper era una especie de canalizador de sentimientos. Jasmine no dudaba que ambos se debían sentir muy mal, especialmente si les importaba Bella.

      Emmett resultó ser el más simpático de todos. El chico hacía bromas de vez en cuando con la intención de apaciguar el ambiente a pesar que Jasmine podía claramente notar que estaba sediento. Ella no estaba segura si era porque interactuaba más con él que con los demás, pero a ella le daba la impresión que él era el más sediento de todos. 

      Jasmine notó que Edward había sido influenciado claramente por Carlisle. Desde el momento en que llegó, el vampiro siempre había sido amable con ella e incluso le preguntaba si necesitaba algo cada vez que cruzaban camino. Aunque fueran sólo preguntas, la morena lo apreciaba y lo consideraba como un gesto enorme considerando su situación.

      Por el otro lado, Bella, la única otra humana presente en la residencia, era agradable. Aunque Jasmine asumió que la chica era una tonta por salir con un vampiro, pronto se percató que en realidad ella era amable y se preocupaba por los demás. Aunque ella debía admitir que su opinión sobre la chica había sido fuertemente influenciada por el hecho que Bella realmente quería dar a luz.

      Por más del dolor y sufrimiento que su cuerpo estaba cruzando, ella aún deseaba la maternidad. Eso era lo que la hacía saber que estaba del lado correcto. Iba a apoyarla en su decisión porque, eso es lo que era, su decisión.

      Jasmine Uley se lavó las manos antes de salir del baño y comenzar a caminar en dirección a la sala de estar, donde se encontraban todos antes que ella se levantara para hacer sus necesidades. Ella frunció el ceño cuando se cruzó a Jasper, Alice y Emmett, quienes caminaban en la dirección contraria.

      Jasper mantuvo la mirada hacia delante y ella notó que no estaba respirando. Ella sabía que su presencia allí no era sencilla para los vampiros que estaban sedientos, pero cada vez que insistía en quedarse afuera ellos le restaban importancia al problema.

      Alice le dio una suave sonrisa, tomando a Jasper por los hombros y haciéndolo avanzar más rápido. Entonces, Jasmine cruzó su mirada con Emmett. Él había sido el más simpático de la familia de vampiros, no obstante ahora con sus ojos oscuros no se veía nada amigable.

      Jasmine intentó recordar que el vampiro en realidad tenía un comportamiento casi infantil cuando estaba de humor, pero cuando notó que Emmett comenzó a aminorar su velocidad sintió un escalofrío recorrer su espalda.

      La morena tragó saliva —. Emmett--.

      —Tranquila, estoy bajo control—, aseguró el vampiro, no obstante su mirada revelaba otra cosa.

      Jasmine le dedicó una sonrisa incómoda mientras lo miraba fijamente y pensaba qué hacer. Ella era humana y él un vampiro, no había nada que pudiera hacer para salvarse si él se proponía a alimentarse de ella realmente. No obstante, habían más vampiros en la casa. ¿Cómo nadie había escuchado a Emmett?

      La mente de Jasmine funcionaba tan rápido como nunca lo había hecho debido a la adrenalina que la causó la idea de su posible muerte. Tal vez algo había pasado. Ella fue al baño y no escuchó nada, pero ella no tenía una audición mejorada como la del resto. También había sido extraño que los tres vampiros caminaran juntos con aquel comportamiento tenso.

      La chica separó los labios cuando Emmett comenzó a acercarse a ella. El vampiro sonreía a pesar de su comportamiento amenazador. Jasmine separó los labios, lista para comenzar a gritar cuando una mano se posó sobre el hombro del vampiro y lo hizo girar.

      —Aquí están—, exclamó Jacob, mirando con atención a Emmett y, de forma simulada, interponiéndose entre él y la chica —. No quería ver eso—, agregó con un gesto de asco.

      Emmett miró un momento a Jasmine antes de volver a mirar a Jacob y asentir, parecía que había recobrado el control de su cuerpo —. Yo menos.

      Jacob asintió antes de girarse a Jasmine —. ¿Por qué no vamos con Leah y Seth? Ya deberían de haber terminado de patrullar.

      Jasmine seguía nerviosa, la adrenalina le gritaba que corra pero asintió lentamente —. Vamos.

      Ninguno de ellos soltó una palabra hasta que se encontraron fuera de la residencia, incluso hasta que no llegaron a los inicios del bosque. Jasmine buscó con la mirada la presencia de Leah o Seth y, al no encontrarlos, se giró hacia su amigo —. ¿Qué diablos pasó ahí dentro?

      Jacob suspiró —. Bella tomó sangre para alimentar a.., la cosa que tiene en su estómago.

      —Por eso Jasper, Alice y Emmett se estaban yendo—, pensó en voz alta la chica —. ¿Y funcionó?

      El chico hizo una mueca de asco —. Sí.

      —Entonces es un vampiro—, concluyó Jasmine, sintiendo un peso en su estómago pero aún así seguía segura de su decisión. No importaba si era vampiro o no, no cuando había descubierto que no eran los asesinos desalmados que había sido convencida a creer que eran.

      Jacob miró a la chica con los ojos entrecerrados —. ¿Realmente creías que era humano?

      —Sigue siendo la decisión de Bella—, contestó la morena antes de suspirar —. Gracias... no sé cómo te diste cuenta pero gracias.

      Jacob pasó el peso de su cuerpo de un pie al otro, algo incómodo. Su mano viajó a su nuca mientras miraba a la chica —. Tuve una corazonada. Creí que estabas en peligro.

      —Bueno, gracias a tu corazonada.

      — ¿Qué pasó exactamente?

      Jasmine se mordió el labio, no queriendo decirlo realmente —. No lo sé. Ni siquiera sé si realmente estaba en peligro, tal vez Emmett sólo estaba jugando. Me dijo que estaba bajo control pero.., no lo sé, su mirada era diferente. Me dio miedo.

      Jacob sintió sus rodillas temblar y no pudo evitar abrazar a la chica, lo que la tomó completamente por sorpresa —. Menos mal que fui.

      —Sí—, balbuceó la morena, devolviéndole el gesto a pesar de su sorpresa —. Gracias, de nuevo.

      Leah y Seth salieron de entre los árboles y los dos chicos se separaron. Los hermanos compartían un ceño que denotaba la preocupación, aunque el de Leah era un poco más agresivo —. Escuchamos todo, ¿cómo diablos te quedas ahí, Jas?—, inquirió la chica, terminando de acomodarse su ropa.

      —Oye, yo no fui la que insistió en que me quedara allí—, negó Jasmine.

      —Sí, Jas quería quedarse con nosotros a congelarse—, respondió Jacob, cruzándose de brazos y dedicándole una mala mirada a la chica. La situación era bastante complicada.

      —Casi muere, Jacob—, remarcó Leah, acercándose a su amiga y tirando de su brazo para acercarla a su lado.

      Jacob miró atento su acción, entrecerrando los ojos hacia la chica de cabello corto. No obstante, Leah le respondió con una mirada que le hacía competencia. 

      Seth intervino, incómodo —. Esperen, no creo que Emmett realmente iba a hacerle daño. Además, el resto de los Cullen harían algo de inmediato.

      Leah rodó los ojos, mirando a su hermano con incredulidad —. ¿Puedes dejar de adorar a los chupa–sangres ciegamente? ¿Te lavaron la cabeza mientras no te veía?

      —Cállate, Leah—, gruñó Seth.

      —No, ¿arriesgarías la vida de Jas porque ellos te caen bien?—, replicó Leah con más agresividad.

      Jacob explotó —. ¡Cállense los dos!—, gruñó y Jasmine notó que usó su autoridad como alfa. Su voz se había hecho más profunda, había adoptado una posición dominante y tanto Leah como Seth dieron un paso atrás por instinto. Aún así, el agarre sobre el antebrazo de Jasmine seguía presente.

      Jasmine bajó la mirada, tragando saliva antes de librarse del agarre de su amiga —. Si traigo tantos problemas, creo que lo mejor sería irme.

      Los tres se pusieron tensos ante la nueva idea. Leah negó de inmediato —. No vas a volver con Sam.

      —Si vuelves, probablemente no te deje salir—, señaló Seth.

      La morena negó —. Puedo volver a Seattle—, sugirió —. Mientras estaba allí tenía un trabajo y estoy segura que los dueños me devolverían el puesto si les digo que estoy sola. Puedo vivir allí hasta que tenga que ir a la universidad y--.

      —No—, interrumpió Jacob y Jasmine lo miró con el ceño fruncido.

      — ¿Cómo que no? Jake--.

      —No—, volvió a negar —. No quiero que estés lejos de mí--, de nosotros. Si te pasa algo, no lo sabremos.

      Jasmine resopló —. ¿Qué me va a pasar? Estuve en esa ciudad por cuatro años y no me pasó nada.

      —Ya no es lo mismo, Jas.

      — ¿Cuál es la diferencia?

      —Yo.., uhm--—, Jacob vaciló. No sabía cómo explicarlo y estaba seguro que Jasmine lo odiaría.

      La chica siempre se había jactado que estaba feliz de no ser parte del linaje ya que no le gustaba la idea de tener que quedarse en la ciudad para cuidar a las personas. Ella reconocía que era lo correcto, pero eso no significaba que lo quisiera hacer.

      Jasmine Uley siempre había querido irse de Forks.

      Y su opinión sobre la imprimación era aún peor. La morena siempre había creído que era demasiado extraño, y aún más extraño para la otra persona. Ella no entendía cómo la licantropía podía llevarte a ser tan egoísta como para imprimarte sobre alguien y condenar a esa persona.

      Jasmine Uley siempre había sido muy honesta con sus amigos más cercanos. Y era con Jacob con quien siempre hablaba sobre eso.

      Jacob inspiró profundamente, listo para sacar los sentimientos de su pecho cuando Jasmine giró bruscamente la cabeza hacia la residencia Cullen y asintió antes de volver a mirarlo a él —. Edward dice que entremos. Carlisle quiere hablar contigo—, informó y agregó al notar el ceño fruncido de su amigo —. Me lo dijo mentalmente, no tengo audición mágica, Jake.

      El chico asintió —. Hablaremos de esto después.

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